Sofia Adams - Marzo de 2012
Anne entró en mi apartamento horrorizada por mi estado.Estaba borracha. De nuevo.Sonaba de fondo la canción de Titanic de Celine Dion, y yo sostenía una botella en mi mano, gritando a pleno pulmón mientras bailaba con mi botella, sintiéndome la m*****a Rose, la dueña del mundo.- NEAR, FAR, WHEREVER YOU ARE I BELIEVE THAT THE HEART DOES GO ON -Pero ¿qué pasaba? Anne estaba dividida entre estar asustada y confundida, y luego sus ojos cayeron en mi ropa. Llevaba una camisa negra demasiado grande para ser mía, una bóxer y un tirante.¿Son de él? - preguntó cautelosamente, pero ella sabía la respuesta. Eran de él.Estaba empacando mis maletas cuando las encontré enterradas en una montaña de mi ropa. Las tomé con cuidado, en estado de shock, inundada por el torbellino de recuerdos que me trajeron.Sabía que no debería olerlas. Pero lo hice, y luego todo se volvió borroso. Solo necesitaba desesperadamente beber o enloquecería.Lo cual resultó en mi estado actual.Anne parecía muy enojada y a punto de arrastrarme al baño, pero cuando me miró a los ojos, su propio cuerpo se relajó. Lo que sea que ella vio en mí, su mirada se suavizó de inmediato.Me conocía desde hace dieciocho años.Dieciocho largos años para que ella supiera que estaba en mi límite. Ya no podía más. Estaba tan, tan cansada de todo.Y luego, yendo en contra de todo lo que imaginaba que ella haría, Anne se quitó su traje y soltó su cabello. Luego, tomó la botella de mi mano y dio un gran trago, comenzando a gritar conmigo.- ONCE MORE YOU OPEN THE DOOR AND YOU'RE HERE IN MY HEART, AND MY HEART WILL GO ON AND ON.En ese momento, viendo a Anne, siempre equilibrada y correcta Anne Carter, renunciar a la razón que le gritaba para reprenderme, pero sin hacerlo, vi cuánto me conocía.Fue, sin duda, una de las cosas más increíbles que hizo por mí.Gritamos, lloramos, saltamos en el sofá, nos embriagamos y no sé cómo logramos tener suficiente conciencia para terminar de hacer mis maletas.- Ahora estás lista - concluyó Anne intentando cerrar la maleta pero luchando con la cremallera. Era pésima para beber.- Aparta, bebedora - la empujé y cerré la maleta, yo había bebido más que ella, pero mi cuerpo estaba acostumbrado a la embriaguez.Anne sollozó y se sentó en el suelo en nuestra pila de ropa titulada "No merece Las Vegas". Me senté a su lado apoyando mi espalda en el sofá, igual que ella hizo.- Ay, Soso, cómo te extraño - suspiró de repente mirando hacia el sillón en la esquina de la sala.También miré con una ola de tristeza inundándome.- Lo sé, Anne, también lo extraño todo el tiempo. A veces finjo que todavía está aquí, bebiendo café o leyendo sus estúpidos libros. Le encantaba hacer eso en aquel viejo sillón.- No, no entendiste - dijo Anne enredándose con las palabras. - Quiero decir, también lo extraño, pero quería decir que extraño TU falta. Extraño cómo eras antes de que toda esta m****a pasara. - Anne suspiró y señaló alrededor de la habitación, sin enfocarse en nada en particular.Permanecí en silencio. Anne sabía que no me gustaba cuando la gente hablaba de cómo era antes. Simplemente porque las cosas nunca volverían a ser como eran, incluyéndome a mí misma. No tenía sentido aferrarme a eso, era más fácil aceptarlo y seguir adelante con lo que tenía.Encogí los hombros - Así es como soy ahora, Anne.- No, Sofia... Es así como finges ser. Finges no ser todo lo que eras cuando él estaba aquí, porque si olvidas quién eres, tal vez puedas olvidarlo a él también.Vaya, Anne borracha era dolorosamente sincera.- Nunca quiero olvidarlo, Anne.Mi respuesta en voz baja delataba mi esfuerzo por contener las lágrimas. Nunca hablábamos de él tan abiertamente, era como un tema prohibido.Anne resopló.- Tonterías, gran mentirosa - acusó. - Te alejas de todo lo que tiene que ver con él... Por favor, apenas puedes entrar a la habitación, ¡Sofia! Todo esto para ocultar cuánta rabia sientes.- ¿Rabia? - Pregunté incrédula.Anne estaba tropezando con las palabras, pero eso no las hacía menos afiladas. Creo que ni siquiera era consciente de la seriedad de lo que me estaba diciendo, pero seguramente había pensado eso durante mucho tiempo, por la naturalidad con la que salió.- Sofia, admítelo... Está más que claro que sientes rabia hacia él, no quieres hablar, quieres empujarlo debajo de la alfombra y está bien, es tu derecho, pero eso no es saludable - Ella se comportaba con la mayor calma del mundo mientras una confusión de sentimientos se manifestaba dentro de mí.No podía estar en lo correcto, ¿cómo podía tener rabia hacia él?- Vives asustada con el mundo, tratando de demostrar que no te importa. Pero, Soso... Te importa. Y no puedes perdonarte porque nunca lo perdonaste a él.De repente, mi mente vuelve a esa noche y a los meses de sufrimiento que siguieron. Cuánto me atormentaba con los "y si" de la vida. ¿Y si no hubiéramos peleado? ¿Y si no lo hubiera dejado ir? ¿Y si hubiera ido con él?Todos los días eso me consumía y me devoraba. Tenía tanta rabia y culpa por todo. Todos esos sentimientos me golpearon de golpe, como una ola del mar, esas salvajes que no pueden detenerse.Me deshice en llanto.- Siento rabia hacia él por haberme dejado - lloré suavemente apoyándome en el hombro de mi amiga. - Anne, hay momentos en los que lo odio por haberse ido esa noche y por nunca haber vuelto, él se fue Ann, se fue, me dejó y lo odio por eso, a veces desearía nunca haberlo conocido. Lo odio por hacerme amarlo tanto que duele. No quería odiar, él no tuvo la culpa, la culpa fue mía, pero él no volvió, Anne - mi respiración se detuvo y comencé a sentir asfixia, la crisis de ansiedad subiendo por mi garganta, agarrándome las piernas y presionando mi pecho. Anne inmediatamente me abrazó mientras me apoyaba.- Él no volvió, Anne, no volvió, ¿por qué no volvió? - repetí sin parar, llorando y sollozando, dándome cuenta finalmente de esa verdad.Él se fue.Sofía Adams - Marzo de 2012Odiaba los aviones. Tenía un miedo tan grande que no me cabía en el cuerpo.Pero aquí estaba yo, apretujada en uno a punto de despegar rumbo a Las Vegas. Por suerte, serían pocas horas de vuelo.Podía aguantar, ¿verdad?Escuché los motores empezar a cobrar fuerza y el avión temblar preparándose para despegar.¡Dios mío, sáquenme de aquí!Respiré hondo y apreté la mano de Anne, que estaba a mi lado, y ella me sonrió. Tom, a su lado, dormía profundamente y apenas habían pasado 5 minutos desde que embarcamos. ¿Cómo lo lograba?Anne, siempre práctica, se aseguró de que tuviéramos los asientos del medio del avión, así los tres podíamos sentarnos juntos sin separarnos. Agradecí internamente por eso, si estuviera sola en un avión, ya habría enloquecido hace mucho tiempo y habría intentado salir, incluso por el inodoro.Empecé a pensar en nuestro primer viaje a Las Vegas en un intento de distraerme del creciente pánico en el fondo de mi estómago.Gracias a Dios fue
Sofía Adams – Marzo, 2012Me desperté sudada en mi cama, confundida entre el sueño y la realidad.El recuerdo aún vívido en mi cabeza, tan fuerte como la luz del sol aquella mañana. Mis manos ardían, debí haberme frotado durante el sueño.Miré a mi alrededor a esas paredes desconocidas deseando estar en casa. Apenas había llegado a ese lugar y ya estaba afectándome.Aunque eran solo las once de la mañana, mi cuerpo entumecido y mi mente agitada sabían lo que necesitaban.Necesitaba una bebida.Era curioso cómo sin importar dónde fuera, sabía cómo encontrar el camino hacia el alcohol como nadie. Creo que mi cuerpo olfateaba la bebida, como un superpoder. Yo era la Súper Borracha.Cielos, creo que ya estaba haciendo efecto.Miré hacia un lado y vi un cabello rubio muy familiar, aparentemente Anne olía el aroma de la diversión solo para poder interrumpir. Ella era la Súper Correcta.- Un poco temprano para beber, ¿no crees? - Preguntó Anne mientras se sentaba a mi lado en el bar.- Un po
Sofía Adams - Marzo de 2012Él estaba aquí. Parpadeé aturdida, tomada por el shock. Era él justo aquí, frente a mí, mirándome con ojos misteriosos e interrogantes.Hace años podía decir exactamente lo que estaba pensando por la suave curva de sus labios o por el leve fruncir de sus ojos.Pero no hoy. Se convirtió en un extraño para mí.Todo en él era diferente. Recuerdo que solía disfrutar vistiendo camisas de franela a cuadros, decía que eran cómodas, y con su cabello más largo solía llamarlo leñador, le quedaba bien.Miré su traje formal, su cabello corto y perfectamente arreglado y sus zapatos italianos. Su postura parecía cansada, como si llevara mucho peso todos los días. Su voz era fría y sus ojos... sus ojos ya no tenían calidez. ¿Así es como se había convertido?No podía seguir mirándolo, no después de todo lo que sucedió.- ¿Tienes algo que ver con esto? - Le pregunté a Anne para evitarlo lo más posible. Ella parecía tan sorprendida como yo, pero después de todo, era Anne.-
Ethan Hernandez - Julio, 2003Era el decimosexto cumpleaños de Sofía. Estaba tan guapa que no podía hacer otra cosa que mirarla. Me escapé de la universidad este fin de semana sólo para su fiesta. Cualquier otra chica llevaría un vestido de princesa a su fiesta de debutante.Pero no mi pequeña. No, ella no.Sofía llevaba un vestido que en lugar de hacerla parecer una princesa la hacía parecer una reina. Era vaporoso y abrazaba su cuerpo que florecía y se mostraba.Sofía se había dejado crecer el pelo desde la última vez que se lo cortó a los 12 años con una extraña moda punk, ahora lo tenía largo, espeso y salvaje. Y no podía dejar de pensar en cómo sería pasar los dedos por él.Sofía se estaba convirtiendo en la mujer más hermosa que jamás había visto.Y no fui el único que se dio cuenta.Últimamente Nick sólo sabía hablar de ella todo el tiempo, creo que mi mejor amigo y yo estábamos enamorados de la misma chica. Y eso me entristecía. Quienquiera que Sofia eligiera para quedarse con
Ethan Hernandez - Julio, 2003- Entonces, ¿cómo ha sido la universidad? - Preguntó finalmente sobre un tema neutral. Sofía no solía hacer preguntas triviales.- Lo de siempre. Estudio. Exámenes. Esas cosas - Respondí descuidado. No era de eso de lo que quería hablar. Y creo que ella tampoco. Vi a Sofía dudar antes de finalmente preguntar.- ¿Y alguna chica nueva? Debe haber un montón interesadas en ti por allá... - Hizo un gesto de desdén como si no fuera gran cosa, pero yo sabía más que eso. Podía leer su mirada inquieta y su risa nerviosa. Sofía fingía no importarle y eso infló mi corazón. Tal vez le gustara, después de todo.- Tú conoces a Hernández, Sofía, solo le interesa los libros, no aprovecha la vida como nosotros - Respondió Nick guiñándole un ojo antes de que pudiera decir algo. Sofía rió avergonzada. ¿Qué fue eso?Estaba a punto de irme de allí, pero ella fue más rápida al agarrar mi brazo y tirar de mí.- Ven, te contaré todo lo que te perdiste - Y tan fácil como siempre,
Sofía Adams - Marzo de 2012Estaba tomando un café con Anne y Tom en una cafetería en la esquina del hotel.Desde que supe que el mismísimo demonio estaba allí, evitaba estar allí también.- Entonces, ¿cómo has estado lidiando con todo? - Preguntó Anne, preocupada como siempre.Hice como que no entendía.- ¿Con todo qué? Estoy genial, ¿a qué discoteca vamos esta noche? - Pregunté sonriendo falsamente. Anne suspiró.- Está bien, Anne no quiere presionarte, pero a mí no me importa, ¿qué demonios pasó con Hernández en el vestíbulo? - Preguntó Tom. - Anne me dijo que tuvieron una especie de pelea hace años y que él nos abandonó durante todos estos años, yo mismo le daría un puñetazo si Anne me dejara, pero demonios, parecía que estabas a punto de matar al tipo a golpes.- Tuvo suerte de que no lo matara. - Dije en voz baja justo en el momento en que un coche seguía tocando la bocina sin parar al otro lado de la calle.Tom todavía esperaba una respuesta y esta vez fui yo quien suspiró. - É
Ethan Hernandez - Marzo de 2012Observo la lluvia desde la ventana de mi habitación, perdido en mis pensamientos. Estaba pensando en ella. Siempre ha sido ella.Cada año que volvía a casa encontraba a una Sofía diferente. La vi cuando era una traviesa niña que siempre se metía en problemas, y asumí la responsabilidad de limpiar su desorden. La vi crecer y convertirse en una adolescente rebelde que me utilizaba como escalera para escapar por la ventana de su habitación. Sabía que de todas formas ella se escaparía, solo intentaba evitar que se torciera un pie en el intento de huir de sus padres hacia alguna fiesta. Y luego, la vi convertirse en una mujer. Esa fue la transformación más difícil, ya que no pude estar a su lado. Tuve que verla desde lejos mientras caminaba hacia la vida adulta sin mí.Apoyo mi cabeza en el cristal y cierro los ojos, recordando cuando la vi de nuevo después de todos esos años. Si la Sofía de 18 años ya me atormentaba, esta Sofía de 25 años era para acabar de
Ethan Hernández - Diciembre de 2005Sofía y yo nos besamos en la fuente hace dos horas y estaba en mi cama, recién bañado y demasiado ansioso para poder dormir. La próxima vez que habláramos, me iba a declarar. Le iba a decir todo acerca de mis sentimientos. Ahora ella tenía 18 años, ya no había nada malo en lo que sentía, y si ella quería, le pediría que fuera mi novia. Diablos, incluso me imaginaba casándome con esa chica.Escuché golpes en la puerta y pensé que era Nick, borracho como siempre, viniendo a molestarme. Era un llorón cuando bebía.Abrí la puerta y me sorprendí al ver a Sofía en pijama y con el pelo mojado, luciendo avergonzada. Arqueé una ceja, sabiendo lo mucho que ese gesto la irritaba.- No pude dormir - dijo ella tímidamente. Sonreí ante eso. Abrí la puerta y le di espacio para entrar. Sofía se acomodó en mi cama, entre las sábanas, con las piernas cruzadas, y agarró la almohada para olerla.Sofía pareció darse cuenta de que la observaba y bajó la almohada con el r