Cuando salimos del campus ya había un taxi esperándonos, estar con ellas me hacía ser más despierta, sé que Kat solo me molesta con sus insinuaciones, que no siente nada por mí, es más creo que es por Beth, pero ellas me hacen ser como nunca antes fui, ahora canto, bailo, me contagian esa alegría, no solo ellas, todos mis compañeros son mucho más alegres, con todos
Un día me vieron sola, triste, ya no recuerdo porque, y ellos me animaron, Rick me llevo con él a su grupo cuando estaban almorzando, les dijo que me vio triste y todos trataron de levantarme el ánimo, nunca sentí algo así, a menos que fuera en mi casa con Diana o mi papá.Todavía no conocía muchos lugares en la ciudad, a pesar que ya llevaba más de un mes, pasaba mucho tiempo en la academia o estudiando.Pasamos por muchas tiendas, en cada una ellas se compraban algo, creo que no era mi fuerte– Alé, si te gusta te lo regalo- dice Kat – gracias, pero no te preocupes, no creo que me ponga algo así – le respondo.Pasamos por muchas tiendas antes de llegar a una que nos llamó a las 3 la atención, a lo cual nos pusimos a reír – lencería sexy – dijimos al mismo tiempo.Pasamos y había una gran variedad – este me gusta – dice Kat mirándose a un espejo, era un conjunto de bracier y bragas negras de encaje, lo toma y ve algunas cosas más, Beth también ve algunos conjuntos, todos eran muy lindos, yo encontré algunos que me gustaron, pero mi vista se perdió en unos babydoll parecidos a los de Beth – a ti te viene el rojo- dice Kat y Beth se acerca – sí, definitivamente el rojo – le sigue Beth – bien, entonces lo llevo – era uno muy traslucido, con encajes en el busto y en las orillas, abierto desde la orilla del busto – yo pago – dice Kat – claro que no, yo pago lo mío, además, ni siquiera sé si lo usare algún día-Les digo dirigiéndome a la caja – no me di cuenta que Kat estaba a mi lado cuando saque mi tarjeta y mira con asombro - ¿por qué tienes una tarjeta negra? Esas son de un solo banco, y son sin límite– la miro con algo de miedo – la mía es igual – dice con alegría – a pesar de que Kat es mayor que yo es una niña en sus forma de ser, no le da miedo ni vergüenza expresar lo que siente, al contrario de mí.Sé que viene de una familia rica, y me sombra que no la haya conocido en Rochter – no me mires así, sabes que mi padre es dueño de casi la mitad de la ciudad – dice riendo – pero sé que algún día me dirás por qué una niña de 17 años tiene esa tarjeta – dice mientras ella paga lo suyo.Salimos distraídas de la tienda, y yo choco con alguien- perdón no miraba donde iba-Levanté la mirada y sus ojos se topan con los míos, su cara estaba roja, me di cuenta de por qué, yo estaba saliendo de una tienda de lencería y al parecer él entraba en ella– Mateo – saluda Kat - ¿cómo has estado? – pero él no despega la mirada de mí – disculpa, no te vi, Kat, Beth, como están - les pregunta – nosotras bien, pero pareces algo enfermo ¿estás bien? – pregunta Beth – sí, estás rojo, tienes fiebre? - pregunta ahora Kat – disculpa… - miro a sus manos – me puedes soltar, ya no me caeré – le digo – Lo siento, no sé qué pasó – tenía la piel erizada, a pesar de que sus manos estaban cálidas.- ¿vas a entrar? – apunta Kat hacia la tienda de lencería – Mateo se vuelve a sonrojar – no, creo que tropecé con ustedes por distraído, no venía a esta tienda, ¿y ustedes ya se van? – nos pregunta – hemos caminado tanto que solo quiero agua – le digo a las chicas – las invito a comer algo – nos mira – creo que las asuste por caminar distraído, es justo que les pida disculpas de alguna manera – ya te disculpaste, además no solo fue tu culpa, yo también estaba distraída – le digo con algo de pena – para nada – responde Kat- yo acepto la invitación, no hemos comido nada y ya estoy cansada – camina hacia las escaleras del brazo con Beth – creo que te han dejado atrás – me dice mientras las miramos – disculpa, no nos presentamos la otra vez, soy Mateo – extiende su mano y yo la acepto – Alexandra, un gusto – vamos, creo saber dónde van – dice mientras caminamos – no pensé que te acordarías de mí – no sé por qué mi vos eran solo susurros – el día que te acompañe al auto con tu padre vi el uniforme de la academia, yo estudie ahí – él no era mi padre, es mi chofer, de la familia – no me dice nada – creo que debo darte las gracias – digo rompiendo el silencio – hoy nos recordaron de las actividades extras, y Kat me hablo de Tácticas, me llamó la atención y me inscribí – espero que no te haya obligado, llega a ser muy persuasiva cuando quiere algo – niego con la cabeza – para nada, me uní por ti .- sentí mi cara arder – se detiene un segundo y sigue caminando a mi lado.MateoEl día que la conocí, lo recuerdo como si fuera en este mismo momento caminando a su lado, la diferencia, era que ahora se veía algo más madura, eso fue lo que me sorprendió y me eso tropezar con ella en la salida de la tienda, me dejó hipnotizado, la estaba sosteniendo de los brazos, solo cuando ella me habló salí de ese trance de idiota, tal como lo había imaginado, su piel era cálida y suave, tenía que controlarme, recién era la segunda vez que la veía, tenía la sensación de querer abrazarla, poder sentir su piel cerca de la mía, pero me sería imposible - disculpa, no nos presentamos la otra vez, soy Mateo – extendiendo mi mano y ella acepta – Alexandra, un gusto – vamos, creo saber dónde van – le digo caminando a su lado – no pensé que te acordarías de mí – su voz era un susurro dulce – el día que te acompañe al auto con tu padre vi el uniforme de la academia, yo estudie ahí – mentí, me acordaba perfectamente de ella, que vestía, el color negro de su pelo y ojos, nunca había visto ojos así, que a pesar de ser tan negros eran tan dulces como su voz - él no era mi padre, es mi chofer, de la familia – no respondí, me sentí un idiota – creo que debo darte las gracias – no entendía por qué – hoy nos recordaron de las actividades extras, y Kat me hablo de Tácticas, me llamó la atención y me inscribí – espero que no te haya obligado, llega a ser muy persuasiva cuando quiere algo – para nada, me uní por ti .-Mi corazón latía tan fuerte que creo ella lo podía escuchar me detengo un segundo y sigo caminando a su lado, era la primera vez que me sentía con un niño tan ansioso por algo.Después del accidente y la recuperación, termine mis estudios en casa, asique no podía volver a la academia, el entrenador me pidió volver como ayudante, pero ya estaba por entrar a la universidad y no sabría si tendría tiempo al ver todas mis materias, voy a tener que replantear la invitación.-no las veo por ningún lado – habíamos llegado al patio de comida en uno de los tantos pisos de este centro comercial – tienes razón, las voy a llamar – dice marcando a una de ellas- Beth, ¿Dónde están?... ¿qué? Pero chicas tenía que ir con ustedes, deje mis cosas en tu habitación Beth-La veo alejarse mientras se frota la frente con la mano, en señal de que algo está mal, me preocupo y me acerco - ¿pasó algo? – ella corta el teléfono – las chicas se fueron…- suspira – deje mis cosas en el dormitorio de Beth – te puedo llevar a los dormitorios si quieres – le digo – gracias pero ya es tarde, además yo vivo en otro lado, creo que puedo ir mañana – ¿que aras? – voy a llamar para que vengan por mí – te puedo llevar – no quiero alejarte de tu camino – me dice con algo de pena – no es problema – ¿seguro? – solo hazme un favor – me mira – comamos algo, Kat dijo que habían estado toda la tarde de compras y que no habían comido nada, por favor, acepta mi invitación – le insisto, sus ojos brillan tanto que más me hacen sentir emoción – bien acepto, solo déjame llamar para que no se preocupen –MateoPasamos un rato muy agradable comiendo, se limitó bastante al contarme sobre ella, pero más yo al contarle sobre mí.Bajamos a los estacionamientos para llevarla a casa, solo fue cosa de verla, sentía frio, asique le pase una chaqueta que tenía en mi auto – gracias, y disculpa, no acostumbro vestir tan ligera – la miro mientras se la coloca – te ves bien así – le digo y ella no levanta la mirada – ¿donde vives? – pregunto, sus mejillas estaban rojas – en el complejo Kanagawa – le abro la puerta del auto para partir, no debí haberle dicho eso, ya no supe más que decir y ella tampoco.Hasta que rompe el silencio – hace un rato estabas molesto – me hace pensar – no lo recuerdo...– en la academia, en los dormitorios, te vi bajar las escaleras molesto – había ido a los dormitorios a medio día, solo para terminar con alguien – perdón, no te vi, creo que sí, estaba molesto, tenía un problema que solucionar y no me fue muy bien – lo lamento, no debí preguntar – no te preocupes -El res
MateoQuería verla de nuevo, sentir esa electricidad al tocar su piel, al solo mirarla. Tomé mi teléfono y llame a Kat – Mateo son recién las 8 de la mañana, no podías llamar más tarde – dice bostezando – necesito el número de Alexandra – no escucho su respuesta – ok, pero tienes que venir a los dormitorios, y más te vale apurarte porque quiero volver a dormir – me cuelga el teléfono.Por suerte era temprano y no había nadie en pie en los dormitorios de las chicas, Kat y Beth me esperaban en la entrada, aun con sus piyamas – perdón chicas por despertarlas – si entras sería un caos estando María adentro – lo sé, por lo mismo pido disculpas, ¿pero porque no me diste el numero por teléfono? -Le pregunto recién dándome cuenta que podía haber hecho eso – porque ya sabes donde vive, y ella necesita esto, me entregan una bolsa grande, dentro estaba su uniforme – ayer la dejamos contigo sin dejarla volver a los dormitorios a buscar sus cosas. Se supone pasaría ella, pero tu hablaste primero
Alexandra Pase el resto del fin de semana queriendo llamarlo, mandarle un mensaje, pero no me atreví, él tampoco lo hizo, asique tampoco me ilusione mucho.Le mande un mensaje a Beth preguntando por que lo habían mandado a mi casa, y lo único que respondió fue “el lunes hablamos” y no respondieron más.Pensándolo bien, ellas no son como los demás, Kat y Beth son las chicas más lindas de la academia, todos los chicos están detrás de ellas, pero no tienen más amigas que ellas mismas.La mitad de la cuidad es de la familia de Kat, el padre de Beth es dueño de una cadena internacional de bancos. Aún no entendía por qué ellas no estuvieron en la misma escuela que yo en Rochter. Las demás chicas deben creer que ellas están a otro nivel, lo mismo que pasaba conmigo. Para mí no es distinto a como me sentía, espero que para ellas no sea muy distinto tampoco.Ya el lunes en clases solo vi a Beth, Kat es un año mayor y está en otro salón, la vi algo distraída, no la quise molestar, pero aun a
Primer blanco. Rob le da sus 2 tiros, no era mi primera vez usando armas, pero esta es más pesada y la manera de moverse es distinta, el tiro al blanco en un lugar cerrado no tenía mucho movimiento, me adapte rápido, di en el blanco – muy bien – me felicita – vamos por más- seguía sus pasos, los demás blancos no fueron distintos – terminamos antes que el resto del grupo – miren quienes terminaron primero – nos felicita el entrenador y Mateo solo nos queda mirando – Alexandra me sorprendió mucho, reviesen los blancos y los verán- dice Rob felicitándome también, mientras ellos van revisando las cámaras van apareciendo los demás grupos, creí que al estar con Kat ella sería la primera o la segunda, pero fue la última. Tobías no sabía usar un arma. Se le caía a cada rato y eso los atrasó – ya teníamos nuestros equipos guardaos, cuando el entrenador nos llama para darnos los resultados de este pequeño entrenamiento – Kat lo lamento quedaste de las ultimas- Randy, Cristopher, James y Andrés
Katerina Lo que dijo Alé me sorprendió, ¿tan evidente éramos? Miro a Beth y tenía la misma cara de sorpresa – lo que dijo no está muy alejado de la realidad – le digo – sé que no soy el tipo de persona de la que te enamorarías…- Beth se acerca y niega con la cabeza – creo que la persona que ha estado menos tiempo con nosotras es la que ha dejado más en evidencia lo que sentimos, nos ha llegado a conocer tanto que se dio cuenta en poco tiempo – la tensión sexual entre nosotras estaba flor de piel, cada vez que estaba cerca de ella era más incómodo esconderlo, por eso siempre molesto a Alé. No aguantamos más y nos besamos como nunca antes los hice con otra persona, no podía seguir negándolo, nuestras manos recorriendo nuestros cuerpos fue tan excitante que jadeaba con el tacto de sus manos, de lo primero que nos deshicimos fue de nuestras blusas, tocando sus pechos y pezones duros, recorrí su cuello con mi lengua hasta llegar a ellos, lamia uno y el otro o acariciaba, sus
Alexandra Estaba tan emocionada por ellas, al ver a Mateo no podía disimular mi alegría – me alegra verte- me dice colocando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja – a mí también me alegra - ¿podemos hablar en algún lado? – pregunta mirando hacia adentro – cerca hay una cafetería, podemos ir ahí – La cafetería no estaba muy lejos del complejo, saliendo de él a una cuadra, nos sentamos en una mesa pequeña, pero él se sentó aún más cerca de mí, abrazando mi silla. No lo conocía para nada, solo lo que las chicas me habían contado de él, aun así, tenía la sensación de que había pasado una vida esperándolo, me daba tranquilidad, solo cuando rosaba sus manos en mi piel sentía esa electricidad que no la podía evitar. Mateo Fuimos a un café cerca del complejo, no podía evitar el perderme en su belleza, su cabello completamente negro, su piel suave y blanca, ya no estaba con uniforme, llevaba un jean a la cadera, zapatos deportivos y una polera que hacía que le
Alexandra En nuestra sociedad, la unión de las familias aun es lo más importante, necesitan conservar una línea de poder, la gran mayoría las funde, las mínimas, como la mía, las mantiene separadas, pero consume otras más pequeñas. Si sus familias aceptan la relación serían más fuertes aún. - ¿quieres subir? – estábamos sentados tan cerca que su brazo ya no pasaba por la silla, si no por mis hombros - ¿no tendrás problemas si voy contigo? – niego con la cabeza. Diana me manda un texto preguntando si esta todo bien, le pido que se tome el resto de la tarde, que le hablaría cuando la necesitara. No quería hablarle de mi familia a Mateo hasta estar segura de que no se espantaría con mi familia, asique decidí mantenerlo para mí un tiempo más. Entramos y estaba todo a oscuras, con las cortinas del ventanal de fondo abiertas, si no es porque Mateo queda mirándolas no me doy cuenta lo lindas que se ven a estas horas – ¿siempre estás sola? – ¿te gustaría que así fue
Mateo Ya no había vuelta atrás, estábamos completamente desnudos y ella exigía más. Mi erección era más que evidente en frente de ella, su cuerpo se veía san suave y pequeño en esa cama, no la quiero lastimar. Me escabullí en sus senos, lamiendo y chupando sus pezones duros, oigo sus gemidos y eso me pone más duro, con la otra mano baje a sus piernas acariciándolas, subiendo y bajando, llegando a acercarme a su intimidad, solo con el rose suelta otro gemido, no hay objeción de su parte, asique sigo bajando, llegado a su clítoris, estaba tan húmeda que yo solté un gruñido en sus pechos, mis dedos jugaban, subían y bajaban mientras sus gemidos eran más fuertes. Bajé suavemente con mis labios en su piel, besando sus piernas antes de sumergirme en el mejor de los aromas, sus gemidos eran ahogados. La orille en la cama, sus piernas rodearon mis hombros mientras lamia y chupaba, sus manos en mi cabeza, su espada se arqueaba contra la cama gimiendo cada vez más fuerte, h