–Deja ya de enfrentarte a Vahiola, ella solo hace su trabajo.
–Yo no sabía que ella también era parte de la escenografía y el estilismo.
–Deja de ser tan respondona –muerdo mi lengua una vez más. –No todo lo tienes que solucionar con tu altanería.
– ¿Por qué te empeñas conmigo? No solo yo soy quien trabajo de esas puertas para adentro, ¿No?
–Porque tú eres la que más me saca de quicio, porque tú eres la que se enfrenta y cree que puede con todos, porque tú no haces más que estar de altanera, porque tu…
–Porque yo no acepte este maldito trabajo para ser ofendida verbalmente –digo con ese jodido nudo en mi garganta y lágrimas agolpándose en mis ojos. –Porque yo no le acepte este maldito trabajo a usted, para que me estén diciendo hipopótamo y much
La Noche Del Pacha–Frida, ¿Podrías meter tu enorme culo dentro del coche de nuestro jefe por favor? –Mark y Bera luchaban con una Frida enfurecida y para nada amigable. –Ya Grace se ha ido, por favor entra –el rubio toma el rostro de su prima entre sus manos, los verdosos de esta le miran fijo. –Por favor…Está a regañadientes lo hace, ambos suben en la parte trasera y Bera va de copiloto junto a Bajhor quien tienen un semblante muy serio y la verdad es que esta aún más enojado que Frida, pero intenta disimularlo. Timothy, quien llego con Bajhor se encargara del coche de su novia, todos decidieron tomar su rumbo, y a todas estas, ¿Dónde está Oriel?Bajhor de inmediato toma el camino al edificio donde vive la rubia, esta se encuentra de brazos cruzados y detrá
La puerta se abre, la observo y una sonrisa se forma en mis labios, esta me mira con sus ojos achinados debido a sus horas de haber dormido, ¿Qué horas han de ser? Ha si, de seguro cerca de las tres de la mañana, yo tome demasiado y ahora me encuentro aquí y no en mi casa.– ¿Bajhor? ¿Qué ocurre? –paso a su lado y camino directo a su sala allí me dejo caer y al voltear observo a los dos peces en la pecera. –Son... –hace una pausa, volteo a verla. –Las tres cuarenta y cinco de la mañana –esta bosteza, yo asiento levemente.–Quiero escuchar todo –digo y de inmediato observo la rigidez en su cuerpo. –O lo que tú quieras contarme, por favor.–Yo no creo que sea el momento, tu estas tomado y no debería ser de este modo.–Te escucho –quito el saco de mi traje y ya la corbata paso a segundo plano. &nda
Estoy en una estúpida cuenta regresiva en mi mente, observo la imponente fachada del House Hunther, y en este momento es realmente ridículo el cómo me siento tan pequeña ante el edificio. No puedo simplemente dejar pasar por alto lo que ocurrió por la madrugada, la llegada de Bajhor borracho, mi confesión y su confesión al hacerme saber que no se quedara muy tranquilo con respecto a mi situación.Me causa temor, Abdón no es de fiar, es un monstruo y es capaz de lo imposible por causar daño. Pero luego esta Bajhor mi problema mental es de todos menos paciente, sé qué hará algo sé qué hará mucho a decir verdad y eso me preocupa mucho, porque ahora no se por quién preocuparme, ahora no se si quien de verdad corre peligro es Bajhor o Abdón y esto va acabar con mi poca paciencia.Me decido de una vez por todas y entro al edific
Yo intento ver a todos lados para no enfocarme en él, pero todo me falla, me falla porque el día de hoy va tan diferente y me gusta verlo ¡Por Dios que me tiene con la boca echa agua! El pelinegro carraspea y de inmediato nuestras miradas se cruzan, este apoya sus antebrazos sobre el escritorio y me mira fijo.– ¿Qué es eso que quiere Varsha con respecto a mí?–Ella quiere que tú, te disfraces el día de su cumpleaños –este con prisa niega.–Ni loco hare esa jodida tontería –asiento y sonrió. – ¿Qué? ¿Por qué esa expresión? No me gusta eso de los disfraces y mucho menos esas festividades, así que, no, olvídalo.–Es el cumpleaños de tu hermana, has un esfuerzo por ella, anhela verte integrado a su cumpleaños, es solo una noche Bajhor, por lo menos, ¿Un maquil
Yo sentía que me estaba hundiendo en un cielo lleno de nubes grises al verlo fijamente a los ojos. Su respiración es calmada y los rastros de sudor en su frente poco a poco se van secando, siento el delicioso ardor en mi intimidad, la presión que su agarre en mis caderas dejó intacto en mi piel y el sabor dulce de sus besos en mis labios. Hace más de unos quince minutos que terminamos la segunda ronda y aquí estoy, nuevamente incapaz de conformarme con ello.Bajhor me mira fijamente, ambos de lado sobre la alfombra en el suelo de mi sala, la única luz que alumbra el espacio es el de la pecera y el pasillo, mis piernas se enredan a las suyas, los dedos de sus pies juegan con los míos y lo único que nos dedicamos es a reír debido a lo infantil que nos estamos comportando. El pelinegro acerca la palma de su mano y la posa en mi pecho, en el lado donde se encuentra mi corazón latiendo con c
La pesadez de su brazo en un costado, donde rodea mi cintura y me apretuja a él, su respiración choca en la piel descubierta de mi espalda. Necesito buscar otro acomodo, pero Bajhor me lo impide y pensándolo bien me gusta la posición en la que nos encontramos, pero de pronto el ruido proveniente del otro lado de la puerta de mi habitación me alerta y con prisa me siento sobre el colchón.Bajhor se queja en su lugar y se voltea al otro lado, yo quedo completamente inmóvil esperando escuchar algo mas o creer que el ruido que escuche fue mi cerebro que se lo imagino. Pero luego veo una sombra por el pequeño espacio entre el final de la puerta y el suelo y allí es donde noto que si, efectivamente hay alguien en casa y yo voy a colapsar.–Bajhor... –digo, le muevo un poco, este se queja. –Bajhor, quédate aquí, ni se te ocurra salir de mi habitación.&nd
– ¿Crees, que algún día yo pueda llegar a ser feliz? –nuestras manos entrelazadas van y vienen, volteo a verle, la luz del sol hace que entrecierre mis ojos, pero su cabello rubio resalta aún más. –No lo sé, en ocasiones me da miedo mamá, no quiero que…– ¿Te ocurra lo mismo que a mí? –llevo la mirada al frente, asiento levemente. –Frida, aun estas de corta edad para pensar en si llegaras hacer feliz con una persona –se queda en silencio unos segundos, retoma sus palabras. –Pero supongo que la ausencia de tu padre de un modo u otro te ha afectado.–No del todo, mamá –nos detenemos, sonrió. –Papá decidió perderse toda una bonita vida junto a nosotras, siento más pena por él, que por nosotras –me encojo de hombros, esta ríe.–
Nos encontramos sentados en el suelo, yo observo fijamente el cómo Bajhor se encarga de las calabazas, me sorprende el hecho de que es muy ágil en ello y no necesitamos ayuda de nadie para limpiarlas y toda esa cosa. Elegimos un par algo grande, y yo solo espero que me entregue la mía para poder darle forma, observo la suciedad en sus jeans y sus manos, su franela corrió con la misma suerte y está toda amarillenta.– ¿Cómo es que sabes tanto? –digo, este continua en lo suyo.–Estamos viniendo desde que éramos unos niños, siempre observaba a mi abuelo y al señor Ezra hacerlo, luego, con Varsha yo era quien lo hacía y por eso se cómo hacer esta operación.– ¿Creí que no te gustaba nada de esta festividad? –este se detiene y alza su mirada, me mira fijo.–Esto es algo que es muy familiar para mí, as