Estimadas lectoras y lectores ¿Ustedes creen que Teodore sea tan duro con ella como se lo hace pensar a Pietro?
Paolo y Maurizio habían quedado de cuidar a Adele en lo que ella iba con las chicas a ver el vestido de Paloma. Por un momento Laura dudó, pero ya en otras ocasiones ellos la habían cuidado, así que esta no sería la excepción.Mientras Laura iba con las chicas, Paolo y Maurizio iban a un centro comercial, aquel joven tímido Paolo había descubierto una cosa. Cada que salía, acompañado de su hermanito y de la pequeña Adele, varias chicas volteaban a mirarle, la razón, la desconocía, pero siempre, más de una le dirigía la mirada o le saludaba.En esta ocasión no era diferente, Paolo llevaba de la mano a Maurizio y con la otra empujaba el carrito que llevaba a Adele. La niña, digamos, que agradecía aquellas salidas fortuitas. Todo parecía ser normal y tranquilo, al menos hasta que, accidentalmente, chocaron con una pareja.Quienes, al verlos, el hombre no pudo apartar la mirada de los 3 que lo habían golpeado; sin embargo, había alguien que llamó más su atención y esa había sido, Adele.Lo
Aldo había tenido que salir de emergencia para revisar algunos pendientes, luego de regresar, se acercó a Ali, ambos conversaban amenamente, ya que Aldo podía comunicarse en el mismo idioma del chico, prácticamente se llevaban un año, por lo que sus pláticas podrían ser comunes.Este tiempo, lo aprovecho Teodore para hacer algo que nunca hubiera esperado, fue por Fátima que se encontraba tranquila sentada en una banca admirando el panorama. Aquello era algo recurrente, la mujer era tímida y pocas veces podrían verla merodeando o haciendo algo diferente en algún lugar que no conociera.Al llegar y verla, las palabras que Pietro había dicho hace unos minutos, resonaron en su cabeza.“¡Eres un completo idiota! Ya decía yo… ¿Cómo era posible que estuvieras casado con una bella mujer? Y no es por decir mucho, pero ella es un algodón de azúcar y tú, tú, mi querido Teodore, eres un idiota gruñón.”- Fátima… ¿Podemos hablar? – Dijo Teodore acercándose lentamente a ella.- Si mi señor… Perdón,
Adrien luego de ver cómo aquel joven y ese niño protegían a la pequeña Adele, se quedó con una extraña sensación de vacío. Estaba seguro de que no podría equivocarse, estaba seguro de que ella era su hija, la pequeña Adele era el vivo retrato de Laura, su cabellera rubia, esos ojos verdes azules o grises, su piel tan blanca como la leche.- Definitivamente es mi hija… Ella es mi hija y ¿Quiero conocerla? – Dijo Adrien mientras estaba en la terraza de su ahora casa.Él había sido un joven inmaduro y rebelde, se había metido en muchos problemas, había cometido muchos errores y nunca se había arrepentido de lo que hacía, salvo una cosa, una pequeña situación, o más bien una mujer: Laura Pellegrini.Se había dejado llevar por los planes de venganza de su prima, al final, el niño había resultado ser hijo de un chico que ella conoció en una fiesta, el cabello y color de piel inmediatamente lo delató. Antonia, sin más remedio, se casó con aquel joven pelirrojo que, obviamente, distaba de pare
Luego de una larga e intensa tarde, todas las mujeres Barzinni, Pellegrini y ahora D’Angelo finalmente habían quedado satisfechas con la idea de aquel hermoso vestido. El tiempo estaba encima, solo faltaban 6 días para la boda, pero el equipo que consiguió Marco Barzinni era profesional y obviamente cobraba bien por sus servicios, no había nada que temer.Tras finalizar aquella larga y extenuante jornada, Marco fue entregando a los hijos que cuidó, prometiendo no volver a meterse en un lío de ese tamaño.Celeste, aunque hubiera deseado platicar un poco más con Aurora, debía marcharse, sus pequeñas estaban inquietas y era hora de volver a casa, pasaron números telefónicos y la primera se retiró a casa junto a Aria, Diana, Daniela y la recién conocida por Gio, Ele.Paloma, por su lado, había avisado que no llegaría este día a casa, por lo que Aldo tenía la noche libre, la cual aprovechó para salir con Ali, quien entusiasmado le contaba lo embelesado que se encontraba con el país. Además
Lejos de ahí, casi al otro lado de la ciudad, un Teodore abrazaba por detrás a Fátima, ella miraba hacia el horizonte, ella había tomado su decisión, siempre lo supo, no había mucho que decidir. Era verdad, Teodore no era romántico, no era atento, no era cariñoso, pero los pocos vestigios que mostraba, realmente le bastaban, ya que la mujer sabía, reconocía, que eran totalmente sinceros.Fátima agradecía a Dios por haber vuelto a poner a este hombre en su camino, ella había decidido quedarse sola toda la vida, ella había decidido que solo amaría una vez y sería aquel hombre de aquella fotografía borrosa.- ¿Sucede algo? – Dijo Teodore con curiosidad sin soltar el abrazo.- No… Mi señor… Solo me pierdo en el paisaje… La vista es hermosa. – Dijo Fátima sin voltear a verle.Teodore analizaba, meditaba y revisaba las opciones, pero todas le llevaban a esta, todas le llevaban a ella, la realidad era que no había mucho que pensar, ella era una buena mujer, su hijo era muestra de ello. Solo h
Luego de que Teodore y Fátima pasaran su primera noche juntos, luego de 23 años, aquel hombre despertó, miraba el bello rostro de aquella mujer y no podía comprender cómo es que ella podía quererle, como si él no había hecho nada extraordinario.De a poco, Fátima fue abriendo los ojos al sentir la mirada del hombre a su lado, un ligero rubor se instaló en sus mejillas, estaba desnuda, completamente desnuda, y a su lado, estaba el hombre por quien había rezado poco más de la mitad de su vida.- Teodore… - Dijo Fátima casi en un susurro.- Así suena mejor… ¿Ya vez como si puedes decirme así? – Dijo el hombre mirándole fijamente.Ella lucía encantadora, aquel rubor que pintaba sus mejillas, le atraía a Teodore, pero no sabía cómo expresarlo, con su mano acarició la mejilla de su mujer, ella hizo un gesto de agrado. Por dentro se dijo, ¡Al demonio, si ya lo hicimos, que debería avergonzarnos! La atrajo hacia su pecho y la comenzó a besar, estaba seguro de que podría volverse adicto a ella
Finalmente, el chofer de Laura llegó, la chica se despidió de todas las mujeres que estaban en el salón, entre las que obviaron que Valeria aún no regresará a este. Todas en sus cabezas tenían la idea de que estaba ocupada cuidando de su par de gemelos; sin embargo, estaban muy alejadas de la realidad.Marco y Valeria se encontraban inmersos en una sesión de besos y caricias, como hacía mucho tiempo no tenían oportunidad. Valeria alcanzó a ver las luces del auto que se alejaba, fue ahí donde reaccionó en que no había regresado a ver a las chicas.- Marco… Marco… Las chicas están en el salón… - dijo Valeria, toda sonrojada.- ¿Y…? – Dijo Marco, aún besando su piel y apretando su cuerpo contra el suyo.. Marco… Debo ir a verlas… - Dijo Valeria un tanto desconcentrada.- Otro ratito… No sé cuándo podamos tener un momento así otra vez. – dijo Marco, perdido en lo que tenía frente a él.El hombre disfrutaba de ver cómo su esposa se retorcía de placer debajo de él, aquel escritorio estaba he
Al día siguiente, Laura salió a recoger el vestido que utilizaría para la boda de su hermana, un hermoso vestido melocotón hecho de finas capaz de velo, el color casi se perdía en la blancura de su piel. En un principio pensaba ir junto a Paloma, pero hoy sintió que necesitaba un día libre, un día sola, como los que hacía mucho tiempo no tenía.Afortunadamente, su vida solitaria se había terminado, su hija llenaba un gran espacio en su corazón, pero no solo ella, sino también su padre, sus hermanos y ahora toda la familia Pellegrini, si no era uno era otro, pero nunca estaba sola.Sin dudar, dejó Adele en casa con Paolo y Maurizio, además de que Emma había prometido estar ahí temprano, por lo que, sin remordimiento, salió y fue a un exclusivo centro comercial, entró a la tienda donde consiguió su vestido. Mientras le traían este, admiraba otros modelos que estaban en exhibición, maravillada por cada modelo, por cada tela y por cada detalle.Sin ver su alrededor, alguien ya la había ide