Jayden Ston, un hombre con un pasado y presente oscuro, conllevándolo a un mundo donde las relaciones serias no existe, pero ¿Quién sería esa chica que tratará de demostrar que el mundo no es como él lo pinta?
—Tienes que alejarte de mí —vocifera.
—No le veo la lógica en tus malditas palabras... ¡No me quiero separar de ti ¡Jayden!
—Te lo advertí Zoe, te dije que no te podías enamorar.
—Eres un pendejo —chillo—. ¿Cómo quieres que te entienda si un día me dices aléjate y al día siguiente me dices que no puedo vivir sin ti?—siento un nudo en mi garganta.
—¡Entiende que no soy la persona que tus ojos ven! —espeta con rabia.
—Como quieres que te entiende si no me dices ni, ¡pio…! —bufo.
—¡¡¡Entiende que no puedo decirte nada y menos enamorarme de ti!!! —grita enfadado.
—Paciencia... paciencia... paciencia... —siseo para mi misma, cierro mis ojos y respiro profundo.
"Serena morena"
¿Por qué no puede decirme nada? No sé que es lo que se cree, por más que lo pueda querer no puedo estar con una persona que no se quiere y menos tienes las intenciones de querer a alguien más. La vida no se trata de solo coger y coger porque yo tengo un corazón del que quiere ser alimentado y atendido.
Zoe.—Zoe, hay que entregar un pedido de almuerzo en la dirección: 736 Granville ST, piso séptimo —entrando al restaurante me hacen el llamado.Aaahhh… No me dejan respirar, aunque todo sea por la causa.—Sí, señora —tomó la orden y con una enorme sonrisa fingida salgo del restaurante, encaminándome a mi motocicleta deportiva.Esta es mi vida. ¡Mi gran vida! Soy repartidora de comida de día y de noche estudio para ser una gran enfermera.Mi nombre es Zoe, tengo la edad de veintitrés años, nací en la ciudad de Jabárovsk Rusia, pero hoy en día estoy emigrando en la ciudad de Vancouver Canadá, vivo con mi hermana Shara; ella
—¡Rusa! —exclama sorprendido—Hay algo más que deba saber.—No, no hay nada que deba decirle —doy dos pasos hacia atrás—. ¿Sabe por qué?—No —niega.—Porque usted no tiene poder sobre mí, así que págueme de una vez—insisto.—Permítame —avanza hacia mí, me quita el paquete de comida.Al ser liberada de esa carga comienzo a masajear mis nudillos. Por un momento me pierdo ante esa postal que se ve detrás de ese ventanal de vidrio, ¡Wao!¡Qué hermosa es la ciudad!—Kak m
JaydenQuiero saber el nombre de esa chica. ¿Quién es la Rusa?Sus ojos verdes me cautivaron en solo segundos, su mirada transparente, puesto que refleja todo lo que sus emociones sienten como; enojo, alegría, burla, tristeza, así como un tsunami de emociones. Por un momento me dieron ganas de comerme esos labios carnosos o mejor aún hacerle el sexo hasta que pida piedad.Sigo en la misma posición en el que la mujer desconocida o más bien la repartidora de comida me ha dejado, sigo sin entender por qué le dije a su jefa que le pagaría diez veces la cantidad del pedido de comida con el único propósito que le diera el día libre, la jefa sin pensarlo dos veces acepto. Por un momento pensé que esa chica era igual a todas las mujeres que puedo ten
Zoe.Que feo ver como mi jefa está lamiendo los zapatos del Adonis sexi, es que todo es; ¡Sr. Ston! ¿Qué le ofrezco? ¡Verá que todo se arreglara! Me pregunto una y otra vez ¿Qué puta es lo que se arreglara?El maldito atropello mi moto y por su culpa no tengo vehículo y lo más doloroso es que ese era mi bebé.Siento que ese animal que le pico a mi jefa le está afectando hasta el cerebro, ya que nos acaba de ofrecer su propia oficina, ¡no dio su oficina! Mi jefa sale de la oficina como una loca desesperada, dejándome sola con el imbécil que destruyo mi moto. Su carro caritzimo, ¡¡¡¡CARITZIMO!!! Así les digo cuando se trata de autos completamente incansables de comprar, por lo menos yo no lo puedo comprar, pe
—Jayden, no soy tan señor como cree…—¡Oh, que modesto es el señor! —¿Quiere pasar a tomar algo con nosotros? No puede ser, ¡juro que hoy te mato Shara! —Para mí sería un placer, pero en este momento tengo que ir a arreglar unos asuntos con la aseguradora y sobre la moto de Zoe. Sí, es mejor que se vaya porque ahora podre tener la oportunidad de matar a una lengua larga y juro por mi vida y por mi diosa que me vengaré. —La moto —abre los ojos mi hermana hasta penetrarlos en mí, examinando que no tenga un raspón o algo grave. —No es lo que piensas Shara —exclamo—. El señor chocó mi moto y como verás tiene que dármela como estaba.
—No hay necesidad que te diga la dirección de mi casa —hablo sin verle.—Por qué nunca me dijiste que trabajas de día y estudias de noche —cierra la puerta del carro, se pone el cinturón y pone en marcha el auto.—Porque no se me ha dado la regalada gana de decirte, además nosotros no somos amigos para decirte que es lo que hago y dejo de hacer —espeto.—Relájate, no veo el lado malo en que digas que trabajas y estudias, ya que es todo lo contrario, y lo único que te deberías de sentir es orgullo de lo que puedes hacer por sí sola.—No me alabes Sr. Stone, sin poder conocerme.—No te alabo, solo que es algo que
***—Ya has tomado mucho Jayden, solo imagínate que nos alcanza el amanecer, puesto que se aproximan las cinco de la mañana.—Espera… espera… espera… escucha —alzo mi dedo índice y en un dos por tres me suelto a cantar… Ayayayy… una música grupera ¡A través del vaso!—Quisiera morirme en una buena pedaPorque esto de amarte, me trajo problemasA través del vaso ya miro tu caraLas ganas de verte, no se van con nada.Tengo mucha prisa por ir a buscarteLuego me arrepiento, me gana el coraje (…)—¿Dónde estamos? —pregunto en el instante que el sexi detiene el auto.Mis ojos brillan y se agrandan al ver la inmensa playa, ¡estamos en la playa! ¿Por qué me ha traído aquí? Frunzo el ceño y lo volteo a ver esperando una respuesta de él, dado que no es momento de dar un baño en la playa o puede que lo merezca.—Es la playa inglesa —dice mientras se quita el cinturón—, quiero ser directo contigo y no andar de manos sudadas, ya que eso no es para los dos.¿Qué bicho le pico?Hace un momento estaba que los mil demonios se lo llevaban y ahora está en modo conquista.Capítulo 8