Iker veía a su esposa sorprendido. Ella no era una mujer que dijera las cosas tan a la ligera ni de ese modo. -Alondra nuestro matrimonio no es así. Puedo ofrecerte mi amistad- Le pidió intentando apartarla de su cuerpo-No me dejas más opciones mi amor, ¿Cuando vas a complacerme? No sé si lo sabías pero yo fui a la fiesta de Halloween y se la verdad- El palideció al comprender que ella sabía sobre la infidelidad-¿Quieres que te pida perdón de rodillas? Lo haré si es lo que quieres pero no metas a mis padres ni a los tuyos en esto- Imploró sabiendo que ella lo tenía en sus manos -Lo único que deseo es que me hagas el amor, que tengamos un matrimonio real. Te daré unos días si eso es lo que necesitas, pero quiero ser tu esposa- Aquello fue como un balde de agua fría para él. Ella lo estaba chantajeando con algo en lo que no podía negarse -¿No hay posibilidad de negociar?- Intentó sabiendo que había perdido esa batalla -No amor. Ahora bésame y luego vayamos a cenar- Iker suspiró y
Iker sentía como Alondra cada día se volvía más cariñosa con él. Ella iba a su trabajo y lo besaba delante de todos haciéndolo sentir un poco incómodo, aunque nadie le prestaba mucha atención ya que ella era su esposa. -¿Crees que ese matrimonio esté funcionando?- Ángeles le preguntaba a su esposo Jacob mientras los dos observaban disimuladamente a su hijo y esposa -No lo sé. Es extraño que ella se porte tan cariñosa y el no la aparte, ¿Que sucedió entre esos dos?- Jacob desconfiaba. El conocía bien a su hijo y cada uno de sus gestos; algo extraño sucedía en ese matrimonio-Solo espero que todo esté bien entre ellos. Sospecho que pronto nos darán una sorpresa- Ángeles esperaba que su hijo fuera feliz con Alondra porque ella era una buena mujer y lo quería. Lo que no sabía era que necesitaría su hijo para enamorarse de ella Alondra había adoptado ir a llevarle comida a su esposo al trabajo y comer juntos. El comenzaba a acostumbrarse a eso. Ella buscaba recetas constantemente para po
Salvador había despertado y lo primero que vió al abrir sus ojos fue a su amiga. Él la estaba abrazando. La soltó con cuidado y se levantó rogando que ella no hubiese sentido su erección matutina. Lo que menos deseaba era que ella creyera que era un pervertido, por algo que no podía controlar y que sucedía durmiera solo o no. Cuando él salió del baño después de asearse observó que Audrey se había destapado. Miró sus piernas descubiertas y como ella dormía tranquilamente con un boxer de dama puesto. Se sorprendió, pero también se sintió mejor al saber que ella confiaba en él hasta ese punto. Sin haber desayunado, Salvador, fue a una tienda a comprar ropa para su amiga. No creía que ella quisiera ir a su casa a cambiarse. -¿Que talle busca señor?- Una vendedora se acercó para atenderlo y lo observó mirando ropa interior-No tengo idea. Ella es como usted, pero tiene... más curvas- Se sintió avergonzado comparando a su amiga con la vendedora -Déjeme mostrarle- La vendedora le mostró
Salvador le había dado la mano a Audrey. Había notado que ella secaba el sudor de sus manos en su ropa y que luego apretaba sus dedos en sus piernas. Ella estaba realmente nerviosa, hasta él lo estaba y nada tenía que ver con ese niño. -Por las semanas que pasaron desde Halloween en un ultrasonido tiene que revelarse...- El médico seguía hablando, pero Audrey solo pensaba que le harían un ultrasonido y ese revelaría si sus malestares se debían a su locura de una noche o no -Audrey, el médico te pidió que te acuestes allí- Salvador le habló cuando notó que ella no se movía y que el doctor la esperaba para hacer el examen-Si. Creo que me distraje un momento- Explicó aunque no hacía faltaAudrey se acostó, descubrió su abdomen tal como el médico le indicó y esperó. Salvador sintió pena porque ella se veía como una niña asustada sin saber que podría ocurrir y tomó su mano nuevamente. -¿Qué ve, doctor?- Salvador rompió el silencio al notar que el médico no decía nada y solo anotaba alg
Alondra recibió al doctor con un gran dolor en su corazón. Su esposo ni siquiera había esperado a que la atendieran. ¿Que clase de hombre era el? ¿Por qué siempre le prestaba tanta atención a su trabajo? Fue muy difícil para ella estar sola y responder todas las preguntas que el médico le hacía. Respondió una a una pensando cuidadosamente en sus respuestas, pero hubo una muy difícil de contestar. -¿Puede usted estar embarazada?- El doctor fue cuidadoso mirando a la joven tan afectada -Es imposible, yo solo estuve...- Se quedó en silencio recordando que no se había protegido la única noche candente que había tenido en todo su matrimonio El médico le pidió recostarse y comenzó a tocar algunos puntos específicos en su abdomen. Él creía que ella estaba embarazada, casi podía asegurarlo, pero lo mejor era ordenar análisis clínicos. -¿Cree que estoy embarazada? Por favor dígame- Quiso saber -Señora Spencer, no sería ético asegurarle eso, pero yo nunca me he equivocado. Esperemos los r
Alondra se levantó temprano, preparó su propio desayuno y no hizo nada para Iker. -¿Ya desayunaste?- Preguntó en lugar de saludarla -Buenos días para ti también. Si, ya desayuné y debo irme- Miró su teléfono y le respondió el mensaje a Mauricio que ya estaba listo para acompañarla -¿Y mi desayuno?- Creyó que ella lo había guardado en el refrigerador o tal vez en el microondas pero no había nada -Muéstrame tus manos- El lo hizo extrañado- Están sanas, puedes prepararte tu propio desayuno. No creo que mueras por cocinarAlondra lo dejó con la palabra en la boca y se fue. Iker se sirvió un vaso de agua y pensó en lo extraña que estaba su esposa. Él estaba seguro de que no le había hecho ningún daño ni que tampoco la había ofendido. Iba a mandarle un mensaje, pero decidió no hacerlo. Él se fue a trabajar sin desayunar y compró algo en el camino. *Mauricio tomó la mano de su amiga y observó sus uñas con desaprobación. -Si vas a divorciarte tienes que verte como una diva y que entien
Iker no sabía cómo sentirse. No lograba comprender lo que su esposa le había dado, mucho menos entendía que hacía Luca Santorini sentado en su mesa con un postre en sus manos. -¿Existe alguien más?- Le preguntó-No Iker, ¿En qué momento podría haber tenido un amante? Preparaba tu comida a diario y buscaba mil maneras de que me quisieras, ¿Que fue lo que hiciste por mi?- Respondió y el abogado escuchaba atento la conversación-Pasabas el día sola aquí- Justificó-Si, claro. Preparando lo que comerías, ¿Para qué? Para que acabaras dejándome sola siempre o criticando lo que con tanto esfuerzo preparaba para ti. Aún así no me rendí, ¿Sabes cuántas veces estuve a punto de hacerlo? Incontables. Cuando tomaba la decisión de acabar con esto pensaba en cuanto había intentado que me amaras y volvía a intentarlo- Iker se sorprendió porque jamás creyó que ella quisiera darle el divorcio -Te dije que esto jamás funcionaría- Justificó sus acciones olvidando que el abogado estaba allí- Te dije que
Audrey decidió llamar a Afrodita antes de que ella se enterara por su madre que estaba embarazada. -Iba a llamarte ahora, no viniste a trabajar- Afrodita sonrió en cuanto recibió la llamada -Tengo mucho que contarte. Sería bueno que vinieras a casa de Salvador. Temo decirte por aquí y que al desmayarte nadie te ayude- Bromeó, pero con lo exagerada que era su amiga seguro se le bajaría la tensión -Estoy en camino- Colgó la llamada. Tenía poco trabajo allí y tranquilamente podía continuar el plano en casa de Salvador Afrodita llegó y fue recibida por Salvador que iba de salida. -Te quedas como en tu casa. Se cuidan- Le dió un beso rápido en la mejilla y se fue atendiendo una llamada laboral -Gra...cias- No tuvo tiempo ni de despedirse de él- Si que estaba apurado-Si que llegaste rápido, ¿Viniste volando?- Bromeó Audrey abrazando a su amiga -Te escuchabas preocupada y tú nunca faltas al trabajo- Le dijo más que desconcertada -Bueno... vivo aquí, Salvador y yo seremos padres- Aud