Cuando yo tenía siete meses tuve una fuerte discusión con mi hermana, me enteré de que el padre de sus hijos era mi marido, me dijo que ella había planeado mi desgracia y que incluso ella misma había drogado a Manuel, para que abusara de mí.Todo aquello para mí fue como un baño de agua fría, no podía creer tanta crueldad. Gerardo confirmó todo aquello y me dijo que apenas saliera del embarazo, debía volver a atender a sus clientes como aquella vez cuando cumplí dieciséis. Desesperada salí corriendo de la casa y en mi loca carrera empuje a Isabela haciéndole perder el equilibrio abrí la puerta de la casa y al cruzar la calle un auto me embistió y termine en el hospital.Cuando desperté, los médicos dijeron que había perdido a mis hijos.No podía creer eso, sospechaba que era mentira, pero el médico me llevo a la morgue y pude ver sus pequeños cuerpecitos, ya nada me ataba a la vida, solo quería morir, así que subí al techo del hospital con la simple idea de lanzarme desde el último pi
Estuvimos viviendo con los niños por espacio de dos años, pensábamos que todo estaría bien, que todos los problemas habían terminado y que por fin todo estaba en su lugar.»—¿Entonces como fueron a parar dos de los niños con su padre de nuevo? — pregunto Julieta, tomando la mano de Nicolás, que no levantaba los ojos del piso, sabía que no debería tener vergüenza por su pasado, él tan solo era un niño, pero, aun así, sentía mucho asco de su pasado.Carmen los miro y sintió mucha pena por Nicolás, se sentía culpable por no haber podido hacer nada para rescatarlo cuando desapareció con su padre.«El día del cumpleaños de los niños, salimos a realizar compras a un centro comercial, todo iba bien, Máximo estaba trabajando y se reuniría con nosotros para cenar en un local de comida rápida, los niños estuvieron jugando en el tío vivo, luego subieron al gusanito, se divirtieron mucho. Mi celular vibró en el bolsillo del pantalón, al principio no lo escuche, seguía mirando a los niños, pero an
Luana tenía sus manos cubriendo su boca, jamás hubiera pensado que toda esa historia sórdida giraba en torno a ella. Las lágrimas cubrían su rostro, impidiéndole ver, había salido de la casa en busca de Valentino y cuando vio luces prendidas en el bungaló se acercó, pensando que él estaba ahí, pero jamás imagino que sería testigo de todo lo que se estaba diciendo.Ella había llegado a la puerta en el preciso instante en el que Nicolás hablaba de como la había encontrado tendida en sangre, la historia que había contado sobre su vida en Italia, le hacía doler el estómago. Pero de algo estaba segura, tal vez ese tipo la había tocado siendo niña, pero jamás había conseguido abusar de ella, aún recordaba su primera vez con Valentino, al menos eso le daba un poco de tranquilidad en medio de la tormenta.Pobre de su hermano tener que vivir una vida de abusos, él pudo haber escapado, pero no lo hizo, prefirió entregarse para salvarla de las garras de ese degenerado. Le debía la vida a su herm
—Mamá Lu, por fin viniste. ¿Se durmieron mis hermanitas?—¿Hermanitas? — pregunto Luana—Si — dijo feliz el niño — las considero mis hermanas, porque pienso que al vivir juntos todos nosotros somos una familia.—¿Cómo así? — pregunto curiosa Luana—Bueno, Valentino es el papá, tú serías la mamá y las niñas y yo seriamos los hijos, por cierto, al tener la misma edad y ser nuestro cumpleaños el mismo día, entonces eso indicaría que somos trillizos, ¿no crees?Luana sonrió, por la reflexión de Alex, pero su cerebro le decía que algo en esa idea podría ser cierto, movió la cabeza tratando de sacudir esa idea tan ridícula, ella jamás había tenido hijos, Alex era su ahijado y las niñas sus sobrinas. Era imposible—¿Entonces piensas que ustedes son trillizos?—Mami, ¿te has dado cuenta de que nos parecemos?—¿Cómo así?—Bueno, verás, ellas tienen tus ojos, la misma forma y hasta cuando miran se ven iguales, aunque Gia tenga el mismo color de tus ojos y Gis los tenga del mismo color que los m
—Duerme cariño, necesitas descansar.La niña se acostó, Luana acomodo las colchas y salió de la habitación.Bajo las escaleras, con los vasos, entro a la cocina, los lavo y los dejo secar.Valentino aún no regresaba, ¿seguirían hablando de lo mismo?, se preguntó.Fue a la sala y se paró frente al gran ventanal que cubría todo el frente dejando a la vista la inmensa piscina, la casa era todo un sueño, su sueño. Tal y como ella la había ideado en su mente y la había plasmado en la maqueta.Se sentía orgullosa de ver su sueño hecho realidad, la luz del bungaló se veía a lo lejos, ¿de qué hablarían ahora? Todo lo que escucho le dejo un mal sabor de boca, sentía todo tan lejano e improbable.Pero algo en su interior le decía, que nada era mentira, todo eso había sucedido y ella había sido víctima en ese entonces. ¿Pero por qué no podía recordarlo?La migraña se intensificó nuevamente, tuvo que sujetarse al mueble por miedo a caerse, luces intensas se veían frente a sus ojos, tenía que acos
Valentino estaba sentado en el piso abrazado a Luana, quien no paraba de llorar, trato de calmarla, mientras escuchaba cada cosa que decía.—Esa mujer robo mi vida, Valentino, se llevó a nuestros hijos.—Calma mi vida, tranquilízate, los encontraré para ti, confía en mí.—Déjame ir, tengo que buscarla y preguntarle, donde se llevó a mis hijas. — Grito Luana mientras intentaba salir de los brazos de Valentino.—Alex, busca a tu tío Nicolás, dile que traiga a Avalos.—Papá donde está mi tío,—Él está en el bungaló, es la casa a la izquierda de la piscina.Alex salió corriendo, a buscar a su tío, desesperado al ver que su mamá está en crisis.—Valentino, hay forma de reconocer a los niños, es la lenteja.—¿Cuál lenteja, mi vida?—Eran tres, yo di a luz a tres niños, un niño y dos niñas, pero ella llegó y los quito de mis brazos, yo grite, trate de pedir ayuda, pero nadie venía. Trate de levantarme, pero tenía las manos atadas a la camilla. Ella reía mientras levantaba al niño y lo soltab
Se quedó parado en la habitación, sosteniendo la manija de la puerta en un intento inútil de salir, pero sin salir, miraba a su pequeña hija dormir, tranquila, sin imaginar que su vida daría un cambio repentino.¿Cómo haría para explicarles a sus hijas que su madre no era su madre?, y que la joven, que estaba en su habitación cuidada por Alex, era quien les había dado la vida, que ellas habían sido arrancadas de su lado para ser obligadas a vivir con una mujer que escasamente sentía algo por ellas, todo por su codicia, por anhelar todo lo que le pertenecía a su hermana, porque nada le quitaba de la cabeza, que Maritza sabía quién era Luana, su presencia en su vida no era un hecho fortuito, era algo premeditado.Su cabeza daba vueltas, atando cabos, uniendo puntos, ahora entendía, porque Maritza era tan desapegada con las niñas, porque no les mostraba cariño y porque según se había enterado ahora último, las maltrataba físicamente. Y sus pobres hijas aguantando todo, por el simple hech
Nicolás dejó de caminar y golpeo con sus manos el escritorio moviendo las piezas del mobiliario con su acción.—Me vas a decir, o continuarás diciéndome las cosas a cuentagotas.Valentino, estaba observando todas las reacciones de Nicolás, tratando de descifrar cuanto más podía revelar. Seguía pensando si su cuñado era confiable.—Cuando regrese a la casa, Alex estaba a punto de salir a buscarme, estaba desesperado porque su mamá tenía una crisis. Subí corriendo las escaleras y la encontré divagando, al principio no entendía lo que estaba pasando. Solo repetía frases sin sentido, algo sobre lentejas, pies y que había tenido tres hijos, que Maritza se las había llevado ayudada por un tipo.—¿Cómo es posible eso?, ¿Maritza estuvo en la sala de parto?—Al parecer fue así, y fue ella quien arrojo a Alex al tacho de basura.—Maldita loca. Si hubiera sabido que ella estaba a tras de todo eso, te juro cuñado que la hubiera detenido, pero solo supe que ella era tu esposa el día que le di mi s