Desde el ventanal, James me observa con una intensidad que me hace hervir de rabia. ¿Cómo se atreve a mirarme así después de todo lo que ha pasado? Mi corazón late con fuerza, y cada latido parece gritarme que lo enfrente, que le diga todo lo que siento.Estoy a punto de dar el primer paso hacia él cuando una mano firme me detiene. El señor Blake, con su expresión serena me mira a los ojos.—No puedes meterte en problemas el primer día, Mía. Entiendo lo que sientes, pero no puedes hacerlo.Las palabras de Blake son como un balde de agua fría. Siento cómo las lágrimas amenazan con brotar por la rabia que siento, pero me obligo a contenerlas. No puedo permitirme llorar, no aquí, no frente a todos. Cierro los ojos y respiro hondo, tratando de calmar mis nervios.En mi mente, las imágenes se agolpan sin piedad. Recuerdo mi primer beso con James, la dulzura de sus caricias, cómo me enamoré de él sin remedio. Y luego, el dolor desgarrador cuando él me rompió el corazón. Cada recuerdo es una
Primero leo el mensaje de Blake. Me dice que no importa la hora que sea, que lo llame si necesito algo. Luego, estoy a punto de leer el mensaje de James, pero mi cabeza me dice que lo borre y mi corazón me suplica que lo lea. Al final, hago caso a mi cabeza. Ese hombre no puede volver a entrar en mi vida; ya me la destrozó una vez. Y no dejaré que vuelva a suceder. Así que elimino el mensaje y lo bloqueo.Después de dormir doce horas, me siento más animada. Me doy una ducha relajante, llamo a Jud, y poco después está en la puerta del hotel esperándome con una sonrisa.Al verme, me envuelve entre sus brazos. Estoy tan sensible que no puedo evitar derramar algunas lágrimas. Ayer estaba nerviosa y no le presté atención a su hermosa barriguita abultada.—¿Puedo?—Claro, tonta. Acaricio su barriga. Si ya estaba llorando, ahora soy un mar de lágrimas.—Menos mal que no me voy a perder el nacimiento de Chloe.—Por supuesto, su madrina tiene que estar presente en ese momento tan especial.Es
Disfrutamos del fresco aire nocturno y del sonido lejano de la música que sale de algún bar cercano.—Es una noche preciosa —digo, mirando hacia el cielo estrellado—. Gracias por acompañarme, Blake.Blake sonríe, en sus ojos azules se refleja la luz de la luna.—Siempre es un placer pasar tiempo contigo, Mía.Después de unos minutos de silencio cómodo, me detengo y miro a Blake con seriedad. —Blake, necesito pedirte algo.El rubio, levanta una ceja, curioso. —¿Qué pasa?—Quiero que me des todas las facturas de tus horarios por haberme sacado de la cárcel. Sé que Jud pagó por todo, pero quiero devolverle hasta el último euro. No puedo dejar que ella cargue con eso.Blake me mira con sorpresa y luego asiente lentamente. —Entiendo. Es un gesto muy noble de tu parte, Mía. Pero sabes que Jud no espera que le devuelvas el dinero, ¿verdad?—Lo sé —respondo—. Pero es importante para mí. Quiero demostrarle que valoro su ayuda y que no tomo su generosidad a la ligera.Te enviaré todo lo que
William, está pensativo, y yo estoy atacada esperando su respuesta. Al no responderme, le vuelvo a preguntar:—William, ¿qué pasó anoche? William levanta la vista, y puedo ver en sus ojos confusión.—No lo sé, Mía. Estaba tan borracho que no recuerdo nada —admite.Comienzo a sudar, mi respiración se acelera. La incertidumbre me está matando.—Tranquilízate, Mía —me ordena, acercándose a mí y tomando mis manos—. No te pongas nerviosa, por favor. Voy a ir al dormitorio a buscar alguna evidencia de lo que sucedió anoche.William se dirige al dormitorio, con la esperanza de encontrar alguna pista sobre lo que sucedió la noche anterior. Mientras tanto, me quedo en la cocina, luchando por mantener la calma y esperando que William regrese con respuestas.Cada segundo que pasa siento que mi corazón late más rápido, como si fuera a explotar. Y como no puedo soportar más la espera. Finalmente, decido que no puedo quedarme quieta ni un momento más. Me levanto de un salto y salgo corriendo hacia
Observo las estanterías llenas de archivadores mientras Jud se sienta en la silla. Sostengo el sobre en mis manos, y mis dedos tiemblan ligeramente.—No puedo abrirlo, Jud.Jud, siempre ha sido la más decidida de las dos, se levanta, se acerca a mi y me quita el sobre de las manos con suavidad.—Déjame a mí —responde, con una sonrisa tranquilizadora.Rompe el sobre y saca una hoja de papel. Sus ojos recorren rápidamente las primeras líneas y su expresión cambia de curiosidad a sorpresa.—¿Qué dice? —pregunto, incapaz de contener mi impaciencia.Judith levanta la vista del papel.—Es una carta… y parece que James aún te ama.Me acerco más, mi corazón late con fuerza. Sé que lo que estoy a punto de escuchar puede alterarme.Jud comienza a leer en voz alta."Mi princesa,No sé cómo empezar esta carta. Han pasado dos años desde que estuvimos juntos, y cada día sin ti ha sido un infierno. Quiero que sepas que te amo, siempre te he amado y siempre te amaré. Jamás pretendí que las cosas lleg
James y yo nos miramos a los ojos, y no hace falta que hablemos, nuestras miradas lo dicen todo. El bullicio de la ciudad desaparece, dejándonos solos en nuestro pequeño mundo, el cual tanto añoro. Justo en este momento, necesito escuchar las razones por las cuales me abandonó. Mi corazón alberga una pequeña esperanza, aferrándose a la posibilidad de que exista una justificación importante, sin embargo, no estoy lista para enfrentar su verdad. La idea de que sus motivos puedan ser lo suficientemente convincentes como para hacerme caer de nuevo en sus brazos me aterra. Lo amo, eso es indiscutible, pero el miedo a un nuevo dolor me paraliza. Necesito tiempo para asimilar la realidad, para preparar mi corazón.—James, te voy a dar una oportunidad para que me expliques todo, pero no hoy. Dame tiempo, te prometo que cuando esté preparada, te llamaré.—Te daré todo el tiempo que necesites, pero nunca dudes de mi amor. Mírame, Mía, sin ti no soy nada, créeme, princesa.Observo cómo le tiemb
Después de dos horas de angustiosa espera, la puerta de la sala de operaciones finalmente se abre. El médico sale con una sonrisa tranquilizadora en su rostro.—Judith y el bebé están fuera de peligro —anuncia, y siento cómo una ola de alivio me envuelve. Mis piernas casi ceden bajo el peso de la tensión acumulada, pero me apoyo en la pared para mantenerme en pie.—Gracias, doctor —digo con la voz entrecortada por la emoción.El médico asiente y se retira, dejándonos con la noticia que tanto habíamos esperado. Me acerco a la ventana del pasillo, donde el sol comienza a ponerse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. De repente, mi teléfono vibra en el bolsillo. Es un mensaje de Max.“¿Cómo están Judith y el bebé?” Le respondo rápidamente, compartiendo la buena noticia. Su respuesta es inmediata: “¡Qué alegría! Estoy de camino al hospital.”Sonrío, mientras espero su llegada, me permito un momento para cerrar los ojos y respirar profundamente, agradecida de que todo haya s
Judith y Chloe llegaron a casa hace tres semanas. El ambiente está un poco tenso porque Jud sigue enfadada con Max, ella le echa en cara que no estuvo cuando más lo necesitaba. Últimamente, Max tiene que viajar más a menudo por trabajo, y al estar viviendo en su casa, escucho cada pelea entre ellos. Aunque me encanta vivir con mi amiga y ver todos los días a Chloe, necesito tener mi propio apartamento. Aunque sea diminuto, me vale.Sobre el tema de James, cada día que pasa me tiene más cabreada. Todavía estoy esperando a que me llame. Le di la oportunidad de hablar, pero como nos interrumpieron en la cafetería, no pudimos. Pensé que me llamaría al día siguiente, pero todavía no lo ha hecho. Quizás era otra excusa más. No lo sé, ya no sé qué pensar ni qué sentir.Desesperada por despejarme, llamo a Nati. Le pido que me acompañe después de trabajar a una discoteca para bailar y tomar unas copas. Necesito urgentemente desconectar de todo.La noche cae y las luces de la ciudad empiezan a