La respiración esta tan, pero tan dificultosa que puede que en menos de cinco minutos yo termine con un paro cardiaco o algo más sencillo, desmayada.
La mano de Bajhor me apretuja el culo y yo no puedo, simplemente no puedo evitar morder mi labio inferior debido a lo delicioso que se siente. Estoy rígida, soy incapaz de moverme un centímetro, el condenado ríe por lo bajito, ¿A qué mierdas está jugando? ¿Qué es esto? ¿Estoy soñando? No, no lo estoy, ¿Por qué lo sé? ¡Pues porque me está agarrando el culo de una magnifica manera!
–Ven.
– ¿Qué? ¿Qué? ¿Dónde? –se aleja un poco, yo aprovecho de bajar mi vestido, al verme, esos ojitos destellan un brillo, ese desgraciado brillo que no hace más que decirte, ¡Alerta, alerta, las bragas irán al piso! – &ique
No soy la única, no claro que no, hay muchos comiendo de las fresas y chocolates, ¿Quién no lo haría? Por Dios es chocolate, amargo, dulce, leche y de todos los tipos. Tomo uno en forma de esfera y al morderlo la crema de dentro es algo mentolado, gimoteo debido al sabor que este tiene y tomo uno más.– ¿Frida? –escucha la voz de una fémina, al darme media vuelta, mi masticar se reduce. –Hola, ¿Qué tal? –la llovizna Cardini, le sonrió ampliamente.–Descarada, ¿No crees? –esta sonríe y me mira fijo. – ¿Qué quieres? ¿La primicia? La no mojigata Frida Kayenston comiéndose toda la mesa de chocolates en el evento de los Hunther, ¿Eso quieres?–Frida, yo…–No me conoces, Grace, no tienes ni idea de quién soy, no tienes ningún maldito derecho de hab
–Quiero saber el motivo del porque hablas tanto de esa mujer –el pelinegro exhala por décima vez y enfoca esos ojos claros en el hombre que se mueve de un lado a otro. –En cuanto llegaste acá, no dejas de hablar una y otra vez de ella, ¿Quién es ella?–Ya te lo dije, ¿Por qué debo decirte nuevamente?–Por qué no me cabe algo en la cabeza –lo ve de espalda encogerse de hombros. –Ella es todo lo contrario a lo que te gusta o llama la atención –en cuanto se voltea, unos ojos color miel lo miran, tiene una sonrisa en sus labios, acaso, ¿Se burla? –Esto es realmente interesante viniendo de ti, amigo.–Gareth, no empieces, no te estés imaginando cosas, te conozco.–Entonces como sabes que me conoces, voy a indagar muchísimo, lo sabes, ¿No? –Bajhor bufa an
Me doy un sorbo de la lata de cerveza y termino de aplicar el rímel en mis pestañas, el canturreo de Mark me hace sonreír y lo veo por el espejo bailar al ritmo de Ariana Grande y Nicky Minaj. Aunque iremos a un lugar tranquilo, solo espero que no se le meta entre ceja y ceja el terminar metidos en una disco, no quiero tanto bullicio el día de hoy, solo quiero tragos y una buena velada de su compañía.Termino con mis pestañas y paso a darme un sorbo más de mi lata, esta queda totalmente vacía, busco un labial que vaya con la vestimenta que tengo la noche de hoy y opto por un rosa pastel. La vestimenta consiste en un jeans azul claro alto y que cubre mi ombligo, un suéter tejido tipo crop top color blanco, mi calzado son unas sandalias de tacón fino rosas, del mismo color de mi labial, y todos mis accesorios como los zarcillos y la cadena haciendo juego con mi calzado.–Sencillo,
Anonadada, asombrada, sin una jodida gota de saliva en mi boca en cuanto observo tan humilde morada, ¿Si sintieron el sarcasmo de humilde morada, verdad?No dejo de estar moviéndome en círculos en mi lugar, observo el alto techo y el escandaloso candelabro que cuelga de este. Las paredes son de un color azul rey y solo una de ellas tiene franjas de un color blanco metálico, es extraño, pero jodidamente sofisticado.La vista de Nueva York es impresionante, camino completamente hipnotizada, coloco mi mano en el vidrio que evita que caiga al precipicio, observo la ciudad que nunca duerme desde un noveno piso. Desde que entre supe que no era un simple apartamento, es un extravagante Pent–house, para él solito. Escucho su carraspeo detrás de mí, alzo mi mano sin mirarle, le escucho reír un poco.–Déjame mirar un poco más, quiero sentir que esto es real.–Es
Termino de quitar mi jeans, siento el frio recorrer mis piernas, luego tomo el borde de mi suéter y lo quito, quisiera decir que me cubrí por estar apenada, pero no, a mí me enciende que un hombre me mire sin nada, mala suerte de Bajhor que quiere que deje mi ropa interior.– ¿Y bien? ¿Qué es eso? –digo en señal a lo que lleva en su mano desde hace un momento. –No era lo que esperabas.–Eres aún mejor –dice, yo le miro con sorpresa. –Ve a la cama, colócate boca abajo.Tomo una bocanada de aire y paso a su lado, al hacerlo una extraña corriente me recorre el cuerpo, observo la cama, tela de seda roja. Esta fría, me recuesto, gimoteo debido al cómo me eriza la piel, cruzo mis manos a la altura de mi cabeza, apoyo mi cabeza en estas.–Ahora te vendare los ojos, ¿Ok? –trago grueso, asiento, Bajhor coloca una
Bajhor Hunther.El sonido de mi dedo índice chocando una y otra vez sobre la madera de mi escritorio es lo único que se logra escuchar en este momento. Ni siquiera las voces del otro lado de la puerta, ni siquiera el sonido del teléfono de mi oficina, ya que pedí que ninguna llamada fuera traspasada, en este momento no tengo cabeza para estar recibiendo llamadas cada cierto minuto.Ya está por terminarse otra semana, ya está a la mitad, y esa mujer ha sido incapaz de poner un pie en este lugar. Me he limitado, muchísimo diría yo, para tan siquiera preguntarle a Mark sobre ella, este solo le dejo un certificado médico a mi secretaria haciéndome saber que Frida estará ausente por unos días. Eso lo recibí el lunes, ya hoy es miércoles y aun nada, ¿Qué tiene? ¿Por qué tanta ausencia de su
Le marco a Miguel en el trayecto de la habitación de Frida a la sala, allí le informo con prisa lo que ocurre y le pido que se vaya y en cuanto decida irme venga por mí. Termino la llamada dejo mi móvil sobre la mesa y paso a quitar mi saco, lo dejo en el espaldar de una de las sillas y comienzo a buscar alguna de las pastillas para bajar la fiebre.Leo detalladamente, antigripales, vitaminas y hasta unas jodidas viagras, ¿Qué le pasaba por la cabeza a esa farmacéutica? Las dejo a un lado y por fin logro dar con algo que me ayude en este momento. Busco algo de agua en la cocina y regreso con Frida. La encuentro con la cabeza recostada a un lado de la tina y ya el agua pasa a cubrirla, cierro las llaves y apartando su cabello esta reacciona a mi tacto y me mira.–Ten, es para tu fiebre –me mira con esos ojos verdosos, están tan opacos, a decir verdad, las ojeras son muy notorias. –Lu
– ¡Servicio a la habitación! –me estremezco bajo las sabanas, siento el abrir de las cortinas y al incorporarme me encuentro con un sonriente Mark y a su lado mi tía. –Buenos días, hermosa.–Hola Mark, tía, ¿Qué tal? –esta se acerca y me rodea con sus brazos.– ¿Estas mejor? –asiento levemente. – ¿Qué es todo eso? –señala a un lado, observo las pastillas, la jarra de agua, una nota con todas las horas en que debo tomar cada pastilla y algunos chocolates.–Bueno, eso…–Fui yo mamá –Mark se apresura, observo a mi primo. –Ayer antes de irme a casa pase por acá y le traje a Frida algunas cosas, al igual que unas frutas y jugos, ¿Verdad? –reprimo una sonrisa y asiento levemente.–Bueno, iré a limpiar un poco el departamento, come todo tu desa