Estimadas lectoras y lectores Espero les guste el capitulo de hoy.
Aquellos dos apuestos hombres y Enzo, caminaron a través de la exposición, el pequeño estaba sorprendido, había tantas obras de arte, todas eran bellísimas, pero era lógico, cuando entro a la sala donde estaban las obras de la miss Celeste, las reconoció, ella ya le había mostrado algunas fotografías, pero verlas en vivo y a todo color era una cosa muy diferente.Ella utilizaba técnicas muy parecidas a las de Monet, uno de aquellos cuadros llamo completamente su atención, era un poco grande, mientras sus abuelos veían otras obras, el pequeño Enzo admiraba el cuadro su nombre era “La mujer y su gato” a simple vista y de pasada solo era un cuadro que mostraba el perfil de una mujer sentada, solo se podía ver una pequeña parte de su rostro y un pequeño gato negro echado a un costado de los pies.Los colores utilizados provocaban cierta calidez, pero al mismo tiempo evocaban la nostalgia, Enzo miraba atentamente el cuadro y se percató que en el regazo de aquella mujer, estaba colocado un r
Pietro, Teodore y Enzo llegaron a casa, este último bajo en brazos de Pietro, el hombre lo llevo a su habitación, le puso una manta para arroparlo, no le pudo poner pijama, ya que el pequeño estaba completamente dormido, al menos le quitó los zapatos y el blazer. Pietro vio a su nieto y sonrió, le acarició esos rizos rebeldes que eran un tanto parecidos a los de él y salió de su habitación.- ¿Vas a ir a dejar a la señorita Zanini? – Pregunto Teodore con curiosidad.- ¿Qué cosa dices? – Respondió Pietro seriamente.- ¡No creas que soy tonto! Vi que compraste el cuadro que a ella le gustaba, lo traes en la cajuela. ¡Me sorprendes! Ahora si me sorprendiste, no sé en qué momento llego eso ahí. – Dijo Teodore viendo fijamente al hombre frente a él.- Te has vuelto muy curioso últimamente. – Respondió Pietro sin ninguna expresión.- ¡Sí! Cuando noto un cambio en tu actitud, yo opino que deberías regresar y llevar a aquella hermosa damisela a cenar, mínimo llevarla a casa, escuche que se irí
Pietro y Celeste iban por la carretera que llevaba a una zona oscura y alejada, la chica se sintió un poco nerviosa, al ver que se alejaban de la ciudad a gran velocidad, ella por dentro maldijo el momento que decidió aceptar la invitación. Ella no conocía al hombre que iba manejando y montones de ideas cruzaban por su mente al ver que poco a poco se alejaban de las luces de la ciudad, luego de pensarlo por unos minutos, finalmente decidió hablar.- Señor Pellegrini, ¿Me puede decir a dónde vamos? Creo que la zona de restaurantes la pasamos desde hace varios minutos.- Señorita Zanini, no se preocupe, el lugar al que vamos no está dentro de esa zona, le dije que la llevaría a ver las estrellas y eso haré.Celeste se quedó en silencio por un momento, no supo como contestar a esa respuesta, el hombre se veía muy relajado, pero ella no podía estarlo, pensaba en que había sido una completa tonta, esos ricos tienen gustos raros por hacer cosas desagradables a los menos favorecidos, si le pa
Aquella chica, con ese elegante vestido ceñido a sus curvas, preparaba café mientras aquel hombre espera en la pequeña sala. Spike noto que había alguien más en casa, además de su compañera, salió de la habitación y fue a observar a aquel inquilino. Subió al sillón y comenzó a observarlo, era un gato viejo y sabio, seguramente noto algo en el aura de aquel hombre, que lo único que hizo fue echarse cerca de él, comenzando a emitir si clásico sonido de ronroneo.Pietro vio la escena y solo sonrió, él nunca se le había cruzado la idea de tener un gato, no era que no le gustaran, solo que siempre estaba ocupado y la idea jamás le cruzo por la mente, si ahora tenía a Chéster, era por Enzo. Le encantaban los animales, pero no contaba con el tiempo para cuidarles, así que prefería no tenerlos, sutilmente comenzó a acariciar a Spike y este le devolvió el gesto cambiándose de lugar, ahora echándose en su regazo.Spike amasaba las piernas de aquel hombre y este jugueteaba con el pelaje del minin
Pietro vio al hombre parado frente a él, claramente sabía quién era, el buen ánimo con el que había llegado se esfumó, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, sabía todo lo que su visita avecinaba. Su semblante amigable cambio, sus oscuros ojos brillaban, analizaba al hombre frente a él, el cual parecía un faro de autoridad y misterio. - Hola Marco, te has quedado sin palabras… - Fue lo único que atino a decir Pietro. Marco lo vio con cierto desconcierto. - Teodore, cambio de plan, ¡Si quiero el café! Es muy temprano para un trago y esta plática va para largo, llévanos café al estudio y cuida que Enzo desayune a su debido tiempo. No quiero que nadie nos interrumpa. Marco solo pudo escuchar lo que acababa de decir Pietro y justo en el momento que este pasaba a su lado, él lo tomó del brazo, lo jalo y le abrazo con fuerza, sus ojos estaban llenos de lágrimas, luego lo alejo un poco para verlo de frente, una de sus manos recorrió el rostro de Pietro, sus ojos no podían creer lo que v
Estuve mucho tiempo en terapia intensiva, la realidad es que mi recuperación tardo varios años, para cuando pude articular palabra y ser consiente de mí, ya habían pasado 5 años. Literalmente era un bebe, no hablaba, no caminaba, mi cuerpo estaba atrofiado por el tiempo en cama, casi pierdo una mano y cuando pude caminar, tuve que llevar bastón por mucho tiempo. Tarde 2 años en rehabilitación, Teodore, ese hombre cascarrabias, ha sido como un padre y amigo para mí, él me ha cuidado diligentemente. Hasta donde sé mi padre biológico ha dejado mucho que desear, yo no lo recuerdo, pero hasta donde sé, yo no tenía una buena relación con él. Te puedo confesar que Teodore es mi padre, aunque hoy día nos tratamos como amigos, él ha sido el padre que tal vez la vida pasada me negó. Marco solo escuchaba e imaginaba todas las penurias por las que tuvo que atravesar su amigo, no tenía palabras para describir lo que sentía en ese momento, Pietro era como su hermano menor, él le había tomado mucha
Al cabo de unos minutos, Marco se había marchado de la mansión Pellegrini, Pietro estaba sentado en su silla, su mente estaba hecha un desastre, no sabía cómo había podido permanecer estoico ante tal situación, sabía perfectamente que solo era cuestión de tiempo para que todo explotara en su cara, lo que aún no sabía era si estaba listo para ello. - Pietro… - Se escuchó una voz detrás de la puerta. - Pasa… - Respondió Pietro saliendo de sus pensamientos. Teodore entro a paso veloz y tomo asiento frente a él. - ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue? – Pregunto Teodore con curiosidad. - Bien… - Respondió Pietro con la mirada perdida. - Pietro, mírame. – Dijo Teodore seriamente. Pietro levantó la vista y le dio una ligera sonrisa. - ¿Qué pasa amigo? ¿Ya desayuno Enzo? - Enzo está muy bien, ya desayuno y sigue viendo caricaturas, lo conoces y hoy es su día libre de tareas. - Teodore… Necesito que me ayudes a buscar un departamento, no busco algo ostentoso, pero sí que esté cerca del Colegio
Marco soltó a Pietro, lo miro y miro, tratando de encontrar en sus ojos ese mismo destello de familiaridad que había visto minutos antes, pero no, no pudo volver a verlo. Sin más remedio que aceptar, el tomo camino a la puerta y dijo: - Pietro, yo nunca quise… Nunca quise que esto pasara. - Lo sé amigo, no debes darme más explicaciones, ve tranquilo, yo, estoy en paz y tú deberías hacer lo mismo. Marco solo le dedico una ligera sonrisa y salió del estudio, rápidamente salió de aquella casa y condujo a ningún lado en específico, solo necesitaba salir de ahí, el lugar le estaba asfixiando. Iba sobre la carretera a más del kilometraje permitido, luego unas inmensas ganas de vomitar le invadieron, se orilló y vomito todo lo que no tenía en el estómago, abrió la puerta del auto y saco una botella de agua, enjugo su boca y nuevamente subió a su auto. Marco saco el móvil y llamo a Federico. - Federico ¿Puedo verte? - Por tu tono de voz, no te fue muy bien, te dije que no fueras solo. -