James lo miró a través del espejo, sus ojos reflejando preocupación. -No te voy a llevar conmigo, Sean. Es muy peligroso.Sean levantó la mirada, su determinación clara. -Pero yo quiero ir contigo. A mí no me importa.James suspiró, girándose para enfrentar a Sean directamente. -Mi amor, no podría perdonarme si algo te pasa.-No me va a pasar nada. Déjame estar cerca de ti. Yo provoqué que te metieras en esto, ¿cierto? -dijo Sean, su voz cargada de culpa. Estaba claro que la totalidad de la culpa era suya, si no hubiese rechazado a James de aquella manera o ponerse a discutir con él dándole a entender a Zoe que estaba de su lado, nada de esto estuviese pasando, aunque James era mayor de edad y dueño de sus acciones, tarde o temprano algo así pasaría, sabiendo que su sangre era más pesada que cualquier otra cosa.James sostuvo el rostro de Sean entre sus manos, sus pulgares acariciando sus mejillas. -Te voy a cuidar -dijo antes de besar suavemente sus labios, dejando pequeños picos que
La noche había llegado en un parpadeo, envolviendo la ciudad en un manto de oscuridad interrumpido solo por las luces neón y los faros de los vehículos que se reunían para la carrera clandestina. James y Sean llegaron al lugar acordado, un descampado donde se congregaban corredores y sus ayudantes, todos preparando sus motocicletas con un fervor casi ritual. El aire estaba cargado de adrenalina y el rugido de los motores reverberaba como un preludio a la velocidad y el peligro.A un costado del tumulto, James divisó a Derek junto a su querido técnico, quienes estaban ocupados con una motocicleta que destacaba por su apariencia imponente y feroz. Al verla, James corrió hacia ella, sus ojos brillando de emoción. La examinó meticulosamente, apreciando cada detalle de su diseño aerodinámico y el potente motor que prometía una carrera inolvidable.-¿Es mi motocicleta? -preguntó James, sus manos recorriendo la máquina con reverencia.-Sí, es esta -respondió Derek, cruzado de brazos y observ
La pista, iluminada por faros y luces improvisadas, serpenteaba a través de callejones y avenidas vacías, cada curva y recta representando un nuevo desafío. Los edificios a su alrededor se difuminaban en un borrón de luces y sombras mientras James navegaba cada giro con precisión milimétrica. Sentía la motocicleta responder a cada movimiento suyo, como si fueran una extensión el uno del otro.Los otros corredores no eran menos habilidosos, y la competencia era feroz. A su derecha, un corredor con una motocicleta negra intentó adelantarlo en una curva cerrada. James, con una sonrisa oculta tras su casco, aceleró un poco más y se mantuvo firme en su posición, forzando al otro corredor a frenar bruscamente y perder valiosos segundos. A su izquierda, otro corredor intentaba la misma maniobra, pero James, con movimientos precisos, lo obligó a retroceder.El ruido ensordecedor de los motores y los gritos de la multitud se mezclaban en una cacofonía de emoción. En cada recta, James aprovecha
Sean esperaba por James, mientras este hablara con su padre y hermano sobre los negocios.El bullicio de la carrera clandestina continuaba a su alrededor, pero su mente estaba en James, se dedicaban miradas a cada rato y lo hacía sonreír, aun le parecía mentira que fuese su novio, todo el tiempo perdido valía la pena, porque ahora mismo estaban juntos y harían que cada segundo contara y fuera importante Comenzó a sentirse incomodo cuando sintió una una mirada pesada sobre él, buscó con la mirada la fuente de esa inquietud y vio a Adam, acompañado de un grupo de hombres, acercándose con una expresión nada amistosa. Se removió en su lugar, mirando a James, esperando que se diera cuenta de la situación. James, percibiendo la incomodidad de Sean, le echó un vistazo y al ver a Adam y su grupo, se dirigió hacia Sean sin vacilar. Interponiéndose en el camino de Adam antes de que pudiera llegar a Sean, James se colocó como un escudo protector.-¿Qué pretendes? -preguntó James, sus ojos ardi
Sean abrió la puerta de su apartamento y entró junto a James. La oscuridad los envolvió momentáneamente, dándoles una sensación de privacidad y cercanía. Había un silencio estimulante en el ambiente, interrumpido solo por el leve sonido de sus pasos y sus respiraciones. La ausencia de Zoe en el apartamento hacía que el lugar se sintiera extrañamente vacío, pero al mismo tiempo, liberador. Sean había logrado que se marchara y eso le daba un gran alivio.-Por fin -dijo Sean, soltando un suspiro mientras caminaba hacia la habitación que había compartido con ella.James lo siguió, observando cómo Sean abría el armario, al ver que la ropa de Zoe ya no estaba allí, Sean sonrió y se dejó caer sobre el colchón, liberando toda la tensión acumulada.-Qué alivio -murmuró James, dejándose caer al lado de Sean en la cama.Sean se giró para mirarlo, su rostro relajado, los dedos dibujando patrones en el pecho de James. -Sí, pensé que nunca me libraría de ella -respondió Sean, sintiendo la satisfac
Sean caminó hasta la puerta con un peso en el pecho que parecía oprimirle el alma, sus manos temblaban tanto, que nunca antes se había sentido tan nervioso en su vida, aunque la primera vez con James debería estar dentro de los momentos más fuertes de su vida, este sin dudas, se llevaría el primer lugar, sus padres no aceptarían sus preferencias, al menos no su padre, que era un hombre tan ambiguo y aún estaba encerrado en el pasado, manteniendo la calma y respirando hondo en repetidas ocasiones, abrió y cerró las manos relajando los nervios. Giró el picaporte lentamente, como si cada segundo le diera tiempo para preparar su corazón. Tal y como había anticipado, allí estaban sus padres, con rostros tensos y miradas llenas de desaprobación. La ruptura con Zoe había sido abrupta, y la revelación de su verdaderas preferencias sexuales había caído como una bomba en su familia.James, apoyado en el marco de la puerta de la cocina, le dedicó una mirada de apoyo, él estaba justo ahí para Se
El ascensor descendía lentamente, cada piso parecía una eternidad para Sean y James. La tensión de la reciente confrontación con los padres de Sean aún flotaba en el aire, palpable y densa. Las paredes del ascensor, de un metal frío y brillante, reflejaban sus rostros pensativos y serios. El zumbido monótono del ascensor les daba un respiro momentáneo de la turbulencia emocional.Llegaron al vestíbulo del condominio, un espacio amplio y elegante, con suelos de mármol y plantas ornamentales estratégicamente colocadas. El portero, un hombre mayor con semblante amable.James se dirigió hacia su moto, estacionada cerca de la entrada. Era una máquina imponente, negra y reluciente, que parecía fusionarse con la oscuridad. Se subió con destreza, acomodándose con familiaridad en el asiento. Sean, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo, apoyó sus manos en los hombros de James antes de sentarse suavemente en el asiento trasero. James tomó sus manos con firmeza, colocándolas alrededor de
-Tengo algunos amigos que me deben favores -dijo Derek-, pero no son suficientes. Vamos a necesitar más personal. James, no quiero pedirte esto, pero si tu novio puede ayudar, sería de gran ayuda. Lo vimos pelear con Adam y tiene potencial.James miró a Sean, luego a Derek, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. La idea de poner a Sean en peligro era inaceptable.-No, eso no. No puedes pretender que lo ponga en peligro. Envíenlo a la casa segura con mi madre, pero enfrentar esto, no -dijo James, desesperado.Sean, sintiendo la tensión y la preocupación en la voz de James, intervino.-Yo quiero ayudar -dijo Sean, decidido.-¡He dicho que no! -le gritó James, la desesperación clara en su tono.-Déjame ayudar, James. Yo sabía en lo que me estaba metiendo. Tarde o temprano algo iba a pasar y no me puedo quedar de brazos cruzados como si nada -insistió Sean, con determinación.Vittorio, que había estado observando en silencio, decidió intervenir.-¿Acaso sabes usar un arma? -preguntó