—Ustedes sí que han pensado en todo—menciona, pero no sé que deducir por su tono de voz, parece impresionada, pero al mismo tiempo parece un tanto molesta y no sé por qué—pero me parece que todos ustedes se están tomando demasiadas molestias por ese joven, en especial tú, recién lo conoces.—Tal vez, pero aun así es una persona, no me puedo quedar con los brazos cruzados cuando sé que puedo ayudarlo, además no será de por vida, es solo para qué pueda recuperarse sin tener que preocuparse por lo que va a comer.Moira suspira e inclina un poco la mirada, ladea la cabeza varias veces en señal de desaprobación, quizás porque ofrezco mi dinero sin obtener nada a cambio.—Supongo que eres igual a tu madre, siempre ayudando al que más lo necesita—menciona con cierta melancolía—supongo que ella estaría orgullosa de la persona en la que te estás convirtiendo Ciara, me alegra saber que no eres como las demás personas que solo piensan en sí mismas.No sé como reaccionar ante sus palabras, eso pa
—Le faltan más chispitas—se queja Anna de mi manera de decorar los cupcakes que ha preparado Brian para la venta del fin de semana. —Es suficiente—protesto—nos faltan cincuenta y hay otros veinte en el horno, creo que debemos distribuir bien las chispas, no podemos malgastar lo que Moira nos dio para la venta. —Entonces no sabes distribuir las chispas—insiste—le has puesto muchas del lado izquierdo y del otro lado no tiene nada. Encorvo el ceño y arrugo los labios, me alejo un poco de mi sitio para poder observar mi trabajo, pero al menos para mí, las chispas de colores están bien distribuidas. —Estás loca—me animo a decir mientras niego con la cabeza. —¿Estás ciega o qué?—dice mientras arroja el puño de chispas que tiene en la mano hacia mi cupcake, este queda repleto de colores más de lo necesario. Levanto la vista y observo una sonrisa satisfecha en sus labios, pero es esa sonrisa lo que me saca de quicio. Me aproximo al pequeño panecillo frente a ella y tomo con la mano la c
—Me voy a dormir—dice Anna mostrando una media sonrisa, quizás forzada, después de todo, Brian fue un tanto dura con ella. Observo a mi amiga retirarse, ni Brian ni yo la detenemos o hacemos algo para disipar el ambiente tenso a nuestro alrededor, pasan algunos segundos cuando su figura desaparece en la oscuridad. —Sé que no tengo derecho de preguntarte esto, pero he notado últimamente que te comportas de forma extraña, en especial cuando el joven Aidan esta presente o alguien lo menciona, así que por eso me atrevo a preguntar. ¿Ha pasado algo entre tú y él? Lo miro perpleja, asustada y sorprendida, sobre todo darme cuenta de que él en realidad me vigila más de lo que me gustaría, temo haber sido descuidada, exponerme solo por dejarme llevar por mis propias emociones. —No—asevero, pero sé que miento y por ello no me atrevo a mirar a Brian, puedo delatarme, me conozco. —Ciara—suspira, su mano se extiende por encima de la barra y logra tocar la mía—yo...no quisiera inmiscuirme en t
—El verano casi termina. ¿Qué tal si vuelves para ese entonces?—sugiere mi padre mostrándose comprensivo, casi como si quisiera compensar su antigua actitud—puedo ir por ti si eso quieres.—¿Al terminar?—digo un tanto inquieta, se supone que Aidan se casara al terminar el verano, así que no quiero estar para ese entonces—¿No podría ser antes?—¿Antes?—repite mi padre un tanto confundido—¿Por qué? ¿Sucedió algo?—No en realidad, pero me gustaría ver mis opciones si es que puedo cambiar de universidad—miento.—Bueno si es así, puedo ir por ti en unos días—propone, pero una voz en mi cabeza me dice que no lo haga, que me detenga y espere a ver que sucede, pero, por otro lado, está esta otra voz que me advierte que solo soy una tonta al creer que Aidan hará algo por cancelar su boda.—Claro, le avisaré a Moira que vendrás—digo, pero mi voz no suena entusiasmada de hecho siento que estoy tomando una decisión demasiado drástica, pero sé la razón, no quiero salir herida, no quiero sentir lo
—¡No puedes estar hablando en serio!—brama debido a la lluvia, la cual se ha intensificado, lo único que nos separa es un paso, pero después de lo que le he dicho, no puedo seguir de la misma manera, doy un paso hacia atrás, olvidándome que estaba intentando cubrirme del agua, así que comienzo a empaparme.—Es la verdad, Aidan—respondo fingiendo arrogancia—me gusto mucho jugar contigo, pero ya no puedo seguir con esta farsa.—¿Qué paso contigo?—cuestiona desconcertado— tú no eres así.—No me paso nada, siempre he sido así—declaro, esta vez me doy media vuelta y continuo mi camino esperando no me siga, pero en ese momento, vuelve a tomarme del brazo para detener mi andar.—Debemos hablar—exige—dime. ¿Qué es lo que te molesta? ¿Grace? ¿Mi madre? ¡Solo dímelo por favor!"Tus promesas falsas" pienso, más no me atrevo a decir nada.—Será mejor que te vayas—le indico—yo lo haré muy pronto.—¿Cómo qué te irás?—me sujeta con fuerza negándose a dejarme ir—contesta.—¡Aidan!—alguien grita su no
Finalmente, termino de ponerme el pantalón y unas zapatos deportivos que Anna compro para mí, desgraciadamente con parte del dinero que ganamos hoy. Hay muchas cosas en mi cabeza, pero esa culpa no me deja tranquila. Una vez que termino Brian comienza a desinstalar el puesto para entregarlo al ayuntamiento, por suerte, después de una hora de lluvia, se ha calmado un poco, como para permitir que podamos irnos.Ninguno de los dos se atreve a preguntarme nada de lo sucedido, quizás por pena o tal vez porque el pueblo es demasiado chico, por lo que los oídos están esperando que diga algo al respecto, sé que de alguna manera la gente vio que yo estaba ahí involucrada.Cuando terminamos de empacar todo, Brian lleva las cosas a un taxi que acaba de contratar, Anna y yo subimos mientras él sube todo en el porta equipaje y después de unos minutos entra con nosotras y el taxi avanza.Anna me toma de la mano, en ese momento descubro que las mías están congeladas, así que no evito que ella me com
Miro a mis amigos de vez en cuando mientras narro como sucedió todo, desde aquella noche en que bebí para conservar mi empleo hasta el día en que me rescato de ser ultrajada por un desconocido.Las expresiones de mis amigos van de la sorpresa, al horror, hasta pasar al escepticismo.Ninguno de los dos se atreve a decir nada, ni siquiera para hacer preguntas, aunque sé que tienen mucho que preguntarme, se nota en sus rostros. Cuando termino, trago saliva y también derramo un par de lágrimas por haber sido una imbécil y dejarme llevar por una fantasía que no podía pasar más allá que un par de noches en la cama. —Así que he decidido irme con mi padre antes de que esto se salga de control—admito con cierto tono melancólico, inclino la mirada, pero ninguno dice nada. Se crea un silencio sepulcral que me abruma, no lo soporto por lo que levanto la vista. Brian parece inquieto, pero como si algo le molestará. Anna parece entre sorprendida y enfadada, quizás por no haberle contado nada de
—¿Estás hablando enserio? —cuestiona Anna perpleja. —Si—asevero un tanto emocionada, pero mis mejillas se enrojecen al darme cuenta de esa emoción, como si esperara algo, un milagro, pero aunque esas cartas tuviesen información importante, no cambiarian el hecho de que Aidan y yo estamos destinados a no estar juntos. —¿Sabes donde estan? —cuestiona Brian de repente, su pregunta me sorprende ya que ha sido él, quien me ha dicho desde que lo supo, que debo marcar limites, darme cuenta de que para Aidan no era mas que una distracción o quizas una diversión pasajera o al menos eso fue lo que entendi con su actitud y sus palabras. —Me parece que en el guardarropa del joven Liam—expreso, pero la emoción ya ha desaparecido, trato de no hacerme ilesiones, pensar en mi propio futuro, uno en el que Aidan no tiene lugar y claro donde yo tampoco me encuentro en su vida. Me levanto de mi sitio y voy hacia la cocina, siento la mirada de mis amigos, me observan sacar un par de tazas y tambien