SARA—¿Llevas el arma? — Aiden me volvió a preguntar por encima vez.—Sí, mi cielo, y también los cuchillos que Marino me regaló — sonreí.—Ya sabes qué hacer si algo llegase a salir mal, ¿no es así?.—Nada malo me va a pasar. Confía en mí, ¿sí? Además, sé perfectamente lo que debo hacer.—En ti lo hago, en ese hijo de puta; «no».—La idea no es atravesarle este cuchillo tan pronto — sonreí ladeado—. Merece más de nuestra atención.Miré a Aiden por última vez, dej&eac
—¿Mi Sarita? — murmuró Tessa a mi lado.—¿Podemos hablar después, Tessa?.Ella asintió antes de retirarse sin decir palabra alguna. Por encima se le nota lo mucho que le gusta Chris.—No se puede negar lo linda y lo buena que estás, preciosura — cortó la distancia entre nosotros y sonrió—. Quedaste muchísimo mejor.Disimulé la furia que estaba haciéndose presente en mi interior. No hay en la tierra hombre más descarado, inhumano, bastardo que este maldito infeliz.—¿Dónde dejaste a los perros que cuidan de ti, mamacita?—Vine a darte el pésame. Siento mucho la muerte de la Sra. y el Sr. Golden — sonreí a medias—. Ellos no merecían lo que les pasó.—Por supuesto que no merecían morir como si fueran
La confianza de otra persona se consigue demasiado fácil y rápido, acaparando en tus manos esas mínimas, pero fuertes debilidades que lo hacen susceptible. En estos últimos días que he estado casi a tiempo completo con Chris, me he dado cuenta de algunos puntos de quiebre, pero no lo suficientes para hacerlo caer. El hombre es muy inteligente, de eso no cabe ni la menor duda. Me ha puesto a prueba, siguiendo mis pasos e interceptando mis llamadas. Aun cree que mantengo contacto con Aiden y Adriel, y que mi presencia en su vida es solo una trampa para atraparlo con la guardia baja. Cómo aún no lo tengo dónde me gustaría tenerlo, no he podido comunicarme con Aiden, por lo que tendré que planear y llevar mi límite al abismo. No soporto tener que besarlo cada que le da la gana, pues sus besos, su cercanía, su mera presencia me asquea por completo. Siento estar fallándole a mi hijo y a mi esposo, p
El resto de tarde en la oficina estuve en tensión y con gran dolor de cabeza. Golden no me dio ni un solo segundo de privacidad para así poder realizar la llamada a Aiden, ya que de hoy no puede pasar la muerte de este cerdo. Además, no lo soporto ni un solo segundo más tan cerca de mí. He hecho el papel de mi vida actuando como si nada en frente de este maldito bastardo, pues no voy a negar que, las ganas tan grandes que tengo de atravesarle el cuchillo que tengo en mi pierna en la garganta y callarlo de una vez y por todas son inimaginables, pero no puedo arriesgarme de esa manera en frente de tantas personas.—Esta fiel servidora ya se marcha — avisé, tomando mi bolso para colgarlo en mi hombro—. Nos vemos más a la noche...—¿Cómo es eso de que nos vemos más a la noche, muñequita? De aquí nos vamos, pero junticos como Dios nos manda— este imb
Muchas veces solemos equivocarnos, haciendo las cosas precipitadamente y sin pensar con cabeza fría. Pero en esta ocasión estaba muy segura de mi plan, sabía que no iba a fallar, porque en la vida hay que aprovechar las pequeñas debilidades que quedan al descubierto de las demás personas: después de todo, el ser humano siempre busca lo menos, en lugar de lo mas del otro. La adoración excesiva y enfermiza de alguien por una persona u objeto, siempre será una fatídica maldición.Chris no tiene ni la menor idea de lo mucho que he pensado en llegue este momento. Sé que le hice una promesa a Aiden y a Adriel, pero este deseo de vengarme por haberme quitado un pedazo enorme de mi ser, es mucho más fuerte que cualquier otro sentimiento. El vacío que dejó a propósito en mí, ni con su propia sangre lo podrá llenar nunca. No monté todo este teatro por nada
AIDENUn mal presentimiento ha venido creciendo dentro de mí durante todos estos días en los que Sara ha estado cerca de Golden, y por lo tanto lejos de mí. No soporto pensar en el hecho de que mi esposa, la mujer que más en la vida esté ofreciéndose en bandeja de plata a mi mayor enemigo. Ese infeliz es muy inteligente, para no darse cuenta de la verdad ante sus ojos.Adriel piensa lo mismo que yo, por lo que decidimos seguir sus pasos de cerca y sin que se dé cuenta. Sé lo que tiene pensando mi esposa, pero no por ello dejaré que corra un riesgo más. El hecho de que haya entrenado y tenga sed de venganza, no quiere decir que esté preparada para enfrentarse a un asesino experimentado como Golden. Ella se dejó llevar por el odio y el rencor, dejando de lado los mínimos, pero importantes puntos que toda esta situación nos abarca; que Golden sabe perfectamen
El plan estaba saliendo mal, por lo que Adriel debía entrar en acción lo antes posible. Lo que no sabía era si él se encontraba o no en su posición, tampoco podía hablar o Golden se daría cuenta. Sara rompió el silencio, sin apartar la mirada del cuerpo de Tessa.—¿Por qué le has hecho daño a ella? ¿Ella que te ha hecho? — Sara trató de acercarse a Tessa, pero Golden alzó el cuchillo hacia su dirección.—Ha sido un gran estorbo todo este tiempo. Mejor quédate ahí quietita donde estas, muñequita.—Te dije que interviniéramos antes — escuché la voz de Adriel a través del auricular.—Adelante — murmuré, ganándome una mirada curiosa por parte de Sara y Golden.En una mínima fracción de segundo Golden tocó su cuello e instantes después se desestabilizó, soltando el cuchillo y cayendo al suelo casi al instante. Al asegurarme de que se encontraba inconsciente, me acerqué a Sar
Mis preguntas no lo tomaron por sorpresa, al contrario, era como si hubiera estado esperando a que le preguntara eso. No voy a engañar a nadie, saber que posiblemente mi hermano gemelo; lo único aparte de Sara que tengo en la vida, ame a mi esposa, no me agrada en lo absoluto.¿Acaso pasó algo entre ellos? Sacudí ese pensamiento de mi cabeza, confiando en mi esposa y en mi hermano. Ellos no me traicionarían, ¿verdad?—Te habías tardado en atacarme — se cruzó de brazos, ladeando la cabeza en dirección a Sara—. Esa fastidiosa mujer solo te ama a ti; así tú y yo tengamos el mismo rostro y la misma voz, en su mundo eres el único — me encaró—. No se puede negar que Sara es una mujer muy bonita, además de encantadora y un poco fastidiosa, pero más nada. Ella es tu esposa, muy bien lo has dicho. Eres mi hermano, jamás te traicionaría y tú lo sabes. No sé a qué viene esa inseguridad de tu parte. Y antes de que empieces a atacarme con otros puntos que de seguro en tu