/Prólogo

15 de diciembre de 2009.

Plaza Skanderbeg de Tirana - Capital de Albania.

Narrador Omnisciente.

—Hijo... —Joseph Akerson se acercó al chico de dieciocho años, quien no podía ocultar su sed de sangre, de obtener poder y querer venganza, y la iba a obtener, costara lo que costara. El hombre trató de calmarlo ya que si su hijo salía del museo en esas condiciones el plan se irá a la m****a y esta era la única oportunidad que tenían para llevarlo a cabo, no habría otra, hasta ésta misma fecha, el siguiente año —. Traigo a Axel y a Klein, tus aliados de siempre, ¿Dónde los deseas?

Durante exactamente un minuto el joven no habló y Joseph sabía por qué. Ecain Akerson se encontraba analizando la situación y haciendo encajar a sus dos mejores piezas en el plan orquestado de último momento. Fue un golpe de suerte, se supone que éste año el koka kryesore del Crimen Organizado Albanés no se presentaría y solo pocos de los cabecillas de cada Fis estarían, pero gracias a una información interceptada hace unas horas por infiltrados del Bajo Mundo en la Mafia, se pudo saber que decidieron asistir, como lo hacían cada año.

            —Klein y sus hombres se deben dividir en dos grupos: uno debe ir hacia el Palacio de la Cultura y adueñarse de todas las ventanas que den hacia las plazas. Deben tener en cuenta que allí ya están los hombres de Moriel Ekinova así que tienen llegar de manera silenciosa, asesinarlos y tomar sus lugares — explicó sin mirar ni una sola vez a su padre. Ecain se encontraba ocupado observando —a través de uno de los grandes ventanales del Museo—, cómo las personas se organizaban alrededor de la plaza para presenciar cuando comenzara el espectáculo navideño que solía tomar lugar desde el día quince de diciembre hasta el treinta y uno, inclusive —. ¿Se aprendieron todas las leyes, terminología de la Mafia y las respuestas claves de cada soldado del crimen?  —preguntó.

—Lo saben absolutamente todo. Hemos estado preparándonos desde hace un año para esto, hijo. Aquí comienza nuestra venganza. Erradicaremos al Crimen Organizado Albanés y solo El Bajo Mundo gobernará éste país. Viviremos en paz y libres —una pequeña sonrisa maliciosa se desplazó por los labios del joven, antes de mirar a su padre. Lo observó como si fuese una persona ingenua, y a lo mejor así lo era, pues su padre en el fondo estaba consciente de que su hijo era gobernado por su demonio interior, ese que estaba destinado a ser desde un principio, pero el deber de cada Demonio Infernal era proteger a su Princesa Infernal mientras ellas asesinaban a todo el que creyeran que fuese una peste para el planeta, solo que no lo quería aceptar, no. Su hijo no podía hacer eso que pensaba.

Se supone que eran los buenos y acababan con los malos. 

Se supone que las cosas que les pasara no los afectaría ni les haría cambiar de parecer con respecto a lo que siempre ha sido su destino.

Se supone que desde hace décadas ellos siguen su propio conjunto de leyes y reglas donde ayudan a los desamparados, tienen lazos con las autoridades y cooperan con ellos para atrapar a los principales integrantes de cada mafia, narcotraficantes, terroristas, asesinos...

—No eliminaré al Crimen Organizado Albanés, padre, y lo sabes —informó tranquilo, sin apartar la mirada. En sus ojos se podían ver las flameantes llamas del infierno ondearse, achisparse y avivarse cada vez con más fuerza —. Es mejor si nos hacemos pasar por ellos. Ya se los dije, es la única manera de atraer a la DOE y, por ende, a ellas. No te preocupes. Una vez que las tengamos, yo mismo me encargaré de asesinar a cada miembro de la que a partir de hoy será mi mafia. El Crimen Organizado Albanés me pertenecerá, y absolutamente nadie, ni siquiera tú, y mucho menos ella, me lo impedirán —exclamó refiriéndose a su madre.

—¿Estás seguro de esto? Si algo sale mal podría perderte a ti también... —murmuró el hombre, recordando a su otro hijo, ese que ya no estaba con ellos y a quien buscan vengar desde hace un año.

—Lo estoy.

—En ese caso... —Joseph sacó de su cintura esos objetos sujetos entre su cuerpo y sus jeans. Eran una Karambit Counter y una Navaja Táctica—. A partir de ahora son tuyas — se las entregó a Ecain quién las tomó con asombro. No creyó tenerlas aún—.  Acaba con él frente a todos. Que te miren y reconozcan como su nuevo líder. Solo así se obtiene el trono y lo sabes, será combate cuerpo a cuerpo y tienes como ventaja el ser rápido y ágil — aconsejó su padre, tomando el cuello de su hijo con fuerza y uniendo sus frentes para decir por lo bajo lo siguiente: —Mbrojtës sot, mbrojtës gjithmonë. Edhe duke besuar në veten të mundur, Whenshtë kur unë luftoj më të fuqishmit për vendin tim dhe njerëzit e mi. Shqipëria sot, Shqipëria gjithmonë  <<Protector hoy, protector siempre. Incluso creyéndome derrotado, es cuando más peleo por mi país y mi gente. Albania hoy, Albania siempre>>

Shqipëria sot, Shqipëria gjithmonë— <<Albania hoy, Albania siempre>> completó Ecain el lema del Bajo Mundo, sellando el pacto con su padre. Sería el vencedor, costara lo que costara.

—Estoy orgulloso de ti. Nunca lo olvides.

—¿Crees que podré lograrlo sin él? —el joven dejó ver un poco de su humanidad, algo que últimamente se negaba a mostrar.

—Es cierto que juntos conforman un todo y que no deberían funcionar si no han de tenerse el uno al otro, pero si de algo estoy más que seguro, es de que tú puedes contra esto y más, sin necesidad de tenerlo a él, o incluso a mí, a tu lado. 

—La mitad de los hombres comandados por Axel que vigilen desde este lugar —Ecain vuelve a colocarse la máscara de chico frío y calculador, siguiendo con el plan que por un instante había dejado en segundo plano —. Él que se venga conmigo y el resto que queden esparcidos entre las personas que verán el espectáculo. La orden es cuidar de los inocentes, detener a quienes se quieran pasar de listos y no entrometerse entre la disputa de Moriel y yo.

El joven se despidió de su padre con un simple asentimiento, mientras que el hombre sentía la necesidad de correr hacia él y detenerlo. Tenía miedo de perderlo. Pero no podía, se negaba a interferir. A pesar de todo conocía a su hijo. Él saldría vencedor. 

Él ganaría esa contienda y cambiaría sus leyes, porque solo el líder tenía el derecho de realizar dicha acción. Ya los miembros principales de cada familia de la mafia no tomarían Gjakmarrja. Cuando algo saliera mal o simplemente no les pareciera, debían primero presentarse ante el jefe y él determinaría si había realmente un conflicto, quien era la víctima y victimario y cuál sería el castigo impartido. Ya no existiría el Fis, los Clanes familiares seguirían trabajando, pero los jefes de cada familia ya no lo serían y en cambio, trabajarían para una persona impuesta por el nuevo jefe. Todo ello conllevaría a que el código del Kanun quedara roto y olvidado. 

Lo único conservado de aquellas fatídicas leyes fue el Besë, un código de honor y fidelidad.

Y así fue: esa tarde Ecain Akerson se posicionó como el Jefe del Crimen Organizado Albanés, mejor conocido como la Mafia Albanesa, al que ya no quisieron llamar Koka Kryesore <<Cabeza Principal>> de Albania, y, en cambio, lo nombraron como el Djali i së Keqes <<Hijo del Mal>> Albanés. Esto debido a que encontraron en él a un protector que tenía una gran oscuridad dentro, que haría lo que sea por cuidar de ellos, así tuviera que incendiar todas las tierras de afuera.

Hubo revuelos, muchos integrantes de los distintos clanes no querían acceder al mandato. Hace años, ellos fueron libres. Cada uno mandaba en su zona, hasta que llegó Moriel. Es el único que se había atrevido a liderar a todas las familias aun cuando ellas no lo querían. El hombre los supo embaucar, engañar y dominar. Tenía un ejército de soldados que hicieron que el Fis cayera ante él y se arrodillara, tal y como él ahora cayó ante Ecain y las familias se arrodillaban ante los soldados del Bajo Mundo.

La organización estaba en el puesto número seis como la mafia más temida, despiadada y cruel, pero los siguientes cinco años, se encargó de eliminar las Mafias que le querían hacer competencia o no se aliaban a él. Del puesto seis pasó al dos y estuvo en esa posición hasta el día dos de febrero del año 2014, cuando estaba en plena negociación con él y la sucesora de la Mafia Rusa, la cual, al mismo tiempo, ocupaba el puesto número uno como la más buscada por todos los entes policiales de la mayoría de los países, principalmente en Norteamérica. En medio de muchos acuerdos la DOE entró en un operativo donde atraparon al Glavar' de Rusia, al jefe de la Mafia Rusa. Ese día Ecain junto con la futura sucesora lograron escapar, y en medio de todo el desorden, gritos, ordenes, bajas y matanzas, él la vio, y sonrió al hacerlo.

Ella era su destino, pero también sería su perdición. 

Faltaba poco, muy poco para que terminara de organizarlo todo para ir por ella... 

O quien sabe..., a lo mejor el destino, como siempre, sería un hijo de perra y no esperaría por ello, decidiendo enviársela primero.

Fue justamente ese día cuando Ecain Akerson logró ubicar a la Mafia Albanesa como la número uno en todo el mundo.

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