William, está pensativo, y yo estoy atacada esperando su respuesta. Al no responderme, le vuelvo a preguntar:—William, ¿qué pasó anoche? William levanta la vista, y puedo ver en sus ojos confusión.—No lo sé, Mía. Estaba tan borracho que no recuerdo nada —admite.Comienzo a sudar, mi respiración se acelera. La incertidumbre me está matando.—Tranquilízate, Mía —me ordena, acercándose a mí y tomando mis manos—. No te pongas nerviosa, por favor. Voy a ir al dormitorio a buscar alguna evidencia de lo que sucedió anoche.William se dirige al dormitorio, con la esperanza de encontrar alguna pista sobre lo que sucedió la noche anterior. Mientras tanto, me quedo en la cocina, luchando por mantener la calma y esperando que William regrese con respuestas.Cada segundo que pasa siento que mi corazón late más rápido, como si fuera a explotar. Y como no puedo soportar más la espera. Finalmente, decido que no puedo quedarme quieta ni un momento más. Me levanto de un salto y salgo corriendo hacia
Observo las estanterías llenas de archivadores mientras Jud se sienta en la silla. Sostengo el sobre en mis manos, y mis dedos tiemblan ligeramente.—No puedo abrirlo, Jud.Jud, siempre ha sido la más decidida de las dos, se levanta, se acerca a mi y me quita el sobre de las manos con suavidad.—Déjame a mí —responde, con una sonrisa tranquilizadora.Rompe el sobre y saca una hoja de papel. Sus ojos recorren rápidamente las primeras líneas y su expresión cambia de curiosidad a sorpresa.—¿Qué dice? —pregunto, incapaz de contener mi impaciencia.Judith levanta la vista del papel.—Es una carta… y parece que James aún te ama.Me acerco más, mi corazón late con fuerza. Sé que lo que estoy a punto de escuchar puede alterarme.Jud comienza a leer en voz alta."Mi princesa,No sé cómo empezar esta carta. Han pasado dos años desde que estuvimos juntos, y cada día sin ti ha sido un infierno. Quiero que sepas que te amo, siempre te he amado y siempre te amaré. Jamás pretendí que las cosas lleg
James y yo nos miramos a los ojos, y no hace falta que hablemos, nuestras miradas lo dicen todo. El bullicio de la ciudad desaparece, dejándonos solos en nuestro pequeño mundo, el cual tanto añoro. Justo en este momento, necesito escuchar las razones por las cuales me abandonó. Mi corazón alberga una pequeña esperanza, aferrándose a la posibilidad de que exista una justificación importante, sin embargo, no estoy lista para enfrentar su verdad. La idea de que sus motivos puedan ser lo suficientemente convincentes como para hacerme caer de nuevo en sus brazos me aterra. Lo amo, eso es indiscutible, pero el miedo a un nuevo dolor me paraliza. Necesito tiempo para asimilar la realidad, para preparar mi corazón.—James, te voy a dar una oportunidad para que me expliques todo, pero no hoy. Dame tiempo, te prometo que cuando esté preparada, te llamaré.—Te daré todo el tiempo que necesites, pero nunca dudes de mi amor. Mírame, Mía, sin ti no soy nada, créeme, princesa.Observo cómo le tiemb
Después de dos horas de angustiosa espera, la puerta de la sala de operaciones finalmente se abre. El médico sale con una sonrisa tranquilizadora en su rostro.—Judith y el bebé están fuera de peligro —anuncia, y siento cómo una ola de alivio me envuelve. Mis piernas casi ceden bajo el peso de la tensión acumulada, pero me apoyo en la pared para mantenerme en pie.—Gracias, doctor —digo con la voz entrecortada por la emoción.El médico asiente y se retira, dejándonos con la noticia que tanto habíamos esperado. Me acerco a la ventana del pasillo, donde el sol comienza a ponerse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. De repente, mi teléfono vibra en el bolsillo. Es un mensaje de Max.“¿Cómo están Judith y el bebé?” Le respondo rápidamente, compartiendo la buena noticia. Su respuesta es inmediata: “¡Qué alegría! Estoy de camino al hospital.”Sonrío, mientras espero su llegada, me permito un momento para cerrar los ojos y respirar profundamente, agradecida de que todo haya s
Judith y Chloe llegaron a casa hace tres semanas. El ambiente está un poco tenso porque Jud sigue enfadada con Max, ella le echa en cara que no estuvo cuando más lo necesitaba. Últimamente, Max tiene que viajar más a menudo por trabajo, y al estar viviendo en su casa, escucho cada pelea entre ellos. Aunque me encanta vivir con mi amiga y ver todos los días a Chloe, necesito tener mi propio apartamento. Aunque sea diminuto, me vale.Sobre el tema de James, cada día que pasa me tiene más cabreada. Todavía estoy esperando a que me llame. Le di la oportunidad de hablar, pero como nos interrumpieron en la cafetería, no pudimos. Pensé que me llamaría al día siguiente, pero todavía no lo ha hecho. Quizás era otra excusa más. No lo sé, ya no sé qué pensar ni qué sentir.Desesperada por despejarme, llamo a Nati. Le pido que me acompañe después de trabajar a una discoteca para bailar y tomar unas copas. Necesito urgentemente desconectar de todo.La noche cae y las luces de la ciudad empiezan a
¡Vale, ¡genial! Eso me pasa por ser una bocazas. Ahora tengo a James mirándome como si quisiera arrancarme la cabeza. Pero como a mí no me gustan las mentiras, no pienso echarme atrás. De todos modos, la verdad siempre sale a la luz, así que le respondo con firmeza.—Sí, me he acostado con él —digo, aunque la verdad no lo recuerdo, pero las pruebas estaban en el dormitorio de William—. Lo siento, pero tú y yo no estamos juntos. Puedo hacer lo que quiera y con quien quiera. Creo que tengo suficientes motivos para seguir con mi vida, así que no vengas como un novio dolido, porque no te creo.James se queda en silencio por un momento, sus ojos arden con una mezcla de ira y dolor. Finalmente, habla con voz tensa.—No es solo eso, Mia. Es todo lo que hemos pasado juntos. Pensé que significaba algo para ti.—Lo significaba, James. Pero las cosas cambian. Las personas cambian. Y ahora, necesito seguir adelante.Él asiente lentamente, y se queda en silencio, como si estuviera procesando mis p
—Mia, hay algo que debes saber sobre nuestros padres —comienza a decir James—. Mi padre, Richard, y tu padre, Roy, han sido socios desde que yo era pequeño. He visto cada salvajada que han hecho juntos. Pero todo cambió el día que Roy mató a tu madre, y mi padre mató a mi madre. Cuando encerraron a tu padre, mi padre se quedó con el negocio. Roy quería seguir en él, incluso desde la cárcel, pero mi padre se hizo más fuerte. Empezó a mover sustancias ilegales por la ciudad y expandió su negocio a otros territorios. Ahora, es uno de los hombres más peligrosos que conozco. Es despiadado y le ha quitado la vida a muchas personas.James hace una pausa, dejando que asimile sus palabras.—Siempre ha querido que yo siguiera sus pasos, pero siempre me he negado. Se reunían en tu club, allí planeaban dónde llegaría el cargamento y quién lo distribuiría. Cuando empezaron a investigarlo, armó un plan y te eligió. Siento un nudo en el estómago. Agarro la mano de James, puedo sentir su dolor en s
Nos detenemos frente a la puerta, el aire está cargado de nerviosismo, llega el momento de despedirnos y estamos inseguros sobre como hacerlo.En los ojos de James se refleja la misma duda que siento yo en mi interior. —Bueno, ha sido una noche muy reveladora, te agradezco que me hayas contado toda la verdad. —Gracias Mía, por escucharme.Hay un momento de silencio, uno de esos que parecen durar una eternidad. Ambos sabemos lo que puede venir a continuación, pero ninguno está seguro de cómo proceder. James da un pequeño paso hacia adelante, y yo siento que mi respiración se acelera.—¿Deberíamos…? —comienza James, pero las palabras se quedan en el aire.Sonrío nerviosamente, dando un paso hacia él. —No sé. ¿Tú qué piensas?James se rasca la nuca, es evidente que está nervioso. Mejor dicho, los dos lo estamos, parecemos dos adolescentes incapaz de dar el primer paso.—Creo que… tal vez... —Sus ojos se encuentran con los míos, y en ese instante, ambos sabemos lo que queremos.Sin p