Estimadas lectoras y lectores Espero les guste el capitulo de hoy.
Pietro y Celeste iban por la carretera que llevaba a una zona oscura y alejada, la chica se sintió un poco nerviosa, al ver que se alejaban de la ciudad a gran velocidad, ella por dentro maldijo el momento que decidió aceptar la invitación. Ella no conocía al hombre que iba manejando y montones de ideas cruzaban por su mente al ver que poco a poco se alejaban de las luces de la ciudad, luego de pensarlo por unos minutos, finalmente decidió hablar.- Señor Pellegrini, ¿Me puede decir a dónde vamos? Creo que la zona de restaurantes la pasamos desde hace varios minutos.- Señorita Zanini, no se preocupe, el lugar al que vamos no está dentro de esa zona, le dije que la llevaría a ver las estrellas y eso haré.Celeste se quedó en silencio por un momento, no supo como contestar a esa respuesta, el hombre se veía muy relajado, pero ella no podía estarlo, pensaba en que había sido una completa tonta, esos ricos tienen gustos raros por hacer cosas desagradables a los menos favorecidos, si le pa
Aquella chica, con ese elegante vestido ceñido a sus curvas, preparaba café mientras aquel hombre espera en la pequeña sala. Spike noto que había alguien más en casa, además de su compañera, salió de la habitación y fue a observar a aquel inquilino. Subió al sillón y comenzó a observarlo, era un gato viejo y sabio, seguramente noto algo en el aura de aquel hombre, que lo único que hizo fue echarse cerca de él, comenzando a emitir si clásico sonido de ronroneo.Pietro vio la escena y solo sonrió, él nunca se le había cruzado la idea de tener un gato, no era que no le gustaran, solo que siempre estaba ocupado y la idea jamás le cruzo por la mente, si ahora tenía a Chéster, era por Enzo. Le encantaban los animales, pero no contaba con el tiempo para cuidarles, así que prefería no tenerlos, sutilmente comenzó a acariciar a Spike y este le devolvió el gesto cambiándose de lugar, ahora echándose en su regazo.Spike amasaba las piernas de aquel hombre y este jugueteaba con el pelaje del minin
Pietro vio al hombre parado frente a él, claramente sabía quién era, el buen ánimo con el que había llegado se esfumó, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, sabía todo lo que su visita avecinaba. Su semblante amigable cambio, sus oscuros ojos brillaban, analizaba al hombre frente a él, el cual parecía un faro de autoridad y misterio. - Hola Marco, te has quedado sin palabras… - Fue lo único que atino a decir Pietro. Marco lo vio con cierto desconcierto. - Teodore, cambio de plan, ¡Si quiero el café! Es muy temprano para un trago y esta plática va para largo, llévanos café al estudio y cuida que Enzo desayune a su debido tiempo. No quiero que nadie nos interrumpa. Marco solo pudo escuchar lo que acababa de decir Pietro y justo en el momento que este pasaba a su lado, él lo tomó del brazo, lo jalo y le abrazo con fuerza, sus ojos estaban llenos de lágrimas, luego lo alejo un poco para verlo de frente, una de sus manos recorrió el rostro de Pietro, sus ojos no podían creer lo que v
Estuve mucho tiempo en terapia intensiva, la realidad es que mi recuperación tardo varios años, para cuando pude articular palabra y ser consiente de mí, ya habían pasado 5 años. Literalmente era un bebe, no hablaba, no caminaba, mi cuerpo estaba atrofiado por el tiempo en cama, casi pierdo una mano y cuando pude caminar, tuve que llevar bastón por mucho tiempo. Tarde 2 años en rehabilitación, Teodore, ese hombre cascarrabias, ha sido como un padre y amigo para mí, él me ha cuidado diligentemente. Hasta donde sé mi padre biológico ha dejado mucho que desear, yo no lo recuerdo, pero hasta donde sé, yo no tenía una buena relación con él. Te puedo confesar que Teodore es mi padre, aunque hoy día nos tratamos como amigos, él ha sido el padre que tal vez la vida pasada me negó. Marco solo escuchaba e imaginaba todas las penurias por las que tuvo que atravesar su amigo, no tenía palabras para describir lo que sentía en ese momento, Pietro era como su hermano menor, él le había tomado mucha
Al cabo de unos minutos, Marco se había marchado de la mansión Pellegrini, Pietro estaba sentado en su silla, su mente estaba hecha un desastre, no sabía cómo había podido permanecer estoico ante tal situación, sabía perfectamente que solo era cuestión de tiempo para que todo explotara en su cara, lo que aún no sabía era si estaba listo para ello. - Pietro… - Se escuchó una voz detrás de la puerta. - Pasa… - Respondió Pietro saliendo de sus pensamientos. Teodore entro a paso veloz y tomo asiento frente a él. - ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue? – Pregunto Teodore con curiosidad. - Bien… - Respondió Pietro con la mirada perdida. - Pietro, mírame. – Dijo Teodore seriamente. Pietro levantó la vista y le dio una ligera sonrisa. - ¿Qué pasa amigo? ¿Ya desayuno Enzo? - Enzo está muy bien, ya desayuno y sigue viendo caricaturas, lo conoces y hoy es su día libre de tareas. - Teodore… Necesito que me ayudes a buscar un departamento, no busco algo ostentoso, pero sí que esté cerca del Colegio
Marco soltó a Pietro, lo miro y miro, tratando de encontrar en sus ojos ese mismo destello de familiaridad que había visto minutos antes, pero no, no pudo volver a verlo. Sin más remedio que aceptar, el tomo camino a la puerta y dijo: - Pietro, yo nunca quise… Nunca quise que esto pasara. - Lo sé amigo, no debes darme más explicaciones, ve tranquilo, yo, estoy en paz y tú deberías hacer lo mismo. Marco solo le dedico una ligera sonrisa y salió del estudio, rápidamente salió de aquella casa y condujo a ningún lado en específico, solo necesitaba salir de ahí, el lugar le estaba asfixiando. Iba sobre la carretera a más del kilometraje permitido, luego unas inmensas ganas de vomitar le invadieron, se orilló y vomito todo lo que no tenía en el estómago, abrió la puerta del auto y saco una botella de agua, enjugo su boca y nuevamente subió a su auto. Marco saco el móvil y llamo a Federico. - Federico ¿Puedo verte? - Por tu tono de voz, no te fue muy bien, te dije que no fueras solo. -
Pietro salió de casa, sabía que el hecho de comenzar a tener recuerdos se debía a Celeste, tal vez el estar cerca de ella, le ayudaba. El hecho de que la chica no tuviera nada que ver con su pasado hacía que él se comportara de manera natural, de lo que aquel hombre no se percataba era que, estando con Celeste, aunque solo habían sido unas horas, su comportamiento fue como cuando era joven, si algo tenía aquel hombre, era el don para conquistar a una mujer. Hoy nuevamente, Celeste estaba en aquel salón donde exponían sus pinturas y las de varios pintores más, el hombre antes de llegar a la exposición, paso y compro algunas cosas, nuevamente consiguió un hermoso ramo de fresias. Al llegar a la galería, busco con la mirada a aquella mujer, realmente sentía la necesidad de verla, no solo por el hecho de recordar cosas, sino porque ella realmente le interesaba y su compañía le resultaba especialmente encantadora. Discretamente, se paseaba por los pasillos, observando las pinturas cuando
Pietro volteó a ver a aquella mujer que inundó sus pensamientos el día de hoy, esbozo una sonrisa y dijo: - ¿Sí? ¿Qué pasa Celeste? Ella con duda, respondió. - El organizador del evento me envió a buscarte, al parecer tiene algo que revisar contigo, pero no me dijo qué. Pietro, no te sientas obligado a comprar cosas si no te gustan. - ¡No te preocupes! Eso es algo que difícilmente hago, además no creo que aún haya cosas que comprar, Teodore básicamente ya compro casi todo lo que está en la galería. – Dijo Pietro tranquilamente mientras se acercaba y se paraba frente a ella. De pronto, el viento soplo y era frío, lo que hizo que la piel de Celeste se erizara, él se percató de ello y la atrajo hacia su pecho, ella solo sintió como sus mejillas se llenaron de calor, desde ayer que había conocido al hombre, este había tenido varios detalles, y eso no pasó desapercibido por la mujer. - Bien, pues veamos que necesita tu compañero. – Dijo Pietro agarrándole el mentón a la mujer. Ella s