Era grandioso, las empleadas fueron muy amables con Carmen y le dieron un recorrido con lujos de detalles, especificando dónde ella podía conseguir las mejores novelas de romance en la biblioteca, además de las revistas de moda.También le enseñaron la hermosa piscina y como usar varias máquinas en el gimnasio y, ¡el jardín, oh, el pequeño y lindo jardín!, Carmen ya se podía imaginar pasando varias horas allí, consintiendo y cuidado de las hermosas plantas y flores que allí se encontraban.*Habían pasado varias horas desde que Marcus se fue y las empleadas habían dejado a Carmen sola por un rato para tomar sus actividades de trabajo regulares en el apartamento, cuando repentinamente un timbre sonó.Carmen se asomó en la sala, no había nadie y el timbre seguía sonando en la puerta, mientras que ella dudaba, ¿debía abrir?, pero y, ¿si la regañaban?, ¿y si era Bastián?Un pequeño escalofrío le recorrió el cuerpo.El timbre volvió a sonar con más insistencia, al tiempo que también
— ¿Qué…? — Carmen lo detalló, confundida, cuando él volvió a ser el mismo de antes. — Ahora… — Bastián pareció tomar aire y recomponer su postura seria, separándose ligeramente de Carmen. — Olvidarás todo este circo y volverás ya mismo conmigo a la mansión… — No… — Soltó automáticamente de Carmen. — ¿Cómo? — Bastián elevó una ceja, perplejo, pues Carmen nunca le decía que no y ahora ella lo estaba rechazando por segunda vez. — ¿Acaso tú piensas romper tu compromiso? — Preguntó Carmen apretando los labios en una línea. — Por supuesto que no… — Bastián achicó los ojos, sabiendo muy bien por donde ella se dirigía. — Entonces no pienso volver, no regresaré para seguir siendo tu amante, Bastián, mientras que tú desposas a otra mujer y eres feliz con ella frente a mis ojos… — Soltó Carmen con la mandíbula apretada y una marcada mueca de dolor. — ¡¿Es que de verdad tú piensas que toda esta mam@da me hace muy feliz?! — Voceo Bastián en el rostro de Carmen, tan enojado como frustr
Bastián se quedó por un momento con el rostro volteado, el impacto de la bofetada que le dio Carmen, aún le ardía, confirmándole que ella usó de todas sus energías para darle un golpe muy certero, lleno de rabia y dolor.Luego de una larga y profunda respiración, repentinamente Bastián volvió a reaccionar.—¡Ya basta de mamad@s y lloriqueos! — Gruñó Bastián para retomar el agarre de Carmen con fuerza y volver a jalarla hacia la salida del apartamento.—¡No, Bastián, ya te dije que no quiero volver, suéltame! — Carmen intentó desesperadamente escapar, pero era imposible.—Volverás conmigo, lo quieras o no…Entre tantos gritos, las mujeres del servicio se asomaron de nuevo, sorprendiéndose al ver cómo el señor Bastián Hidalgo, arrastraba a Carmen hacia la salida del apartamento, ¿qué era lo que sucedía entre el tío y la prometida de su señor?, o mejor dicho, ¿qué tipo de relación era la que había?, era lo que se preguntaban ambas mujeres.¿Y qué podían hacer ellas para interven
La sensación de vértigo era intensa y se unía a un sabor amargo que Bastián no había probado nunca antes y ahora parecía una constante, el rechazo.Carmen lo dejaba, ¿lo dejaba para siempre?, ella había escapado y no quería volver, lo dejaba, después de todos estos años juntos, después de todos los esfuerzos de Bastián para que ella nunca se marchara, luego de tantos cuidados, y eso no era lo peor.Porque además, Carmen lo estaba dejando para casarse con el sobrino de Bastián, ¡su sobrino!, Marcus era el sobrino del examante y Carmen estaba restregándole en la cara que lo prefería y se casarían, ¿su Carmen con el niñato de Marcus?«Sobre mi cadáver», fue la única idea que atravesó la mente de Bastián, quien se quedó por un momento pasmado, al tiempo que lo recorría una ola de rabia e impotencia.Repentinamente, Bastián avanzó, aparentemente directo hacia ellos, Carmen cerró los ojos por instinto, apretándolos con fuerza, ¿qué era lo que él les haría?, ¿golpearía a Marcus y la arra
— No te menosprecies, Carmen, eres una buena chica, amable y hermosa, te mereces a un hombre que te valore, que sea capaz de luchar por ti y que te respete, que te dé tu lugar… — Soltó Marcus y con pena, Carmen volteó la vista inmediatamente hacia un ventanal de la habitación, sintiendo ese doloroso pinchazo, pues ella sabía perfectamente que Marcus lo decía por Bastián. — Si tú me lo permites, Carmen, yo soy capaz de darte eso… — La otra mano de Marcus cubrió la pequeña mano que sostenía de Carmen, envolviéndola entre sus dos grandes y fuertes manos. — ¿Qué? — Carmen los observó confundida, sintiendo como los latidos de su corazón iban acelerándose y perdiendo su ritmo normal. — Si te soy honesto, tú… — Marcus bajó la mirada, apenas era visible un pequeño rubor en sus blancas mejillas, ¿él se estaba sonrojando? — Carmen, tú siempre me pareciste una chica muy linda, desde un principio, tú fuiste la primera en mirarme y tratarme como alguien de la familia cuando llegué con los Hidal
Fue en ese instante, cuando Marcus levantó el rostro, al principio él se vio sorprendido, pero luego de una inhalación muy profunda y de ver las silenciosas lágrimas que Carmen había derramado, Marcus pareció darse cuenta de lo que estaba haciendo y de inmediato, se separó de ella, tirando el cuerpo hacia atrás.—Carmen, yo… Lo lamento mucho… — Se levantó de la cama algo alterado. — Lo siento, de verdad, no me di cuenta, yo pensé que tú…Marcus parecía verdaderamente afectado y apenado, él no podía ni verla a la cara y se dio media vuelta para salir de la habitación de inmediato, cuando Carmen lo llamó, sintiéndose algo mal por él, después de todo, Marcus la había estado ayudando las últimas horas, así que con convicción, Carmen se sentó en la cama.—Marcus, espera… — Voceo Carmen y Marcus se detuvo en el umbral de la puerta. — Es que… Es que creo que yo también tuve algo de culpa… Yo te correspondí el beso y al principio todo iba bien, pero luego… — Ella se abrazó a sí misma, si
Carmen bajó la vista con vergüenza y tomó los cubiertos tal como lo hizo Marcus, retomando la cena, recordando todo lo que Marcus le había comprado ese día en que él salió y la dejó sola, para que luego Bastián llegara con la intención de llevársela y luego Marcus los encontró discutiendo. En ese momento Carmen no lo sabía, pero Marcus se había ido para comprarle lo que para ella era una tienda completa, ropa, accesorios, bolsos, zapatos, maquillaje, artículos personales. Todo lo estaba descargando un empleado de Marcus cuando este se adelantó y subió solo al apartamento, en busca de Carmen, pero luego de todo lo ocurrido esa noche, fue al día siguiente en que Marcus pudo entregarle los excesivos regalos a Carmen. — Tienes que usarla, Carmen, ya no eres una empleada, ¿recuerdas?, además… Si luego quieres trabajar en una empresa, debes empezar a lucir como una ejecutiva y este es el primer paso… — Explicó Marcus con un tono lleno de amabilidad, Carmen asintió, sonriéndole, ese hom
Fueron largas e interminables horas de saludos y presentaciones, en las que la mayoría de los presentes preguntaban por la procedencia de Carmen.Todos hacían la misma pregunta, ¿de qué importante familia provenía?, y el mismo Marcus fue quien se encargó de responder a todos por igual, mientras que Carmen solo asentía e intentaba sonreír.Claro, aunque muchos de los invitados presentes en la fiesta, ya habían visto a Carmen antes, en la fiesta de compromiso de Bastián, ninguno la recordaba, ¿quién podría estar al pendiente de una simple sirvienta?, sin embargo, muchos sí afirmaba que la joven les parecía algo familiar.—Oh, claro, por supuesto, mi hermosa prometida proviene de una importante familia… — Soltaba Marcus y en cierta manera él no mentía, pues de alguna forma Carmen provenía de los mismos Hidalgo, aunque evidentemente ella no llevaba su misma sangre. — Es un pequeño secreto, pero más adelante se sabrá quienes son su familia…Mientras tanto, Carmen se sostenía del brazo