Salvador, sorprendido, recibió ese beso y dejó que ella lo dirigiera. Cuando sintió la lengua de Audrey fue el momento en que sus manos sujetaron su cintura con más firmeza. -Si, sería buena actriz- Murmuró avergonzada apartándose de el sin siquiera poderlo ver a los ojos -Fue muy creíble. Hasta yo creí que lo deseabas- El la miró a los ojos sintiendo que su amistad pendía de un hilo -No se cuántas veces voy a disculparme contigo. Siempre acabo haciendo algo inadecuado o exponiéndote a una incómoda situación. Acabaré pagándote un sueldo mensual- Salvador sonrió-Lo que pasó es un pequeño beneficio por ser tu novio falso. No estuvo mal, fue interesante- Le guiñó el ojo y fue a buscar más decoraciones * Ese día por la noche, después de bañarse por separado, los dos se acostaron. Para Audrey lo que había pasado había superado todos los límites. Necesitaba ese tipo de contacto, aunque creía que para Salvador era incómodo. -Quiero disculparme por lo de hoy. Me puse nerviosa. Iker me
Alondra recibió una llamada de Luca Santorini, su abogado. Él necesitaba saber su nueva dirección para poder entregarle los papeles que la liberaran del matrimonio que Iker siempre odió y que tan infeliz la hizo. -¿Señora...?-Solo dime Alondra, así está bien. Si alguien me dice señora me trae malos recuerdos- Explicó lamentándose por hablar tanto -Está bien, Alondra. Tengo los papeles, ya eres una mujer libre. Solo necesito una última firma-Prefiero que se los entregue a Iker primero. Seguro le urge estar divorciado. Luego te enviaré la dirección en la que estaré por unos días- La llamada se cortó y el abogado fue a ver a su colega Al llegar al buffet Spencer, Luca saludó y pidió que lo condujeran a la oficina de Iker. -Buenos días señor Spencer- Dijo al entrar -Buen día Luca, ¿Que traes para mí? Seguro te envió Alondra arrepentida por hacerme firmar los papeles de divorcio- Iker rió-Vengo a traer esto. El divorcio ya es efectivo- Iker firmó y se sintió intranquiloÉl sabía qu
Audrey no podía creer lo que acababa de ocurrir con Salvador ni tampoco sabía como era posible que el estuviese considerando en llevar su noviazgo ficticio a uno completamente real. -Estoy embarazada Salvador, ¿Eso no es un problema para ti?- Preguntó con dudas -No tendría que serlo. Yo podría ayudarte a buscar al padre del bebé, pero si no lo encuentras... tal vez yo podría ayudarte. Sabes que estamos viviendo juntos- Se sorprendió y se sintió completamente conmovida también-Creo que te estás apresurando un poco. Deberíamos... ir más despacio. Apenas si tuvimos relaciones una vez- El sonrió de lado -Eso podemos cambiarlo ahora mismo- La besó e intentó descubrir su cuerpo-Apaga la luz, me da un poco de vergüenza así- Él hizo lo que ella esperaba. Sentir inseguridad las primeras veces era normal y por el estado de ella lo consideraba comprensible -No creí que fueras así. ¿Sientes tanta inseguridad conmigo?- Le besó el cuello -Podríamos hablar después. No puedo concentrarme en lo
Iker había comprendido que había perdido a Audrey para siempre, aunque ella jamás había podido ser suya. Cuánto lamentaba haber dejado pasar la oportunidad. Esa noche fue tan cobarde y estúpido, algo por lo que él mismo jamás se perdonaría. Él llegó a su apartamento solo y encontró todo tal como lo había dejado varias horas atrás. Observó la cama deshecha solo de su lado, su ropa sucia acumulándose en el cesto para lavar. Llamó a un restaurante para que le enviaran el especial del día y decidió limpiar un poco. Nunca fue un hombre desordenado, pero estando con Alondra se había acostumbrado a que ella hiciera los quehaceres sin permitirle ayudar en nada. Siempre que regresaba del trabajo todo se veía impecable. Quitó las sábanas sucias y colocó unas limpias. Metió ropa a la lavadora y fue al baño para ducharse antes de que llegara la cena. Mientras se bañaba escuchó un pequeño ruido y al salir de allí envuelto en un toallón miró que todo estaba tal como lo había dejado. Notó que alg
Alondra fue a visitar a su amiga al extranjero, pero su estadía allí fue corta. Extrañaba su país, sus amigas, a Mauricio, sus padres y también a Luca. El abogado parecía preocuparse por ella y hasta le había enviado un ramo de rosas al apartamento de su amiga, aunque el estaba en su país y ella a una gran distancia. Lo más extraño que había recibido fue un mensaje de Iker felicitándola y preguntándole como estaba. Solo respondió que estaba bien y agradeció, no hizo nada más. Ese día decidió no salir, porque aunque el clima no anunciaba tormenta podría hasta caer un diluvio por el gesto sorpresivo de su ex marido. Su embarazo había avanzado demasiado y era imposible no notar que daría a luz en poco tiempo. Ella seguía viéndose sumamente hermosa y siempre se veía feliz. Cada movimiento de su hijo hacia que no se sintiera sola. Ella había comprado muchas prendas para su hijo y realmente era algo que disfrutaba hacer. Sus padres ansiaban verla. Ellos habían respondido las entrevistas
Alondra se había hecho un ultrasonido y había descubierto que esperaba un varoncito. Ella hubiese sido feliz con cualquier sexo mientras que fuera saludable. Había tenido un embarazo maravilloso. No había sufrido vómitos, náuseas ni tampoco mareos. Sus únicos antojos fueron de helado de limón y en contadas ocasiones. Al regresar a la ciudad rentó un apartamento amueblado con opción de compra y se mudó de inmediato. Sus padres, amigas y también su abogado Luca la llamaban y visitaban frecuentemente para hacerla sentir acompañada. Luca había aprendido a cocinar algunos pocos platillos siendo guiado por Alondra. Ella se sentía feliz en su compañía, había descubierto en él a una persona muy divertida. Los dos veían películas algunos fines de semana. Luca seguía interesado en ser más que amigos, pero con un bebé por nacer, el comprendía que Alondra no podía pensar en rehacer su vida. Llegó el día sábado y Lucas llegó al apartamento de su amiga. Había llevado su comida favorita y tambi
Iker pasó una mala velada junto a sus amigos y a Bianca, la potencial conquista que acabó sin quererlo volver a ver. Monique fue dura con él, pero necesitaba de alguien que le dijera la verdad sin ningún tipo de anestesia. Apolo hubiese tenido más filtro al momento de hablarle, pero estaba de acuerdo con la actitud tomada por su esposa. Los siguientes días, él pensaba en todo lo que había pasado en su vida los últimos años. Él se había acostumbrado a tener a Audrey pendiente de los pasos que daba. Ella era una verdadera dulzura que lo miraba totalmente enamorada a cada minuto. Le encantaba tener su atención, pero lo mataba la culpa de lo que podría sentir su madre al enterarse de la chica en la que había puesto sus ojos. Llegado el domingo, el fue a la casa de sus padres. Necesitaba hablar con su madre y contarle lo que le sucedía, aquella verdad que ella tantas veces había querido saber. -Papá necesito hablar con mamá, a solas- Así fue como saludó a su padre, quien sin dudar tomó
Audrey se sentía presionada y halagada a partes iguales por Salvador. El en verdad sin ser el padre de su niña, había estado en cada momento por mínimo que fuera. -¿De verdad quieres darle tu apellido?- Preguntó con dudas. Esa decisión no era una de la que pudiese retractarse fácilmente -No mentiría con algo así. Estuve en todo momento, cuando te enteraste yo estaba a tu lado, en cada control médico. Si tú no deseas que le dé mi apellido lo entenderé- Ella solo lo besó y guardó silencio. Necesitaba pensarlo, aunque lo más probable era que acabara aceptando -¿Estarás conmigo cuando de a luz?- Salvador sonrió-No me perdería ese momento por nada del mundo. Estaré contigo, no te dejaré sola jamás- La besó y eso la hizo sentir como su corazón latía aún más fuerte que nunca Era imposible para Audrey no enamorarse de Salvador. Cuando estuvo enamorada de Iker, lo hizo de un espejismo, de como ella lo idealizaba; Salvador le había brindado una experiencia real. Ella sin haber esperado nad