En este momento estoy con un caramelo de miel en mi boca, mientras observo a Mark en un ir y venir en mi cocina. Estuve un largo rato viendo videos de maquillajes en las redes y ahora me encuentro observando como el rubiete delante de mí se obstina cuando algo no le sale como él quiere.
–Debes calentar la leche y luego aplicar esa cosa que has batido aparte, así decía la receta.
– ¡No me estreses!
–¡Tú te estresas solo! ¡Hello! –este voltea a verme.
–Hazlo tú.
– ¡Mark! No quiero cocinar.
–Por fis, por fis –revoloteo los ojos y bajo del taburete y rodeo la encimera.
–¿Por qué simplemente no le sirves un tazón de comida para perros? Le ha de sentar bien.
–Frida...
–Ok, ok lo siento, sé que no debo ser cruel con Leo, solo que no me cae bien, intento, pero no puedo.
–Lo se Frida, y estoy agradecido contigo por
– ¿Qué te ha dicho en cuanto le entregaste el paquete? –el pelinegro sirve un vaso de su licor favorito y se da un sorbo de este.–Pregunto por quién había sido enviado, no le he dicho tal cual usted me ordeno –al voltear observa a su leal trabajador de tantos años, Miguel. –El jet está preparado señor, debemos ir tomando camino al aeropuerto en unos 20 minutos.En ese momento el pelinegro se debatía entre marcharse o simplemente quedarse en Nueva York, pues algo, o mejor dicho alguien se le entremetió entre ceja y ceja y se divierte de tan solo verle enojar.–Juro que, si al llegar no me tienen una buena excusa con respecto al escape de Varsha, despediré a todos los de esa casa –se da un largo sorbo sin dejar ni una gota en su vaso, le señala la puerta a Miguel, aquel hombre alto y fornido que está siempre a su disposición se marcha dejándolo solo en el estudio de su pent–house.
En este momento con todo concluido observo a las chicas con sus maquillajes y peinados, Winny está igual de sonriente que yo, y las chicas se encuentran felices por el resultado. El evento está a solo minutos de comenzar y mi compañera y yo tenemos esos pocos minutos para arreglarnos con prisa. Nos alejamos de todos dejándolo en manos de mi primo y yo con prisa entro al baño que esta de este lado del gran salón.Ah sí, porque de paso, la empresa tiene su propio espacio para eventos y no es nada sencillo, es extravagante y realmente se puede hasta hacer una fiesta de boda aquí. Me lo pensé mucho, el ponerme el vestido que me fue enviado, hasta el momento no recibí ninguna respuesta ¿Y lo peor? Bajhor lo leyó, el muy descarado me dejo en visto y yo pase a no darle importancia.Utilizare el vestido porque mi ojitos bellos y problema mental me dio donde más me hiere, mi adoración por los vestidos y todo lo
La respiración esta tan, pero tan dificultosa que puede que en menos de cinco minutos yo termine con un paro cardiaco o algo más sencillo, desmayada.La mano de Bajhor me apretuja el culo y yo no puedo, simplemente no puedo evitar morder mi labio inferior debido a lo delicioso que se siente. Estoy rígida, soy incapaz de moverme un centímetro, el condenado ríe por lo bajito, ¿A qué mierdas está jugando? ¿Qué es esto? ¿Estoy soñando? No, no lo estoy, ¿Por qué lo sé? ¡Pues porque me está agarrando el culo de una magnifica manera!–Ven.– ¿Qué? ¿Qué? ¿Dónde? –se aleja un poco, yo aprovecho de bajar mi vestido, al verme, esos ojitos destellan un brillo, ese desgraciado brillo que no hace más que decirte, ¡Alerta, alerta, las bragas irán al piso! – &ique
No soy la única, no claro que no, hay muchos comiendo de las fresas y chocolates, ¿Quién no lo haría? Por Dios es chocolate, amargo, dulce, leche y de todos los tipos. Tomo uno en forma de esfera y al morderlo la crema de dentro es algo mentolado, gimoteo debido al sabor que este tiene y tomo uno más.– ¿Frida? –escucha la voz de una fémina, al darme media vuelta, mi masticar se reduce. –Hola, ¿Qué tal? –la llovizna Cardini, le sonrió ampliamente.–Descarada, ¿No crees? –esta sonríe y me mira fijo. – ¿Qué quieres? ¿La primicia? La no mojigata Frida Kayenston comiéndose toda la mesa de chocolates en el evento de los Hunther, ¿Eso quieres?–Frida, yo…–No me conoces, Grace, no tienes ni idea de quién soy, no tienes ningún maldito derecho de hab
–Quiero saber el motivo del porque hablas tanto de esa mujer –el pelinegro exhala por décima vez y enfoca esos ojos claros en el hombre que se mueve de un lado a otro. –En cuanto llegaste acá, no dejas de hablar una y otra vez de ella, ¿Quién es ella?–Ya te lo dije, ¿Por qué debo decirte nuevamente?–Por qué no me cabe algo en la cabeza –lo ve de espalda encogerse de hombros. –Ella es todo lo contrario a lo que te gusta o llama la atención –en cuanto se voltea, unos ojos color miel lo miran, tiene una sonrisa en sus labios, acaso, ¿Se burla? –Esto es realmente interesante viniendo de ti, amigo.–Gareth, no empieces, no te estés imaginando cosas, te conozco.–Entonces como sabes que me conoces, voy a indagar muchísimo, lo sabes, ¿No? –Bajhor bufa an
Me doy un sorbo de la lata de cerveza y termino de aplicar el rímel en mis pestañas, el canturreo de Mark me hace sonreír y lo veo por el espejo bailar al ritmo de Ariana Grande y Nicky Minaj. Aunque iremos a un lugar tranquilo, solo espero que no se le meta entre ceja y ceja el terminar metidos en una disco, no quiero tanto bullicio el día de hoy, solo quiero tragos y una buena velada de su compañía.Termino con mis pestañas y paso a darme un sorbo más de mi lata, esta queda totalmente vacía, busco un labial que vaya con la vestimenta que tengo la noche de hoy y opto por un rosa pastel. La vestimenta consiste en un jeans azul claro alto y que cubre mi ombligo, un suéter tejido tipo crop top color blanco, mi calzado son unas sandalias de tacón fino rosas, del mismo color de mi labial, y todos mis accesorios como los zarcillos y la cadena haciendo juego con mi calzado.–Sencillo,
Anonadada, asombrada, sin una jodida gota de saliva en mi boca en cuanto observo tan humilde morada, ¿Si sintieron el sarcasmo de humilde morada, verdad?No dejo de estar moviéndome en círculos en mi lugar, observo el alto techo y el escandaloso candelabro que cuelga de este. Las paredes son de un color azul rey y solo una de ellas tiene franjas de un color blanco metálico, es extraño, pero jodidamente sofisticado.La vista de Nueva York es impresionante, camino completamente hipnotizada, coloco mi mano en el vidrio que evita que caiga al precipicio, observo la ciudad que nunca duerme desde un noveno piso. Desde que entre supe que no era un simple apartamento, es un extravagante Pent–house, para él solito. Escucho su carraspeo detrás de mí, alzo mi mano sin mirarle, le escucho reír un poco.–Déjame mirar un poco más, quiero sentir que esto es real.–Es
Termino de quitar mi jeans, siento el frio recorrer mis piernas, luego tomo el borde de mi suéter y lo quito, quisiera decir que me cubrí por estar apenada, pero no, a mí me enciende que un hombre me mire sin nada, mala suerte de Bajhor que quiere que deje mi ropa interior.– ¿Y bien? ¿Qué es eso? –digo en señal a lo que lleva en su mano desde hace un momento. –No era lo que esperabas.–Eres aún mejor –dice, yo le miro con sorpresa. –Ve a la cama, colócate boca abajo.Tomo una bocanada de aire y paso a su lado, al hacerlo una extraña corriente me recorre el cuerpo, observo la cama, tela de seda roja. Esta fría, me recuesto, gimoteo debido al cómo me eriza la piel, cruzo mis manos a la altura de mi cabeza, apoyo mi cabeza en estas.–Ahora te vendare los ojos, ¿Ok? –trago grueso, asiento, Bajhor coloca una