El joven Liam pasa a mi lado en su búsqueda de una salida, me mira de reojo y deduzco que eso es mi señal para salir detrás de él. Camino a paso apresurado, ya que sus piernas son demasiado largas, hago lo que puedo para no perderlo de vista y así continuamos hasta que subimos por la escaleras de vuelta a su habitación.—Maldita bruja—refunfuña—no sé como mi padre la ha soportado tanto tiempo.No respondo porque no creo que sea adecuado y además no sé si realmente se esta dirigiendo a mí. Abre la puerta, pero antes de que de un paso al interior, él da un portazo y por poco me da en el rostro. Trago saliva y suspiro para darme valor para entrar a la habitación, aunque algo dentro de mí, me indica que es una mala idea, después de todo fue la misma señora Mitchell quien ordeno que lo asistiera y no creo que en este preciso momento quiera saber algo sobre ella.Giro la perilla de la puerta, la cual tiene detalles grabados muy hermosos, que se asemejan al bosque que esta cerca de aquí, sup
Pasa una hora, en esta ocasión, ambos disfrutan del sabor del contenido de la botella mientras conversan sobre temas de finanzas y política, lo cual me resulta un poco extraño, ya que ninguno de los dos parece tener interés en esos temas y lo deduzco por su comportamiento, en esta caso el de Aidan, él solo es un haragán y el otro, tiene apariencia de ser un mochilero, es decir que se dedica a viajar y a preocuparse por sí mismo.—¿Qué pasará cuando te cases?—dice el joven Liam de repente.—¿A qué te refieres con eso?—le pregunta a su hermano.—Sí. ¿Qué harás?—cuestiona con una sonrisa—¿No me digas que seguirás viviendo en este lugar acosta de nuestro padre?—Pero mira quien lo dice, quien ha estado viajando durante años con el dinero de su padre desde que se graduó—le recrimina en burla.—Sabes bien que era lo que me esperaba después de graduarme, aunque soy el primogénito, no tengo pasión por los negocios, pero, en cambio, tú, se te dan bien los números, solo que te gusta desperdicia
Llego a la cocina, preocupada de que mi tía Moira vea mi uniforme en tal estado, pero por suerte, Anna esta ahí conversando con Brian, cuando me ven, sus expresiones alegres se tornan igual que la mía, preocupadas.—¿Qué te paso?—cuestiona Anna mirándome de arriba abajo. —Gajes del oficio—logro pronunciar—¿Sabes como puedo quitarlo?— ¿Qué es?—pregunta Brian interesado.—Whisky—respondo tomando un trapo de cocina, con el cual intento que logre absorber la humedad de mi ropa, pero Anna inmediatamente me lo quita de las manos —¡Oye!—protesto.—Vas a empeorar la mancha poniéndote este trapo sucio—informa mi amiga preocupada por mi uniforme.—Eso solo se quita con un poco de glicerina o también un poco de vinagre blanco—explica Brian colocando la mano sobre su mentón como si estuviera reflexionando—pero glicerina no tengo y no sé si te sirva el vinagre, ya que el chef Carlo solo usa vinagre de aceite de oliva.—Vaya, que atraes la mala suerte—manifiesta mi amiga como si fuera un hecho,
—Conozco la fama que tiene, sé que es un inutil y que solo se dedica a alcoholizarse a costa de sus padres, pero sé reconocer cuando hace las cosas aproposito y tambien cuando son accidentes—digo casi reconociendo que lo conozco mas de lo que una empleada deberia, por lo que decido añadir otra cosa antes de que mi tia se de cuenta de ello—bueno, al menos Brian y Anna me han dicho algunas cosas sobre él, claro para cuidarme de sus insolencias. —Hmm—dice mi tia torciendo un poco los labios—al menos en el trabajo saben darte buenos consejos. —No solo en el trabajo, ellos en realidad si son mis amigos—protesto entendiendo porque razon ha dicho eso, pero pienso que esta sobreprotegiendome. —Ciara—dice mi nombre y suelta un suspiro, luego da un par de pasos y se aproxima a mi tomandome por los hombros—eres mi unica sobrina, sabes que solo quiero protegerte ¿Verdad? —Lo sé—expreso mirandola fijamente, ser timida en ese momento solo le daria mas motivos para protegerme—sé que he cometido e
—No hay nada que contar—expreso pensando que su hermano menor esta en el segundo piso, probablemente escuchando nuestra conversación.—No es verdad, no seas modesta, aquí solo estamos tú yo. Te prometo que nada de lo que me digas va a salir de mis labios—jura levantando la mano izquierda y marcando una x en su corazón como si fuera una niña pequeña.—¿Q-que quieres saber?—digo un tanto nerviosa, aquí no solo somos dos, sino tres, pero supongo que nada de lo que diga le importara a Aidan Mitchell.—Bueno, quiero detalles sucios—expresa mostrando una sonrisa picará—un pajarito me dijo que te vieron entrar a su habitación y cuando ambos salieron, él tenía puesto una ropa diferente y por cierto estaba muy apuesto, bueno, al menos eso me dijeron.Suelto una pequeña carcajada, sabia que las paredes tenían oídos, pero no sabia que también tenía ojos que vigilaban todos mis movimientos.—Se metió a bañar, lo único que hice fue preparar su ropa—admito, pero instintivamente mis ojos se dirigen
—Creo que exagera al decir eso, sabes muy bien que no he podido verlo a él ni a ti por que estoy castigada—me excuso, aunque quizas tiene un poco de razon, lo evito porque no sé que sentir respecto a él, sobretodo por que lo que he visto me lleva a sospechar que él puede ser gay. No quiero ilusionarme con una persona que quizas solo puede utilizarme para aparentar ser algo que no es. —Si, lo sé, pero él se arriesgo a que tu tia los descubriera cuando te metio al baño—indica revelando sin querer el como Brian, me dio su obsequio. El que ella lo sepa solo significa que Brian le tiene la suficiente confianza para contarle, eso no me preocupa, pero lo que si me incomoda es que Aidan Mitchell se entere de situaciones que no le interesan. —Bueno, quizas si hay un motivo por el que dudo—admito. —¿Y que es?—cuestiona curiosa—anda dime, quizas pueda ayudarte o quizas pueedo preguntarle por ti. —No, la verdad es que me gustaría ser yo quien haga esas preguntas, de otro modo, seguiré dudando
—Estás loco. ¿Por qué tendría que interesarte mi vida?—protesto sintiendo un nudo en la garganta. —¿Acaso no lo entiendes?—cuestiona. A pesar de que lo hace en voz baja, su voz suena severa y aún peor, en su rostro no veo ni una sola pizca de falsedad—¿Acaso no entiendes el porqué siempre, a donde sea que estés terminamos encontrándonos? ¿No entiendes que me vuelve loco no verte, que con cada segundo lejos de ti, siento que muero de angustia? —¿Qué...estás diciendo?—logro decir. El impacto de sus palabras me deja sin habla, trato de comprender que diablos esta sucediendo, pero todo a mi alrededor parece un sueño, pero por más loco que esto parezca, no lo puedo considerar una pesadilla, ni porque afuera las gotas de lluvia han comenzado a caer con fuerza sobre mi ventana y los rayos, truenos y relámpagos han comenzado a iluminar y a resonar con fuerza sobre el firmamento. —Estoy enamorado de ti—declara tomándome por los hombros. —¿Acaso estás ebrio?—cuestiono sin la capacidad de cre
Sus labios tocan los míos, con dulzura, como nunca nadie lo hizo antes, con devoción y dedicación. Su lengua acaricia la mía, se reconocen enseguida, mi lengua recibe a la suya con pasión y deseo, algo que no creí que volvería a suceder. Sus manos buscan desnudarme, pero con fiereza como en aquella ocasión, sino con amor o al menos eso es lo que imagino, tiene tacto mientras me quita la camiseta que llevo encima, mi pantalón y mi ropa interior, me quedo desnuda frente a sus ojos. Él me contempla, como si fuera una obra de arte, una que puede comerse, se deleita y besa cada centímetro de mi piel, desde mi cuello hasta llegar a mi abdomen.Mi respiración es agitada, pero solo en caso de que mi tía este despierta, me obligo a taparme la boca para evitar hacer mas ruido del necesario. Se desliza hasta que sus labios tocan mi entrada femenina, coloca las mantas encima suyo, quizás pensando lo mismo que yo. En en ese momento que siento como sus labios me tocan con suavidad, su lengua jugue