Alexandra
En nuestra sociedad, la unión de las familias aun es lo más importante, necesitan conservar una línea de poder, la gran mayoría las funde, las mínimas, como la mía, las mantiene separadas, pero consume otras más pequeñas. Si sus familias aceptan la relación serían más fuertes aún.- ¿quieres subir? – estábamos sentados tan cerca que su brazo ya no pasaba por la silla, si no por mis hombros - ¿no tendrás problemas si voy contigo? – niego con la cabeza. Diana me manda un texto preguntando si esta todo bien, le pido que se tome el resto de la tarde, que le hablaría cuando la necesitara.No quería hablarle de mi familia a Mateo hasta estar segura de que no se espantaría con mi familia, asique decidí mantenerlo para mí un tiempo más.Entramos y estaba todo a oscuras, con las cortinas del ventanal de fondo abiertas, si no es porque Mateo queda mirándolas no me doy cuenta lo lindas que se ven a estas horas – ¿siempre estás sola? – ¿te gustaría que así fueMateo Ya no había vuelta atrás, estábamos completamente desnudos y ella exigía más. Mi erección era más que evidente en frente de ella, su cuerpo se veía san suave y pequeño en esa cama, no la quiero lastimar. Me escabullí en sus senos, lamiendo y chupando sus pezones duros, oigo sus gemidos y eso me pone más duro, con la otra mano baje a sus piernas acariciándolas, subiendo y bajando, llegando a acercarme a su intimidad, solo con el rose suelta otro gemido, no hay objeción de su parte, asique sigo bajando, llegado a su clítoris, estaba tan húmeda que yo solté un gruñido en sus pechos, mis dedos jugaban, subían y bajaban mientras sus gemidos eran más fuertes. Bajé suavemente con mis labios en su piel, besando sus piernas antes de sumergirme en el mejor de los aromas, sus gemidos eran ahogados. La orille en la cama, sus piernas rodearon mis hombros mientras lamia y chupaba, sus manos en mi cabeza, su espada se arqueaba contra la cama gimiendo cada vez más fuerte, h
Al llegar a la academia no vi a las chicas, me apresure a entrar ya era tarde, Beth estaba en su lugar mirando a la ventana con la vista perdida, agito mi mano en frente de ella ya que no me escuchaba – perdón ya llegaste – dice ella con un suspiro - ¿pasó algo? Asiente con la cabeza, su mirada sigue perdida – muy bien chicos a sus lugares que vamos a comenzar – teníamos clases asique esperé al receso que me pudiera decir algo. Kat no apareció durante toda la mañana, asique supuse que era por ella, no insistí y solo la acompañé. Caminamos al salón de fotografía, ahí la esperaba Kat, su cara cambio por completo, corrió a sus brazos – ¿estás bien? - Pregunta Beth – pero ella le responde con un cálido beso – Alé ¿Cómo estás? Hay algo raro en ti – me dice acercándose - ¿Qué tiene? - Le pregunta Beth – ¿estuviste todo el día con ella y no lo notaste? - ¿Qué cosa? – me toma de la cara y la apunta a Beth – mira su piel, ya no está pálida, sus mejillas tienen color – me suelto de su
Mateo Tomé las llaves de mi auto y Sali, no le pregunte nada, me imagine muchas cosas, ella dijo que su padre no era una mala persona, pero ¿si se enteró de lo que pasó anoche?, ¿si le hiso algo? Me imaginé muchas cosas, en cosa de minutos llegué al complejo, bajo corriendo y la veo en la entrada la abrasé tan fuerte, estaba en mis brazos, pero algo me decía que estaba mal - ¿te pasó algo? ¿tu padre te hizo algo? – le pregunto tomándola por los brazos, pero ella solo me mira y niega – ¿podemos ir a otro lado? - pero dime si estas bien – estoy bien – dice dándome un beso suave. No quería llevarla a donde nos interrumpieran, se veía decaída, asique pase a comprar unas cosas, y creo que no se dio cuenta, no se bajó del auto. Conduje hacia las afueras de la cuidad, había un mirador que dejaba apreciar las luces de noche, suelo ir ahí cuando quiero escapar de mis padres, se hace para adelante mirando las luces – esto es muy lindo – me dice ya cambiando su mirada – ven, salga
Alexandra No puedo pedirle ni exigir que me ayude con eso, esa era la idea de haberle hablado, pero mi familia es terrible cuando se trata de contratos. Siento mi teléfono vibrar, ya es más de media noche y mi padre estaba preocupado “creo que tengo la forma de ayudarte” – me escribe - “pero necesitas comprometerte” – “si no me dices como no volveré esta noche a casa” – le dio y dejo a un lado mi teléfono, no recibí respuesta asique deje de mirarlo. La noche estaba cálida, con Mateo estábamos recostados en la manta sin decir nada, solo abrazados sin saber que hacer, mi teléfono de nuevo vibra – “como sé que no regresaras si no lo digo, te diré lo que encontré, hay fallas en los términos de los contratos de la empresa que nunca se me ocurrió buscar, en ninguno dice que te debes comprometer formalmente a los 18, si estipula que solo el primer hijo puede heredar a los 21 años y hay un pero… al tomar la herencia debes tener un matrimonio de por lo menos 1 año, esto es lo que no especi
Mateo De nuevo desperté con Alexandra a mi lado, ahora completamente desnuda, tentándome a despertarla para hacerlo nuevamente, pero había algo que me inquietaba, la actitud de mi madre con ella, parecía haber visto un fantasma. Sin despertarla Sali de la cama y me fui a duchar, aún era muy temprano asique tampoco había más ruidos en la casa, me vestí y rápidamente fui a la habitación de mi madre, toco la puerta y ella responde asique paso - ¿Qué pasa tan temprano hijo? – ella estaba sentada en la cama leyendo – necesito tu ayuda – mi padre no estaba a su lado - ¿no es quien dice ser cierto? – si lo es, por eso necesito tu ayuda – hijo que yo sepa, los hijos de Sebástian Makris murieron hace 7 años ¿cómo ella puede ser su hija? – sus hijos murieron, los gemelos de 4 años – le digo y me mira extrañada - ¿alguna vez especificaron cuantos habían muerto? – la miro y niega – por eso necesito tu ayuda, ella cree que nosotros conocemos la misma historia que en Rochter, que ahora no te con
Mateo Su beso me dejo helado, estábamos con su padre, no pensé que haría eso – ¿por qué no la llevas tu? – dice sacándome de mis pensamientos – lo aria si pudiera, soy asistente en la academia, y si me ven con ella podemos tener problemas – me parece bien que se cuiden, ¿Quién más sabe quién es? – supongo que sus amigas – las conocí hace unas semanas, son muy agradables – lo son, nos conocemos de pequeños – quiero que veas esto – me entrega la carpeta que estuvo todo el tiempo serrada. En ella estaba el perfil de mi hermano Kaios, mayor que yo por 6 años, todos los detalles estaban ahí, detrás de su perfil estaba el mío – esta es una de las carpetas que no alcanzó a ver Alexandra ayer. Tú y t hermano ya estaban en la lista de su abuelo – me quedo en silencio- sin saberlo ustedes se juntaron, sin quererlo vino a ti, ahora espero que sigas siendo un buen chico como me ha dicho Diana y la cuides – se levanta de la mesa mientras sigo mirando la carpeta – ¿se lo dirá? – no es necesario –
Mateo Veo que Kat sale de los camerinos sola - ¿Alexandra? – aún se viste ¿Qué pasó con ustedes? – en una sola noche muchas cosas, aunque no lo creas – ya me… nos interrumpe un ruido, venia de adentro, sentimos que muchas cosas cayeron y a Alexandra gritar. Ambos entramos al escuchar, ella estaba casi desnuda en el suelo, su cabeza sangraba, se trató de levantar, pero no la dejamos. Detrás de nosotros se escucharon más pasos asique la cubrí con lo primero que encontré -¿Qué pasó? – el piso esta mojado y me resbale – termina de hablar y se desmaya, el entrenador entra para verla sangrando- rápido llévala a la enfermería, deben estar ahí aun, la tomo en brazos y Kat le pone otra toalla encima – avísale a su padre que estará en la enfermería – le digo a Kat – a Diana le digo para que me entienda, y sale a buscar sus cosas mientras trato de correr con ella en mis brazos. Mientras espero a un lado de la sala llegan Beth y Kat a preguntar por ella – no me dejaron acompañarla porque estaba
Alexandra Sentí unas suaves caricias en mis brazos, pero al despertar estaba sola, había tanto silencio y no sabía qué hora era, veo prender la luz del baño de mi dormitorio y encienden la ducha, no podían ser mi padre ni Diana, ellos tienen los suyos, me levante con cuidado, mi cabeza dolía, camino en silencio para toparme con la figura de Mateo, sin camisa, solo con sus pantalones militares que hacían que resaltara todo ese cuerpo musculoso. Él no se percata que lo estoy viendo, se saca los pantalones y zapatos quedando solo en bóxer, el calor recorrió mi cuerpo y me acerque a abrazarlo, lo que hace que de un brinco del susto - ¿Qué haces de pie? – pregunta asustado – me despertaste – le digo mientras doy pequeños besos en sus brazos, él lo levanta y me abraza - ¿puedo? – me mira arqueando una ceja en señal de pregunta – bañarme contigo, me siento sucia – toco el agua y estaba en su temperatura perfecta, sus manos se escabullen en mi piel levantando mi ropa y sacándola, me acerco