Hola! ¿Qué les parecen estos capitulos? Los leo! Bso Kika
Naiara —Rey Pavel... lo que ha hecho con el castillo, el jardín, las áreas… todo es realmente hermoso— digo profundamente admirada de todo lo que he visto desde que llegué. Sarassea está ubicada en un lugar profundamente árido, pero él ha sabido sacar el mejor provecho, construyendo y creando vida, prácticamente de la nada. Él me ve sumamente orgulloso. La realidad es que él tiene a un grupo inmenso de personas, encargados de hacer lo que a él le plazca. Todos sus deseos son órdenes. —Todo esto… podría ser suyo, princesa— decía él tomándome del brazo con delicadeza mientras caminábamos. Es un hombre con mucho poder, es mayor y ha sabido controlar un gran reino. Pero por muy hermoso que sea este lugar, no me imagino viviendo aquí, mucho menos con él, junto a él. Las cenas que ha hecho en mi honor han sido fastuosas, elegantes y maravillosas, como nunca tuve. Aunque yo aun así seguía prefiriendo, las de mi prima y Nicasia. Cenas en dónde nos quedamos hablando a la luz dela luna, h
Dashi Comencé mi búsqueda fuera del palacio, lejos de la ciudad, adentrándome en pequeños poblados. Había seguido el camino de los campesinos y proveedores del castillo. Había encontrado pequeños rumores. El rey Pavel III… parecía que se había casado, hace ya mucho tiempo, pero las esposas habían muerto en el parto, y una que otra había desaparecido. Eso fue lo que escuché, comiendo en pequeñas tabernas, y hablando con las lavanderas. De día caminaba y averiguaba por ahí mientras, por las noches, dormía en medio de unos matorrales. El caballo Bruma me esperaba y el cuervo del caballero Layne solía meterse en el bolsillo de mi capa. Al igual que los Haggards y que mi princesa, yo también me sentía mejor en la naturaleza, si bien me lleva bien con los animales, realmente mi entorno preferido eran las plantas. Mi pueblo las conocía a la perfección, prácticamente solo con tocarlas, podía saber para qué servían. Y ellas nunca me fallaban. Sarassea era hermosa, pero casi totalmente d
Layne Los labios de Naiara parecen de terciopelo. La tengo en mis brazos, su cuerpo se siente cálido, y aun cuando estoy totalmente hipnotizado con este suave y delicado beso, puedo sentir sus pequeñas manos en mi pecho y tomando el cuello de mi abrigo. Yo prácticamente temo en mover mi boca, como si ella fuese algo tan sagrado como misterioso, y que yo no merezco tocar. Pero aun así, suavemente mis labios contienen los de ella. Escucho mi corazón palpitando con desespero, mi pecho es como si fuese una pequeña caja donde hay encerrado un cuervo negro y alado que se desespera, que ha escuchado el canto de la naturaleza, la misión de su vida, y que ahora una vez escuchada, no puede ser desoída. Naira no parece ajena a esta intromisión y hasta me deleito con la idea de que a ella también le gusta y la ha buscado. No sé si por curiosidad, por atracción, o por no saber qué esperar. Pero su cuerpo se acerca al mío, sienta su pequeño abrazo, pero lleno de calor y me desvivo pensando en e
Naiara Layne se sentaba al frente de mí en la mesa, yo tenía a un lado al rey Pavel, y del otro al príncipe Nikko. Pero aun así casi podría jurar que sentía, los dedos de mi caballero cerca de mi cuello y en mis brazos. Nunca me había tocado así y me parecía prácticamente pensar que había dejado marcas en mí. Él no me lo había dicho, pero estaba segura de que casi había comenzado a brillar. Y de repente mis pensamientos se ven abruptamente interrumpidos cuando escucho que el Rey Kai comienza a hablar, su tono aumentando cada vez más, como si intentara ser escuchado, sea como sea. —¿No lo considera así... princesa?— y con temor me doy cuenta de que esperaban alguna respuesta mía. En general estas conversaciones suele ser en torno a ellos, algunos comentando sobre sus reinos y esperando respuestas, de mi parte, algunas afirmaciones positivas. —Disculpe su Majestad... estaba deleitada con el nuevo vino que nos ofrece nuestro generoso anfitrión...—respondo, con la copa de mi mano
Dashi —Capitán... ¿A dónde me lleva?— le pregunto, le habíamos dado la vuelta completamente al castillo y de repente habíamos caído en una parte del desagüe, no era glamoroso, pero era absolutamente lo que necesitábamos y requeríamos: pasar desapercibidos justo en el corazón del lugar que necesitaba. Ya casi amanecía, y me había pasado todo el día siguiente con él. El capitán era un hombre muy callado, pero me había demostrado ser increíblemente ágil e inteligente. Me habiia enseñado a lo lejos su sorprendente ejército. Nos habíamos pasado todo este tiempo buscando información. En los registros encontramos uno que otro vestigio de que, en efecto, Pavel sí estuvo casado por lo menos en dos oportunidades. Tenía que reconocer que el capitán Luther parecía lo suficientemente intimidante como para que las personas actuaran sin él decir mucho. También fuimos a uno de los templos viejos y abandonados y revisamos el cementerio aledaño, encontramos pequeñas tumbas sin nombres, era una f
Naiara Cuando escuchamos lo que nos cuenta mi querida Dashi, no lo podemos creer. Primero, por nos asombramos que el Capitán Luther estuviera tan involucrado. Mi caballero decía que seguramente estaba asegurándose de que su señor ganaría. Pero yo no salía de mi asombro con lo que ella decía y si no fuera porque confiábamos totalmente en ella... creo que sería difícil de creer. —Niños... deformes... ¿Dices que no… sobrevivían?— preguntaba Layne, ambos estábamos sentados recuperándonos del shock. —No señor... no quiero entrar en detalles, pero no... no tenían lo suficiente para poder sobrevivir, el niño de la pobre muchacha nació muerto— respondía ella con expresión angustiada, mientras yo me tapaba la cara. —Y las mujeres...— dice Mer. Esto parece una pesadilla y quisiera que en algún momento dijera que no es verdad. —Algunas no sobrevivieron… es por eso que había tantas tumbas sin nombre— indica. —Creo que cuando era muy joven, el Rey Pavel se casó, el objetivo era un he
Naiara—¡Layne! ¡Layne!— grito desesperada mientras lo veo luchar, pero el rey me toma del brazo y me jala hasta el fondo del templo, me recuesta contra una pared y me coloca su mano grande en el cuello, es un hombre mayor, pero fuerte y me siento sofocada.Pataleo y lloro, sin lograr absolutamente nada. Estoy atrapada y desprotegida en manos de este hombre loco. Debimos haber salido de aquí hace mucho tiempo. Y lo que es peor, temo por mi caballero.—Te vas a casar conmigo y vas a tener mi hijo. Los curanderos han dicho que lo único que puede dar un heredero es un milagro... y tú eres ese milagro— dice y se inclina para hablarme al oído.—Creo que hasta lo voy a disfrutar y lo intentaremos todas las veces
Dashi Mer y yo habíamos empezado a sacar todo desde comienzos de la noche anterior. Los baúles de mi señora estaban completamente empacados, por lo menos las cosas más importantes, y los soldados las tenían protegidas. En la mañana la sacerdotisa se había ido a la biblioteca, y tiempo después, como por obra de magia, había parecido a la puerta de mi habitación, Luther. —Su princesa y usted corren peligro— me dijo directamente mirándome con sus ojos oscuros. No era un hombre que perdía tiempo, iba directo al grano. —Lo sé...— le digo. —El rey Kai sabe lo que vimos, y Pavel, ya debe saberlo y a empezar a tomar medidas desesperadas...— decía él. —Tengo... que buscar a mi señora...— empiezo a decir desesperada pero él me toma el brazo con fuerza. —El rey no le hará nada a ella, pero acabará con todos ustedes si no salen aquí ahora mismo. Ya sé que tienen todo preparado— Y sin mediar más palabras simplemente me jalas sacándome lo de la habitación. —¡Señorita!— me dice con autor