—Se han portado muy bien y han dejado ver sus atributos chicos, ¿por qué no, mostrarle alguno de nosotras?Quería matar a Brenda, ella rápidamente bajo el cierre de su falda quedando en brasier y tanga, dio varias vueltas en su lugar y nos dimos cuenta cuando se tambaleó a causa del alcohol. Rápidamente, Carl tomó su mano y ella cuando estuvo estable camino hacía él, le dio un beso en los labios y se sentó en su regazo. —¡Es tu turno Letty!—gritó Brenda—. Piensa que estás en la playa.Me levanté decidida a hacerlo, el alcohol en mi sistema me estaba dando valentía. «No sé por qué la mirada de dos hombres me pone como una moto, me excita y me calienta en demasía».Me despojé de la camisa de Guns N’ Roses y la tiré en dirección a Edward. Él, la atrapó en el aire y su potente mirada se clavó en mi brasier rosa con diminutas flores, cuando estaba a punto de quitarme el pantalón no lo vi venir, me cargó como un costal de papas sobre su hombro y dijo:—Me la llevo y no saldremos de la hab
«¡Qué perra es esta mujer!»Pensé que Edward se avergonzaría y me negaría, ya que esta zorra no pierde tiempo en recalcar que soy una niña para él.—Cynthia, esta preciosa chica que vez aquí—entrelazó su mano con la mía—. Es mi maravillosa novia. Letty Brown.«¡Qué bello es mi amooorrr! ¡Toma ya, perra!, ¿cómo te quedó el ojo?».La mujer no se esperaba esa respuesta, su sonrisa se congeló de inmediato y su intensa mirada grisácea se clavó en la mía.—Mucho gusto linda, este hombre es todo un galán. En la universidad traía locas a muchas e inclusive él y yo en esos tiempos tuvimos algo, pero eso ya es pasado. «¿A esta loca qué le pasa, acaso me está diciendo que tiene una oportunidad con Edward y que donde hubo fuego cenizas quedan?».«O será que quiere jugar y ser como la canción de Selena Quintanilla “Amor Prohibido”».Supongo que Edward por ser todo un caballero no le dice nada, pero noto su incomodidad y yo no quiero que lo toque más, me incomoda, me enciende y quiero arrastrarla
Cuando pensé que me dejaría vestida y alborotada me llamó y dijo que se le presentó un inconveniente, pero que ya está cerca del departamento. Bajé a esperarlo y a los pocos minutos apareció, cuando bajó del auto pude ver lo cansado que está, tiene una leve barba de días en su magnífico rostro y aun así se ve muy guapo.Cuando estuvo cerca de mí corrí para abrazarlo, él correspondió a mi abrazo y con mucha fuerza me apretó contra sí. Aspiro mi aroma por minutos, me dijo cuanto me extrañó, al separarnos nos besamos con pasión, con ansia y desenfreno, pude sentir cuanta falta le hice al igual que él a mí.Me llevó a un fantástico restaurante italiano llamado «IL POMODORO». Edward me dijo que traducido en español seria «Tomate» y yo solté la risa.«¡Qué nombre para un prestigioso restaurante!»Degustamos una deliciosa pasta boloñesa acompañada de un vino exquisito. Todo marchaba de maravilla y la noche pintaba perfecta para ambos. Hasta que nos encontramos a Zorra-Cynthia saliendo del mi
Caminé con Edward por un pasillo oscuro donde apenas se podía visualizar el camino gracias a unas luces que están incrustadas en el piso. Todo lo que observé estaba normal hasta que nos detuvimos en una pared que tiene un inmenso espejo, este se abrió como por arte de magia.«¡Estoy alucinando ante lo que veo, aprieto duro la mano de Edward y él ríe!»Me dice al oído que Cynthia no entra en este lugar, ya que a ella le gusta otra clase de juego y es allí donde él empieza a explicarme…—Letty estas en un lugar de intercambio de parejas—suelta y yo me atraganto—. Aquí vienes a jugar y a disfrutar del buen sexo siempre y cuando sea de común acuerdo, no te debes ver forzada a hacer cosas que no quieres y sin tu consentimiento nadie va a tocarte. En estos lugares se respeta la decisión de cada quien. Lo más importante aquí, es que debes aceptar sin objetar nada, que te digan que «no».Quedo pasmada en el sitio, no consigo caminar, tenía demasiada curiosidad de saber, pero es mucha informac
Edward tiene una mirada impenetrable, está serio, no sé qué estará pasando por su cabeza. Pero da su consentimiento y si él está dispuesto, pues yo también.Esto es lo que le gusta y yo quiero que pueda disfrutarlo todo a mi lado.Robert se acomoda entre mis piernas y yo me abro mucho más para recibirlo, pero cuando está a punto de penetrarme, Edward dice que pare y le pide retirarse de la habitación. Sin decir una palabra recoge su ropa y se marcha.Me siento fatal, creo que la embarre hasta el fondo. Lo veo sentarse en la cama, coloca sus manos cubriendo su rostro y no me mira. Bajo de la cama, me siento en su regazo y dejo besos en su cuello. Con miedo le pregunto:—¿Hice algo mal?—No es eso preciosa. No te preocupes, estoy bien.—No lo estás tan solo mírate, ¿qué pasa?Descubre su rostro, me mira a los ojos, sus manos acarician mi espalda con delicadeza y no aparto mis ojos de los suyos. Noto su aflicción y dice:—No puedo, quiero, pero no puedo, contigo no. A ti no puedo compar
Edward me envolvió en sus fuertes brazos dándome esa tranquilidad que necesitaba para calmar la rabia que se apoderó de mi cuerpo y no me dejaba estar tranquila, ahora que soy consiente de lo que he hecho, me entra la risa floja y la vergüenza se apodera de mí. Mi amor me mira con esos preciosos ojos y yo me derrito. —Creo que los colores de los tomates y las manzanas quedan cortos comparados con el color que hay en tu cara. Me dice eso y me parto de la risa, soy consiente de la serpiente que sigue arrastrándose en el piso botando sapos y culebras de su boca, pero no me importa, este maravilloso momento de felicidad con mi Edward, con mi doctor, con mi bombón, con mi novio y mi amor no me lo va a arrebatar nadie. El tal Magnus ayuda a la zorra a subir al auto y se la lleva, yo aplaudo y celebro que se hayan ido. Edward me ayuda a subir a su auto y emprendemos nuestro viaje de retorno a su departamento, me emociona saber que podremos estar juntos sábado y domingo para disfrutar de a
Es su turno de escoger la película que quiere ver y que yo me tengo que aguantar.Con una sonrisa maliciosa en su fabuloso rostro elige el «conjuro», dice que no la ha podido ver.Soy mala para este tipo de películas, mientras yo sudo como vaca, él está más fresco que una lechuga. No puedo contener el chillido que sale de mí cuando veo a la tipa encima del armario y se abalanza sobre la niña.—¡Santo Cristo! Edward, vas a matarme—exclamo, golpeo su brazo y él se ríe.—Te aseguro que por una escena así no dejaría que mueras. Tengo mil maneras de dejarte sin aliento, de matarte y hacerte revivir en cuestión de segundos—me mira a los ojos y yo tiemblo—. De deshacerte entre mis manos, de partirte en dos de puro placer y te aseguro que pedirías más. Serías tú la que pidieras morir a cada instante.—No me digas esas palabras porque no sabes como me enciendes—pone los ojos como dos huevos fritos, luego se ríe y niega con la cabeza.A estas alturas ya no me importa decir lo que pienso frente
Tener el brazo inmóvil durante dos semanas o hasta que deje de dolerme es una completa locura. Edward no deja de pedirme perdón por lo ocurrido y por más que le digo que ya pasó que fue un accidente, no deja de mirarme con su cara de dolor y sus ojos tan bellos cargados de tristeza. Por más que le insistí que me quedaría en el departamento con Brenda, me dijo que no, ya que ella de igual manera tiene que trabajar y no podrá estar pendiente de mí y de ayudarme cuando lo necesito. En cambio, él me dice que puede ir y venir sin ningún problema siempre y cuando no tenga que operar y no surjan emergencias. Para él es mejor porque se queda más tranquilo si estoy con él, ya que puede dejarme todo listo para que yo no tenga que hacer ningún esfuerzo. Sé que lo hace porque se siente culpable hasta más no poder, pero no quiero y no puedo seguir viéndolo así.—Ed, cariño—lo llamo mientras me trato de incorporar en la cama y veo como deja el portátil a un lado y rápidamente me ayuda.—¿Te duele