—Y si me estrelló contra algo —dijo Bianca temerosa.
Valentino estiró su mano e hizo a un lado un mechón de cabello que estaba en su rostro.
—¿Te has dado cuenta de donde estamos? —preguntó él bromista.
Estaban en una especie de carretera abandonada. La casa más cercana estaba a diez minutos de viaje y tampoco se veía personas en la cercanía. A excepción de ellos dos, todo estaba en silencio.
—Incluso así, aun hay algunos árboles contra los que me puedo estrellar. No estoy lista para morir.
Había que darle el beneficio a Valentino por no reírse de sus delirios, si ella no estuviera tan nerviosa seguro lo haría hecho.
—Tranquila, pequeña —la calmó él—. Estaremos bien. —Si se hubiera tratado de otra persona, esas palabras no hubieran tenido ningún efecto en el
La última semana había sido la más la más larga de su vida. No era para nada fácil estar lejos de Valentino. Lo extrañaba y conforme la molestia inicial pasaba, sentía que al menos debía saber si lo que tenía con él había significado algo. De su respuesta dependería mucho lo que haría después. No iba a vivir más de ilusiones, pero tampoco iba a cerrarse a la posibilidad de ser feliz. Valentino la había tratado con dulzura y podría decir que hasta con amor desde que decidieron intentar algo más que una amistad. Eso no se podía fingir. Caminó a través de los pasillos del hospital rumbo a la habitación de Lia. Sus hijos habían nacido hace poco y quería conocerlos. Le hubiera gustado ir antes, pero entre el trabajo y sus estudios le había resultado casi imposible. Antes de entrar tocó la puerta, no quería invadir la privacidad de los futuros padres de manera repentina. Fue Matteo quien le indicó que podía pasar. —Hola a todos —saludó entrando. Sonrió a Li
—Está noche dormiré aquí —anunció Valentino.Ambos seguían aun en la misma posición, era como si no quisieran separarse lo suficiente como para dejar al mundo entrar en su pequeña burbuja.—¿Me estás preguntando o informando? —preguntó Bianca con una sonrisa.—Lo que te haga sentir más cómoda.Soltó una carcajada, Valentino pasaba de ceder a demandar con tanta facilidad.Él la tomó por las mejillas y la besó en la frente.—¿Qué te parece si comemos algo?—Eso parece perfecto. Pero voto por pedir algo, no estoy de humor para pisar la cocina. —Eres un hombre inteligente —dijo guiñándole un ojo. —Eso me han dicho.Sacudió la cabeza, a veces él podía ser como un niño.Bianc
Al día siguiente Valentino tenía que marcharse un poco más temprano de lo usual. No le gustaba para nada dejar a Bianca en la cama, si hubiera cedido a sus deseos habría terminado volviendo a recostarse con ella. Al levantarse hizo su mejor esfuerzo por no despertarla, pero ella abrió los ojos justo cuando depositaba un beso en su frente. Se veía demasiado provocadora que casi mando todo al demonio. —¿Qué hora es? —preguntó ella aun somnolienta. —Todavía temprano, tienes un rato más antes de que te levantes. —¿Ya te marchas? —Sí, pequeña. Tengo que llegar temprano a casa para cambiarme e ir a la oficina. Ella asintió y le ofreció sus labios para un beso. Una oportunidad que él no desaprovechó. Después se fue antes de ceder a la tentación hecha persona. Debido a que aún era temprano no hubo demasiado tráfico en la ruta. Al llegar subió directo a su habitación a tomar una ducha y cambiarse. Cuando estuvo listo lo primero que hizo
Matteo organizó una cena de bienvenida para Lia y sus hijos por el primer día de los bebés en casa. Bianca estaba segura de que ellos no se darían ni por enterados, pero le gustó el gesto. Eso decía cuanto amaba a su familia.Los hermanos de Lia, Alessandro, Ava y Bianca habían llegado cerca del medio día para ayudar a Matteo arreglar todo el lugar. Ella lo estaba disfrutando bastante porque lo veía como una manera de agradecerle por todas las veces que todos habían sido buenos con ellos.Cuando Matteo, Lia y los bebés llegaron a su casa, se mantuvieron en silencio hasta que ellos atravesaron la puerta.—Sorpresa —dijeron tratando de no hacer demasiado ruido para no despertar a los bebés.Uno a uno se acercó a abrazar a la nueva mamá. Los bebés se mantuvieron ajenos a todo mientras tano. Los hijos de Alessandro estaban a un lado de la canas
Las cosas no podían estar resultando mejor. Su relación con Valentino iba muy bien y su familia estaba feliz por ellos. Por otro lado, sus estudios eran algo que cada vez le gustaba más.El proyecto que el profesor Greco le había encargado estaba casi listo aunque faltaba un poco más de dos meses para acabar el curso. Valentino había tratado de verlo más de una vez en durante el domingo. Cuando le había negado el acceso a su área de pintura, él había puesto un puchero que la hizo sentirse tentada a ceder. Para su buena suerte sus hermanos habían llegado justo en ese momento.Pasaron todo lo que restaba del domingo con Adriano y Leonardo. Fue un día divertido, sobre todo cuando Bianca le ganó a Leonardo en los videojuegos. Él había exigido otra ronda y había vuelto a perder, cuando fue por una tercera Valentino le había dicho que acepte la derrot
Bianca no despertó hasta el día siguiente un poco desorientada. Por costumbre miró su reloj en el buró y vio que ya era pasada las siete de la mañana. Se preguntó qué había pasado con su alarma que no había sonado hasta ahora.Trató de levantarse rápido, si se apuraba podía llegar a su trabajo, aunque tendría que usar un taxi.Una sujeción firme en su cintura la mantuvo en su lugar, miró y vio a Valentino con los ojos bien abiertos mirándola.—Tengo que levantarme —le dijo un poco molesta por no haberla despertado.Intentó moverse de nuevo creyendo que esta vez la iba a soltar, pero él siguió sujetándola con fuerza.—Sigue durmiendo —dijo él con tranquilidad.Él la acomodó entre sus brazos de tal manera que quedaron frente a frente. Valentino tenía la p
Valentino caminó por el pasillo directo a la oficina de Alessandro guiado por su secretaria. Después de un día alejado de la realidad, había cosas de las se tenía que hacer cargo. No iba a permitir que alguien lastimara a Bianca y se saliera con la suya. En su memoria aún estaba grabado la escena que había presenciado en aquella oficina. Ver a ese sujeto besándola a la a Bianca lo había desquiciado y estuvo tan cerca de matar a golpes al bastardo. Sino fuera porque Bianca lo había llamado y había visto que no se sentía bien, no habría parado por mucho tiempo. La secretaria abrió la puerta para él y lo invitó a pasar. Había acudido sin Leonardo porque alguien tenía que quedarse en la empresa. —¿Desean algo de beber? —preguntó ella permaneciendo en la puerta. Alessandro lo miró con una ceja arqueada y él negó. —Estamos bien, puedes retirarte. La mujer asintió y los dejó a puertas cerradas. Alessandro se puso de pie para ofrecerle
Bianca estaba aburrida, no es que ir a la empresa de Matteo fuera el trabajo de sus sueños, pero al menos le daba algo que hacer. En cambio en ese momento sentía los minutos como horas.Valentino había salido temprano esa mañana después del desayuno, prometiendo regresar pronto. Así que por el momento estaba sola.Encendió el equipo de música y lo conectó a su celular. Luego puso su música. Aprovecharía el tiempo libre para arreglar su departamento, aunque en realidad no había demasiado que ordenar. Cuando cada cosa estuvo en su lugar se ocupó de la ropa sucia.Una hora después de nuevo estaba sin nada que hacer. Intentó pintar, pero por alguna extraña razón no se sentía con ganas así que lo dejó al poco rato.Llamó a Greta para y conversaron un rato sobre los nuevos vecinos que ella tenía. O para ser m&