Edward tiene una mirada impenetrable, está serio, no sé qué estará pasando por su cabeza. Pero da su consentimiento y si él está dispuesto, pues yo también.Esto es lo que le gusta y yo quiero que pueda disfrutarlo todo a mi lado.Robert se acomoda entre mis piernas y yo me abro mucho más para recibirlo, pero cuando está a punto de penetrarme, Edward dice que pare y le pide retirarse de la habitación. Sin decir una palabra recoge su ropa y se marcha.Me siento fatal, creo que la embarre hasta el fondo. Lo veo sentarse en la cama, coloca sus manos cubriendo su rostro y no me mira. Bajo de la cama, me siento en su regazo y dejo besos en su cuello. Con miedo le pregunto:—¿Hice algo mal?—No es eso preciosa. No te preocupes, estoy bien.—No lo estás tan solo mírate, ¿qué pasa?Descubre su rostro, me mira a los ojos, sus manos acarician mi espalda con delicadeza y no aparto mis ojos de los suyos. Noto su aflicción y dice:—No puedo, quiero, pero no puedo, contigo no. A ti no puedo compar
Edward me envolvió en sus fuertes brazos dándome esa tranquilidad que necesitaba para calmar la rabia que se apoderó de mi cuerpo y no me dejaba estar tranquila, ahora que soy consiente de lo que he hecho, me entra la risa floja y la vergüenza se apodera de mí. Mi amor me mira con esos preciosos ojos y yo me derrito. —Creo que los colores de los tomates y las manzanas quedan cortos comparados con el color que hay en tu cara. Me dice eso y me parto de la risa, soy consiente de la serpiente que sigue arrastrándose en el piso botando sapos y culebras de su boca, pero no me importa, este maravilloso momento de felicidad con mi Edward, con mi doctor, con mi bombón, con mi novio y mi amor no me lo va a arrebatar nadie. El tal Magnus ayuda a la zorra a subir al auto y se la lleva, yo aplaudo y celebro que se hayan ido. Edward me ayuda a subir a su auto y emprendemos nuestro viaje de retorno a su departamento, me emociona saber que podremos estar juntos sábado y domingo para disfrutar de a
Es su turno de escoger la película que quiere ver y que yo me tengo que aguantar.Con una sonrisa maliciosa en su fabuloso rostro elige el «conjuro», dice que no la ha podido ver.Soy mala para este tipo de películas, mientras yo sudo como vaca, él está más fresco que una lechuga. No puedo contener el chillido que sale de mí cuando veo a la tipa encima del armario y se abalanza sobre la niña.—¡Santo Cristo! Edward, vas a matarme—exclamo, golpeo su brazo y él se ríe.—Te aseguro que por una escena así no dejaría que mueras. Tengo mil maneras de dejarte sin aliento, de matarte y hacerte revivir en cuestión de segundos—me mira a los ojos y yo tiemblo—. De deshacerte entre mis manos, de partirte en dos de puro placer y te aseguro que pedirías más. Serías tú la que pidieras morir a cada instante.—No me digas esas palabras porque no sabes como me enciendes—pone los ojos como dos huevos fritos, luego se ríe y niega con la cabeza.A estas alturas ya no me importa decir lo que pienso frente
Tener el brazo inmóvil durante dos semanas o hasta que deje de dolerme es una completa locura. Edward no deja de pedirme perdón por lo ocurrido y por más que le digo que ya pasó que fue un accidente, no deja de mirarme con su cara de dolor y sus ojos tan bellos cargados de tristeza. Por más que le insistí que me quedaría en el departamento con Brenda, me dijo que no, ya que ella de igual manera tiene que trabajar y no podrá estar pendiente de mí y de ayudarme cuando lo necesito. En cambio, él me dice que puede ir y venir sin ningún problema siempre y cuando no tenga que operar y no surjan emergencias. Para él es mejor porque se queda más tranquilo si estoy con él, ya que puede dejarme todo listo para que yo no tenga que hacer ningún esfuerzo. Sé que lo hace porque se siente culpable hasta más no poder, pero no quiero y no puedo seguir viéndolo así.—Ed, cariño—lo llamo mientras me trato de incorporar en la cama y veo como deja el portátil a un lado y rápidamente me ayuda.—¿Te duele
La llamada de Brenda me emocionó en un principio, pero lo que me dijo me desestabilizó por completo, mi sonrisa se desvaneció en cuestión segundos. Se irá de viaje por mucho tiempo, solo espero que le vaya bien y en verdad valga la pena. Por otro lado, mi trabajo está en la cuerda floja y eso me preocupa, es verdad que la hermana del director es una obstinada de primera.«¡Vamos!, ¿a quién quiero mentirle?… ¡Es una completa hija de su madre!»Va a ser complicado, supongo que tengo que saber cómo lidiar con eso, pero cómo hacer cuando tengo el brazo de este modo. Llevaré mi reposo médico a primera hora del lunes.—¿Todo bien cariño?—la voz de mi amor me sacó de mis cavilaciones.—Sí, era la loca de Brenda, me dijo que se irá de viaje por un tiempo con Carl—no quise contarle lo demás.—¿Todo bien? —Sí.—Ummm…—entrecerró los ojos y no despegó su mirada de la mía, siento como si pudiera ver a través de mí—. Entonces, ¿Por qué tienes esa cara de preocupación?—No es nada, es solo que me q
Cuanto quisiera que esto solo fuera un sueño y no encontrarme con esta realidad, a pesar de haberme mudado a un nuevo departamento que comparto con Brenda, tener un trabajo estable, además de pronto ingresar a la universidad, por un momento pensé que todo empezaría a fluir y sería perfecto. Por una vez en mi vida me sentía en el camino correcto, rodeada de personas que aunque no son muchas, me quieren y hacen parte de mi vida.Ahora siento como las puertas, después de tenerlas abiertas para recibirme de la nada, se cierran de un solo golpe en mi cara sin darme tiempo a pestañear, encontrándome una vez más a punto de estar completamente sola. Sentada en el borde de la cama, veo todo a mi alrededor. Extrañaré esto, amanecer entre los fuertes brazos de Edward, verlo llegar a la clínica, hablar, reír e incluso besarnos en el consultorio mientras esperamos por sus pacientes, este hombre de verdad que me va a hacer demasiada falta.Debe estar duchándose porque solo se escucha el sonido del
Un mes después.Ha pasado un mes desde que me despedí de Edward en el aeropuerto. Un mes donde he llorado a mares su ausencia, sabía qué me haría falta, pero no tenía idea de cuanto. Me destrozó la idea porque tuve la esperanza muy dentro de mí de que me llamaría aunque fuera una sola vez, pero qué equivocada estaba.Quiero entenderlo y quiero saber por qué no me llamó ni una sola vez, yo le escribí dos veces y me arriesgué a llamarlo una vez, pero jamás me contestó y todo lo que puedo pensar es que se olvidó de mí.El amor definitivamente no está hecho para mí y es una completa mierda. Me siento destrozada y decepcionada porque todas sus promesas se las llevó el viento. Además de que siento que me cayeron encima las siete plagas de Egipto, por estar de reposo no pude conservar mi trabajo, todo se ha juntado, me siento perdida.Robert, después de haberme salvado de ser arrollada, se ha convertido en un muy buen amigo, le he dejado claro que no volveré a experimentar y mucho menos ir a
Este día ha sido demasiado complicado para mí, no dejo de pensar en el examen que tengo pendiente esta noche en la universidad, a la cafetería llega cada vez más y más gente. Definitivamente, el Sr. Cole necesita contratar más personal o por lo menos a otra chica.Mis pies duelen como nunca. Llevo más de cinco horas de pie de aquí para allá y viceversa. Cuando por fin la cafetería queda completamente sola y creo que voy a sentarme, entra una chica a la que atiendo inmediatamente, pero ella solo me pregunta por el dueño y dice que viene a dejar su curriculum por si hay alguna vacante. «Cuánto me encantaría decirle: sí, claro que te necesitamos, el trabajo es tuyo».Pero lamentablemente no soy la dueña y la chica se nota afligida y puedo ver a través de sus ojos su desesperación por conseguir el trabajo. —Espera aquí vuelvo en un momento—ella asiente y queda viendo todo alrededor con mucha curiosidad. Busco al Sr. Cole y al encontrarlo le digo que una chica lo está buscando para dej