Capítulo 32

¡Puta madre! Soy la mera diabla y no puedo evitar ser como soy porque esta pata de urraca me debe muchas cosas que me ha hecho, y por ello me vengaré hasta llenarme de la sed que tengo hacia ella, no es que la mate o le pida al papi sexi que la despida, solo que quiero divertirme y luego ver si ambas hacemos las paces.

Me alejo de ella, dejándola con la boca abierta; sin anunciarme, me encamino hacia la oficina de mi papi sexi, moviendo mis caderas de un lado a otro, provocando a la pata de urraca. ¡”Dicen que el culo aguanta todo, así que tengo mucho para que me lo coman”!

Sin tocar la puerta me adentro a la oficina del papi sexi, y lo primero que busco es la presencia del papi sexi.

—Mi amor, qué haces aquí —¡ahí está! Senta

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