ADAMMe quedé perplejo.Holly forcejaba un poco con mi pans.—Espera, nena—la abracé contra mi pecho para que se estuviera quieta—. No ahora, estás ebria. No puedo volver a aprovecharme de ti estando borracha, no de nuevo.—Piensa en esa noche—levantó el rostro— ¿Qué cambiarías de esa noche?Sus mejillas sonrojadas al igual que su naricita, los ojos brillantes como luceros en la noche, ¿Cómo no caer de nuevo en la tentación?Trague en seco.Bajé mis labios hacia los suyos.—Cambiaría la forma de cómo te traté—ella deslizó sus manos por mi espalda, sentí electricidad ahí donde tocaba—Pero no me arrepiento de haberte conocido.—No estoy ebria—me besó, luego deslizó sus labios perfilando mi mandíbula—. Pero quiero hacerte mío—me besó tras la oreja, el sujeto entre mis piernas se irguió aún más. La sujeté del cabello para guiarla de nuevo a mi boca, ansiosa de ella—, quédate conmigo—jadeó—. Quédate.Mi cuerpo reaccionaba a ella tan rápido que el calor estaba sofocándome, la ropa me lastim
HOLLYRebotando entre sus piernas, mis pechos pegados al suyo, Adam me tenía aferrada de mis nalgas, apretándome y nalgueándome. Yo me aferraba a sus hombros, enterrando mis uñas en su espalda.Las estocadas se hacían más rápidas, su pene rozaba una parte dentro de mí que estaba volviéndome loca.—¡Ah, sí! —no pude evitarlo, él apretó más el empuje.De nuevo, tocó esa fibra sensible.—Oh, mierda.—¿Eso te gusta, conejita?—¡Si, sí! —estaba haciendo maravillas.Emocionada, mordisquee su hombro, clavícula y cuello, él me soltó una nalgada. luego bajó una de sus manos entre mis nalgas y sus dedos circularon el contorno de mi ano.Tiré de su cabello.—Ni te atrevas, West, dije que esta noche ibas a ser mío—mordí con fuerza su cuello.Él gimió.Me alejé un poco, llevando mis manos hacia atrás hasta tocar sus muslos, dejándome expuesta por completo. Comencé a mover mis caderas en círculos, él deslizó sus manos por mis rosillas, subiendo hacia mis muslos y hundiendo sus pulgares en mis labio
HOLLYOpté por un jersey albaricoque con puños de peluche, me cubría el cuello.—Vamos, nena, no me mires así—él se había puesto un top de canalé verde oscuro ¡un top!—Eres un idiota.Él soltó una carcajada, los rasguños de sus brazos podían verse, apenas cubría su cuello. Por mi parte decidí dejarme el cabello suelto. Qué vergüenza, él está de lo lindo mientras a mí me van a tachar de enferma sexual.—Sigue frunciendo el ceño y te arrugaras.—No me digas—tiré de los botines—el único causante de esto eres tú.Adam se acercó a mí, pero le di la espalda, me dio una fuerte nalgada.—¡Hijo de … !—Ambos sabemos quién comenzó, conejita salvaje—me abrazó por detrás, me removí—, solo hiciste que mi devoción hacia ti creciera—me besó la mejilla y deslizó sus labios por mi oído, un estremecimiento fuerte me recorrió el cuerpo, cerré los ojos saboreándolo—, eres mi diosa personal.—Hum—solté un suspiro.Deslizó sus manos por mis caderas hacia adelante cubriendo mi…—¡No! —le enterré los codos—
ADAMMi madre me lanzó una mirada venenosa luego de entrar a la biblioteca.—¿Qué? —gruñí.—¿Cuál es el plan?, no puedes solo servirte siempre con sexo.Me dejé caer en la silla giratoria.—Ella me pone feliz ¿Qué quieres que haga?Puso los ojos en blanco.—Quiero que pongas las cosas en su lugar.Tomé su pluma fuente y acaricié las plumillas.—Acabamos de pasar por algo terrible, ¿no puedes darme un respiro?Enjutó los ojos.—Es eso o le temes al compromiso.Apreté los dientes.—¿De eso hablaron anoche? ¿le metiste ideas sobre el matrimonio?—Ideas sobre matrimonio… entonces no quieres casarte con ella.—Quiero estar con ella y quiero hacerla feliz, pero ¿puedo tenerla completamente a salvo? a ella y a los niños. Lo que acaba de suceder solo me hace pensar que…—Entonces es por eso—se pasó una mano por el cabello—. No pensé que fueras un niño cobarde.—¿Qué dijiste?—Eso, que eres un niño cobarde—estaba molesta—. Cuando eras niño te metías en muchos problemas, te peleabas con otros n
HOLLY (ANTES DE QUE ADAM LA ALCAZARA PARA VER A RORY)Rory en efecto, estaba despierta, arropada con una gruesa cobija de pelo y esperaba en dios que no fuese de algún animal. Parecía un pequeño peluche en medio de una cama tan grande. —Hola—le dije en cuanto entre.—¿Holly?, creí que ya no estabas aquí…—Lamento no haber venido antes, quería darte tu espacio con… que conocieras a tu madre.Ella apretó los labios. Se veía más pálida que cuando la conocí, cuando la vi durante el ataque se veía demasiado débil, pero ahora de ello solo se veía un poco cansada.—¿Es real? quiero decir… todo esto.Me senté a su lado.—Sí, es real… Cherise vivió engañada todo este tiempo, creyó que su hija había muerto el mismo día en que nació.—Siempre odié a quien creí que fue mi madre—tiró de las mangas de su suéter—, era una prostituta adicta a la cocaína, creí que algún día se le caería la nariz. Ella metía muchos hombres a la casa y…—se le aceleró la respiración.Le tomé las manos, me recordaron a
HOLLY (DURANTE LA TRAGEDIA) —¿Quién te dejó pasar? —gruñó Adam con desagrado.Bonhuer estaba de pie en el umbral del comedor, siempre con su aire de grandeza, confiado, qué irritante.—Yo lo hice—Eros salió detrás de él.Tal vez a este punto, Eros ya no tendría que sorprenderme tanto.—¿Por qué? —siguió Adam con el mismo tono. Aun apretaba mi mano, si Dominic lo molestaba, estaba segura de que mi mano sufriría.—Traigo buenas noticias—sacudió un sobre entre sus manos y se adentró en el comedor “como pedro por su casa”—, pero si no quieren escucharlas…Adam hizo un ademán exagerado, al fin y al cabo, el anfitrión era él, supongo.—Ya habla.—Esta madrugada fue capturado Vittorio Alfano, lo que significa que oficialmente pueden regresar a Chicago.Me levanté de mi asiento como un resorte, tirando la silla.¿Era real? ¿era una de sus bromas?, mis palmas temblaban.—¿E… es seguro?Dominic dirigió su mirada hacia mí, mirándome como si estuviese completamente aburrido, ¿qué más daba su ind
ADAMMe llevé las manos al mentónSomos adultos, pero ahora los que parecían un par de adolescentes eran ellos. Mi madre viéndome con emoción en los ojos. Dominic pues… ese aire despreocupado.—Entonces… ¿Cómo pasó? —terminé por preguntar.Mi madre se removió nerviosa.—Pues verás…—Yo te lo diré—interrumpió el supuesto padre—. Adam Rhodes ya tenía antecedentes, delitos de cuello blanco, pero, las evidencias no eran concisas. Tu madre ya se había casado con él cuando la conocí…—Fue algo arreglado—interrumpió ella—; mis padres, tus abuelos, tenían cierta amistad con los Lazaridis…—Espera… pero, dijiste que tenía diecinueve años cuando te embarazaste de mi—sentí un estremecimiento—y tu…Se encogió de hombros.—Tengo cierto gusto por las casadas y mayores.Mi madre le palmeó la rodilla.—Oye, ya no estoy casada.No, no podía soportar esa ridiculez.—Déjense de tonterías—gruñí. No te alteres, escuché la voz de Holly en mi cabeza.—Yo era un novato—siguió Dominic en un tono relajado—, ma
HOLLYEn la familia de mi madre siempre es tradición que la comida es una conexión. La comida siempre tiene que saber deliciosa por que la compartes con los demás, la comida une personas, une familias, la comida lo es todo.Con ese pensamiento en mente y al ser mi último día en la antigua ciudad de dioses, este festín serviría para unir a los que se han alejado. En pocas palabras mi intención es que esa familia loca de mi hombre de una de una vez por todos.Para eso tuve que pedirle a Celia y a Dora (las ayudantes de cocina) que me ayudasen, pudimos entablar una buena conversación, supongo que ya había entrado en esa edad donde los mayores se relajan contigo.Terminamos por hacer albóndigas con papas, arroz rojo y unos taquitos de pollo con queso crema. Lloré internamente porque aquí parecía que no existía el chile, ¡cualquier chile podría estar bien para mí!Celia y Dora hicieron un postre, no pude terminar de ver su proceso, fui a buscar a los demás.Primero encontré a Cherise y Dom