Todo estaba oscuro cuando Bianca despertó. Intentó moverse, pero no llegó muy lejos porque Valentino aun la tenía sujeta a su cuerpo. La sensación de seguridad al estar con él aún permanecía. Aunque debía estar pensando en los peores escenarios, estando en sus brazos en lo único que podía pensar era en el momento especial que habían compartido.
Se quedó observándolo por un rato hasta que las ganas de orinar le obligaron a buscar la manera de escapar del agarre de Valentino. Se deslizó con cuidado para no despertarlo, le costó un poco porque él parecía reacio a dejarlo ir. Después de un poco de esfuerzo por fin lo logró salir de la cama.
Buscó su ropa en el armario y se lo colocó. Ya más decente caminó hasta el baño de puntillas. Se rio de lo divertido de la situación, pero logró tapa
—Ten más cuidado, pequeña ¿podrías lastimarte? —dijo Valentino con una sonrisa.Bianca se recuperó de la sorpresa de verlo allí y envolvió las manos en su cuello antes de ponerse de puntillas para besarlo. Aunque ella fue la que tomó la iniciativa pronto Valentino se hizo cargo y el beso comenzó a subir de nivel.—Te extrañé —dijo Bianca.Nunca se iba a limitar en demostrar sus expresiones. Había aprendido que no tenía ningún sentido andar ocultando lo que uno quería decir o hacer. Todavía era tímida, pero eso no le iba impedir actuar de acuerdo a sus sentimientos.—Me di cuenta —bromeó el con una sonrisa presumida. Ella lo golpeó en el brazo—. Yo también te extrañe —declaró él a continuación.—Vamos.Bianca se puso a camin
—Y si me estrelló contra algo —dijo Bianca temerosa.Valentino estiró su mano e hizo a un lado un mechón de cabello que estaba en su rostro.—¿Te has dado cuenta de donde estamos? —preguntó él bromista.Estaban en una especie de carretera abandonada. La casa más cercana estaba a diez minutos de viaje y tampoco se veía personas en la cercanía. A excepción de ellos dos, todo estaba en silencio.—Incluso así, aun hay algunos árboles contra los que me puedo estrellar. No estoy lista para morir.Había que darle el beneficio a Valentino por no reírse de sus delirios, si ella no estuviera tan nerviosa seguro lo haría hecho.—Tranquila, pequeña —la calmó él—. Estaremos bien. —Si se hubiera tratado de otra persona, esas palabras no hubieran tenido ningún efecto en el
La última semana había sido la más la más larga de su vida. No era para nada fácil estar lejos de Valentino. Lo extrañaba y conforme la molestia inicial pasaba, sentía que al menos debía saber si lo que tenía con él había significado algo. De su respuesta dependería mucho lo que haría después. No iba a vivir más de ilusiones, pero tampoco iba a cerrarse a la posibilidad de ser feliz. Valentino la había tratado con dulzura y podría decir que hasta con amor desde que decidieron intentar algo más que una amistad. Eso no se podía fingir. Caminó a través de los pasillos del hospital rumbo a la habitación de Lia. Sus hijos habían nacido hace poco y quería conocerlos. Le hubiera gustado ir antes, pero entre el trabajo y sus estudios le había resultado casi imposible. Antes de entrar tocó la puerta, no quería invadir la privacidad de los futuros padres de manera repentina. Fue Matteo quien le indicó que podía pasar. —Hola a todos —saludó entrando. Sonrió a Li
—Está noche dormiré aquí —anunció Valentino.Ambos seguían aun en la misma posición, era como si no quisieran separarse lo suficiente como para dejar al mundo entrar en su pequeña burbuja.—¿Me estás preguntando o informando? —preguntó Bianca con una sonrisa.—Lo que te haga sentir más cómoda.Soltó una carcajada, Valentino pasaba de ceder a demandar con tanta facilidad.Él la tomó por las mejillas y la besó en la frente.—¿Qué te parece si comemos algo?—Eso parece perfecto. Pero voto por pedir algo, no estoy de humor para pisar la cocina. —Eres un hombre inteligente —dijo guiñándole un ojo. —Eso me han dicho.Sacudió la cabeza, a veces él podía ser como un niño.Bianc
Al día siguiente Valentino tenía que marcharse un poco más temprano de lo usual. No le gustaba para nada dejar a Bianca en la cama, si hubiera cedido a sus deseos habría terminado volviendo a recostarse con ella. Al levantarse hizo su mejor esfuerzo por no despertarla, pero ella abrió los ojos justo cuando depositaba un beso en su frente. Se veía demasiado provocadora que casi mando todo al demonio. —¿Qué hora es? —preguntó ella aun somnolienta. —Todavía temprano, tienes un rato más antes de que te levantes. —¿Ya te marchas? —Sí, pequeña. Tengo que llegar temprano a casa para cambiarme e ir a la oficina. Ella asintió y le ofreció sus labios para un beso. Una oportunidad que él no desaprovechó. Después se fue antes de ceder a la tentación hecha persona. Debido a que aún era temprano no hubo demasiado tráfico en la ruta. Al llegar subió directo a su habitación a tomar una ducha y cambiarse. Cuando estuvo listo lo primero que hizo
Matteo organizó una cena de bienvenida para Lia y sus hijos por el primer día de los bebés en casa. Bianca estaba segura de que ellos no se darían ni por enterados, pero le gustó el gesto. Eso decía cuanto amaba a su familia.Los hermanos de Lia, Alessandro, Ava y Bianca habían llegado cerca del medio día para ayudar a Matteo arreglar todo el lugar. Ella lo estaba disfrutando bastante porque lo veía como una manera de agradecerle por todas las veces que todos habían sido buenos con ellos.Cuando Matteo, Lia y los bebés llegaron a su casa, se mantuvieron en silencio hasta que ellos atravesaron la puerta.—Sorpresa —dijeron tratando de no hacer demasiado ruido para no despertar a los bebés.Uno a uno se acercó a abrazar a la nueva mamá. Los bebés se mantuvieron ajenos a todo mientras tano. Los hijos de Alessandro estaban a un lado de la canas
Las cosas no podían estar resultando mejor. Su relación con Valentino iba muy bien y su familia estaba feliz por ellos. Por otro lado, sus estudios eran algo que cada vez le gustaba más.El proyecto que el profesor Greco le había encargado estaba casi listo aunque faltaba un poco más de dos meses para acabar el curso. Valentino había tratado de verlo más de una vez en durante el domingo. Cuando le había negado el acceso a su área de pintura, él había puesto un puchero que la hizo sentirse tentada a ceder. Para su buena suerte sus hermanos habían llegado justo en ese momento.Pasaron todo lo que restaba del domingo con Adriano y Leonardo. Fue un día divertido, sobre todo cuando Bianca le ganó a Leonardo en los videojuegos. Él había exigido otra ronda y había vuelto a perder, cuando fue por una tercera Valentino le había dicho que acepte la derrot
Bianca no despertó hasta el día siguiente un poco desorientada. Por costumbre miró su reloj en el buró y vio que ya era pasada las siete de la mañana. Se preguntó qué había pasado con su alarma que no había sonado hasta ahora.Trató de levantarse rápido, si se apuraba podía llegar a su trabajo, aunque tendría que usar un taxi.Una sujeción firme en su cintura la mantuvo en su lugar, miró y vio a Valentino con los ojos bien abiertos mirándola.—Tengo que levantarme —le dijo un poco molesta por no haberla despertado.Intentó moverse de nuevo creyendo que esta vez la iba a soltar, pero él siguió sujetándola con fuerza.—Sigue durmiendo —dijo él con tranquilidad.Él la acomodó entre sus brazos de tal manera que quedaron frente a frente. Valentino tenía la p