Tenía una diarrea que me llevaba el demonio, mi estómago hacía unos ruidos como si tuviera a la niña del exorcista ahí dentro, estaba sudando helado cuando escuché que alguien llegó, en el momento que escuché la voz supe que se trataba de mi benefactor misterioso. Al ver donde se encontraba el papel higiénico miré que no había ni siquiera un pedacito de hoja.
—¿En dónde te encuentras? —lo escuché cerca —traje víveres, disculpa la demora pero había un tráfico espantoso a esta hora.
—Misterioso enmascarado, ¿De casualidad has traído papel higiénico en las cosas que compraste? Necesito un rollo cuanto antes.
Él me dijo en donde se encontraba el papel higiénico y una vez que pude encontrarlo lo utilice, al momento de abrir la puerta sentí como soltaba todos los demonios que mi estómago contenía y el misterioso enmascarado salió huyendo a una distancia considerable.
—Madre mía pero que chamuco has soltado en estos momentos, ¿Qué te pasó? ¿Acaso has enfermado? Si no estás enferma y sueltas esos malos olores déjame decirte que debes ir donde un doctor a que te chequeen porque definitivamente eso no es de una persona sana.
—Nadie defeca flores querido, hasta la reina te aseguro que le apesta —contesté con fastidio —desayune un simple atún con galletas soda y vine corriendo al baño a los pocos minutos.
Él caminó hasta la cocina y miró los empaques vacíos, se puso a leer y llevó su mano a la frente de la máscara, miró en mi dirección sin embargo no emitió una sola palabra. Mi estómago comenzó a doler nuevamente y salí corriendo en dirección al baño, al salir recibí un spray para poner en el inodoro y prácticamente lo bañé.
—Astrid, ¿De pura casualidad tú conoces algo que se llama fecha de caducidad? —él me mostró los empaques vacíos —te has comido atún y galletas soda caducadas, no puedo creer que exista un ser humano que no revisa las etiquetas de vencimiento.
—No lo hice porque no me dijiste nada, ahora tiene sentido la diarrea del demonio que tengo, eres un loco al tener alimentos caducados en tu casa.
—No te dije nada porque pensé que por sentido común ibas a revisar tal cosa, aquí casi no vengo y tengo alimentos enlatados por cualquier cosa. El mejor ejemplo lo tienes al ver que la mayoría de los muebles se encuentran cubiertos con sábanas blancas, eres un completo desastre y ahora voy a tener miedo de dejarte sola.
—Deja de regañarme como si fueras mi papá, más bien dame algo para calmar esta diarrea porque a este paso voy a lanzar los intestinos por donde no me da el sol.
Él tuvo que ir a la farmacia, sentía mi estómago reclamarme por comer cosas caducadas. Una vez que me dió medicina me sentí mejor y terminé por quedarme dormida, al despertar me encontré completamente sola y vi una nota en la isla de la cocina.
“Por favor trata de comer algo antes de tomar la medicina, me tuve que ir de emergencia ya que mi hermano tuvo una crisis. La comida se encuentra en el refrigerador. PD: trata de no dejar nada de comida en la basura ya que en la noche puedes atraer animales salvajes, tienes unas mentas en la gaveta superior izquierda por si te da náuseas, vendré mañana en la mañana si acaso las cosas se arreglan el día de hoy, descansa y cualquier cosa activas la alarma de la casa, adiós Astrid nos vemos.”
Preparé algo rápido y me fui a dormir, en la madrugada escuché unos ruidos dentro de la casa entonces me quedé quieta debido a que el temor me embargaba por completo, no podía continuar de esta forma así que decidí levantarme mientras sostenía algo en mi mano, al encender las luces pude ver un mapache dentro de la casa demonios se estaba comiendo las sobras del pollo de mi ensalada.
—Pero eres una ternura —le sonreí y me puse mi chancla —hola, me encantan los mapaches como tú. Ven que te voy a dar de comer.
En el momento que me acerqué a él me sorprendí ya que fui agredida, comencé a tirar varias cosas en la cocina y al final tomé un colador para espaguetis, sin dudarlo le comencé a dar varios golpes, me encontraba toda arañada pero al final logré ganarle al mapache.
—¡Ahora por tu culpa ya no quiero a los mapaches! —le grité mientras corría al bosque —aquí no vuelvas, eres un gangster.
Fui al baño y al verme en el espejo me quedé espantada, mi cabello lo tenía hecho una maraña. Genial solo a mí me suceden estás cosas, una vez que me pude medio arreglar me fui a dormir; cuando la mañana llegó me levanté y me senté en la sala, pensaba en muchas cosas y la principal era mi abuela ya que dentro de poco tiempo cumpliría años casi al mismo tiempo de su aniversario luctuoso, de alguna forma necesitaba ir a Manchester para presentar mis respetos, la ventaja que tenía era que ni mi tía, ni Angelique le interesaban esas fechas.
—Buenos días —el hombre entró a la casa —pero qué rayos te ha pasado, ¿Por qué estás toda arañada y mordida?
—Me enfrente con un mapache, pensé que esas criaturas eran adorables e intenté hacerle caricias pero la realidad es que si se les entrena perfectamente pueden ser asesinos a sueldo, no me vayas a decir que me lo advertiste porque lo tengo claro que lo hiciste.
—Te juro que a simple vista pareces una persona normal pero no lo eres, solo en tu cabeza cabe que un animal salvaje puede responder bien al hecho que le invades su espacio personal solo porque te parece adorable, por suerte fue un mapache y no un tejón que son más salvajes.
Me sentí como una niña regañada, él se sentó a mi lado y dejó caer un suspiro pesado. Se quedó dormido mientras apoyaba su cabeza en el sofá, lo acosté con cuidado y lo dejé descansar ya que probablemente no había podido dormir bien con lo sucedido con su hermano. Luego de algunas horas se despertó un poco más descansado y me encontró en mi habitación.
—Necesito pedirte un favor —él me miró atentamente —quiero que me prestes un carro, me urge ir a Manchester a hacer unas diligencias personales. Es dentro de tres semanas aproximadamente, no me hagas muchas preguntas por favor ya que solo eso es lo que necesitas saber.
—Muy bien, yo también tengo que ir a Manchester en estos días y no sé si lo haré más adelante pero en cualquier caso te voy a facilitar el carro que deseas. Ahora cambiando un poco de tema, ¿Qué tanto sabes de bailar? Hay un club muy prestigioso en el que puedes trabajar, no es lo que piensas y no te vas a desnudar, solamente es entretener a los clientes de una manera decente.
—No sé mucho pero puedo aprender, si la paga es lo suficientemente buena y puedo mantener la poca decencia que me queda lo voy a intentar con muchas ganas.
—Muy bien —él me dió una tarjeta —el dueño de ese sitio me debe un favor muy grande así que puedes ir y decirle que vas de mi parte, no creo que tengas mayores problemas por eso no te acompaño. Eres una chica bonita y el de seguridad te va a dejar entrar sin poner trancas en el camino, luego te voy a buscar para ver como te fue pero estoy seguro que vas a entrar a trabajar en ese sitio sino pues me tendré que presentar.
—¿Es en serio? —lo miré con ironía —hola mucho gusto, me envía el hombre enmascarado al que le debe un favor, en ese punto en vez de darme trabajo me van a correr de inmediato, no inventes el agua helada porque alguien definitivamente ya se te adelantó y por muchos siglos. Creo que en este punto al menos me deberías decir tu nombre para así poder hablar con el dueño.
—Dime señor N, es lo único que te puedo decir. No me siento cómodo con el hecho de que me conozcas, me gusta mantener el misterio.
—En fin, espero que no me corran de ese club porque si no soy capaz de ir a buscar al mapache que me agredió y lanzartelo encima para que te dé una lección —lo miré enfadada —no sé a qué viene tanto misterio, bien pude quitarte esa máscara absurda que cargas mientras dormías pero bueno solo a mí se me ocurre desaprovechar las oportunidades.
—No soy el único que utiliza una máscara, si piensas que no me he dado cuenta de la cantidad excesiva de maquillaje que usas te encuentras muy equivocada, puedo ver las capas que llevas en tu rostro y dudo mucho que esos ojos negros sean tuyos.
Me quedé callada, trataba de hacer lo más realista posible la cantidad de maquillaje que usaba ya que no quería que nadie me encontrará. Luego de un tiempo decidí irme de la casa que amablemente me había ofrecido el señor N, fui al club donde me había dicho que me contratarían y al llegar me encontré con un hombre de mediana edad que le pagaba a los trabajadores.
—Buenos días —él me miró —supongo que usted es el dueño, me gustaría hablar con usted si es que se puede.
—¿Acaso no ves que me encuentro ocupada chiquilla? —él lanzó humo por su nariz —ahora vete porque no puedo recibirte.
—Dante —una voz resonó por el club —no seas tan grosero con la señorita, además te recuerdo que tú no eres el dueño de este sitio.
Un hombre joven salió y me sonrió amablemente, fue en mi dirección y extendió su mano con total cortesía a lo cual la tomé sin dudarlo.
—Mi nombre es Parker, soy el dueño de este club y el grosero que le acabas de hablar es Dante, mi contador. Supongo que vienes aquí por trabajo, en estos momentos solo tengo libre el puesto de mesera ya que el de bailarina se encuentra ocupado por una chica.
—Vengo de parte del señor N —le extendí la tarjeta —no sé si ya el puesto de bailarina se encuentra ocupado o me lo está reservando a mí específicamente.
—¿El señor N? —él tomó la tarjeta —oh, así que eres tú. Por favor ven que necesito ver qué tanto sabes de baile, el puesto lo estaba reservando para ti pero de igual forma tengo que checar tus habilidades.
—No tengo mucha experiencia en el baile para ser franca pero quiero aprender, si me enseña prometo hacerlo en el menor tiempo posible, tengo mucha necesidad en estos momentos y no quiero regresar a mi antiguo empleo.
—Ve a la barra, una vez ahí muestra de lo que eres capaz y así te diré qué es lo que tienes que hacer. No tengas miedo ya que todas mis chicas empezaron desde un punto bajo y ahora bailan como unas profesionales…
Fui al tubo y recordé unas cosas que miré en algunas películas donde la protagonista hacía este tipo de cosas, definitivamente la realidad fue otra cosa ya que tropecé en varias ocasiones y me sentí demasiado torpe debido a esto.—Escucha, tengo que reconocer que eres una mujer muy hermosa y te ves excelente en el tubo pero tu torpeza es muy grande. Por el momento te ofrezco el puesto de mesera, si deseas el puesto es tuyo y poco a poco puedes ir aprendiendo cómo bailar en el tubo.—¿Y si tomó lecciones de baile en algún sitio? Realmente quiero el trabajo de bailarina ya que dudo mucho que el salario de mesera sea igual al otro, deme una oportunidad que como le digo aprendo rápido.—Entonces toma las lecciones de baile y después hablamos —él se levantó —voy a darte un mes para que aprendas como bailar y en caso de que no aprendas pues te quedas con el puesto de mesera aunque no prometo que va a estar disponible si acaso llegas a fallar.—¿Quién dijo que no iba a aceptar el puesto de m
Moví mi cabeza de un lado hacia el otro, al menos eso sí podía hacerlo. El hombre se levantó ya que estaba de cuclillas y me miró un poco preocupado.—Creo que no se encuentra bien, deberíamos llevarla al hospital de una vez Parker —él miró a mi jefe con preocupación —te miró demasiado tranquilo, se supone que es tu empleada.—Que lindo está el sol —fue lo primero que se me ocurrió decir y maldije ya que estaba en mi camerino —lo siento, quería decir la luna.—Pero si aquí no se mira la luna —el hombre habló asustado —¿Se siente bien señorita? ¿Acaso tiene fiebre o algo por el estilo?Puso su frente con la mía y esto fue más que suficiente para sentir como mi temperatura subía varios grados centígrados, él le dijo a Parker que tenía fiebre y mi jefe se puso a reír al ver la escena de la que nadie se percataba.—Creo que quien la está poniendo nerviosa eres tú y nadie más que tú —Parker apartó al hombre de mí —hasta el momento ella se había comportado con total normalidad y todo fue qu
Me negué ya que no deseaba dejarlo solo, acerqué una silla a la orilla de la camilla y subí mis pies a la misma por simple inercia; en el momento que me di cuenta de mi metida de pata intenté bajarlos pero Ilán me detuvo mientras reía.—Al parecer no eres de las que piensa mucho las cosas, no te preocupes que no me molesta en absoluto lo que hacer y si te sientes cómoda de esa manera, adelante que no soy quien para juzgar.—A veces eso es un problema —sonreí de lado —eso me trajo consecuencias que me encuentro pagando hasta hoy en día, a veces cuando uno se encuentra enfadado hace cosas que en definitiva no haría en otras circunstancias y no piensa nada más que ver como sacar toda esa ira en la persona que fue la causante de tal sentimiento.—¿Por qué dices eso? —él me miró con interés —sinceramente no te veo como te estás pintando pero a veces las personas nos sorprenden con actitudes que desconocemos por completo.—Hace años cometí un error muy grande que me obligó a salir huyendo d
—¿Quién habló del dinero? —lo empujé y moví mi dedo meñique —me refería a las capacidades de su amiguito, al ser una prostituta según lo que usted dijo puede comprender que no me satisfago con cualquier cosa que me ponen de frente, ahora largo de aquí si no desea tener problemas.—Eres una maldita puta —él se puso rojo de la cólera —no tienes idea con la persona que te has metido.En el momento que él levantó la mano fue detenido por un brazo que se tensó en el momento que lo agarró. Ilán me puso detrás suyo y miré la rabia que tenía, su quijada estaba tan tensa que era capaz de escuchar sus dientes chocar entre ellos mismos.—Suficiente, me quedé callado solo para ver hasta dónde llegaba su ausencia de materia gris pero definitivamente estás en otro nivel —él lo soltó y se vino al suelo —ahora largo de aquí si no deseas que te saqué a patadas.Parker tuvo que intervenir ya que esos dos se iban a pelear, a duras penas detuve a Ilán pero una vez que sacaron a ese cliente fastidioso fue
— En parte por eso me molesto un poco la actitud que tomaron esos albañiles porque no era nada de brujería o algo por el estilo, solamente recordaba a la mujer que me crió como si fuera su hija.—¿Qué fue lo que pasó con tu mamá? —él me miró atenta —también con tu papá, se supone que ellos tenían que estar al pendiente de su hija.—Mi mamá falleció en un accidente aéreo y de mi papá nunca supe nada, mi abuela me dijo que fui producto de una aventura de una noche —sonreí triste —así que cuando me quedé sola fue que me acogió esa anciana tan dulce.—¿No tienes más familia? —negué varias veces —ya veo, en conclusión te quedaste sola en el mundo cuando tu abuela falleció, no tenía idea.—Son cosas que no le cuento a todo el mundo, ahora si me disculpas tengo que hacer algo —me levanté —si quieres desayunar hazlo, yo no tengo hambre.Fui a uno de los cuartos de la casa que había acondicionado como estudio, me senté en el taburete alto que tenía ahí y seguí con la pintura que trabajaba desd
— ¿Te gustaría que ella mantuviera un duelo perpetuo sin la posibilidad de ser feliz con alguien más? Estoy seguro que no quisieras eso, el amor es un sentimiento maravilloso o al menos eso es lo que dicen, si la otra persona desea que ese ser amado le tuviera una fidelidad aún estando en otro mundo eso en definitiva no es amor.Parker se levantó y tomó una copa de coñac, él se alejó desde donde estaba y me quedé pensativo con lo que me dijo. En el escenario se encontraba otra bailarina así que mis ojos simplemente se apartaron de ese sitio y suspiré pesadamente, Astrid era una buena mujer pero me sentía como si traicionará a Gabrielle solo con pensar en esta chica que después de muchos años había logrado hacerme sonreír.—Un centavo por tus pensamientos —Astrid me miró mientras sonreía —¿Acaso tú no tienes trabajo al que asistir? Dudo mucho que un hombre tan bien vestido y con un auto como el que maneja no trabaje como loco.—En estas fechas me tomó libre de la empresa, tengo una com
— Mi jefe es muy bueno y me toma en cuenta para cualquier cosa que me involucré, si digo que no respeta esa decisión sin obligarme a nada que no desee, quizás no es el mejor empleo pero me siento cómoda; esa sensación que tenía de sentirme sucia quedó en el pasado.—Es bueno escuchar eso hija, quiero que sepas que nunca te voy a juzgar por lo que hagas o dejes de hacer, al final solo Dios tiene ese derecho y nadie más. Creo que deberías regresar algún día para confrontar a tu tía y a Angelique, los negocios de la familia Sallow se encuentran pasando por una gran crisis debido a que ellas no se hacen cargo de absolutamente nada y solamente saben derrochar el dinero a manos llenas, tu prima se encuentra por casarse con un hombre muy rico que sabe que a pesar de que la cadena de hoteles está pasando por una enorme dificultad tiene potencial si se llega a ocupar.—Pero la cadena de hoteles Sallow siempre se ha caracterizado por ser un negocio familiar, sinceramente no sé si sea buena idea
Pude ver como mi tía lanzaba miles de maldiciones al escuchar a su pequeña niña hablar de esa forma, Angelique bajó por las escaleras en forma de caracol y se puso pálida al ver que habían visitas, pude ver que me miró de reojo mientras entrecerraba sus ojos tratando de reconocerme sin embargo le tenía una gran fe al maquillaje que usaba.— Mamá, no tenía idea de que venías con el padre y esta señorita — ella nos sonrió falsamente — de haberlo sabido no digo esa broma tan pesada, supongo que deben imaginar el estrés que causa una boda y que solamente lo podemos librar haciendo uno que otro chiste.— Lo sabemos — sonreí de forma hipócrita — los hombres creen que es algo fácil pero es todo lo contrario, las cosas que hay que hacer son infinitas y ellos solamente se limitan a trabajar.— ¡Exacto! — ella me sonrió — me alegra encontrar a alguien que comparte mis ideas, ¿Cómo te llamas querida?Las presentaciones fueron hechas y nosotros pasamos al comedor, podía ver que la mansión Sallo