Buena tarde Espero les guste el capitulo de hoy.
Al cabo de unos minutos, Marco se había marchado de la mansión Pellegrini, Pietro estaba sentado en su silla, su mente estaba hecha un desastre, no sabía cómo había podido permanecer estoico ante tal situación, sabía perfectamente que solo era cuestión de tiempo para que todo explotara en su cara, lo que aún no sabía era si estaba listo para ello. - Pietro… - Se escuchó una voz detrás de la puerta. - Pasa… - Respondió Pietro saliendo de sus pensamientos. Teodore entro a paso veloz y tomo asiento frente a él. - ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue? – Pregunto Teodore con curiosidad. - Bien… - Respondió Pietro con la mirada perdida. - Pietro, mírame. – Dijo Teodore seriamente. Pietro levantó la vista y le dio una ligera sonrisa. - ¿Qué pasa amigo? ¿Ya desayuno Enzo? - Enzo está muy bien, ya desayuno y sigue viendo caricaturas, lo conoces y hoy es su día libre de tareas. - Teodore… Necesito que me ayudes a buscar un departamento, no busco algo ostentoso, pero sí que esté cerca del Colegio
Marco soltó a Pietro, lo miro y miro, tratando de encontrar en sus ojos ese mismo destello de familiaridad que había visto minutos antes, pero no, no pudo volver a verlo. Sin más remedio que aceptar, el tomo camino a la puerta y dijo: - Pietro, yo nunca quise… Nunca quise que esto pasara. - Lo sé amigo, no debes darme más explicaciones, ve tranquilo, yo, estoy en paz y tú deberías hacer lo mismo. Marco solo le dedico una ligera sonrisa y salió del estudio, rápidamente salió de aquella casa y condujo a ningún lado en específico, solo necesitaba salir de ahí, el lugar le estaba asfixiando. Iba sobre la carretera a más del kilometraje permitido, luego unas inmensas ganas de vomitar le invadieron, se orilló y vomito todo lo que no tenía en el estómago, abrió la puerta del auto y saco una botella de agua, enjugo su boca y nuevamente subió a su auto. Marco saco el móvil y llamo a Federico. - Federico ¿Puedo verte? - Por tu tono de voz, no te fue muy bien, te dije que no fueras solo. -
Pietro salió de casa, sabía que el hecho de comenzar a tener recuerdos se debía a Celeste, tal vez el estar cerca de ella, le ayudaba. El hecho de que la chica no tuviera nada que ver con su pasado hacía que él se comportara de manera natural, de lo que aquel hombre no se percataba era que, estando con Celeste, aunque solo habían sido unas horas, su comportamiento fue como cuando era joven, si algo tenía aquel hombre, era el don para conquistar a una mujer. Hoy nuevamente, Celeste estaba en aquel salón donde exponían sus pinturas y las de varios pintores más, el hombre antes de llegar a la exposición, paso y compro algunas cosas, nuevamente consiguió un hermoso ramo de fresias. Al llegar a la galería, busco con la mirada a aquella mujer, realmente sentía la necesidad de verla, no solo por el hecho de recordar cosas, sino porque ella realmente le interesaba y su compañía le resultaba especialmente encantadora. Discretamente, se paseaba por los pasillos, observando las pinturas cuando
Pietro volteó a ver a aquella mujer que inundó sus pensamientos el día de hoy, esbozo una sonrisa y dijo: - ¿Sí? ¿Qué pasa Celeste? Ella con duda, respondió. - El organizador del evento me envió a buscarte, al parecer tiene algo que revisar contigo, pero no me dijo qué. Pietro, no te sientas obligado a comprar cosas si no te gustan. - ¡No te preocupes! Eso es algo que difícilmente hago, además no creo que aún haya cosas que comprar, Teodore básicamente ya compro casi todo lo que está en la galería. – Dijo Pietro tranquilamente mientras se acercaba y se paraba frente a ella. De pronto, el viento soplo y era frío, lo que hizo que la piel de Celeste se erizara, él se percató de ello y la atrajo hacia su pecho, ella solo sintió como sus mejillas se llenaron de calor, desde ayer que había conocido al hombre, este había tenido varios detalles, y eso no pasó desapercibido por la mujer. - Bien, pues veamos que necesita tu compañero. – Dijo Pietro agarrándole el mentón a la mujer. Ella s
El camino no fue ni más largo, ni más corto, llegaron al edificio donde vivía Celeste, nuevamente la acompaño hasta la puerta de su apartamento, ella lo miró y dijo: - ¿Quieres pasar? Pietro la miro, sonrió ligeramente y dijo: - ¿Me regalas un poco de café? Ella lo vio con una mirada curiosa, luego dijo: - ¿Te gusto? - Sí, he descubierto que así es como me gusta el café. - Adelante, pasa, toma asiento mientras lo preparo. – Dijo Celeste mientras sonreía. Nuevamente, el viejo Spike estaba ahí, en la sala, vio al hombre y se acercó para tallarse, Celeste, al ver la acción de su gato, dijo: - Spike acaba de reclamarte como suyo… ¡Ya no eres mío…! Esa frase se le salió sin pensar, para cuando se dio cuenta, aquel hombre la miraba con curiosidad. - Bu… Bueno, no es como lo quise decir, era de otra manera. Pietro sonrió ante el nerviosismo de la chica, la cual no tardo en salir con dos tazas de café, él pudo oler como la fragancia de aquel café invadía todo el apartamento y eso l
Horas más tarde de salir del apartamento de Celeste, el avión privado que llevaba a Pietro estaba aterrizando en el aeropuerto en los Alpes Suizos, el hombre manejaba hacia Appenzell, mientras lo hacía, decidió marcar al médico que estaba llevando el tratamiento de Alessia.- Dr. Stephannoni, necesito verlo, al parecer mi esposa está recuperando la movilidad. ¿Puede alcanzarme en casa?- Sr. Pellegrini, eso suena a excelentes noticias, ¡muchas felicidades! Estaré ahí en una hora.- ¡Gracias!Pietro solo había pasado a la mansión por una pequeña maleta con ropa, le había explicado a Teodore que saldría a cerrar un trato, encargo a Enzo con él y antes de salir paso por la habitación de Enzo, en ella había palomitas regadas, sus dos chicos estaban profundamente dormidos.- Es increíble que sean padre e hijo ¿Verdad? - Dijo Teodore viendo a los dos dormidos.- Si… ¡Increíble el tiempo que ha pasado! Aún recuerdo cuando conocí a Aldo, ahora es todo un hombre de negocios.- Lo trae en los ge
Pietro se levantó de aquella cama, dejando sola y congelada a Alessia, las imágenes vistas, hablaban por sí solas, de todas las personas que podrían haber cobrado venganza por sus acciones, había caído en las peores manos. Ese lado de Pietro, jamás lo hubiese imaginado, el hombre que ella creía conocer fue aquel jovencito de 16 años que era amigable y cálido, el cual tenía como único defecto fue haberla visto con Gabriele.Ella intentaba ver más allá de lo que tenía frente a él, pero no, el Pietro que ella conoció, ya no estaba ahí, este hombre era su verdugo, era su peor pesadilla, sabía que la tenía en sus malditas manos y no dudaría en recordárselo.- Señora Pellegrini, ¡Me da gusto verla despierta! Las últimas veces que he venido, había estado dormida, veamos qué es lo que sucede, voy a tocarla ¿De acuerdo? - Dijo el médico al comenzar a revisarla.Ella permaneció callada, quería saber si se recuperaría, aún mantenía la esperanza, si había podido mover los dedos y su muñeca, podría
--- Florencia, Italia (Poco más de 12 años atrás) ---Pietro estaba recostado en el diván de su estudio, cerraba los ojos e intentaba imaginar a la mujer de la fotografía, su sonrisa era hermosa, esos ojos color avellana, se preguntaba ¿Cómo estaría? ¿Qué sería de su hija? ¿Qué haría ahora que las volviera a ver? ¿Cómo podría explicarle que no estaba muerto? ¿Cómo podría explicar que no la recordaba?- ¿Pietro? - Se escuchó una voz fuera del estudio.- Si… Respondió el hombre abriendo aquellos ojos oscuros.- El avión aguarda, ya podemos irnos, ¿Estás listo? - Preguntó Teodore con un poco de duda.La puerta del estudio se abrió, Pietro salió caminando con apoyo de su bastón.- Estoy listo… Han sido muchos años sin ella, pero que es lo peor que puede pasar, solo es cuestión de hablar, explicarle lo que sucedió y lo que me sucede ahora.- Vamos… Estando en México ya veremos qué pasa. – Dijo Teodore al hombre que tenía frente a él.- Suena tan fácil, ¿Verdad?- ¡Es fácil!Pietro tan pront