—No hay necesidad que te diga la dirección de mi casa —hablo sin verle.
—Por qué nunca me dijiste que trabajas de día y estudias de noche —cierra la puerta del carro, se pone el cinturón y pone en marcha el auto.
—Porque no se me ha dado la regalada gana de decirte, además nosotros no somos amigos para decirte que es lo que hago y dejo de hacer —espeto.
—Relájate, no veo el lado malo en que digas que trabajas y estudias, ya que es todo lo contrario, y lo único que te deberías de sentir es orgullo de lo que puedes hacer por sí sola.
—No me alabes Sr. Stone, sin poder conocerme.
—No te alabo, solo que es algo que no cualquier chica puede hacer —gruñe.
—¿Sabe que? Mejor dejemos este tema en el pasado y mejor dígame que es lo que me tenía que decir.
—En tu casa he dejado una sorpresa para ti —esboza una enorme sonrisa.
¡Sorpresa! Será que he escuchado bien o mis oídos ya me están afectando y literalmente quedaré sorda o solamente que el caso sea que soy sorda ante hombres sexi.
—De qué me hablas, no es mi cumpleaños y menos tienes porque darme sorpresas —bufo para luego abrir los ojos—. ¡Me entregarás mi moto! —chillo de emoción.
—Lo siento, pero no te lo puedo decir hasta que lleguemos.
—Aaahh… —rechino mis labios—. Eso no se vale porque es injusto—arrugó mi cara reflejando mi inconformidad.
—No pensé que eras de las personas impacientes —dice sin quitar la mirada del frente.
—Y yo no pensé que tú eras de esas personas acosadoras —contraataco.
—Ya te dije que tu hermana me dio la dirección de la facultad —se justifica.
—¿Y eso qué? —arrugo mi cara—Sinceramente no tienes por qué preocuparte por mí, ya que esta Charlie y mi hermana para acompañarme.
Siendo sincera no sé por qué mencione a Charlie, ya que lo he dejado como un tonto esperándome y lo único que hice fue preferir a este sexi, que a una persona que conozco y he convivido.
—Ese chico que ni sabe como se llama y menos que es lo que quiere en la vida. “No es para ti” —espeta.
—¿Y tú si? —pregunto.
—No soy de enamorarme rusa —masculla—, para mí y la persona que llegue a estar conmigo, lo primero que le diré «“PROHIBIDO ENAMORARSE”» —dice con un tono seco y frío.
Volteo mis ojos haciendo mala cara para luego penetrar la mirada hacia el reflejo de las calles de Vancouver.
***
—Rusa, ya hemos llegado a tu destino —chasquea los dedos sacándome de órbita.
—Lo siento, no me había percatado que te habías detenido —susurro toda desorientada.
—No hay necesidad que me lo digas —sonríe—. Vamos, te encaminaré a tu casa para que veas tu sorpresa.
No espero ni más de tres segundo y desabrocho el cinturón para luego salir como alma que me lleva el diablo. Cierro la puerta del lujoso carro para encaminarme en compañía del sexi.
—Quiero que abras el garaje —ordena—, no me mires así y si quieres ver la sorpresa ve—señala.
Niego con la cabeza y reprimo la emoción que mi corazón siente, acelero mis pasos. Abro el porche para luego correr y abrir el garaje.
Ooohhh… ¡¡¡Puta m****a…!!!
Froto mis ojos al ver frente a mí una ilusión, ¡no puede ser! Creo que necesito un aparato para escuchar y unos lentes para ver.
¿Qué hace una Ducati SuperSport ̸ DS 2019-2020, color roja? ¡Queeee…!
Es una de las motos soñadas, una inalcanzable, hasta puedo decir que si la llego a tocar mi cuerpo se derretiría con tremenda anímala potente. ¡No es navidad y menos me he sacado la lotería!
¡Wao…!
—Que significa —se me entrecorta la voz, puesto que la emoción me gana y no sé que pensar debido a que está una Diosa dentro de mi garaje.
—Es tu sorpresa —dice cerca de mi oído.
—No… no… no… —niego una y otra vez—. Esto no lo puedo aceptar porque ni en un millón de trabajos la podría pagar—doy media vuelta para quedar frente a él.
—No te la estoy vendiendo rusa, quiero que sepas que es un regalo de mi parte —susurra llevándose su mano al pecho.
—Y yo no te la estoy pidiendo, ya que lo único que quiero es mi moto, mi bebé —alzó la voz—. No te imaginas lo importante que es mi moto, no sabes cuanto desvelos y sacrificios tuvo que hacer mi hermana para comprarla.
—Comprendo, pero la aseguradora me dijo que por lo pronto tu moto no estará lista hasta mmm… —guarda silencio—. Como en unos seis meses o más.
—¿Qué? —mis ojos se abren—Acaso la harán de nuevo—me quejo.
—Lo siento, pero ese fue el informe que me dieron y si quieres puede usar la moto que te traje mientras me entregan la tuya.
Que voy a hacer, no puedo aceptar a la... “Diabla”.
«¿Cómo es que no la quieres y ya le pusiste nombre?».
¡Cállate Diosa de mi conciencia!
—Es que no es correcto que la acepte —bajo la mirada—. Soy una mujer independiente, con principios y soy de las personas que no le gusta la vida fácil y menos aceptar un regalo súper... “Caritzimo”.
—No bajes la mirada y no es tu culpa, ya que fui yo el que destruyó tu moto —posa su mano a mi quijada y la levanta para verle a los ojos—. Tienes una mirada hipnotizadora, y no te puedo negar que me vuelves loco—masculla con una voz sensual.
—Eres un maldito diablo —jadeo—, solo eres tentarme y tentarme y al fin y al cabo no me dejas nada—entre abro y cierro mis labios.
—Te veré lo más pronto posible —de un solo impacto toma de mi cadera y me jala hacia su cuerpo, para luego darme un casto beso.
Me estoy volviendo una maldita adicta.
—Y por lo pronto —me quejo.
—Acepta la moto y verás que me tendrás ante ti —saca las llaves de su bolsillo, las extiende pero no para dármela, sino para meterla dentro de mi escote, dejándome perdida ante la excitación.
El puto sexi da media vuelta perdiéndose ante mi mirada perdida llena de lujuria y ganas de saciarme mientras yo me quedo como una estatua abandonada, me ha dejado burlada, me ha dejado con las ganas, me ha dejado con “la diabla”.
***
Luego de darme una extra larga ducha me tumbo en la cama, pero eso antes de sacar mi vibrador, «hay fiesta», tengo que quitarme las ganas que el maldito sexi me ha dejado. Abro mis piernas y con mi mano derecha paseo el vibrador por mis labios vaginales mientras que con la otra toqueteo mis senos.
El pequeño vibrador se resbala por mis labios. Me siento húmeda, excitada, y lista para recibirlo. Lo pongo en el nivel dos, y la vibración comienza, por ello cierro mis ojos dejándome llevar, la excitación comienza a incrementarse. Subo la potencia a tres, con mis dedos abro los labios vaginales y dejo que masaje la zona que está junto a mi clítoris. Jadeo al sentir que mi cuerpo se estremece, entreabro y cierro mi boca.
Un calor irresistible se apodera de mí y mi cuerpo empieza a descontrolarse perdiendo los estribos. La Diosa de la lujuria quiere más, separó más mis piernas. Sin quedarme con las ganas elevo el nivel hacía cuatro donde el placer me hace explotar de mil sensaciones, el calor se apodera completamente de mi cuerpo. Arqueo mi espalda estremeciéndome al sentir como mi cuerpo se contrae, y mi mirada deseosa se pierde.
Estoy caliente… demasiado caliente. Pongo el vibrador al nivel cinco. El calor incrementa, se hace cada vez insoportable. Siento como el calor sube y baja mientras que mi cuerpo explota.
Me arqueo en la cama. El clímax me llega mientras oigo mis propios ronroneos. Jadeo aliviada y me convulsiono sobre la cama. Siento como el pequeño vibrador empapa mis dedos. Cierro las piernas con fuerza y me dejo llevar por el momento.
«¡Quiero al sexi Adonis dentro de mí!».
Jayden.
Cruzo esa puerta de vidrio que me traslada al mundo de la perdición y todo vicio que deseo, “Long Table Distillery”, luego de haber salido de la casa de la rusa me vine directo a uno de mis lugares favoritos, pero antes de eso llame a mi amigo William porque tengo que debatir una que otra cosa.
Mientras espero a William iré pidiendo un adelanto con una botella de Vodka Russo-Baltique, es uno de los más finos y más caros del mundo, tal vez entre vaso y vaso me quito la obsesión que tengo con la rusa o más bien me lo puedo quitar con cualquier mujer que se me cruce en el camino.
—¡Aquí estoy! —William hace acto de presencia—¿Qué es lo que te inquieta, ya que necesitas de esta presencia importante?
—No te lo creas porque te caerás solito —suelto de golpe.
—No vine para discutir y dime que pasa en tu vida —penetra su mirada con la mía.
—Quieres un trago —inclino mi cuerpo hacia la mesa.
—¡Claro y ya sé lo que me gusta! —abre sus ojos llenos de deseo.
—Eres único William —niego con la cabeza.
—Sr. —el mesero nos saca de nuestro debate—. Aquí está su bebida—posa la botella, la imagen de la botella emula el diseño de un automóvil clásico Russo-Balt, es de oro, no cualquiera puede obtener este tipo de bebida, puesto que el precio es de 1.3 millones de dólares.
No me culpen, pero tengo como gastar mi dinero y si alguien viene y critica mi vida mejor que vea la suya y busque una de otra manera en superarse y esforzarse, el mundo se ha hecho mediocre por las personas ignorantes… pero ignorantes de pensamientos porque son conformista y uno como ser humano tiene que tener una ambición en la vida y luchar por lo que quiere y desea.
No soy de las personas que gastan el dinero por solo gastar... ¡No! Me he ganado mi dinero con esfuerzos y dedicación, aparte doy donaciones a distintas organizaciones de estudios, organizaciones de niños desamparados, organizaciones de personas con cáncer y con discapacidad. Hago mil cosas para que las personas que necesitan se apoyen y hagan cumplir con sus sueños, pero no ando diciéndole a cuanta persona que se me cruza en frente, que soy una persona que ayuda al necesitado y que gasto mi dinero porque me lo he ganado a pulso, «y es mejor que no sepa la mano izquierda lo que hace la derecha».
Soy consciente de la crisis mundial, pero no puedo hacer más que ayudar a otros y esos otros ayudan a los que necesitan… Admiro a esas personas que trabajan y estudian o a esas mujeres u hombre que velan por sus hijos y trabajan fuertemente para que estudien y sean algo más de lo que ellos no pudieron lograr, lo único que falta es que ese hijo o hija, valore lo que sus padres con tanto esfuerzo han hecho para que estudien, se preparen y trabajen. ¡Pero…! ¿Si el niño o la niña no quieren estudiar? ¿Quiero saber quien es el malo o la mala ahí?
—Tierra llamando a Jayden —interrumpe mis pensamientos, que eran mejor esos a que estar pensando en la rusa—, que tan mal te tiene esa chica.
Tomo mi vaso de Vodka Russo y sin ver a mi amigo tomó un sorbo hasta que me queme la garganta.
—Aaaahh… —saboreo el pequeño sorbo que le di, quedando el paladar al buen gusto de un sabroso Whisky.
—Te equivocas si piensa que con beber y beber olvidaras a la chica que te tiene como un estúpido.
—¿Con cuántos tragos piensas que la olvidaré para buscarme a otra? —pregunto dando otro sorbo.
—Déjala Jayden —dice con tono suave—, ella no merece sufrir y tú sabes perfectamente que el amor no está en tu vida y menos en tu diccionario.
—Lo sé William, pero cada vez que me siento cerca de ella pierdo el autocontrol y me dejo llevar por mis impulsos.
—Aceptó la moto que le escogí —pregunta sirviéndose un segundo trago.
—Mmm… no quiso, pero la obligué o la convencí de una u otra forma —sonrío al recordar que la rusa es vulnerable ante al deseo sexual.
—Aléjate de ella Jayden, si ya le diste la moto será mejor que des la vuelta.
—No lo sé… —de un solo trago me tomo Vodka.
***—Ya has tomado mucho Jayden, solo imagínate que nos alcanza el amanecer, puesto que se aproximan las cinco de la mañana.—Espera… espera… espera… escucha —alzo mi dedo índice y en un dos por tres me suelto a cantar… Ayayayy… una música grupera ¡A través del vaso!—Quisiera morirme en una buena pedaPorque esto de amarte, me trajo problemasA través del vaso ya miro tu caraLas ganas de verte, no se van con nada.Tengo mucha prisa por ir a buscarteLuego me arrepiento, me gana el coraje (…)—¿Dónde estamos? —pregunto en el instante que el sexi detiene el auto.Mis ojos brillan y se agrandan al ver la inmensa playa, ¡estamos en la playa! ¿Por qué me ha traído aquí? Frunzo el ceño y lo volteo a ver esperando una respuesta de él, dado que no es momento de dar un baño en la playa o puede que lo merezca.—Es la playa inglesa —dice mientras se quita el cinturón—, quiero ser directo contigo y no andar de manos sudadas, ya que eso no es para los dos.¿Qué bicho le pico?Hace un momento estaba que los mil demonios se lo llevaban y ahora está en modo conquista.Capítulo 8
Zoe.Oh, por Dios, la he pasado increíble… Luego de tener un rico y sabroso orgasmo fui directo a darme un rico baño a la playa y luego el papi sexi me siguió, ya que obviamente no se aguantó las ganas de ver lo bien que disfrutaba bañarme o lo bien que me queda mi biquini.Pasamos dos horas dentro de la playa, dándonos un poquito de, “carameleó”, un poquito de manoseo, un poquito de besitos, para luego decir que era tiempo de salir e irnos porque tenía que buscar mi moto e irme a mi casa, puesto que en la noche tengo clase y no se diga más del trabajo. Na-ah… decidí no presentarme al trabajo porque de primera a primera estaba mojada y lo segundo es que no tenía ganas de ir.Hace cinco minutos llegué a mi ca
Sin quitar sus labios de los míos desabrocha el botón de mis vaqueros para luego bajar mi cremallera. Se separa de mí para inclinarse hacia la parte de mi vagina, quitando lentamente mis vaqueros. Jadeo al sentir su tacto junto a mi piel. Él aspira al poner su nariz cerca de mi vagina.Él posa su mano en mis rodillas y noto cómo las sube muy… muy lentamente. Acerca su boca a la mía y, sobre mis labios, siento que me dice «soy exclusivo». Cierro los ojos al sentir como sus manos ascienden hasta levantar mi camisa dejando ver mi sostén.Mi pulso se acelera.Me siento preparada, deseosa y húmeda.Me sujeta de ambos brazos y me lleva hacia su cama, lanzándome como en un precipicio. Caigo
Zoe.¿Me gusta? ¡Me encanta…! Estoy saliendo de la casa del papi sexi, estoy como una perra loca, mmm… ese hombre me poseo a su manera. Es agresivo, controlador y un puto rudo en la cama. ¡Madre mía…! Me siento perdida, perdida de ser poseída, mi cuerpo pide más y más. Ese hombre me follo como lo había deseado en mis sueños.—Srta. Zoe —veo que William está recostado sobre mi diabla.—Me puedes llamar Zoe —hablo en tono cansado—. Por lo que veo estás cómodo—me cruzo de brazos—, William me tengo que ir, aunque tú estás impidiéndome el paso—exclamo.—Lo siento —se levanta y se aleja un poco de la diabla.
Siento como la sangre me hierve y las ganas de sacar a mi madre de aquí más. No quiero que mi madre esté encima de mí, ella se hace la que me quiere y se preocupa por mí, ya que es mentira… Mi madre está aquí porque quiere que encuentre una esposa, una esposa que le dé un nieto. Yo siempre le digo que un nieto se lo puede dar mi hermana Gabriela. Ella está felizmente casada y no la envidio por ellos, ya que para ella se hizo conocer el amor de tu vida y no como a otro.Mi mamá no estuvo de acuerdo con la relación de aquella puta, pero… eso no quiere decir que hiciera algo para que me diera cuenta de la clase de mujer que estaba a mi lado y todo por querer un nieto.¿Qué le puede dar un nieto que no le puede dar un hijo? Mi jefa me deja a merced del sexi y el muy sínico no desaprovecha la oportunidad y me asiente con una enorme sonrisa y me jala para la oficina de mi jefa. ¿Qué pensarán los empleados del restaurante? Na-ah… Desde cuando me ha importado lo que piense el prójimo, acaso como por lo que el prójimo diga o piense de mí. Así que al diablo lo que el mundo entero piense de mí, a la única que me debería importar es lo que piense mi hermana.Después de entrar a la oficina de mi jefa el papi sexi tira de la puerta para luego cogerme del brazo, me levanta y me besa. Me besa con tanta profundidad que noto como su lengua llega hasta mi campanilla. Intento no responderle, ya que no creo que sea el momento y menos el lugar. Me niego una y otra vez, pero mi cuerpo me traiciona. Lo desea. En solo instante las cosas cambian de rumCapítulo 13
Zoe.—Tú no te mueves de este lugar hasta que me digas que hacías con ese caballero de la alta sociedad —Víctor me toma de la mano e impide que avance.¡Sabía que no podía pasar desapercibida!—Por si no lo notaste es un cliente exclusivo del restaurante, ya que se ha quedado con la jefa—me cruzo de brazos.¿Exclusivo para el restaurante o es exclusivo únicamente para mí?—No… no… no… —niega con la cabeza—. No soy ningún tonto y si te digo que ese hombre vino por ti es porque vino por ti—asegura.Literalmente fue así, pero obviamente que no le diré que