HOLLYSabía perfectamente que no podía regresar a Chicago ahora, aun no sabíamos noticias sobre Nicholas o de Rory, bien dicen que las malas noticias son las primeras en llegar.Continué contándole a Adam lo que sabía sobre su ahora hermana, apenas y podía creerlo, sabía que esto era un batido amargo y viscoso. Adam estaba intranquilo, pero prefirió no hacerse ideas hasta que su madre aclarara todo. De eso ya habían pasado tres horas, estábamos en el atardecer.Una enfermera llegó con la comida para Adam, le estaba haciendo ojitos en mi presencia, que descarada, me levanté y fui a lado de Adam lanzándole mi mirada de agujas a él y una hipócrita sonrisa a ella.Pese a que él no tenía la culpa, no hizo más que reírse y decirle a la enfermera que se largara, claro a su manera.—Mi me koitás étsi, alliós tha se skotósei i kopéla mou—(No me mire así, o mi novia va a matarla)No sé lo que le dijo, pero ella pareció turbada, sonrió avergonzada y salió corriendo.Si bien ya era dos veces que
HOLLY—Ponte los pantalones rápido—le arrojé su ropa.Él lo hizo.—Hablaré con tu madre.—No espera, iré contigo—tiró de la bata dejando su torso desnudo, de un movimiento se arrancó los dispositivos, Holly no es momento para pensar en él de esa manera—. Contactaré a más agentes—tomó su chaqueta y se la puso, al igual que las botas.Con un asentimiento me acerqué a la puerta y la abrí, topándome con otro hombre de traje a punto de tocar.—¿Van a algún lado?—¿Mercier? —Adam me retuvo por la cintura y me echó tras él.—Señor West ¿tiene un par de minutos?—Lo lamento, pero debemos irnos ahora.Mercier se interpuso de nuevo.—Se lo que el agente Bonheur dijo, no tienen que preocuparse la familia Austen está a salvo.—¿Cómo puedo saber si lo que dice es cierto? —me aferré de la chaqueta de Adam.Mercier no dijo nada, extrajo su celular y mostró un video.—Es en tiempo real—en el video se apreciaba a Everett y Dany en el sillón de la sala, entonces apareció Tony corriendo hacia ellos most
HOLLYHa pasado un día completo, Rory está mejor, así que nos estábamos preparando para irnos a la casa de los West, con un equipo médico instalado allí.Rory había despertado, Cherise se pasó todo el día con ella, yo solo la vi desde la orillita de la ventana, no quise interrumpir el encuentro.Adam hizo que él y yo nos fuésemos en un auto diferente.—No tenías que hacer esto, pudimos irnos todos en el mismo auto.—Quiero pasar tiempo con mi mujer ¿no puedo?—No soy tu mujer.Abrió la boca ofendido.—¿Estás jugando conmigo?Me crucé de brazos.—Tu juegas conmigo, ¿Qué soy para ti? —enumeré—, primero me dices esposa, luego novia y ahora tu mujer, cuando ni siquiera me has preguntado.Él sonrió diablesco.—¿Tengo que preguntarte si quieres ser mi mujer?—Entonces diré que no.Le di la espalda.—Holly querida, no puedes enojarte por eso—tiró de mi pantalón hacia él y me enredó en sus brazos—. No te enojes.—Aléjate de mí, diablo.Me besó la mejilla, deshizo mis brazos cruzados y llevó u
HOLLYTomé una ducha deliciosa, caliente, mis músculos se habían relajado mucho; tuve que usar el shampoo de Adam, ahora olía a él.Para cuando salí, encontré a Cherise en el borde de la cama, tenía varias bolsas a su lado.Me acerqué, intentando no tropezar con la bata de Adam y secándome el cabello.—¿Chery?—Oh, hola, estaba esperándote.—¿Qué sucede?—Trate un par de cosas para ti, soy la anfitriona, así que mi de ver es hacerte sentir cómoda.—No tienes qué…—Además, quiero agradecerte—me tomó de la mano con añoranza—. Me devolviste una parte de mi alama, no sé cómo agradecerte.—Chery, no tienes que agradecerme nada, con saber que son felices me basta.—Eres bastante humilde—sonrió con un poco de lágrimas—. Me gustaría hablar un poco contigo, ¿Por qué no te cambias y vamos a tomar una copa?—He… pero no bebo.—Anda, compláceme, por favor.Bueno, con esa mirada que me lanzaba como decirle que no, y estaba la cuestión incomoda de que estaba solo en bata frente a ella....Bajo l
ADAMMe quedé perplejo.Holly forcejaba un poco con mi pans.—Espera, nena—la abracé contra mi pecho para que se estuviera quieta—. No ahora, estás ebria. No puedo volver a aprovecharme de ti estando borracha, no de nuevo.—Piensa en esa noche—levantó el rostro— ¿Qué cambiarías de esa noche?Sus mejillas sonrojadas al igual que su naricita, los ojos brillantes como luceros en la noche, ¿Cómo no caer de nuevo en la tentación?Trague en seco.Bajé mis labios hacia los suyos.—Cambiaría la forma de cómo te traté—ella deslizó sus manos por mi espalda, sentí electricidad ahí donde tocaba—Pero no me arrepiento de haberte conocido.—No estoy ebria—me besó, luego deslizó sus labios perfilando mi mandíbula—. Pero quiero hacerte mío—me besó tras la oreja, el sujeto entre mis piernas se irguió aún más. La sujeté del cabello para guiarla de nuevo a mi boca, ansiosa de ella—, quédate conmigo—jadeó—. Quédate.Mi cuerpo reaccionaba a ella tan rápido que el calor estaba sofocándome, la ropa me lastim
HOLLYRebotando entre sus piernas, mis pechos pegados al suyo, Adam me tenía aferrada de mis nalgas, apretándome y nalgueándome. Yo me aferraba a sus hombros, enterrando mis uñas en su espalda.Las estocadas se hacían más rápidas, su pene rozaba una parte dentro de mí que estaba volviéndome loca.—¡Ah, sí! —no pude evitarlo, él apretó más el empuje.De nuevo, tocó esa fibra sensible.—Oh, mierda.—¿Eso te gusta, conejita?—¡Si, sí! —estaba haciendo maravillas.Emocionada, mordisquee su hombro, clavícula y cuello, él me soltó una nalgada. luego bajó una de sus manos entre mis nalgas y sus dedos circularon el contorno de mi ano.Tiré de su cabello.—Ni te atrevas, West, dije que esta noche ibas a ser mío—mordí con fuerza su cuello.Él gimió.Me alejé un poco, llevando mis manos hacia atrás hasta tocar sus muslos, dejándome expuesta por completo. Comencé a mover mis caderas en círculos, él deslizó sus manos por mis rosillas, subiendo hacia mis muslos y hundiendo sus pulgares en mis labio
HOLLYOpté por un jersey albaricoque con puños de peluche, me cubría el cuello.—Vamos, nena, no me mires así—él se había puesto un top de canalé verde oscuro ¡un top!—Eres un idiota.Él soltó una carcajada, los rasguños de sus brazos podían verse, apenas cubría su cuello. Por mi parte decidí dejarme el cabello suelto. Qué vergüenza, él está de lo lindo mientras a mí me van a tachar de enferma sexual.—Sigue frunciendo el ceño y te arrugaras.—No me digas—tiré de los botines—el único causante de esto eres tú.Adam se acercó a mí, pero le di la espalda, me dio una fuerte nalgada.—¡Hijo de … !—Ambos sabemos quién comenzó, conejita salvaje—me abrazó por detrás, me removí—, solo hiciste que mi devoción hacia ti creciera—me besó la mejilla y deslizó sus labios por mi oído, un estremecimiento fuerte me recorrió el cuerpo, cerré los ojos saboreándolo—, eres mi diosa personal.—Hum—solté un suspiro.Deslizó sus manos por mis caderas hacia adelante cubriendo mi…—¡No! —le enterré los codos—
ADAMMi madre me lanzó una mirada venenosa luego de entrar a la biblioteca.—¿Qué? —gruñí.—¿Cuál es el plan?, no puedes solo servirte siempre con sexo.Me dejé caer en la silla giratoria.—Ella me pone feliz ¿Qué quieres que haga?Puso los ojos en blanco.—Quiero que pongas las cosas en su lugar.Tomé su pluma fuente y acaricié las plumillas.—Acabamos de pasar por algo terrible, ¿no puedes darme un respiro?Enjutó los ojos.—Es eso o le temes al compromiso.Apreté los dientes.—¿De eso hablaron anoche? ¿le metiste ideas sobre el matrimonio?—Ideas sobre matrimonio… entonces no quieres casarte con ella.—Quiero estar con ella y quiero hacerla feliz, pero ¿puedo tenerla completamente a salvo? a ella y a los niños. Lo que acaba de suceder solo me hace pensar que…—Entonces es por eso—se pasó una mano por el cabello—. No pensé que fueras un niño cobarde.—¿Qué dijiste?—Eso, que eres un niño cobarde—estaba molesta—. Cuando eras niño te metías en muchos problemas, te peleabas con otros n