Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia...
Valeria discretamente veía a Pietro, si bien no hacía por acercarse a él, definitivamente por dentro quería preguntarle si estaba bien, por dentro sentía curiosidad por hablar con él, ella tenía claro que Pietro era su pasado, pero eso no quitaba que sentía algo por él.Si bien, ella supo, por boca de Marco, que él no la recordaba, pero por lo menos quería asegurarse de que aquello fuese cierto, si bien, en algún momento creyó que poner distancia de por medio arreglaría las cosas, ahora con Paloma y Aldo juntos, eso iba a ser un tanto complicado.Era inevitable, por más terapia y aceptación, Valeria se sentía un poco tranquila al ver cómo el hombre abrazaba a Celeste, la chica le sonreía en complicidad. Si bien ella y Celeste habían cruzado palabra en algún momento en el hospital mientras operaban a Pietro, no recordaba, pero estaba segura de que la conocía algún lado.Las miradas discretas que Valeria le dedicaba a Pietro y Celeste no pasaban desapercibidas por la segunda, ella sin sa
Pietro había salido de la habitación, iba camino a la sala de estar, llegando a las escaleras, se topó con una silueta conocida. Ekaterina iba subiendo aquellas escaleras, Pietro conocía a la mujer que tenía frente a él, sabía perfectamente que no era una buena chica, ya sea en el presente o en el pasado, Ekaterina era una persona de cuidado, por un lado, pudo entender la preocupación o sexto sentido de quien sería su futura esposa.- Ekaterina, ¿A dónde se supone que vas? – Dijo Pietro en un tono cortante.- Perdona, creo que me perdí, buscaba el tocador… - Dijo Ekaterina descaradamente.- Tú y yo, bien sabemos que eso es lo último que harías, ¿Qué buscas? – Dijo Pietro molesto.- Bien, me has pillado, quería hablar un momento a solas contigo y, de paso, aprovechaba para entregarte el obsequio que traigo para tu prometida. – Dijo Ekaterina de manera tranquila.- No tengo idea de qué quieras hablar conmigo, pero creo que, si eso era lo que querías, no debiste subir.- Bueno, no quería
Celeste solo pudo ver cómo aquella alta mujer se alejaba por el pasillo, no supo cómo tomar las palabras de la mujer, volteó a ver al hombre que estaba dentro del estudio. Pietro vio a Celeste e inmediatamente comenzó a caminar hacia ella.- Celeste… - Dijo casi en un susurro.Al ver a Celeste, Pietro sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.- Pietro, no me importa lo que acaba de suceder, por favor… ¡Llévame al hospital…! - Dijo Celeste con la frente completamente llena de sudor y una cara que reflejaba dolor.Apenas mencionó aquello, Celeste sintió cómo un líquido escurría entre sus piernas, ella se hizo un poco hacia atrás y con sorpresa vio que era algo muy parecido a pipi, su fuente acababa de romperse.Al ver aquello, Pietro rápidamente se acercó a la mujer, la cargo y, en menos de lo que imagino, ya estaba en el asiento del auto.Salió de la mansión sin decir palabra a nadie y rompiendo todos los límites de velocidad, el hombre llego al hospital en la zona de urgencias, Celest
Tan pronto como Pietro entró al quirófano, tomó la mano de Celeste, quien lucía más relajada al verlo, ya se había aplicado la anestesia para iniciar con la cesárea. Algunos minutos después, se pudo escuchar el primer llanto de una hermosa niña, la cual rápidamente fue extraída y puesta en algo como un recipiente para poder realizarle una limpieza.Pietro miraba atento cada una de las acciones de los médicos y enfermeras, mientras eso sucedía, pudo escuchar el llanto de la otra pequeña, la cual su llanto era más fuerte. De igual modo, la alejaron un poco para limpiarla, mientras eso sucedía, una de las enfermeras les acercó de manera rápida a la primera bebe para que sus padres pudieran verla.- ¡Esas eran nuestras niñas Celeste! Todo estará bien, ellas estarán bien… - Dijo Pietro apretando la mano de aquella madre.Celeste tenía los ojos llenos de lágrimas, sonreía y lloraba, era una mezcla de emociones que jamás había podido llegar a experimentar, debido a que eran unas bebes prematu
Pietro finalmente, luego de estar con las pequeñas, salió y cuando lo hizo, se percató de que Massimo y Diana estaban fuera. La pareja se acercó a paso veloz, mirando con atención al hombre que acababa de salir.- ¿Cómo estás? ¿Cómo está, Celeste? ¿Las niñas? – Pregunto Diana con preocupación.- Ellas están bien… Dentro de lo que cabe, están bien… Celeste está en recuperación, en breve me hablarán para que vaya a su habitación y las pequeñas, están ahora en la unidad de cuidados intensivos neonatales. – Dijo Pietro con tranquilidad.- ¿Ya nacieron? – Dijo Massimo sorprendido.- ¡Sí! Se adelantó el parto…- Pero aún faltaba tiempo…- Se adelantaron, por el momento estarán en incubadora hasta que sea necesario, pero las 3 están bien.- ¡Felicidades, papá! – Dijo Massimo abrazando a su hermano.Aquel abrazo se sintió raro, primero se tensó el hombre, pero luego de unos segundos, entendió que hoy día, ellos, se suponía, debían llevarse bien.- ¡Gracias, Massimo! – dijo Pietro, dejando envo
Celeste por fin pudo abrir los ojos, ella ya se sentía un poco mejor de los efectos de la anestesia, le dolía un poco la herida, pero dentro de lo que cabe, ella se encontraba bien. Al despertar, pudo sentir la rizada cabellera de Pietro, quien se había quedado dormida sobre su mano, ella sentía un poco adormecida la mano, con sumo cuidado la sacó.Ella admiró al hombre que estaba a su lado, su rostro reflejaba mucha paz y tranquilidad, su ceño no estaba fruncido, no como normalmente lo hacía mientras dormía. Hoy se notaba más relajado, ella sonrió y, con aquella mano, comenzó a acariciar el suave y rizado cabello del hombre.Aquel, al sentirlo, sonrió, ella lo notó y poco a poco dejó de hacerlo, él sin abrir los ojos, tomó la mano de Celeste y la posó sobre su cabeza nuevamente.- ¡Sigue, me estaba gustando! – Dijo el hombre sin abrir aún los ojos.Ella dejó salir una pequeña sonrisa, acarició el cabello del hombre por algunos minutos, luego de ello, ambos pudieron escuchar dos toquec
Massimo tomaba su café, en pocas horas vería a Diana, ambos habían acordado ir juntos a ver a Pietro y Celeste. Luego Diana tuvo un contratiempo e iba a poder ir por la mañana, pero habían acordado que en la comida aprovecharían para visitarlos, ya Massimo le había hablado a Pietro para asegurarse de que estuvieran bien y no les faltara nada.Ahora la mayor preocupación de Massimo era Paolo, quien desde que fueron a las Maldivas estaba decaído, él sabía perfectamente bien que las cosas no salieron como él esperaba, pero todo era parte de la vida, todo era parte de las relaciones amorosas. En ocasiones te puede ir increíblemente bien, en ocasiones todo puede ser un completo desastre, en esta ocasión fue lo segundo.Massimo estaba pensando en ello cuando fue abruptamente interrumpido por Laura, quien llevaba en brazos a la pequeña Adele.- ¿Qué sucede, papá? – Preguntó la chica intrigada.- ¿Cómo? – Respondió Massimo saliendo de sus pensamientos.- Te noto pensativo, no está tu mente aqu
Marco y Valeria desayunaban en el jardín, podían ver cómo Gio, platicaba con sus hermanos, este niño, realmente amaba tener hermanos, si bien, Paloma era su hermana mayor, él ahora, como hermano mayor, era el más interesado en contarles sobre el mundo.Valeria aún se sentía extraña, la noche anterior le dejo un extraño sabor de boca, el ver a Pietro, le había dejado así, era obvio que algo dentro de ella se movió. El Pietro que ella conoció estaba ausente, en la mirada del hombre solo estaba en su pareja, en aquella mirada solo había amor hacia aquella chica.La chica se le hacía conocida, pero no podía recordar de dónde, por más que lo intentaba, no, su mente no podía darle respuesta. Luego estaba la madre de Aldo, aquella bella mujer, ella no conocía toda la historia, pero en algún momento supo por Paloma que aquella mujer y Pietro habían mantenido un romance un poco tórrido.Por un lado, era feliz, si Pietro era feliz eso le bastaba, si hoy día no podía recordar nada sobre el tiempo