Después de varios días en la mansión, Caterina tuvo que salir de viaje por algunos negocios de la familia. Esta vez no podía llevar a Guadalupe, por lo que antes de marcharse le dijo:- Guadalupe voy a salir unos días, pero no te quedas sola, Emma te acompañará. Cualquier cosa que necesites, puedes pedírsela.- ¡Si abuela, no te preocupes!- Bueno, ¡me voy! Regreso en un par de días, procura no salir de lo que es la mansión.- No se preocupe, tendré precaución.Ese día ya no hizo nada más que cenar e irse a dormir, siempre leía la carta que su abuelo le había dejado. Le gustaba pensar que su abuelo recién le había dejado la carta ya que no tenía la fecha en la que fue escrita, todo esto la dejo especialmente nostálgica.Por otro lado, era la media noche cuando un Maybach se estaciono en la cochera, de él descendió un apuesto hombre joven, su semblante era cansado, tenía pocos ánimos de entrar, pero no podría descansar si se quedaba a dormir en el asiento del auto, por lo que sin mucha
Después de varios días en el hospital, pasaron a una habitación independiente a Guadalupe, el peligro había pasado. Ahora solo faltaba que cerraran las heridas físicas, pero también debían trabajar en las heridas del corazón. Todos esos días la abuela Caterina se la paso recordando cómo es que hace 5 años Guadalupe llego a su vida, le paso juventud y le lleno ese vacío que sentía por no tener una hija, ahora que le veía en esa situación, no podía evitar culpar a su irresponsable e insensible nieto.Cuando Guadalupe despertó, la primera persona que vio fue a la abuela, un poco adormilada se alegró de que todo lo que vio en esas cortas escenas hubiera sido una pesadilla.- ¡Abuela, quiero divorciarme! – Dijo Guadalupe tranquilamente.- Hija acabas de despertar, trata de relajarte, lo que paso no fue cualquier cosa. – Respondió la abuela con serenidad.Guadalupe volteo el rostro para ver hacia la ventana, era un día soleado, no había nubes y perfectamente podría decirse que el destino le
Massimo al ver que ella se quedó dormida tomo asiento en el sofá que estaba a un lado de la cama. Veía el rostro de la chica que tenía frente a él, hacia mucho tiempo no se detenía a verla, su esposa físicamente ya no era la misma “niña” que el conoció, ahora poseía un rostro más maduro, cansado y triste, mientras le observaba, una punzada le recorría el cuerpo y su corazón. Una extraña sensación incomoda le estrujaba el pecho al ver sus brazos con vendas, una de sus muñecas estaba particularmente vendada, esta era el lado donde ella había hecho el corte más profundo, entendía claramente que la culpa de todo había sido de él.“¿Por qué las cosas habían llegado hasta este extremo?” – Pensó mientras la analizaba.Cuando la escucho conversar con la abuela, su voz notaba angustia, pero mas haya de eso, se notaba la determinación con la que estaba soltando el tema del divorcio.“¿Por qué me siento molesto al solo escuchar la palabra divorcio? Esto es lo que he anhelado desde que contraje n
El sol se colaba por las cortinas de toda la mansión, anunciando que era de mañana, Guadalupe despertó y para su sorpresa, una carta con su nombre había aparecido en su cama, el remitente era su querido abuelo Alberto, al abrirla vio y leyó su contenido.“Mi querida niñaHoy es tu cumpleaños número 18, aún recuerdo el día que naciste, todo en mi mente es tan claro. Tu madre estaba muy emocionada, su pequeña niña nacería hoy, ya tenía listo tu moisés, tu ropa y tus juguetes.Quiero que recuerdes que para tu madre eras la luz de sus ojos, ahora que cumples 18 años puedo confirmar que eres el vivo retrato de ella. Ahora bien, como decías ya tienes edad para tomar tus propias decisiones, puedes trabajar y viajar por el mundo, podrás cómprate tu “Bocho” para viajar por el país en compañía de tu guitarra y tu viejo. Tú mi niña, quiero que nunca olvides tus sueños, quiero que viajes, escales una de las montañas más altas del país, vayas a Holbox y veas el atardecer tomando por fin una cop
Guadalupe se adelantó y entro en aquel local con pasteles de varios sabores, la dependienta muy atenta se acercó a ella.- Hola Señorita ¿Gusta algun pastel o pasará al café?- Mmm… - Guadalupe volteo a ver al hombre que llevaba a su lado.- Vamos a pasar al café. – Respondió el hombre a su lado.- ¡Adelante! ¡Gustan tomar asiento dentro? O por la parte de atrás tenemos una pequeña terraza, ahí también hay mesas.- ¡En la terraza! – Respondió Guadalupe.- ¡Está bien! ¡Síganme por aquí! – Dijo la chica mientras le hacia una seña con la mano para indicar el camino.Mientras caminaban hacia la terraza pasaban dentro de la pequeña pastelería por un pasillo blanco decorado con algunos cuadros que representaban diversos pasteles pintados en óleo, había algunas pequeñas mesitas con floreros y rosas inglesas, el lugar tenia fascinado a Guadalupe, quien admiraba el lugar como si el destino le hubiera regalado la oportunidad de encontrar ese cachito de cielo. Massimo por su lado, se sentía un p
- ¡Massimo por favor, no me quites a mi hija! ¡Por favor!Massimo despertó de pronto de su breve descanso y fue directo a tomar la mano de su esposa para despertarla, al parecer tenía una pesadilla.- ¡Guadalupe despierta! ¡Tranquila, despierta todo está bien! – Dijo mientras trataba de moverla sutilmente.Ella abrió los ojos y lo miro con recelo, no se dio cuenta que estaba hablando dormida, una lagrima salía del rabillo de su ojo.- ¿Qué haces tú aquí? ¿No fui clara? ¡No quiero que me cuides! ¡VETE! – Grito Guadalupe.- Estabas teniendo una pesadilla y te desperté, pero si tanto te molesta mi presencia me retiro.- ¡HAZLO! ¡NO QUIERO VERTE! ¡LARGATE! ¡VETE AL INFIERNO! ¡ESO Y MAS TE MERECES! – Gritaba Guadalupe con desesperación.Massimo al ver el estado de alteración de su esposa, prefirió salir del cuarto, los gritos alertaron a la enfermera que estaba de paso así que entro a la habitación para ver que sucedía. Ella entro al mismo momento que Massimo salía.- Señor ¿Acaso no conoc
De pronto sintió gran pesar, le comenzó a faltar el aire al momento que recordó como hace unas semanas, ella le esperaba en la sala con una gran sonrisa y le decía:- ¡Massimo, la cena esta lista! ¡Vamos ponte cómodo y cenemos!Ella con su amplia sonrisa le hizo sentirse cómodo solo con verle, es anoche la cena tenía un especial toque hogareño.- ¿Recuerdas que día es hoy?- ¡No! – Respondió Massimo con un tono seco y cortante.- ¡Es nuestro aniversario tontito! ¡Sabía que lo olvidarías, pero yo no, así que hice una cena con todos tus platillos favoritos! ¡He estado practicando con Emma y creo que voy mejorando!Su esposa era como un loro, una vez que hablaba no había quien le parara el pico, hablaba y hablaba, le contaba su día, como había comprado los ingredientes y como había seleccionado las frutas y vegetales más adeudados para la cena. El sin inmutarse en lo que decía, se perdió en el recuerdo de lo que aconteció la tarde de hoy en su oficina.Esta tarde, Alessia había estado tr
Massimo llevaba en brazos a Guadalupe, quien al verle se había desmayado. Él se sentía muy culpable por la reacción de su mujer, antes al verlo le dedicaba una gran sonrisa de oreja a oreja, luego, esa sonrisa se apagó y se volvió en una mirada de sumisión, para después pasar a la ira o la indiferencia, hoy el rostro reflejaba miedo y desesperación, eso no le complacía, más bien le causaba gran dolor, aunque no lo reconociera. - ¿Señor que ha pasado? ¿Le ha hecho daño?- ¡Yo no, yo no le hice nada! Se desmayó cuando me vio. - Dijo con pesar en la voz.- Entiendo, venga, venga póngala aquí. - Dijo Emma con tono preocupado.Massimo la depositó cuidadosamente en el sillón de la sala, Emma por otro lado corrió a traer el botiquín. Massimo pudo observar el resultado de la bofetada de anoche, su mejilla estaba inflamada y tenía hematomas, tratando de no pensar en ello le tomaba la mano, recordando cómo habían sido aquellos días donde la chica intentaba ocultar su interés por él, “¿Cómo ha