Danna entró temerosa en la delegación, era un lugar horrible, le suplicó al ministerio público para que dejaran salir a su hermana y ofreció pagar la multa, pero le dieron un rotundo ¡No!
—Lo siento señorita, el reglamento no se puede romper, la señorita fue encontrada en una situación bastante comprometedora, cometer faltas a la moral en vía pública, además de intentar sobornar a un oficial de policía, no es algo que se deje pasar por alto tan fácilmente, voy a dejar que la vea unos minutos, pero no podrá volver a casa hasta que se hayan cumplido las veinticuatro horas.
La dejaron pasar, si la oficina era un lugar feo, las celdas eran espantosas, era un pasillo frío, con paredes que alguna vez fueron blancas, pero estaban sucias y rayadas, sintió un escalofrío al ver a su hermana sentada en una banca dentro de la celda.
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Danna sintió como un escalofrío recorrió su cuerpo, cuando Wilmer, al colocar su pie sobre el piso, rozó ligeramente su tobillo con el dedo pulgar, logrando que, con solo un pequeño roce, se le erizara la piel.—Eh… Lo siento señorita Montiel, es tarde, tengo que irme, continuaremos otro día, voy a estar dos meses en Monterrey y me daré un tiempo para ver por completo el funcionamiento de la tienda, con su permiso — Salió a toda prisa, discretamente, acomodó el bulto que había comenzado a crecer bajo su pantalón, él no era partidario de involucrarse con sus empleadas, pero sin duda esa mujer, era capaz de volverlo loco, sólo con mirarlo, y al notar como ella se estremecía al contacto con su piel, le indicó que ella también había sentido esa atracción sexual que no siempre se consigue, y menos, con alguien a quien apenas conoce
Cuando Danna sintió que el beso de Pablo estaba subiendo de intensidad, se empezó a sentir incómoda, ya no sentía lo mismo que hacía cuatro años, esa sensación de no querer que parara y de llegar a algo más que besos y caricias atrevidas, se había quedado en el pasado.—Pablo, lo siento, me tengo que ir —Lo empujó para separarlo de su cuerpo.—Hanna, démonos otra oportunidad, yo no te he olvidado, todavía te amo —Suplicó y Danna sintió pena por él, Hanna ya había puesto sus ojos en Wilmer Nava, y seguramente, ya no iba a querer nada con Pablo.—No sé, por favor, déjame pensarlo, en este momento, mi vida está muy complicada, perdóname, me tengo que ir.Subió rápidamente al auto y se alejó lo más rápido que pudo, cuando al fin llegó a su casa, se qu
Esa noche, Danna se fue a la cama recreando en su mente cada una de los acontecimientos del día, cerró los ojos y visualizó a Pablo, fueron cuatro años, en los que vivió añorándolo, deseando que no se hubiera ido, pero también soñando con que la eligiera a ella, por encima de Hanna, aunque eso no pasaría nunca, ningún hombre que hubiera conocido a su hermana, la elegiría a ella.Incluso sintió que Ricardo se impresionó al verla, vestida de manera más provocativa y con el rostro maquillado, el cabello voluminoso, le daba a Hanna, ese toque sensual, que ella no tenía, a veces se preguntaba si… ¿Habría alguien en el mundo que la prefiriera a ella? ¿Sin todo ese glamour y sensualidad de su hermana?«Caminaba por un pasillo largo, siguiendo el sonido de la música y el bullicio de la gente, cuando llegó hasta la puert
Hanna llegó al almacén muy temprano, tenía que revisar todos los pendientes, fue una suerte, que nadie hubiera notado, que la que estuvo el día anterior, no había sido ella.Los colaboradores comenzaron a llegar y el momento de abrir la tienda llegó, ella como siempre, realizó su recorrido, verificando que todo estuviera en orden para la apertura.—¿Me quieres explicar que pasó ayer? ¿Cómo le hiciste para estar en la cárcel y venir a trabajar al mismo tiempo?—¡Shhh, cállate! No hables tan alto, que no, nos conviene que nadie se dé cuenta, ven vamos a mi oficina —Carlos estaba impactado, le preguntaron por qué no había ido a trabar y él dijo que se había sentido enfermo, y cuando preguntó que quién había abierto la tienda, le dijeron que la Licenciada Hanna, como siempre, pero eso era imposible
Hanna salió a toda prisa hacia su encuentro con Pablo, estaba furiosa, por no haber podido llegar a más con Wilmer, pero muy satisfecha, porque había conseguido que se interesara en ella, ya solo era cuestión de tiempo y de mover muy bien sus cartas, para tenerlo comiendo de su mano, igual que todos sus amantes, sí, era inteligente y millonario, pero no dejaba de ser un hombre con instintos carnales.Llegó al restaurante de comida tailandesa, su favorita, nada como poder disfrutar, de dos de sus grandes placeres a la vez, la compañía de Pablo y una deliciosa cena.Desde que entró en el establecimiento vio a Pablo sentado en una mesa, se olvidó por completo de lo sucedido con Wilmer, para ella, Pablo era mucho más atractivo, se veía muy guapo con ese nuevo look, de ejecutivo casual, que adoptan los ingenieros, y que los diferencia por completo de los licenciados, que tienden a ser m&aacu
Hanna despertó muy temprano para ir a trabajar, ella ya había tomado una decisión y no iba a cambiar sus planes, y menos ahora que Wilmer ya había dado muestras de estar interesado en ella, ya era viernes y el sábado era la gran noche del evento de aniversario, miró su vestido y sus zapatillas, no tenía ninguna duda de que Wilmer, iba a caer rendido a sus pies.Se duchó y se vistió para ir al trabajo, como siempre, era la primera en llegar.—¡Buenos días Licenciada! —Saludó el guardia con una sonrisa extraña, siempre era amable, pero Hanna sintió algo raro en su sonrisa.Cuando entró en su oficina se dio cuenta por qué el guardia estaba tan extraño, un precioso buquet de flores en tono pastel, finamente colocado en un florero de cristal cortado se encontraba sobre su escritorio, ella sonrió anticipadamente, no era necesar
El día del aniversario de almacenes Wilmars, era el único día en el año, que las tiendas cerraban sus puertas al público, antes de su horario habitual, ese día, los colaboradores, sólo trabajaban medio turno, para que tuvieran el tiempo suficiente, de regresar a casa y prepararse para la celebración, cada año, el CEO se presentaba en un estado diferente, era imposible asistir a todas las celebraciones, así que, encargaba a sus gerentes que dieran un discurso en su nombre.Cuando cerraron la tienda, todos estaban entusiasmados, sabían que, en la fiesta, iban a recibir un premio, por ser la mejor sucursal del año, así que rápidamente salieron para que les diera tiempo de ir a vestirse de gala, para la ocasión.—¿Ya estás lista para tu gran noche? — Le preguntó Carlos a Hanna, se moría de celos, por no ser él, quien la lle
Danna, quedó impresionada al ver al hombre que tenía en frente, vestido de esmoquin negro, zapatos relucientes y sonrisa seductora, se veía mucho más guapo que el día que lo había conocido en el almacén, con el cabello peinado hacia atrás y la barba de tres días, perfectamente recortada.Él, le ofreció su brazo y ella lo tomó tímidamente, Wilmer le gustaba tanto, que no sabía si iba a poder comportarse como Hanna, o inconscientemente, iba a dejar salir su verdadera personalidad, había otro detalle en el carácter de las gemelas que las diferenciaba y era que Hanna, no se sonrojaba con nada, en cambio ella, no podía controlar el rubor en sus mejillas, cada vez que algo la avergonzaba.—Esta noche te ves más hermosa que nunca— dijo Wilmer cuando subieron al elevador.Ella, sólo pudo balbucear un:— Gracias &md