Valentino caminó por el pasillo directo a la oficina de Alessandro guiado por su secretaria. Después de un día alejado de la realidad, había cosas de las se tenía que hacer cargo. No iba a permitir que alguien lastimara a Bianca y se saliera con la suya.
En su memoria aún estaba grabado la escena que había presenciado en aquella oficina. Ver a ese sujeto besándola a la a Bianca lo había desquiciado y estuvo tan cerca de matar a golpes al bastardo. Sino fuera porque Bianca lo había llamado y había visto que no se sentía bien, no habría parado por mucho tiempo.
La secretaria abrió la puerta para él y lo invitó a pasar. Había acudido sin Leonardo porque alguien tenía que quedarse en la empresa.
—¿Desean algo de beber? —preguntó ella permaneciendo en la puerta.
Alessandro lo miró con una ceja arqueada y él negó.
—Estamos bien, puedes retirarte.
La mujer asintió y los dejó a puertas cerradas.
Alessandro se puso de pie para ofrecerle
Bianca estaba aburrida, no es que ir a la empresa de Matteo fuera el trabajo de sus sueños, pero al menos le daba algo que hacer. En cambio en ese momento sentía los minutos como horas.Valentino había salido temprano esa mañana después del desayuno, prometiendo regresar pronto. Así que por el momento estaba sola.Encendió el equipo de música y lo conectó a su celular. Luego puso su música. Aprovecharía el tiempo libre para arreglar su departamento, aunque en realidad no había demasiado que ordenar. Cuando cada cosa estuvo en su lugar se ocupó de la ropa sucia.Una hora después de nuevo estaba sin nada que hacer. Intentó pintar, pero por alguna extraña razón no se sentía con ganas así que lo dejó al poco rato.Llamó a Greta para y conversaron un rato sobre los nuevos vecinos que ella tenía. O para ser m&
La siguiente vez que Bianca despertó fue a causa de unas caricias en su rostro. Las manos la recorrían su mejilla con suavidad y ternura. Mantuvo los ojos cerrados disfrutando del contacto, eran tan relajantes y le transmitían tantos sentimientos. —Sé que estas despierta. —Reconoció la voz de Valentino. Se sonrojó al verse atrapada.Abrió los ojos, pero evitó su mirada. Miró hacia el techo como si fuera lo más interesante de la habitación.Él la cogió del mentón con delicadeza y giró su cabeza en su dirección. Sus ojos se encontraron y por unos segundos se sintió atrapada en la profundidad de los de él.Valentino junto sus frentes y se quedaron en esa posición.—¿Qué está pasando? —susurró antes de olvidarse donde estaba.La expresión relajada de
—Bianca —la llamó una voz antes de que la sacudieran con suavidad.Abrió lentamente los ojos y se encontró con Valentino cara a cara. Sonrió al verlo, había soñado más de una vez despertando con él a su lado. Era igual de mágico como se lo había imaginado.Él era atractivo, pero más que eso. Tenía algo que hacía difícil que se resistiera a buscar estar cerca de él. Era como un imán del que no podía estar demasiado lejos. Era por eso que siempre estaba observándolo, hasta que tuvo que irse para cumplir sus sueños.>>Tus padres están aquí —le dijo él y los recuerdos del último día inundaron su mente. El más importante. Valentino y ella que estaba juntos. Algo que todavía le costaba creer.Se giró con suavidad y trató de acomodarse mej
Lujoso y enorme.Esas eran las palabras que Bianca usaría para describir el edificio donde estaba ubicado el departamento en el que vivía.Cuando habían entrado al garaje creyó que tal vez los departamentos serían más modestos, pero en definitiva había estado equivocada.El departamento parecía diseñado para albergar a más de una persona. Pertenecía a Matteo y él se lo había alquilado, aunque era seguro que no le estaba cobrando el monto usual. Era obvio que ningún sueldo le alcanzaría para pagar la mensualidad de un lugar como ese.Bianca era más de cosas sencillas aunque había sido criada sin que le faltara nada y tal vez con más cosas de las que necesitaba, le sorprendió haber aceptado vivir allí. Miró a Matteo dispuesta a decirle que no podía quedarse allí, pero vio su rostro y pensó qu
La mujer era alta, rubia y muy guapa. Aunque al principio ella pareció nerviosa, luego una sonrisa se extendió en su rostro. Esa sensación desagradable instalada en su pecho no desapareció. Se dijo que solo estaba siendo paranoica.La mujer caminó hasta ella, se inclinó y la abrazó. A diferencia de las ocasiones en las que Ava o Lia le habían tocado, su contacto la hizo sentir incómoda, por ese mismo motivo Bianca no reaccionó al instante y cuando trató de hacerlo ella ya se estaba alejando.—Bianca, disculpa por venir recién, pero no me enteré de tu accidente hasta ayer por la tarde. Fue una mala suerte que eso te sucediera. —Ella se sentó en el sofá en el que antes había estado su padre.No escuchó ni la mitad de sus palabras porque su cerebro estaba más concentrado en tratar de descifrar cuál era podría ser el
Valentino soltó un suspiro cuando Bianca se quedó dormida. Ella se merecía un descanso después de todo lo que le había pasado. No poder recordar nada debía de ser frustrante para ella. Él esperaba que pronto todo volviera a la normalidad. Su recuerdo sobre aquel beso parecía indicar que así sucedería. Aunque tal vez hubiera preferido que recordara otra cosa.Ella se había mostrado comprensible después de escuchar su versión de la historia. Además había dejado en claro que si ya lo había perdonado por eso en el pasado, entonces ya no había nada que perdonar.La besó y luego se puso de pie. Salió de la habitación y caminó hasta la sala.—¿Cómo está ella? —preguntó la mamá de Bianca apenas lo vio.—Descansando. Estaba mejor antes de quedarse dormida.&mda
—Con tu declaración es más que suficiente para llevarla a la cárcel Bianca —dijo Valentino—. Además ya nos estamos haciendo cargo de todo, no es necesario que te encuentres con ella. Valentino le había contado casi todo lo que sabía de Rafaella, sabía que había detalles que no le había dado para no perturbarla. Después de saber las cosas de las que ella era capaz, debería darle miedo; pero no era así. Por el contrario había surgido un deseo de confrontarla, de mostrarle que no había ganado. —Quiero hacer esto —declaró con firmeza. Era cierto que su declaración bastaba para que Rafaella pagara por lo hecho. Sin embargo, Bianca quería confrontar a Rafaella, necesitaba hacerlo para seguir adelante y no iba a cambiar de opinión. Tanto tiempo viviendo en segundo plano le había enseñado que no siempre debía actuar así. Después de hacer lo que tenía planeado sus hermanos, así como Valentino y Leonardo, podrían encargarse de los aspectos legales. —Es
Bianca le dio los últimos detalles a su dibujo. Estaba a menos de una semana de que el semestre acabara y la exposición se llevaría a cabo el penúltimo día.El tiempo había transcurrido con demasiada rapidez, tal vez se sentía así por la felicidad que sentía. Su relación con Valentino solo se había fortalecido después de todo lo sucedido con Rafaella. Ahora ella era un tema olvidado.La luz del día comenzó a filtrarse por la ventana haciendo cada vez menos necesaria la luz artificial.Esa mañana se había levantado aun de madrugada. Había sido casi una misión imposible alejarse de la calidez de los brazos de Valentino, pero al final había triunfado su necesidad de pintar. Al levantarse se había asegurado de no despertar a Valentino. Era domingo y él merecía descansar, el trabajo lo había tenido bastante ocupado últimamente.Dejó sus pinturas a un costado cuando terminó con su trabajo. Estiró los brazos hacia los costados para ayudar a relajar sus músculos