Kenton se encontraba ansioso, apenas faltaba un día para la gala en la que se aseguraría de tener a Esmeralda a su lado para siempre. Había enviado un mensaje a alguien que seguramente le ayudaría a llevar a cabo su plan y estaba a la espera de su visita. Un periodista se dirigía a ver a Kenton. Él era uno de los más reconocidos de la ciudad debido al gran número de participaciones en eventos que tenía. Debido a su profesionalidad y a la aceptación de las grandes figuras, él era invitado a las mejores galas dónde varios famosos le concedían una entrevista. Él y Kenton eran conocidos desde sus épocas de universidad y debido a su trabajo, el CEO había sido entrevistado en numerosas oportunidades. Para Martin Latreal era más que seguro que si Kenton lo llamaba y le pedía que lo visitara, una jugosa primicia recibiría, por lo que dejó sus actividades de lado y fue a visitarlo. Con un vaso de whisky en su mano derecha, Kenton lo recibió y después de una breve conversación fue el mo
Esmeralda se veía absolutamente hermosa, preparada para la gala que consideraba un evento social de trabajo únicamente. Los zapatos que su hermana había escogido para ella eran bajos y súper cómodos, definitivamente un acierto en su estado. Un chófer llegó a recogerla y al llegar al sitio donde sería la gala, la ayudó a bajar. Por momentos no era consciente de la incomodidad que podía sentir con su vientre, pero cada mes se sentía con menos movilidad. -Muchas gracias- Se despidió cordialmente y se dirigió hacia la entrada Al momento de entrar al salón no le fue difícil encontrar a Kenton y a sus compañeros de trabajo que no tardaron en elogiarla. Ella sentia varias miradas sobre si misma debido a que era la única embarazada del lugar. -¿Te gustaría sentarte? Nadie se molestará porque no permanezcas de pie como todos- Un compañero de trabajo le pregunto amablemente y como Kenton lo miró no pasó inadvertido para los demás que a cada momento sospechaban más -Estoy bien, pero
Esmeralda recibió tantas felicitaciones y debió sonreír tanto como nunca antes. En aquella situación podía comprender como la gente debía de fingir por conveniencia, porque ella estaba segura que si se comportaba como realmente deseaba debería dar muchísimas más explicaciones que no le apetecía dar. Kenton sonreía con felicidad. Esmeralda oficialmente era su prometida y estaba seguro de que en apenas unas pocas semanas se convertiría en su esposa. Jamás había deseado unir su vida a la de ninguna mujer, pero ella había llegado a cambiar por completo todos sus ideales, pensamientos, ideas. Cuando los prometidos se retiraron de aquel salón y subieron al automóvil que los esperaba aquella farsa de pareja feliz y perfecta terminó. Esmeralda soltó su mano y mantuvo la distancia dentro del vehículo. -Te diría muchas cosas, pero tú chófer no tiene la culpa de nada y ni merece presenciar un espectáculo- Kenton tragó saliva y aflojó el nudo de su corbata, sintiendo que se asfixiaba -Esmeral
Esmeralda miraba fijamente a Kenton esperando que él le hiciera una propuesta después de cometer tremendo disparate, pero él no iniciaba la conversación. -¿Cómo se te pudo ocurrir hacerme esto? ¿En qué diablos estabas pensando?- Preguntó más que enfurecida -¿Cómo se me ocurre qué? Eres la madre de mí hijo y esto te protege a ti tanto como a él, ¿Creías que podrías guardar el secreto por siempre?- Ella no había considerado eso, aunque él si -¿Protegerme? Me arrojaste a la prensa con lo que hiciste. Todos se estarán preguntando quién soy, quien es mí familia y... averiguarán hasta nuestro pasado- Eso le aterraba. No quería que todos hablaran sobre su familia y todas las tragedias que habían vivido. Dylan apenas era un niño y hasta sus compañeros de clase sabrían todo lo que jamás pensaron contarle junto a Lourdes -Estoy para protegerte, ¿Entiendes eso? Nadie sabrá lo que no deben saber y nada será divulgado a la prensa. Puedo hablar en las entrevistas, puedo encargarme de todo- P
Kenton había pedido que algunas personas de seguridad estuvieran fuera del apartamento de Esmeralda para avisarle si había periodistas afuera. Una llamada le confirmó al CEO que los medios de comunicación habían comenzado a llegar y para él fue el momento de actuar, no había tiempo que perder. -Tenemos que irnos. Lleva lo que necesites- Dijo con poca delicadeza manteniéndose en comunicación con los de seguridad -¿De que estás hablando? ¿Cómo que debemos irnos?- Preguntó sin entender -Dos periodistas llegaron y están esperando que salgas. Pueden quedarse ahí toda la noche si es necesario. También le harán entrevistas a tus vecinos. Lo mejor es que nos vayamos antes de que lleguen más- Fue a su habitación para buscar varias cosas sintiendo sus manos temblar Esmeralda sentía que estaba viviendo una pesadilla. Pensaba en su hermana y también en sus sobrinos, ¿Sería seguro que ellos volvieran al apartamento? Dentro de las pertenencias que Esmeralda llevó consigo, también bus
Esmeralda había ido a la oficina aunque Kenton le había recomendado que no lo hiciera. Ella intentaba cumplir su labor, aunque sus compañeros de oficina no dejaran de susurrar sobre ella. Al ir al baño, accidentalmente escuchó como algunas mujeres decían cosas terribles. Algunas decían que era una caza fortunas, una puta astuta. Otras creían que él la engañaría en cada oportunidad porque ella no era suficiente, pero en lo que todas coincidían era en que querían estar en su lugar. -Es una puta afortunada. Con esa cara de mosquita muerta amarró al jefe- Dijo una de ellas antes de que todas se retiraran del baño Antes de salir, Esmeralda se aseguró de que no hubiese nadie allí. Las lágrimas caían y por más que intentara no llorar le resultaba imposible. Las personas con las que había trabajado por mucho tiempo rápidamente habían cambiado el concepto que de ella tenían. A la hora del almuerzo, Kenton fue a buscarla a la oficina y la notó decaída, triste y con sus ojos enrojecido
Lourdes se sentía perdida. Era inmensamente halagador tener a alguien que se preocupara por ella y por sus hijos, pero sentía miedo de abrir por completo su corazón y de permitirle ocupar un lugar en su vida. ¿Que pasaría si él decidiera abandonarla por correr detrás de otra mujer con una vida más sencilla y más hermosa que ella? Era aterrador. -¿Serás el novio de mi mamá? Así podrías ser nuestro papá del corazón, así como tiene Micaela- Esa niña era una amiga de Dylan. Su padre no estaba presente en su vida, pero tenía un padrastro que la amaba como si fuera su padre biológico -¿Quieres que te cuente un secreto?- Le preguntó a Dylan y él hizo un gesto afirmativo- Yo quiero mucho a tu mamá y quiero que ella sea mi novia y tal vez un poco más que eso Lourdes no escuchaba la conversación que ellos tenían y debido a eso no acababa por desmayarse. -¿Cómo es eso?- Preguntó con inocencia Dylan -Me gustaría que tú mamá y ustedes vivieran conmigo, ¿Entiendes?- Preguntó sin saber
Las hermanas Lourdes y Esmeralda estaban sometidas a grandes dosis de estrés. Por un lado, Esmeralda sabía que su propia boda estaba cada día más cerca aunque no amaba a quien sería su esposo. Por otra parte, Lourdes no sabía que hacer con respecto al vicepresidente. Él, había llegado a su vida y la había puesto de cabeza solo con su presencia. Estaba segura de tener sentimientos fuertes hacia el, pero igual de fuertes eran sus miedos al fracaso. (......) Esmeralda estaba nuevamente en su trabajo, aunque nada se sentía normal y mucho menos natural. Aunque no lo supiera, debido a lo que Kenton hizo sus compañeros intentaban no hablarle para no hacer nada que pudiese incomodarla. No le temían a ella, sino a las consecuencias que pudiesen tener sus acciones debido a su jefe. Era muy difícil para Esmeralda lidiar con tantas cosas en su vida diaria. Al inicio de su vida adulta solamente debió preocuparse por las deudas heredadas, pero luego de aquella cena navideña con su jefe, c