Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia...
Tan pronto como Pietro entró al quirófano, tomó la mano de Celeste, quien lucía más relajada al verlo, ya se había aplicado la anestesia para iniciar con la cesárea. Algunos minutos después, se pudo escuchar el primer llanto de una hermosa niña, la cual rápidamente fue extraída y puesta en algo como un recipiente para poder realizarle una limpieza.Pietro miraba atento cada una de las acciones de los médicos y enfermeras, mientras eso sucedía, pudo escuchar el llanto de la otra pequeña, la cual su llanto era más fuerte. De igual modo, la alejaron un poco para limpiarla, mientras eso sucedía, una de las enfermeras les acercó de manera rápida a la primera bebe para que sus padres pudieran verla.- ¡Esas eran nuestras niñas Celeste! Todo estará bien, ellas estarán bien… - Dijo Pietro apretando la mano de aquella madre.Celeste tenía los ojos llenos de lágrimas, sonreía y lloraba, era una mezcla de emociones que jamás había podido llegar a experimentar, debido a que eran unas bebes prematu
Pietro finalmente, luego de estar con las pequeñas, salió y cuando lo hizo, se percató de que Massimo y Diana estaban fuera. La pareja se acercó a paso veloz, mirando con atención al hombre que acababa de salir.- ¿Cómo estás? ¿Cómo está, Celeste? ¿Las niñas? – Pregunto Diana con preocupación.- Ellas están bien… Dentro de lo que cabe, están bien… Celeste está en recuperación, en breve me hablarán para que vaya a su habitación y las pequeñas, están ahora en la unidad de cuidados intensivos neonatales. – Dijo Pietro con tranquilidad.- ¿Ya nacieron? – Dijo Massimo sorprendido.- ¡Sí! Se adelantó el parto…- Pero aún faltaba tiempo…- Se adelantaron, por el momento estarán en incubadora hasta que sea necesario, pero las 3 están bien.- ¡Felicidades, papá! – Dijo Massimo abrazando a su hermano.Aquel abrazo se sintió raro, primero se tensó el hombre, pero luego de unos segundos, entendió que hoy día, ellos, se suponía, debían llevarse bien.- ¡Gracias, Massimo! – dijo Pietro, dejando envo
Celeste por fin pudo abrir los ojos, ella ya se sentía un poco mejor de los efectos de la anestesia, le dolía un poco la herida, pero dentro de lo que cabe, ella se encontraba bien. Al despertar, pudo sentir la rizada cabellera de Pietro, quien se había quedado dormida sobre su mano, ella sentía un poco adormecida la mano, con sumo cuidado la sacó.Ella admiró al hombre que estaba a su lado, su rostro reflejaba mucha paz y tranquilidad, su ceño no estaba fruncido, no como normalmente lo hacía mientras dormía. Hoy se notaba más relajado, ella sonrió y, con aquella mano, comenzó a acariciar el suave y rizado cabello del hombre.Aquel, al sentirlo, sonrió, ella lo notó y poco a poco dejó de hacerlo, él sin abrir los ojos, tomó la mano de Celeste y la posó sobre su cabeza nuevamente.- ¡Sigue, me estaba gustando! – Dijo el hombre sin abrir aún los ojos.Ella dejó salir una pequeña sonrisa, acarició el cabello del hombre por algunos minutos, luego de ello, ambos pudieron escuchar dos toquec
Massimo tomaba su café, en pocas horas vería a Diana, ambos habían acordado ir juntos a ver a Pietro y Celeste. Luego Diana tuvo un contratiempo e iba a poder ir por la mañana, pero habían acordado que en la comida aprovecharían para visitarlos, ya Massimo le había hablado a Pietro para asegurarse de que estuvieran bien y no les faltara nada.Ahora la mayor preocupación de Massimo era Paolo, quien desde que fueron a las Maldivas estaba decaído, él sabía perfectamente bien que las cosas no salieron como él esperaba, pero todo era parte de la vida, todo era parte de las relaciones amorosas. En ocasiones te puede ir increíblemente bien, en ocasiones todo puede ser un completo desastre, en esta ocasión fue lo segundo.Massimo estaba pensando en ello cuando fue abruptamente interrumpido por Laura, quien llevaba en brazos a la pequeña Adele.- ¿Qué sucede, papá? – Preguntó la chica intrigada.- ¿Cómo? – Respondió Massimo saliendo de sus pensamientos.- Te noto pensativo, no está tu mente aqu
Marco y Valeria desayunaban en el jardín, podían ver cómo Gio, platicaba con sus hermanos, este niño, realmente amaba tener hermanos, si bien, Paloma era su hermana mayor, él ahora, como hermano mayor, era el más interesado en contarles sobre el mundo.Valeria aún se sentía extraña, la noche anterior le dejo un extraño sabor de boca, el ver a Pietro, le había dejado así, era obvio que algo dentro de ella se movió. El Pietro que ella conoció estaba ausente, en la mirada del hombre solo estaba en su pareja, en aquella mirada solo había amor hacia aquella chica.La chica se le hacía conocida, pero no podía recordar de dónde, por más que lo intentaba, no, su mente no podía darle respuesta. Luego estaba la madre de Aldo, aquella bella mujer, ella no conocía toda la historia, pero en algún momento supo por Paloma que aquella mujer y Pietro habían mantenido un romance un poco tórrido.Por un lado, era feliz, si Pietro era feliz eso le bastaba, si hoy día no podía recordar nada sobre el tiempo
--- Nueva Zelanda ---Habían pasado algunos meses desde que Sebastiano Di Stefano arribó a Nueva Zelanda. Ángela Moretti había seleccionado un apartamento bastante atractivo para el joven, básicamente todo lo que un joven podría necesitar. La esposa de Antonio Moretti había resultado espléndida con el joven, la mujer, a falta de hermanos, le daba todo lo que el joven no pedía, pero que ella consideraba que necesitaba, incluso le había comprado un costoso auto para poder moverse en aquel país.Cualquiera diría que, al final, ella estaba gastando el dinero de la herencia de Luciano, pero no, todo lo que le daba, era de su propio bolsillo. La joven mujer provenía de familia pequeña y siempre deseo tener un hermano, ahora que Luciano prácticamente dependía de los Moretti estaba espaciada.Antonio Moretti solo veía cómo su amada esposa parecía niña con juguete nuevo, al final resignado, solo ponía ojos en blanco cuando Ángela llegaba con alguna cosa nueva para comprarle y regalarle al chico
Teodore tomaba un trago mientras su mirada se perdía en la imagen que podía ver tras el ventanal de su lujoso Penthouse en el Burj Khalifa, desde aquel podía ver la ciudad de manera diminuta, con aquel trago trataba de apaciguar el único pensamiento que últimamente rondaba su cabeza, su hijo.El joven había heredado gran parte de su genética, el joven era alto y atlético, su rostro mostraba una mandíbula pronunciada como la de él, ojos iguales a los de su madre; marrón oscuro, expresivos y profundos. Su cabello era también herencia de la madre, abundante, lacio y oscuro, tez morena clara, algo que Teodore podía ver en aquel joven era que la sonrisa era la misma a la de Fátima.La foto que le había dejado Oscar Hariri, su abogado en aquel lugar, podría decirse que le incomodaba, lejos de hacerlo sentir bien debido a su gran parecido, le traía recuerdos llenos de culpa.--- 23 años atrás ---Fátima era una jovencita, una que por mala suerte había caído en las garras de la trata, él la co
Fátima debió ver algo en la mirada de aquel hombre, ya que solo le tomó pocos segundos responder.- ¡Sí!- Bien… Quiero que te desnudes y te metas a la cama, cubre tu cuerpo y escuches lo que escuches, no te levantes.Fátima no entendía por qué aquel hombre le había pedido aquello, pero aceptó, hizo lo que el hombre le pidió y, aunque estaba hecha un mar de nervios, simplemente se metió a la cama, cubrió su cuerpo y cerró los ojos.La chica rezaba porque no sucediera nada, rezaba porque no fuera un truco de su jefe, rezaba porque de verdad este hombre la sacará de esa m*****a vida. Mientras tenía los ojos cerrados y rezaba, escuchó ruidos provenientes de fuera de la habitación, se abrió de golpe la puerta, escuchó la voz de uno de los hombres que la cuidaban de no escapar.Pero cuando menos lo esperó, solo pudo escuchar el pataleo de este al ser asfixiado por aquel extraño cliente. Luego escuchó cómo tronó algo, ese sonido no lo olvidaría jamás, ya que cuando el hombre le pidió levanta