Observo a mis lados y no sé como o de dónde, pero escucho unas voces en un tono apenas audible, se escuchan susurros, pero a los segundos noto que son plegarias, es algo muy extraño, pero no me confundo... no es algo normal, no logro distinguir de que se trata, intento tapar mis oidos con una almohada a ver si las voces desaparecen, pero se escuchan igual.
No soporto escuchar ese desastre en desarrollo.
Quiero arrancarme las orejas y lanzarlas por la ventana, tomo mi cabeza en manos y halo mi cabello, grito y mantengo mis ojos cerrados.
Duro casi una media hora escuchado esa imitación del infierno, hasta que recuerdo que Jon se encuentra en el primer nivel.
Me levanto corriendo y salgo de la habitación, corro enloquecida por las escaleras y al ver a Jon conversando, me detengo, realizo algunas respiraciones, me tranquilizo y sonrío. Lo que menos necesito es que me tachen de loca.
Avanzo y me dirijo a ellos.
- hola Shelsey- digo abrazandola.
- hola querida Merlina- dice besando mi mejilla.
Me siento en una de las butacas frente a ellos a usar mi celular, empiezo a ver memes y entonces ellos suben de nivel, poniéndose aún más cariñosos.
Me dan asco.
Miro la pantalla de mí celular y continúo tecleando.
¿el sueño del otro día tendrá algo que ver con esas voces?
Creo que quizás debería ir a la biblioteca a buscar algunos libros para entretenerme, ya que tuve que devolver los de la otra biblioteca, sí, no soy rica...
Subo las escaleras y tomo un Jean azul claro talla alto, un crop top verde mint y unas Vans blancas.
Me coloco toda la ropa y me detengo en el espejo a observar como luzco.
No soy una chica atractiva en realidad, al menos físicamente soy todo lo opuesto a atractiva, soy bajita, de unos 4,8 pies o 150 cm, delgada... peso unas 90 libras, pelo rubio oscuro... lo único un poco fuera de lo común en mi son mis ojos azules.
A diferencia de chicas como Shelsey, cuerpo perfecto, pelo perfecto, actitud perfecta y el chico perfecto.
Luego estoy yo que ni novio he tenido y solo paro jugando fortnite y comiendo palitos de queso.
Suelto una carcajada, con esa descripción tan vaga seguiré soltera toda la vida.
Me realizo una media cola y me dirijo a la puerta luego de tomar mi bolsa.
- nos vemos- digo sin girarme abriendo la puerta principal.
- ¿a dónde vas?- pregunta Jon levantándose y caminando en mi dirección.
Pongo los ojos en blanco.
- biblioteca- sonrío en forma fingida.
- ¿quieres llevarte el Jeep?- me tiende las llaves.
- sabes que no, quiero ir a pie, no está tan lejos y además necesito el ejercicio- ríe y arruga sus cejas.
- como digas- ambos me observan con mirada burlona.
- bye- salgo cerrando la puerta detrás de mi.
Una semana después.
Despierto con un pesado dolor de cabeza, siento un dolor insufrible de cabeza, abro los ojos y me encuentro en mi habitación.
Estuve soñando toda la noche con aquellas sombras, recuerdo que corría y corría por todo el centro de California, sin lograr escapar.
-¡Jon!- grito bajando las escaleras.
Lo alcanzo a ver acostado boca arriba en el sofá, al parecer se quedó dormido allí.
Se despierta y se incorpora en cuestión de segundos.
- hay algo muy importante que debí contarte hace mucho- digo de manera insegura.
La verdad, no creo que sea lo correcto decirle, pero si él no lo sabe ¿Quién me ayudará?
Necesito ayuda.
- últimamente tengo sueños extraños- digo de manera dudosa.
- ¿sueños extraños?- frunce el seño.
- no lo sé- digo y fijo mi vista en la ventana, es ilógico decirle, incluso a mi me parece absurdo. Más por el hecho de que solo se trata de sueños.
Alza una ceja.
- quizá pienses que es una tontería... pero no lo es- digo y miro hacia el techo- no sé realmente que son, pero no es normal el hecho de tener pesadillas siempre de lo mismo- arrugo las cejas.
- Merlina...- dice frunciendo el seño, mirándome fijamente a los ojos- quizás es normal, digo... solo un sueño- dice sonriendo.
- no es eso... no puedo dormir tranquila, aveces me despierto de noche y no puedo volver a dormir...- alza las cejas.
Me observa de forma preocupada.
- ¿desde cuándo te sucede esto?- pregunta.
- ya hace unas semanas, pero ya no creo poder aguantar un día más...- dejo las palabras al aíre al ver su rostro, es una combinación de sorprendido y preocupado.
- quizás sea buena idea ir a un especialista- yo niego- es la única forma de entender porqué sueñas esas cosas- la verdad creo que tiene razón... pero me avergüenza tener que contarle todo esto a un Doctor.
- es verdad- digo cansada.
- yo me encargo de agendar la cita- dice negando.
- no me vengas con el típico sermón- digo volteando los ojos.
- es la única forma Mel- dice con cara de lástima.
- hablo en serio Jon...- entrelazo mis manos de manera nerviosa- solo quiero pastillas, no quiero que me tachen de vidente o loca- digo y el mira la puerta.
Permanece en silencio.
- di algo- digo desesperada.
- no puedes estar medicandote sin prescripción médica- dice, mientras frunce más el seño- casi acabas la carrera- alza una ceja.
Ruedo los ojos.
Es mi culpa por contarle, no debí decir nada.
- no quiero contarle esto a nadie más- digo frunciendo el ceño. Él niega.
- ya hablaremos luego de esto- dice sonriendo.
Le doy un sorbo a mi capuccino de vainilla y sonrío... amo los viernes en la mañana.
Pedí al Starbucks mi café preferido y aún sigo con mi pijama puesta ¿qué podría salir mal?
Bien... ya sé que esa frase solo trae problemas.
Tecleo en algunos grupos de W******p del hospital y recuesto la cabeza en la meseta del desayunador. Solo he dormido unas 3 horas, estuve de servicio toda la noche.
Escucho abrirse la puerta principal de la sala y tras ese sonido pasa por mi lado un Jon sonriente.
- ¡hola mi vida!- dice emocionado.
Proporciona un beso rápido en mi cabeza y prácticamente me obliga a saltar de mi silla, para luego estrujarme contra su pecho.
Sonrío.
- me alegra verte tan contento- digo alzando las cejas y volviendo a subirme en la butaca giratoria del desayunador.
La verdad no estoy muy contenta, no puedo evitar estar de malas cuando no he descansado bien.
- enana- me observa con expresión de pocos amigos- seguro no lo recuerdas- dice negando.
Frunzo el ceño.
- ¿de qué hablas?- pregunto sorviendo un poco de café.
- hablo de la cena de negocios Merlina...- se sienta frente a mi y toma una dona de las que compré.
Repito su acto y doy un mordisco a una de las rellenas de dulce de leche.
- esto es la gloria envuelta en harina- digo cerrando los ojos con expresión de placer.
No juego al decirlo, son las mejores donas que he probado.
- Merlina...- dice observando mis ojos con cautela, supongo que espera que conteste sobre la cena de negocios.
Recuerdo perfectamente que le prometí acompañarlo a una cena en Italia, donde se supone que se va a inaugurar un nuevo negocio familiar.
- te hice una promesa- sonrio abiertamente- pero sí, lo había olvidado- digo con una risita.
- lo sé- niega- salimos a las dos de la tarde, para poder llegar allá al menos en la mañana y tener todo el día de mañana.
- ¿cuánto tiempo nos la pasaremos allá?- alzo las cejas.
- tres días como mucho, no tienes que preocuparte- me muestra una sonrisa tranquilizadora y se dirige a la salida- empaca lo que llevarás y nos vemos a las 1:00 p.m.- dice sonriente.
Tomo otra dona rellena y me dirijo escaleras arriba.
Tomo mi maleta negra y la coloco sobre la cama.
Busco una que otra prenda estratégica y algunas joyas.
Tomo algunos productos del cuidado personal, como: un jabón, sal de baño, un perfume y crema. Todo en travel size.
Cierro la maleta y la lanzo al suelo, para luego lanzarme sobre la cama y cerrar mis ojos.
Estoy agotada.
***
Tomo rápidamente las pastillas para la ansiedad de la cartera y me tomo dos. No quiero siguiera pensar en nada que pueda asustarme... por si no se los había dicho yo y las alturas somos enemigos mortales.
Al montarnos en el Jet prácticamente me lanzo sobre uno de los asientos, y con mis pies ocupo otro asiento.
- ocupo dos asientos- le digo a Jon, aún somnolienta.
Ríe.
- todo tuyo boba- dice tecleando su celular. Se sentó del lado contrario a mi. Hay algunos sofás en el fondo, pero no nos podemos poner allá hasta que el jet despegue y se encuentre estable.
Cierro mis ojos y ya no sé más de mi.
***
- ¿sabes que solo estoy aquí porque te amo?- digo frunciendo el ceño y levantandome aún somnolienta de mi asiento.
Hemos estado todo el día volando, con solo 4 paradas por seguridad, ya que son unas 12 horas en el aire ¿pueden creerlo?
Suelto un quejido de incomodidad, tonto Jon... yo debería estar en casa tranquila, sin pensar en nada más que en mi camita.
Jon sonríe exageradamente.
- lo sé, yo te amo más por eso- dice riendo.
Ruedo los ojos y tomo mi bolso. Por fin ya llegamos a nuestro destino.
Ambos salimos a toda prisa del Jet.
Visualizo todo ese panorama que caracteriza Italia, específicamente acabamos de llegar a la capital, o sea Roma.
Adoro la sensación de estar en mi país nuevamente, hacía mucho que no venía. Me alegra haber acompañado a Jon.
El día está bastante seco y caluroso, solo de salir sentí la ola de calor.
Jon y yo nos dirigimos en dirección a un vehículo que nos espera a una distancia prudente del Jet.
- extrañaba estar aquí- digo con una sonrisa. Noto alegría al instante en el rostro de Jon.
- sabía que te gustaría estar aquí devuelta- asiento.
Me adentro al vehículo y Jon repite mi acción.
- ¿cuál es nuestro plan de hoy?- pregunto recostandome en el asiento.
Jon sonríe.
- va a ser un día extenso- me paso las manos por el rostro tratando de calmarme- sabes que no podemos durar muchos días, entonces debemos aprovechar todo el tiempo que se pueda- ruedo los ojos.
- dime de una vez- me desespera cuando empieza a redundar y no va al punto.
- malhumorada- se burla- ahora iremos al hotel, me daré una ducha y comeré algo- alzo las cejas- tenemos 2 horas para estar listos para volver a salir, luego vamos a comprar algo para vestirnos en la cena y luego visitaremos a mis padres- me limito a mover la cabeza en señal de aprobación.
- ¿la cena será muy elegante?- ya estoy hasta emocionada.
- claro que sí- teclea algo al celular.
Me decidí por algo sexy para variar, así que tomé un vestido de seda en rojo carmesí, con escote pronunciado y dos ranuras a cada lado de las piernas.- sabes que el estilo aquí es conservador Merlina- dice Jon sorprendido.Doy una vueltita.- da igual, estoy cansada de seguir las reglas- sonrie en señal de rendición.Me coloco unas zapatillas doradas de tacón kilométrico y me realizo un maquillaje sencillo.Labios en un tono nude, un poco de color en los cachetes, rímel y la típica ralla de gato.Por último, suelto mi cabello y realizo un medio recogido con este, para dar un toque más delicado al outfit.Jon también se decidió por algo distinto, se compró un traje gris oscuro y una camisa azul marino, siempre se co
Provocativo es la palabra que buscas, Merlina. Se burla mi subconsciente.Trae puesta una camisa negra en mangas hasta los codos y un pantalón de vestir del mismo color y su camisa está por dentro de éste, lo que provoca que se marque más su figura.Mis ojos se abren como platos al ver su rostro.Ángel de la guarda...Tiene unas facciones de infarto.Sus ojos son de un verde azulado, adornados por unas cortinas de pestañas bastante dotadas, sus cejas lucen frondosas y tiene una nariz perfilada. Es Italiano, a distancia me daría cuenta debido a sus rasgos tan marcados.No puedo evitar mirar descaradamente sus labios, son carnosos, húmedos y los trae entreabiertos. Pareciera que le sucede lo mismo que a mi, aunque la verdad lo dudo, no pareciera que él esté alcoholizado.
Al descender a la tierra mis alas y toda mi espalda arden, arden en un modo agonizante, observo mis alas y éstas van cambiando de un blanco a un negro azabache.Como lo suponía Mérida me mostró mi castigo, dijo que al llegar a la tierra dejaría de ser un ángel y me convertiría en un ángel caído, me convertiría en un niño de unos 5 años y cuando mi cuerpo alcanzase su edad madura, no va a envejecer, permanecerá del mismo modo que ahora, seré inmortal, pero ahora siendo un ángel caído.***Al tocar el suelo con mis pies, mis alas arden aún más fuerte, como si el sol estuviese detrás de ellas, caen pulverizadas al suelo y al tocar con mis ahora pequeños deditos siento unos agujeros enormes en mis omóplatos, al ver mis manos se encuentran llenas de cenizas y sangre.
Merlina.Abro la puerta con pocas ganas y la cierro detrás de mi... la verdad hoy no tengo ánimo de hacer nada.Alzo la vista con desinterés y... no puedo creer a quien tengo en frente.No olvidaría esos ojos.Su cabello cae de manera desordenada hacia atrás y acaba de sonreír al sentir mi mirada.Pensé que jamás volvería a ver a aquel hombre.- buenos días- dice y se levanta. Le devuelvo el saludo.- tome asiento- dice cortésmente.examino toda la habitación y noto que hay una camilla, un conjunto de sillas con un escritorio a la par y unos sofás con otro escritorio, todos ellos organizados en distintos sectores.-¿en cuál?- lo observo dudosa y él asiente.<
Me preparo mi sándwich de queso con pan integral y algunos vegetales."La clínica psiquiátrica y psicológica Kaprow", localizada en California, es una de las clínicas que ofrecen mejor servicio médico y atención al usuario mundialmente, al año ofrecen servicios gratuitos a alrededor de 100 millones de personas.El señor Scott Kaprow, uno de los entes más adinerados de todo Estados Unidos, ha declarado la mejoría y estancia de muchos de sus pacientes en estado más crítico."Oh no...Al parecer están presentando la clínica en la tv, falta poco para que me llame Jon, mejor me escabullo a la habitación.Me aproximo a las escaleras lo más rápido que puedo."lo más importante para mi son las personas, su bienestar mental.
Salgo de la universidad a paso lento, la verdad estoy exhausta, he estado unas 6 horas en la universidad y acabo de salir de un examen bastante complejo.Saco mi celular de mi bolso y puedo ver 8 llamadas perdidas de Jon, devuelvo la llamada, al segundo timbre responde:- he estado loco buscándote, pensé que te habían secuestrado, desde que terminé de supervisar he estado buscándote, fui a la universidad a buscarte, le pregunté a Charlotte y nadie sabe nada de ti- hace una pausa y respira eufórico- ¿es que tienes algún novio o qué?- pregunta enojado.- Jon... acabo de salir de un examen, estoy en la universidad desde hace varias horas, ven a buscarme...- resopla fuertemente.- ya voy- responde con pesadez- ¿dónde estás?- pregunta rápido.- en el centro, en un banco que está frente del Starbucks que está al lado de la biblioteca- digo r&aa
Ambos permanecemos en silencio y al observarlo noto que no deja de ver mis labios... como si de algo insoportable se tratase, trato de olvidar lo que veo e intento cambiar el tema.- no respondiste mi pregunta- digo y me cruzo de brazos.- no tengo porqué hacerlo- dice y se acerca más a mi- deje de tutearme por favor- arruga su frente.¿Quién se cree que es?- pregunta por pregunta- digo y el sonríe.- de acuerdo- dice- ¿desde hace cuánto tiempo tiene estas visiones, sueños o lo que sea?- pregunta.- desde hace algunos 6 meses- digo negando y observando sus maños, están juntas sobre el escritorio, son enormes, creo que una de ellas es del tamaño de las mías.- estudié en Sarah Lawrence College, la medicina general, pero las especialidades en Universidad de Lorraine en Francia- responde.- ¿sabes varios idiomas?- pregunto s
Varios días después.Hoy la cita es a las 2:00 p.m.Actualmente son las 12:43 p.m.Acabo de llegar de la clínica, he limpiado vómitos, sangre y todo tipo de calamidades, así que me dirijo directo a la bañera a darme la real ducha caliente, con espuma y sales marinas.Ya por fin es viernes y además es fin de semana largo.Tomo un jean blanco, una camisa cremita claro y unas Vans blancas.Corro a la cocina, tomo una bolsa con papas y un poco de jugo de limón.Me coloco un maquillaje básico que consta de: máscara, labial y un poco de polvo, el cual no logra ocultar ni la mitad de mis pecas.Me dirijo a la jipeta de Jon y nos dirigimos a la clínica.***Al tocar la puerta solo escucho un adelante femenino y abro la puerta a toda prisa.El Doctor está besando una chica la cual despega rápido.- Camila, por favor- dice