Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia...
Aldo salió rápidamente de aquella habitación, debía hacerlo o podría ocurrir algo más, se consideraba un caballero, pero sin duda, ante aquella mujer, era capaz de perder el control, lo cual no era correcto, ya que, en primer lugar, no era el lugar, ni el momento y segundo lugar; ella acababa de atravesar por un shock, lo que paso no era nada fácil de asimilar. Llevándolo al último, pero no menos importante punto, ellos eran considerados primos, aunque no hubiera lasos de sangre, ellos para todos eran primos y eso debían hablarlo.Cuando bajó las escaleras, vio cómo su padre y su tío peleaban, Massimo tenía tomado por el cuello a su padre, lo que para nada le gustó, Pietro se percató de que su hijo venía bajando las escaleras con la intención de intervenir, pero él le hizo una señal con la mano de no hacerlo.Pietro entendía, el temor y frustración de Massimo, sus hijos habían sido expuestos a momentos realmente peligrosos, si Aldo no hubiera llegado a tiempo, no se podía imaginar que
Paloma pensó mucho en la decisión que debía tomar, pero luego de un buen momento en silencio, dijo:— ¿Cuándo nos iríamos?— Eso sería hoy mismo…Paloma tomó aire y dejó salir un largo suspiro…— ¿Tú nos vas a acompañar?Aldo se quedó callado y, luego de un momento, dijo:— Vamos a hablar con los demás…La tomó de la mano y la llevo dentro de aquella casa de seguridad.Mientras ellos estaban fuera, Massimo y había decidido que esa era la mejor opción, no quería poner en peligro a sus hijos y menos con la clase de alimaña que era Leonardo, aunque le dolía, ya que por fin sentía que estaba cumpliendo su sueño, este hombre debía sacar a sus hijos del país.En el caso de Federico, le dolía tener que tomar esa decisión, pero Valeria no estaba en condiciones de hacer algo y Paloma corría mucho peligro, así que, si ella decidía irse con Gio, él no pondría resistencia. Era claro que Federico tendría problemas con Marco en el futuro por esto, pero lo que había propuesto su amigo, era casi lo mi
Aldo y Paloma tuvieron una larga charla, donde el joven fue sincero y le contó todo lo que habían sido sus años a lado de Pietro, eso generó un real interés de la chica hacia aquel joven. Dentro de la cabeza de Paloma, analizaba su vida, ella se había enfocado tanto en sus planes y proyectos, que jamás había perdido el enfoque con algún chico, claro que la habían invitado a salir, pero todo aquel chico que la invitaba no parecía atractivo, su padre siempre había puesto estándares muy altos.Marco siempre había sido todo un caballero con su madre y con ella, era amable, amoroso, educado y todo un galante caballero. Cuando algún joven se acercaba a invitarla a salir, normalmente eran chicos de su edad que se dejaban llevar por la belleza de la chica, todos aquellos, solo la buscaban con el fin de obtener algo, lo cual ella perfectamente sabía que era, no era tonta, por lo que evitaba salir con chicos de su edad.Sonrió para sus adentro cuando recordó el día que conoció a Massimo, en un i
Rápidamente, habían transcurrido dos semanas desde que habían arrestado a Marco, desafortunadamente para él, mientras el hijo de Amato siguiera ejerciendo presión en el gobierno y mientras los medios difundían historias sobre la familia Barzinni, él no podía conseguir ningún amparo. Marco se sentía angustiado, su mujer había tenido que ser programada para una cesárea de emergencia, su estado mental era inestable, el pobre hombre, al ver que no saldría de la cárcel, mandó a Federico a buscar a la doctora que en su momento atendió a Valeria.La doctora aún trabajaba en Florencia, ahí supieron que Valeria nunca regresó, solo estuvo un mes internada, luego de ello volvió a Gaeta y jamás puso un pie de nuevo en el hospital. Marco maldijo miles de veces a Pietro, ya que su descuido tarde o temprano iba a cobrar factura en Valeria, una pequeña chispa serviría para detonar todo, aquella joven de 23 años, cuando fue ingresada, iba mal, pero no tanto como ahora.— Dra. Serra, una vez que la seño
Mientras una serie de cosas comenzaban a moverse en Parioli, en Veligandu la familia Pellegrini y Barzinni comenzaba a adaptarse, Laura, cada día, con el vientre más abultado, sufría de náuseas matutinas y antojos de cosas dulces por la noche. Emma cuidaba de toda la familia fervientemente, aun siendo una mujer mayor, se sentía con la responsabilidad de cuidar de cada uno de los integrantes de aquella curiosa familia.Aldo era un hombre ocupado la mayor parte del tiempo, aunque destinaba algunos espacios para compartir con su hijo y sus sobrinos, cada que Paloma lo veía juguetear con los chicos, sentía una curiosa sensación, el hombre le recordaba a su padre, incluso tenía un imán hasta con Paolo que era un adolescente rebelde y a la vez distraído.Paolo comenzaba a querer imitar a aquel hombre, incluso en sus manías y forma de vestir, el adolescente quería verse como él, Laura también se percataba de ello, cuando recién fueron a vivir a la mansión con Massimo, les había contratado una
Valeria, luego de unas cuantas horas, por fin, pudo conocer a sus gemelos: una hermosa niña y un guapísimo niño, la mujer no paraba de llorar, aquellos pequeños angelitos eran la viva imagen de Marco, aquello le lastimaba. El solo pensar en que ella compartía la vida con un asesino, le generaba ansiedad, jamás hubiera imaginado aquella dantesca escena, Marco, el hombre que le robaba suspiros, el hombre que la amaba, aquel que la colmaba de detalles y mimos, tenía un lado oscuro, por más que quería esforzarse, ver a sus chiquillos la lastimaba.- Vale, mi vida, ¿Qué sucede hija? Mira a los pequeños, cárgalos, ellos necesitan de ti, ayúdame a amamantarlos…- Camila… Por favor, llévatelos, no los quiero ver… - Dijo Valeria alejando a aquellos pequeños bebes.- Pero Vale…- ¡No me los acerques! Por favor…Camila sintió una fuerte opresión en el pecho, esa no era la Valeria que conocía, estaba claro que estaba muy afectada, los bebes la necesitaban, necesitaban el calor de su mamá, no le ca
Massimo finalmente llegó al hospital, camino hacia donde estaba la habitación de Guadalupe, casi llegando a ella, se topó con Camila, la cual al verlo trato de limpiar las lágrimas que rodaban por sus mejillas, quería fingir que nada pasaba, pero a los ojos de Massimo, no podía pasar desapercibida esta acción.— ¿Qué sucede, Camila? ¿Ha sucedido algo malo? ¿Está bien Guadalupe y los bebes?— Sí, Massimo, todos están bien dentro de lo que cabe…— ¿Entonces? ¿Qué te sucede?— Valeria no quiere conocer a los bebés, los rechaza, en su cabeza solo está la idea de que son hijos de Marco y que Marco es un asesino.— Camila, pero eso es un malentendido, Federico está trabajando para sacarlo de ahí, aunque tú sabes, la presión de los medios ha provocado que no se pueda tramitar un amparo.— Yo lo entiendo, pero ella no, ella no quiere ver a los pequeñines, ni siquiera quiso amamantarlos, ¡Eso me partió el alma! La doctora Berlusconi dice que, Valeria está atravesando por una etapa de depresión
Massimo salió de la habitación donde estaba Guadalupe, una extraña sensación de tranquilidad lo invadió, por fin le había dicho aquello que nunca había podido decirle, el hombre no buscaba regresar con ella, buscaba la mejor manera de ayudarla, la mejor manera de hacerle ver que todos cometen errores, que todos tienen secretos y todos tienen alguna carga a cuestas.Por otro lado, Valeria recargo su espalda en la almohada, esa corta charla con Massimo le dejaba un extraño sabor de boca, no era que se sintiera feliz o infeliz, solo supo que una extraña sensación de tranquilidad le llego. Por un momento pudo cerrar los ojos y recordar la historia de aquel chico con el que casi le fue infiel a Massimo, jamás volvió a saber de aquel hombre, esperaba que le hubiera ido bien en la vida, tal vez si Massimo no hubiera aparecido en ese momento, ella hubiera terminado en otro lugar y con otra persona.——— Casa de Diana ———Después de pasar a ver a Guadalupe, Massimo condujo a casa de Diana, la ch