Kenton sigue adelante sin importarle nada más que sus planes, ¿Cuánto tiempo más podrá negarse Esmeralda?
Kenton se encontraba en su oficina recordando los labios de Esmeralda. Había disfrutado besarla así ella no le correspondiera. El juego del gato y el ratón le estaba excitando más de la cuenta. -Cuando sonríes podría ser el fin del mundo- el vicepresidente entró a la oficina agotado y se encontró con su amigo muy feliz -Cené en casa de Esmeralda anoche- Aquello causó sorpresa -¿Te invitó a su casa? No me lo creo- Kenton resopló y llamó al secretario para pedir café -No lo hizo, su sobrino me invitó como agradecimiento. Ese niño podrá acercarme a su sabrosa tía, estoy seguro- Su amigo lo miró sabiendo que había perdido la poca cordura que conservaba después del rechazo navideño -Estoy seguro de que Esmeralda ahora te odia un poco más. Estás actuando mal, deberías dejarla en paz. Hay millones de mujeres, búscate otra y déjala tranquila- Aconsejó con sabiduría -No haré eso. Seguiré viendo a su sobrino y visitando su apartamento. Aunque hay un novio o enamorado por ahí y
Mientras Kenton salía con Dylan, Esmeralda se quitaba su conservador y formal uniforme de trabajo y se metía a darse una ducha. Lourdes sostenía a Alvarito y le hablaba para darle un poco de paz para soportar las próximas horas. -Más lo alejas y más se acerca. Dylan usó mis palabras como chantaje cuando intenté no llevarlo a la empresa. Es muy listo- Se disculpó justificando sus actos -No estoy enfadada contigo. Me preocupa Dylan. No quiero que sufra cuando mi estúpido jefe desista de su deseo de seducirme- Lourdes miró a su hijo pequeño y agradeció que no tuviera la edad de Dylan -Si eso sucede, él aprenderá una importante lección. Intenta protegerte a ti. Él es un hombre de mundo, con experiencia y tu aún no comienzas a vivir. Me preocupa que acabes amándolo y abandonada después- Esmeralda la miró con decisión aún con espuma en su cabello -Eso no va a pasar. Jamás amaré a alguien como ese hombre. Pase lo que pase, solo preocúpate por Dylan. Del problema mayor me encarg
Kenton saboreaba la idea de estar con Esmeralda. Dylan le había dicho que ella jamás había tenido novio e imaginarse las pocas veces que ella hubiese tenido contacto con un hombre le resultaba muy tentador. Con el carácter tan difícil que tenía, podía casi asegurar que eran contados con los dedos de una mano los pocos afortunados. Él imaginaba todo lo que haría si tuviera su cuerpo desnudo y que luego sería ella quien suplicara repetir el encuentro. Jugar con ella y derribar sus mentiras se volvía cada día más entretenido. Primero había inventado ser lesbiana y después tener un admirador. No había mucho más que pudiera decir, pero saber que tenía deudas importantes le dejaba una gran posibilidad. -Tenemos una conversación pendiente- Le envió un texto a su teléfono. Algo que sorprendió a Esmeralda que no recordaba haberle dado el número -No tenemos nada de que hablar. Olvídelo- Texteó con rapidez sintiéndose indefensa Kenton decidió dejarla en paz. Disfrutaría la cena y co
Dylan había anotado lo que Kenton le había pedido y le había hablado en secreto a Alvarito para decirle que tendría mucha leche y pañales. Se sentía tan feliz que necesitaba contárselo a alguien y él sabía que su hermanito no podría hablar. Kenton había llegado a recoger a Dylan. Aquella era la primera vez que Esmeralda lo veía vestido de jeans y suéter. Aunque en él hasta el estilo informal resultaba elegante. Tal vez por sus accesorios caros y por la fragancia importada. Además estaba perfectamente rasurado y peinado. -Vendremos tan pronto como terminemos- Kenton le aseguró a Lourdes que ayudaba a su hijo a ponerse su abrigo y guantes -Dylan por favor hazle caso al señor Gilmore y si debes cruzar la calle miras a los lados. Le das la mano, ¿Entendiste?- Lo miró con advertencia y el niño le dió la mano a Kenton de inmediato -Todo estará bien. Él me acompañará a hacer algunas cosas y en cuanto terminemos vendremos. Iremos a merendar y volveremos antes de la cena. No sé preo
Las hermanas Starling escucharon varios pasos y luego como tocaban el timbre del apartamento. Al abrir la puerta, varios hombres comenzaron a entrar llevando consigo grandes bolsas y cajas repletas de distintos alimentos. -Paren. Nosotras no ordenamos nada- Lourdes quiso detenerlos -¿Este es el apartamento de las señoras Starling?- Lourdes parpadeó sorprendida y asintió- Entonces estamos en el lugar correcto. Permiso Esmeralda y Lourdes se quedaron paradas en un rincón viendo como él apartamento se llenaba de cosas que no habían pedido, pero en lo que Kenton y Dylan seguramente tenían mucho que ver. -Necesitamos espacio para traer los paquetes- Un empleado les habló y ellas comenzaron a moverse pensando que paquetes serían esos -Ay Dios- Lourdes se ahogó con su propia saliva cuando vió la cantidad de leche y pañales que cargaban los empleados -Que no te convenza su excesiva amabilidad. ¿Crees que él tiene buenas intenciones?- Esmeralda miró furibunda la gran compra q
Kenton llegó junto a Dylan al apartamento Starling. Él llevaba la cena, refrescos, una costosa botella de vino y también una finísima champaña. Él planeaba compartir con ellas que ese año llegaba a su fin y además, tenía mucho que celebrar. El recibimiento de ellos no fue el esperado. Si él creyó que Esmeralda se lanzaría a sus brazos en agradecimiento, estaba equivocado. Aunque Lourdes no le tenía gran simpatía, al menos le había agradecido como su hermana se negaba a hacer. Esmeralda lo tomó del brazo y lo llevó al baño. Dylan no tenía que presenciar una discusión de adultos. -Mire, agradezco que se haya tomado tantas molestias. Para mí hermana es un alivio tener tantas cosas para sus hijos, pero ¿Usted no piensa? ¿Qué le pasa?- Kenton la miró con escepticismo. Aquel era el agradecimiento más extraño que había recibido en su vida -Aquí no soy tu jefe, llámame por mi nombre. Cuando aceptes estar conmigo, ¿Me dirás señor?- Él tenía una pequeña sonrisa en los labios y sus p
Kenton estaba en la mansión de sus padres, aburrido, pretendiendo disfrutar la última noche del año. Él sabía que el próximo año sería prometedor y estaba ansiando que llegara de una buena vez. Lo anhelaba con fuerza. Él, había enviado una cena completa y variada para la familia Starling. Quería que ellas disfrutaran un buen menú sin tener que esforzarse en cocinar. Además, había encargado una deliciosa selección de postres que sabía que Dylan amaría. Él había recibido un nuevo reclamo de Esmeralda, pero lo había ignorado, tal como había hecho con los anteriores. Al momento de las felicitaciones y buenos deseos, Kenton había pensado en la mujer que más deseaba y luego del brindis se había retirado. Pensó en salir a divertirse y también en estar con una mujer, pero su cuerpo solo anhelaba el de una mujer. ¿Cómo podría estar con otra persona? (.....) Las hermanas Starling y los niños estaban cenando. Sobre su mesa estaba el menú festivo más delicioso que jamás habían pr
Kenton ignoró deliberadamente a Esmeralda. Solamente se concentró en su belleza y también en la felicidad de Dylan. ¿Cómo no quererlo? Ese niño era muy especial y agradecía así el mínimo obsequio. -¿Podemos hablar en privado un minuto?- Kenton le propuso y ella miró a Lourdes con duda Su hermana, apenas de manera imperceptible levantó sus hombros. Ella no podía decidir. -No serán más de cinco minutos. Lo prometo- Garantizó y ella lo siguió -No pienso tener sexo con usted- Le advirtió cuando estuvo segura de que nadie los podría escuchar -¿En cinco minutos? En ese tiempo no podría ni quitarte la ropa. Esmeralda, estamos en invierno, con todo lo que usas para el frío no habría modo- Aseguró y abrió una puerta para que ella entrara primero -No confío en usted, ¿De que quiere hablar?- Lo miró fijamente -Mañana te daré una respuesta. Aún te deseo, ¿De verdad no sientes lo mismo?- Él esperó ver en esos hermosos ojos verdes, al menos un poco de deseo, pero no pudo encontr