MateoQuería verla de nuevo, sentir esa electricidad al tocar su piel, al solo mirarla. Tomé mi teléfono y llame a Kat – Mateo son recién las 8 de la mañana, no podías llamar más tarde – dice bostezando – necesito el número de Alexandra – no escucho su respuesta – ok, pero tienes que venir a los dormitorios, y más te vale apurarte porque quiero volver a dormir – me cuelga el teléfono.Por suerte era temprano y no había nadie en pie en los dormitorios de las chicas, Kat y Beth me esperaban en la entrada, aun con sus piyamas – perdón chicas por despertarlas – si entras sería un caos estando María adentro – lo sé, por lo mismo pido disculpas, ¿pero porque no me diste el numero por teléfono? -Le pregunto recién dándome cuenta que podía haber hecho eso – porque ya sabes donde vive, y ella necesita esto, me entregan una bolsa grande, dentro estaba su uniforme – ayer la dejamos contigo sin dejarla volver a los dormitorios a buscar sus cosas. Se supone pasaría ella, pero tu hablaste primero
Alexandra Pase el resto del fin de semana queriendo llamarlo, mandarle un mensaje, pero no me atreví, él tampoco lo hizo, asique tampoco me ilusione mucho.Le mande un mensaje a Beth preguntando por que lo habían mandado a mi casa, y lo único que respondió fue “el lunes hablamos” y no respondieron más.Pensándolo bien, ellas no son como los demás, Kat y Beth son las chicas más lindas de la academia, todos los chicos están detrás de ellas, pero no tienen más amigas que ellas mismas.La mitad de la cuidad es de la familia de Kat, el padre de Beth es dueño de una cadena internacional de bancos. Aún no entendía por qué ellas no estuvieron en la misma escuela que yo en Rochter. Las demás chicas deben creer que ellas están a otro nivel, lo mismo que pasaba conmigo. Para mí no es distinto a como me sentía, espero que para ellas no sea muy distinto tampoco.Ya el lunes en clases solo vi a Beth, Kat es un año mayor y está en otro salón, la vi algo distraída, no la quise molestar, pero aun a
Primer blanco. Rob le da sus 2 tiros, no era mi primera vez usando armas, pero esta es más pesada y la manera de moverse es distinta, el tiro al blanco en un lugar cerrado no tenía mucho movimiento, me adapte rápido, di en el blanco – muy bien – me felicita – vamos por más- seguía sus pasos, los demás blancos no fueron distintos – terminamos antes que el resto del grupo – miren quienes terminaron primero – nos felicita el entrenador y Mateo solo nos queda mirando – Alexandra me sorprendió mucho, reviesen los blancos y los verán- dice Rob felicitándome también, mientras ellos van revisando las cámaras van apareciendo los demás grupos, creí que al estar con Kat ella sería la primera o la segunda, pero fue la última. Tobías no sabía usar un arma. Se le caía a cada rato y eso los atrasó – ya teníamos nuestros equipos guardaos, cuando el entrenador nos llama para darnos los resultados de este pequeño entrenamiento – Kat lo lamento quedaste de las ultimas- Randy, Cristopher, James y Andrés
Katerina Lo que dijo Alé me sorprendió, ¿tan evidente éramos? Miro a Beth y tenía la misma cara de sorpresa – lo que dijo no está muy alejado de la realidad – le digo – sé que no soy el tipo de persona de la que te enamorarías…- Beth se acerca y niega con la cabeza – creo que la persona que ha estado menos tiempo con nosotras es la que ha dejado más en evidencia lo que sentimos, nos ha llegado a conocer tanto que se dio cuenta en poco tiempo – la tensión sexual entre nosotras estaba flor de piel, cada vez que estaba cerca de ella era más incómodo esconderlo, por eso siempre molesto a Alé. No aguantamos más y nos besamos como nunca antes los hice con otra persona, no podía seguir negándolo, nuestras manos recorriendo nuestros cuerpos fue tan excitante que jadeaba con el tacto de sus manos, de lo primero que nos deshicimos fue de nuestras blusas, tocando sus pechos y pezones duros, recorrí su cuello con mi lengua hasta llegar a ellos, lamia uno y el otro o acariciaba, sus
Alexandra Estaba tan emocionada por ellas, al ver a Mateo no podía disimular mi alegría – me alegra verte- me dice colocando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja – a mí también me alegra - ¿podemos hablar en algún lado? – pregunta mirando hacia adentro – cerca hay una cafetería, podemos ir ahí – La cafetería no estaba muy lejos del complejo, saliendo de él a una cuadra, nos sentamos en una mesa pequeña, pero él se sentó aún más cerca de mí, abrazando mi silla. No lo conocía para nada, solo lo que las chicas me habían contado de él, aun así, tenía la sensación de que había pasado una vida esperándolo, me daba tranquilidad, solo cuando rosaba sus manos en mi piel sentía esa electricidad que no la podía evitar. Mateo Fuimos a un café cerca del complejo, no podía evitar el perderme en su belleza, su cabello completamente negro, su piel suave y blanca, ya no estaba con uniforme, llevaba un jean a la cadera, zapatos deportivos y una polera que hacía que le
Alexandra En nuestra sociedad, la unión de las familias aun es lo más importante, necesitan conservar una línea de poder, la gran mayoría las funde, las mínimas, como la mía, las mantiene separadas, pero consume otras más pequeñas. Si sus familias aceptan la relación serían más fuertes aún. - ¿quieres subir? – estábamos sentados tan cerca que su brazo ya no pasaba por la silla, si no por mis hombros - ¿no tendrás problemas si voy contigo? – niego con la cabeza. Diana me manda un texto preguntando si esta todo bien, le pido que se tome el resto de la tarde, que le hablaría cuando la necesitara. No quería hablarle de mi familia a Mateo hasta estar segura de que no se espantaría con mi familia, asique decidí mantenerlo para mí un tiempo más. Entramos y estaba todo a oscuras, con las cortinas del ventanal de fondo abiertas, si no es porque Mateo queda mirándolas no me doy cuenta lo lindas que se ven a estas horas – ¿siempre estás sola? – ¿te gustaría que así fue
Mateo Ya no había vuelta atrás, estábamos completamente desnudos y ella exigía más. Mi erección era más que evidente en frente de ella, su cuerpo se veía san suave y pequeño en esa cama, no la quiero lastimar. Me escabullí en sus senos, lamiendo y chupando sus pezones duros, oigo sus gemidos y eso me pone más duro, con la otra mano baje a sus piernas acariciándolas, subiendo y bajando, llegando a acercarme a su intimidad, solo con el rose suelta otro gemido, no hay objeción de su parte, asique sigo bajando, llegado a su clítoris, estaba tan húmeda que yo solté un gruñido en sus pechos, mis dedos jugaban, subían y bajaban mientras sus gemidos eran más fuertes. Bajé suavemente con mis labios en su piel, besando sus piernas antes de sumergirme en el mejor de los aromas, sus gemidos eran ahogados. La orille en la cama, sus piernas rodearon mis hombros mientras lamia y chupaba, sus manos en mi cabeza, su espada se arqueaba contra la cama gimiendo cada vez más fuerte, h
Al llegar a la academia no vi a las chicas, me apresure a entrar ya era tarde, Beth estaba en su lugar mirando a la ventana con la vista perdida, agito mi mano en frente de ella ya que no me escuchaba – perdón ya llegaste – dice ella con un suspiro - ¿pasó algo? Asiente con la cabeza, su mirada sigue perdida – muy bien chicos a sus lugares que vamos a comenzar – teníamos clases asique esperé al receso que me pudiera decir algo. Kat no apareció durante toda la mañana, asique supuse que era por ella, no insistí y solo la acompañé. Caminamos al salón de fotografía, ahí la esperaba Kat, su cara cambio por completo, corrió a sus brazos – ¿estás bien? - Pregunta Beth – pero ella le responde con un cálido beso – Alé ¿Cómo estás? Hay algo raro en ti – me dice acercándose - ¿Qué tiene? - Le pregunta Beth – ¿estuviste todo el día con ella y no lo notaste? - ¿Qué cosa? – me toma de la cara y la apunta a Beth – mira su piel, ya no está pálida, sus mejillas tienen color – me suelto de su