Estimadas lectoras y lectores Espero estén disfrutando de la uno de los recuerdos que hay entre Guadalupe y Massimo, no todo fue malo, pero para una chica joven como ella, vivir cosas así, eran confusas. Eso explica los temores de Valeria en la actualidad, para con su hija Paloma.
Guadalupe y Massimo llegaron a la playa, el hombre tomó asiento en uno de los camastros ahí dispuestos por el hotel, ella por su lado dejó su bolsa y comenzó a quitarse el vestido, estaba ansiosa por entrar al mar.Era la segunda vez que lo veía y esta vez si quería zambullirse en él. Debajo del vestido llevaba un traje de baño a dos piezas, nada sugerente, pero dejaba a la vista sus bien proporcionadas curvas, Massimo no pudo evitar sentir celos al ver cómo otros hombres más jóvenes que él, miraban a su esposa.- ¡Ahora vengo! ¡Voy al mar! – Dijo la chica tomando camino hacia la playa.- ¡Guadalupe, espera, ven! – Dijo Massimo al ver como aquellos jóvenes se encaminaban para acercarse a su esposa.Ella detuvo la marcha, volteo a verle y cuando hizo esto, su esposo ya se encontraba detrás de ella, la tomo por la cintura y le acento un apasionado beso. Ella no pudo hacer nada mas que sonrojarse y aceptar ese beso, con ello ya iban 3 veces que el se acercaba a ella.- ¡Ahora si ve! ¡Con
Marco Barzinni después de comer con Valeria fue a su estudio y se sentó detrás de aquel lujoso escritorio hecho de mármol, saco de su caja fuerte aquel maletín que Federico le había entregado a su llegada a Italia, luego de observarle varios minutos, dijo:- Pietro, sé que algún día podre cobrar venganza con los Amato por lo que te hicieron, realmente espero que me perdones, pero si tu hermano y sus hijos tienen algo que ver, ellos también van a pagar caro por todo lo que hicieron contigo, conmigo y con Guadalupe.--- Gaeta ---Leonardo y Massimo estaban a punto de abandonar la casa de Pietro, luego de que no llegaran a ningún acuerdo con Marco Barzinni. Cuando de repente sonó el timbre, era Franco Amato, Alessia Amato e iban acompañados de un conocido político de Gaeta, este iba con toda la intención de revocar el poder que había firmado Pietro.Angostina quedó viendo a Marco y este, de repente cambió de semblante, ahora su mirada era fría y estaba irritado, le hizo señas para que ent
Después de que la familia Pellegrini salió de la casa de Pietro, un silencio sepulcral inundo esta, Federico no entendió que llevo a Marco a reaccionar de esa manera, siendo que él siempre le conocía como un hombre sereno y de cabeza fría.- Señor, Angostina, ¡Debemos curar sus heridas! Ya habrá tiempo para hablar de esto. ¡Angostina trae el botiquín! – Dijo Federico en un tono preocupado.- ¡Él ya sabe que no estoy muerto! – Dijo Marco en un tono serio.- ¡Si, señor! Efectivamente, ahora debemos redoblar la seguridad, hablare con Lazio para que nos ayude en eso, ¡Debemos irnos lo antes posible! – Dijo Federico al ayudarlo a sentarse en el sillón.- Amigo, ¡Vamos al estudio, necesito hablar contigo en privado!- ¡Esta bien, pero…! ¡Sus heridas deben ser curadas!- ¡Que vaya ahí Angostina! ¡Vamos al estudio!Ambos hombres caminaron al estudio, Marco se sentó en la silla detrás del escritorio, vio lo mismo que había visto Leonardo anteriormente, la foto de la familia de Pietro, cuando el
Angostina acompaño a Guadalupe a su habitación, le ayudo a recostarse y le dijo:- El Señor Barzinni tuvo un fuerte altercado con el Señor Massimo, por esa razón está de mal humor, discúlpelo, el no quiso ser grosero con usted. Esta bajo mucha presión, él está dolido porque la familia del Señor Pietro quiere llevárselo a Florencia, sin embargo, el señor Pietro no quería estar ahí.- ¡Lo se Angostina! Pero no puedo seguir aquí, Alessia me dejo claro que, si amanece y no me he ido, ella me hará algo o a mi bebe, y he perdido mucho, no quiero perder más. ¡No sé qué hacer! – Dijo la chica con lágrimas en los ojos.- Déjeme, yo voy a ir hablar con el señor Barzinni, le conozco desde hace un tiempo, espero que me escuche.Angostina salió con dirección al estudio, pero olvido que debía curar las heridas del señor Barzinni, por lo que fue por el botiquín y de ahí hablaría con el señor, tratando de convencerle de que ayudara a aquella chica que se acababa de quedar sola.Federico estaba revisan
Massimo llego a una de las casas de Franco Amato, Alessia se encontraba preocupada por su rostro, por lo que le llevo rápidamente a la habitación donde se quedarían, exigió a la servidumbre que atendiera sus heridas, le marco al médico para que le viniera a revisar.Franco por su parte, se despedía de su amigo, agradeciéndole infinitamente que le ayudara en ese pequeño problema. Luego de ahí se fue a su estudio, casi no iba a ese lugar, por lo que la vigilancia no era excesiva y con la premura no había avisado que llegaría a esa casa. De pronto el teléfono de este sonó, saco su móvil y vio un número desconocido, estuvo tentado a no contestar, pero algo le dijo que lo hiciera.- ¿Quién habla?- ¡Franco Amato, seguro sabes quién soy! – Dijo una voz ronca y fuerte.- Marco Barzinni…- Estoy fuera de tu casa, ¡Debemos hablar!Franco sintió un escalofrió recorrer su cuerpo, él se sentía intocable cuando tenía un sequito de guardaespaldas cubriéndole, pero esta vez viajo solo con uno y este
Marco Barzinni iba conduciendo mientras marcaba a Federico, quería saber cómo estaba la chica, quería saber si ya la habían encontrado, se sentía miserable al recordar cómo le había hablado, esa actitud suya, estaba provocando todo esto. Si bien era cierto, no era ni el lugar ni el momento, ¿Cuándo debió haber sido el momento? Pensó.El móvil de Federico brillo mientras este seguía a Teodore, el sintió un escalofrío, sabía que había un cincuenta por ciento de probabilidades de que su jefe no fuera el que le estuviera llamando.- ¡Federico! ¿Qué paso? ¿La localizaste?- ¡Si señor! ¡Le pedí que tomara un vuelo a donde fuera pero que se fuera! – Dijo soltando un leve suspiro de alivio.- ¿QUEEE? ¿Por qué hiciste eso? – Dijo Marco molesto.- La gente de Amato paso frente a ella y es probable que hay más hombres buscándole, ya habrá tiempo de buscarle, ahora lo importante es que ella salga del país.- ¡Federico, pero la idea era que nos la lleváramos! Ahora no sé cómo la localizaremos… - Di
Luego de dejar a la abuela en un hotel en el centro de Gaeta, Leonardo manejo de regreso a lo que era la casa de su hijo Pietro, vio la hora y ya eran pasadas de las 10:00pm, tenía toda la intención de hablar con Marco y arreglar las cosas, no sabía en qué momento todo se había ido por la borda, le molestaba pensar que Franco Amato hubiera metido sus narices en un asunto familiar, se culpaba por ser incapaz de controlar la situación, pero intentaría remediar las cosas.Leonardo manejo y llego a la casa de Pietro, las luces estaban apagadas, era extraño porque cuando salieron no se veía esa casa así de apagada. Toco el timbre y contesto Angostina…- ¿Si?- ¿Angostina?- ¡Si! ¿Quién la busca?- ¡Soy Leonardo Pellegrini! ¡Vine a ver a Guadalupe! ¿Le puedes hablar? ¿Puedo pasar? Solo vengo yo. – Dijo Leonardo tranquilamente.Solo pudo escuchar un largo suspiro y vio como la puerta se abrió, subió a su auto y comenzó a andar. Al llegar a la entrada principal, Angostina ya le esperaba.- Ang
Después de darse cuenta de que era demasiado tarde para que buscaran a Guadalupe, tanto padre e hijo decidieron regresar a sus respectivos hogares. Estaban agotados, el día fue muy largo y había estado lleno de diversas emociones, Leonardo aun debía pensar como decirle a su madre que Guadalupe había desaparecido y que en el sepelio de Pietro ella no estaría.Massimo por su lado, llego a la mansión de los Amato, encontrándose con la sorpresa de que Alessia había sido trasladada de emergencia al hospital, luego de que el se fuera y la dejase sola, comenzó a sentirse mal y debieron llamar a los servicios de emergencias, él bebe nacería en cualquier momento.Massimo tomo un auto prestado y salió inmediatamente para el hospital, para cuando llego, Alessia se encontraba en labor de parto, su bebe se había adelantado, el viaje, el estrés y la discusión, provocaron que él bebe se adelantara. Las enfermeras preguntaron si el era el padre, a lo que respondió afirmativamente.- ¡Tome! ¡Colóquese