—Bien —asintió la niña tomando asiento en una de las sillas de la recepción. Tomando una bocanada de aire, Nora se acercó a la puerta y golpeó antes de entrar. Sin embargo, nadie respondió. Decidió ingresar al despacho y se llevó una gran sorpresa.Esperaba ver a Jeremiah en su oficina, pero en su lugar estaba Dylan.—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Buscas algo en tu favor para arruinar a tu primo? —cuestionó Nora mirándolo. —Te equivocas, estoy aquí por trabajo —corrigió Dylan sosteniéndole la mirada—. ¿Y tú? ¿Qué has venido a hacer?—No es de tu incumbencia —emitió tajante.—¿Has venido pensando que ibas a conseguir a tu príncipe? Pues déjame decirte que eso no será posible, porque se ha ido de viaje —informó burlesco, provocando sorpresa en Nora—. ¿Qué? ¿Acaso no te avisó? Pensé que estaban saliendo...Nora se recompuso y se mantuvo seria.—¿Sabes cuándo volverá? —preguntó, ignorando lo último.—¿Por qué? ¿Tienes algo importante que decirle? —inquirió Dylan mientras pasaba el bolígraf
Habían transcurrido tres días desde la partida de Jeremiah y Nora todavía no había recibido ninguna comunicación de parte del director. Se sentía desilusionada cada vez que miraba su pantalla y no encontraba ningún mensaje, pero supuso que él estaría ocupado y no había tenido tiempo de escribirle. Intentaba no pensar en lo que Dylan le había revelado aquel día, pero era imposible no sentirse abrumada por la situación en la que se encontraba.Ansiaba poder confesarle la verdad a Jeremiah, revelarle que Zoe era su hija biológica. Sin embargo, ahora se encontraba atrapada entre la espada y la pared.Aquella mañana, había estado indecisa sobre si debía contarle a alguien más lo sucedido en aquella clínica. Pensó en alguien confiable que pudiera ayudarla a tomar una decisión acertada, pero no se le vino a la mente nadie en particular. Aunque Elliot había sido un buen amigo, se encontraba en una situación difícil en ese momento y no quería agobiarlo aún más. De hecho, él necesitaba su apoyo
El avión finalmente aterrizó, Jeremiah había reservado el primer vuelo en la madrugada para llegar a la ciudad lo más rápido posible. Una sensación de alivio se apoderó de su cuerpo, sintiéndose tranquilo por haber logrado resolver el problema a tiempo. De lo contrario, el negocio habría sufrido graves consecuencias. El hotel había estado perdiendo más dinero de lo esperado y no había forma de cubrir esas pérdidas a menos que consiguiera un gran inversor.Jeremiah se había sentido tan desesperado y al borde de un colapso emocional que había considerado la posibilidad de cerrar el hotel y comenzar de nuevo en otro lugar. Sin embargo, su abuelo Malcom le había dejado una lista de contactos para situaciones como esa. Fue así como logró encontrar al inversionista que había recibido un préstamo de su abuelo hace muchos años. El hombre no dudó en ofrecerle ayuda al nieto de su amigo y resolver el problema financiero.De repente, recibió una notificación en su teléfono del abogado. Sacó el m
Nora se despertó aquella mañana con una determinación inquebrantable. Sabía que era el momento de hablar con Jeremiah, y las circunstancias parecían haber conspirado a su favor aquel día. Habían planeado salir juntos a un lugar especial. Aunque se trataba de una cita romántica, pero sería especial pues también llevarían consigo a Zoe. El sol se filtraba a través de las cortinas, tiñendo de dorado el rostro de Nora mientras apartaba las sábanas y se levantaba con un brillo de emoción en los ojos, pero al mismo tiempo sentía temor. Era consciente de que esta era una oportunidad única para fortalecer su relación con Jeremiah, y no planeaba dejarla escapar.Tomó una gran bocanada de aire. Y con firmeza, se vistió con un vestido que resaltaba la belleza natural que emanaba de su ser. Se arregló el cabello de manera sencilla pero elegante en una coleta alta.Caminó por el pasillo con cautela para no despertar a Zoe, quien aún dormía plácidamente en su habitación. Cruzó la estancia de la
Nora, por su parte, apartó la vista al sentirse abrumada por la profundidad que emanaba la mirada de Jeremiah.—¿Qué pasa? —Abrió la boca para decir algo, pero se calló de inmediato al no saber cómo formular la pregunta.—Yo... necesito hacerte una pregunta, pero no sé cómo empezar —dijo después de unos minutos de silencio.Jeremiah percibió que se trataba de algo serio e intentó no mostrar su ansiedad.—Empieza por donde creas que es mejor —tomó su mano y Nora asintió.—Nunca me has preguntado por mi familia, ¿no tienes curiosidad? —inquirió sospechosa, haciendo que él frunciera el ceño.—¿A qué viene tu pregunta? No entiendo —le lanzó una mirada furtiva.—Me enteré de que Oliver Whitman trabajó para ti hace unos años, para ser precisos, hace cinco años. Era el hombre que murió en una de las construcciones de tu familia —la mención del incidente hizo que Jeremiah se tensara—. Tal vez te sorprenda, pero era el esposo de Irena, mi hermana. Ella también falleció el mismo día que él. ¿No
Jeremiah bajó la mirada, sintiéndose responsable por la tragedia que había ocurrido. Sabía que no había excusa para lo que había sucedido y solo podía esperar que Nora encontrara en su corazón la capacidad de perdonarlo algún día.—Entiendo que lo que te he revelado sea difícil de aceptar —dijo en voz baja—, pero quiero que sepas que eres lo más importante en mi vida y nunca quise hacerte daño. Si pudiera cambiar el pasado, lo haría sin dudarlo.Nora asintió, sin poder contener las lágrimas que comenzaban a brotar de sus ojos. A pesar del dolor y la decepción que sentía, no podía negar que el amor que tenía por Jeremiah seguía presente en su corazón.—Lo sé. Y nada cambiará entre nosotros, lo que siento por ti no va a desaparecer. Pero necesito tiempo para procesar todo esto —susurró, sintiendo cómo su mundo se tambaleaba.Jeremiah acarició la mejilla de Nora con ternura, sintiendo cómo su corazón se rompía por el dolor que había causado. Sabía que tenía que respetar su decisión y da
Jeremiah acababa de dejar a Nora y Zoe en casa, sintiendo la tensión de la repentina distancia entre ellos. Él entendía que no podía ser fácil para Nora procesar todo, y no quería presionarla. Tal vez un tiempo separados les ayudaría a ambos. Mientras cruzaba la estancia, el sonido de sus pasos llamó la atención de Elliot, quién se encontraba en la sala de estar de la mansión, esperando la llegada de Jeremiah. Cuando lo vio, una expresión de sorpresa se reflejó en su rostro. Jeremiah pudo percibir que se trataba de algo serio por la mirada sombría en el rostro del chef. Elliot parecía cansado, y su mirada apagada indicaba que estaba pasando por un momento difícil.—Elliot ¿Qué te trae aquí? ¿Pasa algo? —preguntó preocupado.—Yo... He venido a hablar contigo. ¿Tienes un momento? —preguntó Elliot, un poco indeciso.—Por supuesto, no hay problema. Vamos a mi estudio, tendremos más privacidad allí —sugirió Jeremiah, dirigiéndose hacia las escaleras.Elliot lo siguió, repasando cada pala
—Mi mamá no tiene mucho tiempo. Los médicos le dieron un mes, y no creo que lo logre. Hace años le diagnosticaron depresión, lo cual le ha causado problemas de salud, incluyendo insuficiencia cardíaca que se ha agravado con el cáncer. Su vida no ha sido fácil para ella desde que le quitaron lo que más amaba —explicó, se podía escuchar un rastro de resentimiento en sus palabras—. No puedo quedarme de brazos cruzados mientras veo cómo esta mujer construye una vida de mentiras a costa del sufrimiento de los demás. Ella no se lo merece.Jeremiah sentía cómo todo lo que conocía se desvanecía en la niebla del engaño y la traición. La incredulidad lo inundaba, amenazando con hacerlo sucumbir bajo su peso. ¿Cómo podía aceptar que su madre, la mujer que lo había criado con amor y ternura, realmente había robado a un bebé al nacer y negado su existencia hasta ahora?Una ola de ira invadió el corazón de Jeremiah al decidir tomar cartas en el asunto. No podía aceptar esta revelación sin enfrentar