Le extrañó que su madre eligiese que comiesen en su descanso dentro del restaurante y no fuera, siempre disfrutaban del paisaje, ya sea observando Jardín del Turia o los rascacielos de Venecia como si no los hubiesen estado viendo toda su vida, manías de los Castillo. Sus dudas se despejaron cuando vio a su padre sentado al lado de Sharifa, con un gorra azul marino que ponía >. -Iba a informaros de que Cristina había ganado, pero creo que ya lo sabéis - bromeó Jorge sentándose frente a sus padres. -¿¡Ha ganado!? - exclamó su padre y Jorge le dijo los dos premios. - ¡Mi hija es una campeona! - exclamó en medio del restaurante abriéndose la chaqueta de chándal bajo la cual tenía una camiseta blanca con la cara de Cristina y un emoticono de un gorro de fiesta encima. -Carlos súbete la cremallera y deja de avergonzarnos en medio del restaurante, por favor - pidió Sharifa en un susurro bajo cubriéndose la cara con disimulo. - No quiero más escándalos. Y quítate
No recordaba haber tenido la cabeza tan saturada jamás, ni siquiera en una época difícil con mucho trabajo y problemas en Trivio, lo curioso era que tampoco había sentido tanta adrenalina en su vida. La confusión la desconcentraba al mismo tiempo que la liberaba. Aún sin haber llegado a la puerta escuchó los ladridos de sus perros, oliéndola y reconociendo sus pasos, también escuchaba la voz de Samir Berroteran quejándose porque le estaban rayando la puerta. Aceleró el paso casi de forma inconsciente, no queriendo perder más segundos sin abrazar a los que consideraba sus compañeros de vida. Ahí estaba la CEO de Trivio, perdiendo toda su elegancia y entereza arrodillada en el suelo acariciando y abrazando a sus perros como si no los hubiese visto en meses cuando en realidad habían sido únicamente casi tres días. Apoyó la cara en el lomo de Aurum, notando a Argentum lamer su mejilla mientras ladraba con la misma felicidad que sentía ella; su mente despejada y renovada en esos se
-Por nada no, esas ojeras son de horas dándole al tema - le señaló Samir la cara. -¿Quieres parar? - regañó Nathan. -No. - Sonrió con alevosía antes de centrar su atención de nuevo en Nore. - ¿Cuándo la vuelves a ver? ¿Habéis quedado? -No creo que vuelva más a mi despacho, antes venía casi todos los días - recordó aguantando la leve sonrisa que parecía que iba a formular. De verdad que había pasado de considerarla un incordio a esperar sus visitas. - Pero la veré, es la abogada de Cristina y suele estar por Tacarigua, será hasta que demos por finalizado el proyecto. Y... dioses, la he contratado. Nathan parecía mucho más interesado en todos los avances que había hecho con Sharon como abogada en el tema de Héctor que el que hubiesen pasado la noche juntas. Escuchaba atentamente todo, hasta parecía de acuerdo en las sospechas de Nore de que el rubio robaba en Trivio aprovechando su posición de poder. La duda de cómo miraría ahora a Sharon a la cara asaltaba a Nore, s
-Te habrás quedado a gusto - fue lo único que contestó Sharon y recibió otra patada de Cristina. - Me vas a pagar tú las muletas, coño con tanto golpe. -Ignórala - le indicó a Alexa. - Si el amor fuese fácil no habrían tantas canciones de desamor. No te pasa nada diferente al resto del mundo, ya encontrarás a alguien, quizás sea Ricardo o quizás no. No a todos les va bien a la primera. -Ya, últimamente cuando me siento mal me acuerdo de Sharon - señaló a la abogada con malicia. - Me motiva a seguir viendo cómo Nore la sigue rechazando. -Soy demasiado educada como para mandarte a la mierda - respondió Sharon fingiendo seriedad mientras se colocaba la chaqueta. - Así que solo te mando a tomar por culo. Cristina de verdad pensó que Sharon iba a contarle su situación actual con Nore, al menos para salvaguardar su dignidad, pero su mejor amiga parecía en serio a cumplir los deseos de Nore de que absolutamente nadie más se enterase. Tampoco es como si a Sharon le afectase r
- ¿Cuánto tardará? -Se lo envían a usted, pero ponía que se demoraría unas veinticuatro horas, por la gran cantidad de mensajes que tienen - ojeó su libreta de forma rápida para asegurarse de que lo decía bien. - Aunque quizás tarden menos, lo ha entregado cuatro días antes del cierre de la convocatoria. -Perfecto. No podrás venir conmigo a la presentación del proyecto, estarán molestándote bastante esta tarde - señaló con un leve asentimiento a los arquitectos en sus mesas. - Terminarán varios proyectos hoy. -Sin problema, espero que salga genial - sonrió brevemente, aunque tampoco es que le hiciese especial ilusión rodearse de polvo de obra y el ruido incómodo de las taladradoras. - ¿Podría enseñarme mañana u otro día la presentación? Para ver cómo quedó. -¿Quieres verla? - le devolvió la pregunta con sorpresa, - ¿en serio? -Ha trabajado mucho en eso, me gustaría ver el resultado. Antes de que esté ya construido, claro. -Puedo hacerte yo misma la presentación
- ¿Quieres algo? Voy a la barra - le dijo a Ricardo interrumpiéndole su matanza de hormigas. -Café. -¿Bebes alguna vez algo diferente? -¿El capuchino cuenta? -No sé ni para qué pregunto. Se sentía estúpida al usar la excusa de ir hacia dentro del local solo para repeler la mirada insistente de Sharon, pero aún más cuando la notó a su lado caminando dando por finalizado su patético intento de huida. -¿Por qué viniste? -Eso es una pregunta un poco tonta - la escuchó reír por lo bajo, - tú estás aquí. Para Sharon su respuesta parecía ser suficiente motivo y quizás hace una semana para Nore también, pero luego de no verla durante cuatro días, sus declaraciones le chirriaban. -No has venido a Trivio últimamente - trató de sonar desinteresada mientras se apoyaba en la barra esperando a que le atendiesen, pero la mirada burlona de Sharon la dejaba al descubierto. -También podrías haber venido tú a visitarme si me echas de menos. -Hablas como si est
- ¿Cuándo será el día en que nos diga "adiós" o "hasta mañana"? - preguntó Jorge siguiendo con la mirada a Sharon correr escaleras abajo hacia su coche. -En todos los años que la conozco jamás lo ha dicho - respondió Cristina. -No está de más decirte que estás invitada, Alexa - añadió viendo el rostro sorprendido de la florista. - Formas parte de este proyecto, como todos. -Gracias, Cristina - sonrió sin ocultar su ilusión. - Estaré allí. Uno a uno se fue yendo excepto Ricardo que volvió a la obra a seguir trabajando, incluso aun siendo el jefe de la constructora Nore estaba segura de que aquel chico se ensuciaría las manos igual que el resto, no parecía querer quedarse quieto ni un segundo. Desde la pequeña terraza de la cafetería trató de atesorar en su mente la imagen de los escombros y maquinaria repartida por el terreno, necesitaba recordar todo el proceso y ver con sus propios ojos cómo su sueño iba cumpliéndose poco a poco. -Es impresionante todo lo que está
-¿Y si le da igual? No suele elegir el camino lógico - ladeó el cuello dándole más acceso a Sharon. -Iremos a juicio - murmuró sobre su oído viendo cómo la piel de su cuello se erizaba. - Y ganaremos de forma aplastante. -Jugaremos en tu territorio - concordó Nore girando su cabeza ocasionando que sus labios apenas se rozasen. -No tienes ni idea de lo que me pone ganar - bromeó. Sabía que había roto el ambiente, pero la carcajada de Nore era suficiente para no arrepentirse de su decisión. Disfrutaba cuando ella lo hacía, se sentía viva cuando la tocaba. -... no es que sea inútil, aunque les llame así a veces, en mi bufete no hay inútiles - confesó mientras se tomaban un pequeño descanso. - Pero es un caso delicado y difícil, preferí que me lo relevase y ocuparme yo, aunque no sea mi especialidad. -¿Y cuál es? -¿La mía? Derecho mercantil - dijo con orgullo. - Se gana más y como jodes a gente importante, la victoria sabe mejor. -¿No te asista defender a a