Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia... Esta era la conversación que en vida o en el presente, tanto Marco como Pietro se merecían...
Cuando salgo de la habitación, escucho las ruidosas risas de Aurora, ¡Dios! Esa mujer sigue poniéndome los nervios de punta… Y pensar que en algún momento Guadalupe insinuó que su amiga y yo, podríamos tener una relación, según ella, porque ambos éramos fiesteros y un total caos, creía que éramos muy compatibles, eso me da escalofríos.Llego al comedor, que hoy por curioso que parezca se ve más diminuto de lo que recuerdo, hoy está lleno.Guadalupe, Aurora y Celeste están sentadas, las otras chicas, no las recuerdo, pero es obvio, Celeste es la bebé entre ellas, debo reconocer que, aunque me molesta su carácter, Aurora es y ha sido gran amiga de Guadalupe.Mientras yo buscaba a Guadalupe, me enteré de que después de mi supuesta muerte, Aurora por mucho tiempo buscó a Guadalupe. Incluso le pidió ayuda a Lazio, pero él, por órdenes de Marco, nunca le dio una pista sobre su amiga.También, estoy enterado de que por mucho tiempo visitó a Angostina y cuido de ella, al menos hasta que mi vie
Luego de unos minutos, ayudó a subir a Guadalupe al auto, veo que Angostina salió a despedirnos, se secaba las manos, con su delantal. Al verla y saber que ella es una de las tantas afectadas por mi muerte, me acerco y la abrazo.- ¡Vieja terca…! ¡Te amo! Has sido como una madre para mí, cuídate mucho, esta es tu casa, debes tomarte un descanso, disfrútala, cuida tus plantas hasta donde te sea posible.- Ahora tú, ¿qué bicho raro te picó?- ¡Tú hazme caso! – Le digo eso mientras la abrazo y beso su frente.Es obvio su estado de shock, yo jamás he mostrado una señal de cariño a nadie más que a Guadalupe, no me juzguen, pero cuando alguien sabe que va a morir, quisieras abrazar hasta quebrarles los huesos a las personas que te rodean.- ¡Te amo, mi vieja enojona!Diciendo eso, me aparto y subo a mi auto favorito, este es el primer auto que tuve, fue un regalo de Marco por mi primer gran trabajo. Él se sentía orgulloso de mí, hasta yo, en esa ocasión, me sentía orgulloso de mis habilidade
Aldo abrazaba a Celeste, quien de momentos lloraba, ya que sentía como si le estuviesen arrancando una parte de ella, llevaban ya una semana y no había señales de que Pietro fuese a responder, la inflamación había cedido, pero por alguna extraña razón, su cerebro no mostraba actividad.De repente, el sonido de las máquinas a las que estaba conectado Pietro comenzó a sonar de manera alarmante, Aldo salió inmediatamente a pedir ayuda a las enfermeras y médicos, quienes no tardaron en llegar, los médicos pidieron desalojar el área, Celeste y Aldo tuvieron que ver cómo aplicaban RCP.El Dr. Wagner hacia todo lo que estaba en sus manos para poder encontrar la causa de que Pietro no mostrara actividad, pero por más estudios que le hicieran, no hallaban nada, estaba en su consultorio cuando recibió una llamada del área de cuidados intensivos, donde le hablaban sobre el estado de salud de su paciente.- Voy para allá… Dijo e inmediatamente salió de su oficina y subió hasta el 5.º piso donde se
- ¿Y bien? Alessia Amato ya tengo el lugar a donde quieres ir – Dijo Antonio Moretti viéndole fijamente.- ¿Ya es hora de que me vaya? – Respondió una cansada Alessia.- Si, ya es hora, todo lo que acordamos se te dará y lo que has pedido de último momento también.- ¿Mi hijo lo sabe?- No, te toca lidiar con esa parte a ti…- Está bien… ¿Él va a estar bien?- Si, ya he generado su nueva identidad y lugar de residencia, tu hijo recibirá toda la herencia posible de Franco Amato, con ello bastará para que viva toda su vida sin preocupaciones y sin volver a meterse en esa vida que llevaba.- Gracias… Con eso me puedo ir tranquila…- Esa ya es tu decisión… Sea cual sea la decisión que tomes, en Países Bajos te podrán auxiliar en lo que necesites.- Por fin he podido hablar con alguien que entiende mi situación.- Alessia, tú y yo hicimos un acuerdo, este a favor o en contra de lo que decidas ya no es mi responsabilidad.- De verdad… ¡Gracias! Al menos la vida me ha puesto a alguien que en
Estaba concentrado en la última imagen que veía de Guadalupe, finalmente, luego de una larga charla, le había llevado al apartamento, ella se notaba cansada, habíamos estado platicando y caminado por el parque, lo que provocó que se le hincharan los pies. Cuando llegamos al apartamento, la acompañé a la recámara y me recosté a su lado, pose mi mano en su vientre y mentalmente hablé con quién sería mi hija: - “Palomita, mi cielo, no sé qué nos depara el destino, pero sé que tú crecerás y serás una chica de bien. Serás una excelente mujer, lo sé por qué Marco será tu padre, sé claramente que ha formado a una maravillosa mujer, sé que serás una feliz mamá y sé que tu madre siempre estará a tu lado. Pase lo que pase, mi vida, tú debes ser fuerte, cada uno de los días de tu vida. Siempre estaré orgulloso de quién eres, mi niña”. En menos de lo que imaginé, me quedé dormido al sentir la paz y tranquilidad del vientre de Guadalupe, la alarma de mi móvil me despertó minutos después, s
Paloma despertó en la que era su habitación en casa de sus padres, las náuseas matutinas le hicieron levantarse, Valeria tocó a la puerta y al escuchar ruidos dentro, entró, no vio a su hija en la cama, pero alcanzó a escucharla en el tocador.- Paloma, ¿Te encuentras bien? – Dijo Valeria tomando el pomo de la puerta.Paloma apenas podía hablar, las náuseas matutinas no la dejaban tranquila.- Ma… MamáValeria, sin importarle, abrió la puerta y vio a su hija de rodillas en el retrete, era inevitable sentir un poco de nostalgia, su pequeña, su bebé, su niña, era obvio lo que estaba viviendo, como madre, aún no estaba lista para ver a Paloma convirtiéndose en madre.Para Valeria era esa bebita que cargaba en brazos recién nacida, esa que la veía con ojos expectantes, esa a la que le hablaba de su padre, a la que contaba cómo habían sido los pocos días de convivencia con quien hubiera sido su padre.- Hija, nena, trata de respirar… - Dijo Valeria apresurándose a sostener su cabello.- ¡Ay
Pietro sentía como si flotara sobre el agua, sentía como si estuviera en una alberca gigante, quería levantarse, quería saber qué estaba ocurriendo, no entendía qué estaba haciendo ahí, lo último que recordaba, era que llegó ebrio al hotel, pero no iba solo. Marco y él, habían tenido una cena de negocios, luego unas largas piernas y una hermosa cabellera oscura se atravesaron en su camino, se despidió de su amigo y salió llevando a esa hermosura con él.- “¿Qué demonios están sucediendo? ¿Dónde estoy? Juro no volver a tomar tanto whisky como esta vez. ¡Demonios! Mi cabeza me duele como si la hubiesen agarrado a palos… Prometo que mañana, tan pronto esté más consciente, iré a correr, el maldito alcohol, seguramente estaba adulterado, ya me había pasado con anterioridad, seguramente Marco está igual… ¿Por cierto? ¿Dónde está mi acompañante? ¿Cómo se llamaba? ¡Ya ni lo recuerdo! ¡Maldita sea! Creo que la edad me está cobrando factura…Pietro estaba concentrado en ello cuando a lo lejos, p
¿Quién eres tú…? (Parte 2)- ¡Pietro! ¡Estás despierto! Deja, voy a traer al médico… ¡Despertaste! – Dijo Celeste con gran emoción dibujada en el rostro.Celeste se incorporaba de su pecho cuando la mano de Pietro sujeto su muñeca…- Te hice una pregunta…- ¿Pietro? ¿Pietro, soy Celeste? Dame un momento, voy por el médico. – Dijo Celeste intentando soltarse de aquella mano.- No… Yo no te conozco ¿Dónde estoy? ¿Qué demonios? Yo… Yo estaba… ¿Dónde está Marco? ¿Quiero ver a Marco? ¡Esto debe ser una m*****a broma! ¿Quién demonios eres tú?Celeste como pudo se zafó del agarre de Pietro e inmediatamente después, llamo al médico, al poco tiempo, la habitación se llenó de enfermeras y médicos, entre ellos, el doctor Wagner, todos tomaban signos vitales, todos lo observaban con atención.Pietro, entre los médicos y enfermeras, tenía la mirada sobre Celeste, no podía entender quién era ella, pero había algo que llamaba su atención: su curiosa belleza. La chica no era una posible candidata a no