-Tarde del 4 de Diciembre de 2017-
— ¡Ahora sí, hijo de tu puta madre! — exclamó el “Cholo” tras conectarle tres furiosos puñetazos a Andrés en el estómago.
El joven se hallaba atado de pies, manos y torso a una silla de madera. Mantenía la cabeza baja para no confrontar a sus captores; después de quince minutos de golpizas despiadadas, lo menos que deseaba hacer era volver a desatar su ira.
Aunque lo cierto era que esto le había valido de muy poco, pues aún con la mirada perdida, los maleantes se empeñaban en castigarlo cada vez un poco más. Quizá él tenía un poco de culpa, pues había exagerado en la cantidad de “señuelos” que llevaba consigo: apenas entrar en la bodega abandonada, el “Chacal” le retiró los zapatos; rápidamente dio con los dos rastreadores satelitales.
-Noche del 4 de Diciembre de 2017-El rostro de Dolores Carrillo, agente de la policía de federal de México, estaba completamente desencajado. No podía concebir el infierno que se alzaba frente a sus ojos: decenas de viviendas y negocios estaban envueltos en las llamas, y los cuerpos de bomberos de Ecatepec y Coacalco luchaban a “brazo partido” junto a los vecinos del lugar para sofocar las llamas.Según testigos del lugar, el incendio se había iniciado en una vieja bodega abandonada, de donde se escucharon múltiples detonaciones y gritos de auxilio. Los primeros vecinos que llegaron al lugar pudieron ver todavía a un par de sujetos envueltos en llamas que clamaban por su vida. Intentaron ayudarlos, pero era demasiado tarde para ellos; apenas unos segundos después cayeron sin vida al suelo.El fuego se extendió rápidamente e hizo estallar algunos tanques estacionari
Sorprendido por la resolución del caso, el comandante Gómez Palacio no tuvo más remedio que cumplir con la promesa hecha a Dolores: la ascendió a “teniente” y le dio potestad sobre su propio equipo de forma permanente. Ahora sus responsabilidades incluían todos los casos de terrorismo cibernético en el país. Era un área nueva que tenía que construirse de cero, pero no cabía duda de que la teniente Carrillo podría con el reto; además, le alegraba sobremanera no tener que lidiar con ella nunca más en la vida.Para terminar de cerrar el caso, apresó al soplón Adrián Martínez y lo envío a cumplir una condena al penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez. Con eso el asunto quedaba más que resuelto.Tras un largo suspiro y una enorme sonrisa en el rostro, se decidió por fin a entrar al palacio municipal de
También acontencido en Ecatepec, este relato narr con detalle un violento asalto a un autobus en la carretera México-Pachuca.Sin embargo, en esta ocasión los maleantes no logran salirse con la suya...***Al filo de la tarde, el cielo se pinta de naranja y púrpura en Ecatepec. La noche cae lenta y pesada, como si le costara trabajo al cielo aceptar que el día ha terminado y que el momento de hacerle un lugar a la noche por fin ha llegado.Las brillantes luces de un autobús de pasajeros rompen la oscuridad de la recién caída noche. Avanza a gran velocidad y con poca precaución. El chófer del vehículo confía ciegamente en su vasto conocimiento del camino, producto de los a&ntil
-6 de Marzo de 2017- — ¡Ya se la saben mi gente: carteras y celulares al frente! Nadie se quiera pasar de pendejo porque me lo despacho aquí mismo… — gritó un tipo que olía a solvente y mezcal barato. La gente que viajaba en aquella “combi” que corría de San Cristóbal a Ciudad Azteca abrió sus bolsas y mochilas rápidamente. Con las manos temblorosas, comenzaron a extraer del interior sus pertenencias, mientras procuraban mirar al piso para no hacer enojar a los asaltantes. Un niño comenzó a llorar. Su madre le tapó la boca de inmediato, aunque no fue lo suficientemente rápido para el criterio de uno de los maleantes, que, sin remordimiento alguno, apuntó su arma a la cabeza del pequeño. — ¡Calle a ese pinche chamaco o se los carga la chingada! — amenazó sin dejar de apuntar. Un tercer ladrón bolseaba a la gente para asegurarse de que nadie guardara un poco de dinero en los bolsillos de su ropa. Cuando el transp
-3 de Marzo de 2017-Persianas cerradas. Luz apagada. Puerta con seguro. El ambiente perfecto ha sido dispuesto.Andrés respira hondo y truena los dedos sobre el tablero de su computadora. Está listo para seguir trabajando. Con gran parsimonia y lentitud, prende el CPU de su equipo. La máquina arranca de inmediato, sin animaciones de carga ni algún logotipo aburrido parpadeando.La pantalla, aunque encendida, se muestra completamente negra. Solo un pequeño guion blanco centelleante rompe la monotonía del ambiente virtual.Sin aguardar ni un segundo más, Andrés comienza a teclear frenéticamente un código que parece no tener ni pies ni cabeza. Solo toma breves descansos para tomar un sorbo de refresco de naranja o comer un bocado de uno de sus platillos preferidos: pizza fría.De pronto, tras cuatro horas de trabajo continúo, una sonrisa
-7 de Septiembre de 2017- —¡“Hello” gatitos!, ¿cómo están? ¿Listos para la acción o qué? Ya han pasado 5 meses —poco más, poco menos— desde que “Cyber Bullet” está limpiando las calles de Ecatepec de gente indeseable… ¡Genial! ¿No lo creen? ¿Qué les parece si le damos un repaso a los diez casos que van hasta el momento? ¡A rasguñar la noticia! — exclama una excesivamente animada “Gato Negro” mientras una cámara digital semiprofesional la graba desde un tripie. “Claus”, su mejor amiga, guionista y camarógrafa observa desde la oscuridad. Se pregunta porque Lucía nunca se apega estrictamente al guion. Antes de comenzar a grabar asegura haber comprendido todo y estar de acuerdo con la secuencia que debe llevar la transmisión, mas cuando la cámara empieza grabar, todo comienza a suceder de forma muy distinta… Por ejemplo, en estos momentos se encuentra parloteando cosas sin sentido sobre lo difícil que es vivir en
-7 de Septiembre de 2017-Reclinado en su sillón de descanso, con una taza de café hirviendo entre las manos y unos imparables escalofríos recorriéndole la piel, el diputado local José Luis Valadez intenta relajarse y reflexionar un poco sobre lo que le ha sucedido el día de hoy.Toma un sorbo de café. Se quema la lengua e instintivamente deja caer la taza al suelo. El oscuro líquido corre veloz entre las hendiduras de la alfombra y deja una espantosa mancha café sobre el rostro de la bailarina persa que está dibujada en el tapete.Pasa saliva y se soba la frente. Mira con tristeza sus pantuflas y se lamenta por haberlas mojado. Son italianas, de cuero de venado y cubiertas con el pelaje de un joven zorro. Cuestan más que el salario mínimo de cuatro meses de un obrero ecatepense.Se atusa el bigote y promete ser más cuidadoso. Estira las piernas y logra ponerse en pie tras esquivar el pequeño desastre cafetero. Ya mañana que limp
-2 de Febrero de 2017-— ¿Estudiaste? — preguntó Andrés con un dejo de esperanza en su voz.—No, nada. Me la pasé toda la noche desbloqueando nuevas armas en el juego de los asesinos — contestó Mateo, su amigo de toda la vida, con una sonrisa amplia y los ojos entrecerrados.Andrés inhalo lentamente y luego dejó escapar el aire recién atrapado en un larguísimo suspiro. Su amigo era su última esperanza de aprobar el “casi imposible” examen de la ingeniera Valdés, la facinerosa maestra de Lenguajes de programación 3.Era un hecho que estaban perdidos: el examen era cien por ciento teórico. Nada de sentarse frente a una computadora y teclear cosas hasta que algo sucediera, no. Esta prueba demandaba un código de cinco páginas escrito de manera perfecta en igual número de hojas de papel, a mano&