Donde la vida se empiece a complicar, corre, huye, no te quedes a resolverlo. El infierno está rodeado de fuego y te puedes quemar.
Alondra
Despierto en mi enorme cama como cada día, rodeada de suaves y blancas sabanas, adoro la sensación del algodón egipcio sobre mi piel, la textura es excitante, pero lastimosamente tengo que despedirme de ellas para ir a trabajar. Muchas personas me señalan como egocéntrica y superficial, pero ninguno conoce mi historia y espero que nunca nadie la conozca, no soporto la idea de que puedan verme con lástima y no como la mujer en la que me convertí a pesar de los fantasmas que rodean mi existencia.
Entro al baño y me quedo observando mi reflejo en el espejo sobre el lavabo, mis facciones se han endurecido, es como si las marcas de mi alma hubieran borrado cualquier chispa de ingenuidad de mi rostro.
―No tienes tiempo para lamentarte por el pasado, Alondra ―me digo sin dejar de observar a la mujer que mueve sus labios al mismo tiempo que lo hago yo―. Ahora tienes la oportunidad de no dejarte humillar nunca más ―mi voz sale débil a pesar de que reúno toda la fuerza de mi alma.
No entiendo por qué sigue doliendo de esta manera, han pasado tantos años y el recuerdo del hijo que murió en mis brazos me destroza cada vez que se acerca su aniversario, el trabajo es lo único que me ayuda a continuar, me ayuda a aplacar la marea de emociones que me rebasan si tan solo mi madre no se hubiese entregado de esa manera al desgaste de su alma, comprendo que se sentía culpable por lo que sucedió, pero el que haya estado para mí cuando fue necesario es más que suficiente para mí.
Además, no fue culpa de ella, él supo cómo manipular todo a su favor para que ella no se diera cuenta de lo que sucedía y que yo no dijera nada por miedo. Entro a la ducha y abro la llave de agua fría para que me ayude a frenar el tren de pensamientos y recuerdos que me atormenta desde hace varios días, quizás deba de ir hoy a visitar a mi mamá, estar con ella siempre me ayuda tomar las riendas de mi vida cuando todo parece salirse de control.
El agua fría hace que cada poro de mi cuerpo se erice y mis músculos se destensen. Me relajo debajo de la regadera tipo lluvia que ocupa por completo la ducha, al tiempo que mis pensamientos se calman y la sensación de pérdida se atenúa perdiéndose en lo más profundo de mi congelado corazón de donde no tiene que salir nunca. Termino de salir de la ducha, me envuelvo con una toalla y salgo a la habitación con el cabello escurriendo el agua, no le doy importancia al hecho, sino que entro al vestidor y saco un vestido negro y un blaizer rojo a juego con los zapatos y accesorios, antes de vestirme me cepillo el pelo y lo seco con mucho cuidado usando el secador de mano.
Cuarenta y cinco minutos después me siento a tomar el desayuno, fruta picada y jugo de naranja, no tardo mucho comiendo y leyendo la prensa, por lo que en poco tiempo me encuentro conduciendo hacia el Calvary Cemetery, es un cementerio católico romano en Maspeth y Woodside, Queens, en la ciudad de Nueva York. Hace muchos años mi madre y yo decidimos emigrar a esta ciudad creyendo que tendríamos mejores posibilidades y de alguna forma así fue, no me puedo quejar aquí, es donde me he hecho una de las mujeres más importantes del país y pienso llegar a ser conocida en el mundo entero.
Tardo una hora en llegar a la tumba de mi madre, le he traído un ramo de rosas blancas, siempre le encantaron las flores en ese color, solía decir que eran puras como mi alma, pero pienso que se equivoca, mi alma no es pura nada en mí lo es.
―Hola mami, disculpa que no haya venido antes, he estado algo ocupada. Sé que no es excusa, pero sabes que el trabajo es lo único que me ayuda a no pensar en el pasado, me haces tanta falta como quisiera que estuvieras a mi lado el día de mañana, todavía no comprendo por qué duele tanto, porque es que a pesar de todo esa criatura fue tan importante para mí ―digo sentada en la banca que mande a instalar en su tumba―. Seguramente me dirías que es porque mi corazón sigue teniendo esa pureza que yo me niego a reconocer, también me incitarías a buscarme un novio y a dejar de vivir en el pasado, pero la verdad es que recordar es lo que me da fuerza a pesar de que me duele y me destruye por dentro cada día que pasa…
―Eso que dice es muy profundo, señorita ―me estremezco al sentir la brisa fría que sopla a pesar del sol tan brillante, la voz ronca y seductora me hace girar la cara para ver a su dueño.
Unos ojos tan azules como el océano chocan con los míos al instante haciendo que una corriente estática me recorra al tiempo que sus labios se curvan en una sonrisa peligrosa, trago grueso, pero mi boca se ha quedado totalmente seca, siento la lengua seca y por más que quiero decir algo ningún sonido se produce entre mis labios.
―Creo que la he asustado, no fue esa mi intención, le pido, me disculpe ―pronuncia con acento grave provocando un hormigueo en mi zona íntima.
―No le enseñaron en su casa que es de mala educación, escuchar las conversaciones privadas ―espeto con arrogancia cuando al fin logro articular algo.
En toda mi vida ningún hombre había logrado dejarme muda con su mera presencia, sin embargo, no tengo tiempo para perderlo con una nimiedad como esta.
―Hablar solo no puede llamarse una conversación privada ―alega alzando una ceja.
―No sé cuál sea su concepto sobre mantener una conversación, pero estando en un cementerio supongo que hablarle al recuerdo del ser querido puede llamarse conversación, ahora si me disculpa preferiría volver a estar sola ―rebato ignorando la fragancia de su perfume, huele a cítricos y madera.
―Creí que había dicho que se encontraba con el espíritu de su familiar ―insiste sacándome por completo de quicio con su tono burlón.
Si algo he aprendido en esta vida es a no discutir con imbéciles, eso es rebajarse a su nivel y una mujer como yo no puede permitirse semejante capricho, nunca me verán enfrascada en una discusión absurda con absolutamente nadie.
―Mami, trataré de venir más seguido a verte, por ahora el ambiente está infectado de una plaga despreciable ―pronuncio con la voz limpia de emociones antes de ponerme de pie y marchar escuchando detrás de mí la voz del sujeto que viene siguiéndome.
―Por favor, espera, no seas así ―chilla detrás de mí arrepentido―. No quise ser inoportuno y tienes razón, fui muy grosero, no debí…
Sin hacerle caso llego a mi auto, subo enciendo el motor y con una mirada que indica cuan superior me creo arranco dejándolo parado sin saber que ocurrió, aunque a decir verdad yo tampoco sé que fue lo que ocurrió, no entiendo por qué me sentí asfixiada estando cerca de ese tipo, no lo conozco ni me interesa, pero provoco tantas cosas diferentes en todo mi sistema.
El infierno no tiene el azul de sus ojos, pero es tan ardiente como el deseo que despierta su sonrisa en mí.AlondraEl corazón me late a toda prisa a pesar de que cada vez estoy más lejos de ese extraño sujeto, observo por el espejo retrovisor tratando de identificarlo en cualquiera de los autos que vienen detrás de mí, pero no logro ver nada realmente. Es absurdo que me esté siguiendo, no le di tiempo a que detallara nada de mi auto o eso, espero, fue muy grosero de su parte haber interrumpido así mi ida al cementerio, espero no tener que cruzármelo nunca más en mi vida, sacudo la cabeza espantando los pensamientos sobre el desagradable encuentro de hace un momento.No sé qué es peor, si dejar de pensar en lo que acaba de suceder o volver al torbellino de emociones que significa el aniversario de muerte de mi bebe, hace dos días habría cumplido once años, pero Dios decidió que lo mejor era hacer mi angelito volviera a su lado, quizás mi vida en este momento sería diferente teniendo
El destino es ese lugar al que nos dirigimos a ciegas, un futuro que algún día será presente y que ya está marcado por el pasado.AlondraSonrío al notar el tono de nostalgia que utiliza, sé que busca la manera de convencerme para que me quede, aunque no dudo de que su ofrecimiento sea totalmente sincero, pero la verdad es que tengo pensado terminar el segundo semestre de este año con mis funciones y entregar antes de que finalice el primer trimestre del año próximo.―Señor Santiago, usted conoce mejor que nadie, cuál es mi más grande deseo y también sabe perfectamente que he luchado para conseguirlo, además le prometí a mi madre que un día sería grande por las dos ―digo no queriendo sonar sentimental, pero mi voz temblorosa delata los sentimientos que rodean a mi alma en este momento.―Siempre me he preguntado que fue eso tan malo que te sucedió, como para que les guardes tanto resentimiento a los hombres y sobre todo, para que esa tristeza no se aparte de tu mirada a pesar de lo seg
¿Somos víctimas de la casualidad o simplemente es la ley de la atracción la que causa este efecto de peligro entre los dos?AlondraSe sorprende al verme delante de él, pero enseguida se recompone y me enseña una sonrisa de satisfacción al verme, siento las manos sudorosas y el corazón martillando en mi pecho con tanta fuerza que me es difícil recuperarme por unos cuantos segundos en los que intento descifrar en que momento fue que el destino decidió jugarme esta maldita broma. Imito su postura cuadrándome de hombros, al tiempo que el mesero me ayuda a recoger mis cosas del piso y me las entrega, agradezco la amabilidad del joven antes de colocar de nuevo la mirada fría sobre el señor Freites.—Mucho gusto, Alondra Jiménez, CEO de Technological Prestige —Extiendo la mano con toda la seguridad de la que soy capaz, no es la primera vez que tengo que vérmelas con un hombre en una reunión de negocios fuera de la oficina, sin embargo, es la primera vez que tengo un encuentro desagradable c
Un corazón endurecido es la clave del éxito, alejarse de las historias románticas es la estrategia a seguir hasta lograrlo.AlondraNo entiendo que fue lo que sucedió, yo no me comporto de esa manera, pero por alguna razón ese hombre logra alterarme, la forma en la que me mira la mueca de sus labios al sonreír sin ningún motivo, el timbre ronco y seductor de su voz. Nunca antes me he sentido de esta manera y no voy a empezar ahora, me he dicho mil veces a mí misma que no estoy interesada en una relación con nadie y no pienso cambiar de opinión, mantenerme alejada de todo lo que representa un obstáculo en mi carrera es lo que me ha llevado hasta donde estoy en poco tiempo.Nunca perdí el tiempo en noviazgos durante mis estudios, aunque eso se trató más de lo que viví siendo una niña, sin embargo, es el único método que conozco para superarme y continuar. Pensaba regresar a la oficina, pero en este momento no creo poder concentrarme en nada más, por lo que decido regresar a la soledad d
Las rosas nunca han traído la felicidad entre sus espinas. Sobre todo las rojas, que son el color de la sangre y del dolor.AlondraDe nuevo voy camino al cementerio, pero esta vez a la tumba de mi bebe, las cenizas de mi hijo descansan en un cofre sembrado en uno de los muros designados para tal fin dentro del recinto, una pared inmensa con hermosos grabados, es un columbario especial en el que solo descansan los restos de varios niños, me hace feliz imaginar que mi hijo juega con esos otros niños a su lado. No suelo visitarlo muy seguido, saber que no pude conocerlo por más tiempo, recordar cómo fue concebido y revivir en mi corazón el dolor que significo por tantos años sigue destrozándome. En mi corazón aprendí a amarlo y aunque cada día que pasa deseo que hubiese podido vivir, la verdad es que reconozco que hubiese sido muy difícil para mí aceptarlo del todo.Tal vez eso me hace mala madre, un hijo nunca tiene la culpa de lo que sucede a sus padres, pero en cierto modo siento que
Nunca una batalla cara a cara me ha causado tanto terror, como el hecho de tener sus ojos clavados en mí.AlondraDesisto de llamar y decido mejor ir a verlo a su oficina, de esa manera le dejaré en claro que no me interesa para nada tener ningún tipo de relación que no sea profesional con él, no quiero parecer extremista, pero sé bien que cuando uno lo permite la primera vez entonces se agarran de eso para volver a hacerlo y entonces tener un acercamiento mucho más personal y la verdad en este momento únicamente quiero estar enfocada en mi carrera y en mi futuro, en unos meses daré inicio a mi propia empresa y necesito estar totalmente concentrada y centrada.Ese hombre logra irritarme con tanta facilidad, no sé qué me sucede últimamente, quizás sean que mis emociones durante estos días están descontroladas por lo general, aunque es primera vez que me sucede con un cliente. Aunque también antes de saber que era un potencial cliente tuve un encuentro bastante desagradable, me parece u
¿Cómo se lucha en contra de los fantasmas del pasado? Tal vez lo ideal es hacerse a un lado y dejarlos continuar con su reinado de terror, sin embargo, el sabor de su boca y el olor de su piel me hacen persistir en una pelea que quizás esté perdida, pero no soy el típico hombre que se da por vencido cuando de revivir los gemidos de una dama se trata.ChristopherEs inevitable no expresar la sorpresa que me causa la presencia de la señorita Jiménez en mi oficina, me encanta ver su seguridad y la firmeza con la que se desenvuelve. Me atrae, es cierto, pero también me doy cuenta de que es una mujer muy difícil de conquistar. Me pregunto que será eso que oculta y que tanto le afecta, he estado leyendo sobre ella y al parecer no se le ha conocido nunca una pareja, de hecho no tiene una vida social muy activa. Me pongo de pie cuando me canso de escuchar sus reclamos, aunque en realidad no le he prestado atención, por experiencia sé que a las mujeres hay que darles la razón y asentir cuando
Pídeme que no aprenda a amar tus traumas ni tus días grises, envíame al infierno si es preciso para mantenerme alejado de tu presencia.ChristopherEstoy convencido de que no es una buena idea pretender seguir viéndola, bajo ningún pretexto puedo hacerlo, ya es prácticamente el motivo de mi ansiedad, la última vez que me encontré en una situación similar, fue cuando todo mi mundo se derrumbó. Los pies me pican por volver a entrar en mi oficina y ver cómo está, pero sé que es una trampa mortal en este momento para mí.Mi entrepierna está resentida y lo más probable es que reaccione al tenerla de nuevo frente a mí y me parece que además de ser contraproducente para ella en este momento por cómo se encuentra que sería un atentando homicida en mi contra. Colmado por mis propios pensamientos, decido ir al baño de los empleados para refrescarme un poco, no es muy común que use esta sala sanitaria, pero ahora mismo me es muy necesario.Me mojo la cara repetidas veces, el agua está un poco he