La mujer con la que Hugo estaba teniendo sexo era nada más y nada menos que Angelique, en el momento que él me miró se subió el cierre a toda prisa mientras ponía a mi prima detrás suyo. — ¡¿Quién se han creído para entrar de esa forma a mi oficina?! Largo de aquí si no quieren que llamé a seguridad. — Hola Hugo — saludé y miré a Angelique quedar muda al verme — al parecer has ocupado esta oficina solamente para coger con esa tipa, en fin, si desea saber quién soy yo va a bastar con que miré la foto que se encontraba a sus espaldas mientras era montado por ella en la silla que una vez fue de la señora Sallow. En el momento que Hugo miró la foto de mi abuela conmigo se quedó helado, él intentó tocarme pero lo evadí y me puse detrás de Nathan. — Ni se te ocurra tocarme con las manos que tocaste a Angelique — hice un mohín de asco — Nathan por favor llama a seguridad, Hugo en este preciso momento queda despedido al menos de mi hotel y respecto a Angelique tiene prohibida la entrada a
El tipo al escuchar lo que le decía se puso pálido, miró a Angelique y después sus ojos se posaron en mí, la sensación que tuve la primera vez que lo miré fue la misma de estos momentos. — Así que tú eres la heredera de los Sallow — él me miró con renovado interés y extendió su mano galantemente — es un placer, soy Richard, el ex prometido de Angelique Sallow o sea tu prima. — ¡¿Cómo que ex prometida?! — Angelique se quedó helada — nos vamos a casar dentro de muy poco Richard, no vengas a salir con estás cosas en este momento porque te recuerdo que ya todo se encuentra pagado y las invitaciones enviadas. — No me interesa casarme contigo, tu prima es mucho más hermosa por si no te has dado cuenta — él la miró con indiferencia — así que piérdete de una vez, si estuve contigo lo mejor es que lo olvides y respecto a lo que YO pagué por esa boda no te preocupes porque voy a ocuparlo con la bella dama por la que te cambie. La posición de Richard volvió a ser la misma y él me miraba mient
Los de seguridad no abrían las rejas pero eso no era problema para Ilán ya que gritaba a todo pulmón pidiéndome ver, abrieron las enormes verjas en el momento que vieron que iba caminando en su dirección y lo sujeté del brazo. — Vamos — le dije — tienes que descansar, no puedes estar armando semejantes escándalos solo porque se te antoja, tengo vecinos y no quieres que llamen a la policía. Nosotros fuimos a mi habitación y lancé al hombre en mi cama, Ilán estaba completamente ebrio y me preguntaba cómo benditos había dado con la casa pero no era el momento para preguntarle esto. Nathan me dejó a solas con él y me acosté a su lado, estaba queriendo dormir cuando su mano se deslizó por mi cintura haciendo que diera un enorme brinco en el que terminé por caer. — ¿Por qué huyes de mí? — él me miró con los ojos aguados — eres mi esposa así que ven aquí, no me hagas ir por ti ya que me siento un poquito mareado. — ¿De qué estás hablando? Te recuerdo que rechazaste en último momento mi pr
Sonreí con tristeza, extrañaba a mi abuela y me gustaría regresar a la comodidad de la casa pequeña de Londres pero al final no podía dejar la mansión en completa soledad y menos ahora que todo estaba patas arriba en varias cosas del negocio. — Siento que la conversación de lo que supuestamente maneje en estado de ebriedad tiene un trasfondo más profundo del que puedo imaginar, ¿Por qué te afecta tanto este tema? — Mi tía estaba casada con un buen hombre, quien es el padre de Angelique — sonreí triste — él murió en un accidente de tránsito ocasionado por un conductor ebrio, mi prima a partir de ese punto cambió demasiado, de las dos personas que se supone que eran más importantes para el difunto la única que lo quería era su hija, su esposa nunca lo quisó e incluso lo maltrataba diciendo que era un perro faldero de mi abuela ya que manejaba tres de los hoteles de la familia. — Oh, yo lo siento mucho por ti — él puso su mano en mi espalda — también por Angelique, no es fácil perder a
Ilán miraba a mi tía con ambas cejas arqueadas, su respiración parecía ser la de un toro embravecido, esto se calmó en el momento que acaricié su mano y por un instinto entrelacé sus dedos con los míos. — ¿Ilán Johnson? Pero cómo es posible que digas que mi sobrina es tu esposa cuando yo conocí a tu mujer y definitivamente no era ella. — Claro que era yo tía, solo que me cubría de maquillaje para pasar desapercibida y vaya que lo logré. Ahora quiero que te vayas de mi casa porque no pienso quedarme en pie mientras escuchó todos tus insultos hacia mí. — Así que te casaste, claro como tú ya estás casada ahora vienes a querer arruinarle la vida a tu prima, Angelique se encuentra completamente destrozada por su compromiso cancelado con Richard, no tienes idea todo el bochorno que mi pobre pequeña se llevó por tu culpa. — Richard simplemente canceló el compromiso porque se dió cuenta que la heredera universal de la familia Sallow era yo y no Angelique, el muy descarado vino a coquetearm
— Claro, vamos entonces — mire a Nathan — ¿Tú también vienes? Supongo que si te encuentras aquí es por algo y no solamente porque querías desayunar. — Si, voy contigo. De hecho yo pensé que te quedarías en casa, tu ropa no es la mejor para que te presentes en el hotel de tu abuela, es demasiado sencilla. — El día de hoy amanecí con ganas de vestirme así, ahora vamos de una buena vez que lo que importa soy yo y no mi ropa. Los tres nos fuimos en uno de los carros que la familia Sallow poseía, al parecer estos no fueron vendidos por mi tía y por Angelique. Al llegar al hotel fui directo a la oficina ya que Nathan quería hablar conmigo y de paso con Ilán, estábamos encerrados mientras el primer mencionado nos veía detenidamente. — Si no tienes nada que decir creo que deberíamos irnos a ver las cosas del hotel — hablé rompiendo el hielo — no puedo estar perdiendo el tiempo viendo cómo el señor N, viene a vernos detenidamente cuando es más que obvio que nos hace sentir incómodos. — Qui
Mi sonrisa se volvió aún más sarcástica, el hombre al ver la indiferencia que lo veía se puso furioso y se levantó de tal forma que hubiera asustado a cualquiera pero no a mí. — Por favor llama al chef — miré a Nathan — quiero hablar con él, aquí el señor presente está siendo un reverendo idiota y ya me cansé de darle una amabilidad que evidentemente no se merece. — ¿Y está quién se cree para mandar como si fuera la dueña? — el tipo hizo un gesto de desagrado y miró a Nathan — ¿Y tú quién eres? Jamás te había visto. — Bueno, le presentó a Nathan, él es mi abogado — yo caminé en dirección a él — y en mi caso también me presento, soy Astrid Sallow; la dueña absoluta no solo de este hotel sino de los otros que se encuentran fuera del país. El chef llegó y al verme saludó de forma respetuosa, fue en ese momento que el comensal idiota que me había tocado enfrentar se puso completamente pálido por la situación. — Quiero que me diga en este momento quién es este sujeto, le va a pasar los
Nathan me miró sorprendido por lo que le había dicho, pensé que tomaría la noticia de otra forma pero al parecer me equivoqué. — ¿Acaso hay algún problema conmigo? — No es eso, por mí estaría encantada en que siguieras trabajando a mi lado, pero también comprendo que no eres un asistente personal sino un abogado que viene siendo director de un colegio, y, y, y… ¿Sabes qué? Olvida lo que te pedí, puedes seguir con tu puesto, pienso pagarte tus honorarios y no es algo que se encuentra a discusión. — Muy bien, entonces me encargaré de las cosas que me has pedido. Si no tienes nada más que pedir pues me retiro. — Quiero irme a la mansión, hay algunas cosas pendientes ahí y pues me siento cansada. Mañana vendré a ver qué otras irregularidades cometió tanto mi tía como el hombre de confianza de tu abuelo, sinceramente me da asco ver una actitud así. Salí del hotel rumbo a la mansión, mientras iba en el camino de la nada salió una gallina y un perro que la perseguía; frene de golpe y mi