Estimadas lectoras y lectores Aria ya sabe que su hijo, está vivo, si, es verdad, ella se arriesgó, no sabe si es verdad o mentira, pero prefiere pensar que es lo primero.
Massimo condujo por alrededor de dos horas, cuando finalmente llego a casa, tenía claro que antes de llevar a Aria a conocer a su hijo, él debía tener una larga charla con su hermano. El hombre bajó del auto e instó a sus tres invitadas a descender, para ello, durante el camino, ya le había escrito a Magnus, quien, al ver a Aria, quedó sorprendido.Magnus jamás hubiera imaginado que Leonardo hubiese mantenido con vida a la madre de Pietro, él imaginaba que, tal como en el presente, las acciones de aquel hombre fallecido fueran desastrosas y espantosas.Ver o tener a Aria en casa, mostraba un lado que nadie más conoció, solo aquel, cuyas cenizas reposaban en la habitación de Massimo, conocía la historia entre la madre de Pietro y el propio.Massimo presentó a Aria, Daniela y Ele a Magnus, el hombre se portó amable con las 3 invitadas, pidió al personal que prepararan habitaciones donde pudieran descansar, luego de ello, se reunió con Massimo en el despacho.- Así que, ¿Ya tenemos a la m
Massimo, al abrazar a su hija, sintió una extraña sensación, su calor, su pancita, ver a su hija de 21 años, embarazada, lo hizo imaginar cómo debió ser para la madre de Pietro, el miedo que debió vivir, la pérdida, todo… todo aquello lo llevo a recordar porque está ahí.- Mi niña, voy a ver a Pietro, debo revisar un tema con él, ¿Crees que puedas ayudar a Emma a cuidar de las nenas?- ¡Claro, papá! Sin problema…- Gracias…Paloma y Massimo caminaron hasta el jardín trasero, se toparon con Chéster a la salida, el hombre vio a su hermano, el cual lucía radiante, parecía como si hubiera rejuvenecido algunos años. No cabía la menor duda de que, Pietro realmente necesitaba vivir algo así, necesitaba lo que estaba viviendo, sabía que el conocer a Aria, vendrá a completar la ecuación.- Pietro… - Dijo Massimo nervioso.- Massimo, ¡Qué sorpresa! No me avisaste que vendrías… - Dijo Pietro mientras abrazaba y mecía a su hija.- No, acabo de llegar… ¿Cómo están las niñas? – dijo Massimo acercánd
Massimo sacó su móvil y pidió a Magnus que llevara a Aria, su padre sabía que todo saldría bien, así que se había adelantado. El llevaba consigo a las 3 invitadas, ya que Daniela, un tanto desconfiada, se negaba a dejar sola a la mujer que por casi 10 años la había acompañado y que había adoptado como madre.- Aria, es momento de que conozcas por fin a tu hijo, su nombre es: Pietro Pellegrini. – Dijo Magnus anticipándose a cualquier detalle que su hijo hubiese olvidado mencionar.Aria sintió como si las rodillas se fueran a desguanzar, de repente se sentía mareada, pero se aferraba asiento, su corazón latía ferozmente, 48 años sin su hijo, 48 años sin conocerlo, eso era mucho tiempo, de repente estaba por entrar en pánico.- ¿Y si no me acepta? ¿Y si me culpa de todo? ¿Si solo quiere verme para conocer a la mujer que lo dejó ir? – Comenzó a lanzar preguntas la mujer.- ¡Aria… querida! Tranquila, ya estás aquí, ahora vamos a abajar, con esa misma determinación con la que saliste del pue
- Massimo, ¿Qué sucedió? No entiendo… - Dijo Celeste con cara de preocupación.- ¡Vamos! Celeste en unos minutos conocerás a la verdadera madre de Pietro, es una larga historia, vamos, sé que Pietro está nervioso y ansioso, por lo que acaba de salir tan rápido que nadie pudo detenerlo. Vamos al recibidor, que ahí seguramente es donde debe estar…- ¡Sí! Vamos…- Ya después habrá tiempo para contarte toda la historia, por el momento es importante que tú estés a su lado… - dijo Massimo, viendo cómo Celeste no entendía nada de lo que ocurría.- ¡Gracias, Massimo! – dijo Celeste tratando de parecer tranquila.Pietro llegó al recibidor, casi se le iba el aliento cuando miró hacia la sala, en ella estaba una joven mujer y una menor, de espaldas hacia él estaba Aria, quien al escuchar unos pasos detrás de ella, volteó.Los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas, su mentón comenzó a temblar, el hombre de las fotografías la observaba con detenimiento.El pecho de Pietro subía y bajaba, era ell
Pietro sintió como si el tiempo se detuviera, apoyo su mejilla en la cabeza de Aria, su abrazo era fuerte, pudo ver cómo todos los demás abandonaron la sala, pero en ese momento, no importaba, él se sentía tan bien en los abrazando a aquella mujer.No lo había dicho, pero constantemente tenía un sueño, podía ver la silueta de una mujer, su mente le jugaba una mala pasada, porque él creía que sus recuerdos le querían traer a la mente a alguien, pensaba que tal vez podría tratarse de Guadalupe y lo que vivieron, pero no, la sensación era diferente.Cuando, finalmente, escuchó cómo la mujer que estaba en sus brazos lo llamaba hijo, sintió como si un toque de energía recorriera todo su ser, esa sola palabra le confirmaba que ella, si ella, era la mujer que veía en sueños. No, no era nadie más, de eso estaba seguro, ya que toda su vida la había soñado, no recuerda desde que edad, pero estaba claro que los pocos recuerdos que tenía ahora le decían que, desde niño, podía verla en sueños.- Ma
Pietro y Aria estuvieron largo rato abrazándose, a ella aún no le cabía en la cabeza que esto estuviera sucediendo, habían sido tantos años, toda una vida, mejor dicho. Era una vida la que tenían que contarse y eso no lo harían en unas horas, no lo harían en una noche, lo harían a lo largo de todos los días que venían, este era el mejor de sus días y querían dejar atrás las lágrimas, para Aria el dolor, el dolor de no haber visto jamás a su hijo.- Mamá, quiero que conozcas a toda tu familia… - dijo Pietro levantándose y sosteniendo su mano para llevarla al jardín.Aria asintió y se levantó, Pietro sujetaba su mano firmemente, tal como si no quisiera que el viento se la fuese a robar.Al salir todos, todos estaban ahí, Massimo había llamado a Aldo para que a su llegada no entrara por la puerta principal, ya después ahondaría en los detalles. Por otro lado, había pedido al chofer que llevase a Laura y todos los niños, ellos debían conocer a una nueva integrante de la familia.Pietro pud
Para los Pellegrini saber que existía alguien tan importante como la madre de Pietro, fue un gran motivo de alegría, era curioso ver cómo de ser una familia de 4 hombres, ahora eran una numerosa familia llena de mujeres, las cuales les superaban por mucho.Luego de una cena en familia, donde tuvieron que improvisar lugares para todos, incluyendo a los D’Angelo, estos últimos, abandonaron la mansión, dejaron descansar a toda la familia. Hoy había sido un largo día y era importante descansar, aunque para Aria y Pietro la vida apenas comenzaba como madre e hijo.Una vez que Pietro llevó a descansar a sus pequeñas y acompañó a Celeste a su habitación, el hombre se escabulló a la habitación de su madre.La cual, al verlo entrar, sintió una gran emoción, aún no podía creer como era posible que su hijo no hubiese muerto, no podía creer que lo tenía ahí cerca, podía abrazarlo, podía sentir su calor, aquel hijo que solo sintió en su interior, hoy día estaba ahí, abrazándola con la ternura que s
A la mañana siguiente, Pietro, después de echar un vistazo a sus pequeñas y darle un beso a la madre de estas, fue a la habitación de su madre. Se sentía nervioso, tenía miedo, era un miedo infundado por 48 años de ausencia, aquellos años de sueños esporádicos, de sueños borrosos, lo cuales no los recordaba todos, pero había algo común en ellos, en ellos, siempre estaba ella.Al abrir la puerta, sintió alivio, al ver la silueta femenina acurrucada en un lado de la cama, dormía plácidamente, la luz del día se colaba por las cortinas e iluminaba aquel rostro cansado, su madre aunque mayor, era bella, su madre era una mujer muy bella.Tomo aire y suspiro, entro casi a hurtadillas, procurando no hacer ruido, tomo asiento en una silla que estaba cerca de la ventana, la observo con detenimiento y se perdió en un pensamiento.En otra vida, su madre pudo haber sido dueña de su vida, en otra vida, ella no conoció a Leonardo, en otra vida, ella junto a su madre escaparon de su padre, rompieron a